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Capítulo 1


Esa voz, esa hermosa voz femenina y cálida lo atrapó al instante de escucharla, dejando la sensación de un abrazo acogedor.

Edward se sentía el chico más afortunado por tener una gran madre tan atenta a él y a su padre.

El aroma a comida inundaba por completo sus fosas nasales y ese hermoso canto por parte de su madre lo comenzó a arrullar como si fuera un pequeño bebé dentro de una mecedora.

No era por presumir, pero su madre recibió cursos de canto al ser alguien que vino de familia adinerada.

Su abuelo (el cual no pudo conocer por morir en la segunda guerra mundial) y su abuela eran procedentes de Francia, el "país del amor".

En cambio, la familia de su padre fueron procedentes de Inglaterra, pero sus padres al querer tener una vida tranquila decidieron mudarse al pueblo en donde actualmente se encontraban. No es como que se quejara, era un bonito pueblo y el trabajo de su padre les dejaba una buena paga como para mantenerlos sin que les faltara algo.

Edd estaba tan adormecido por la dulce y bella voz de su madre que no se dio cuenta del como ella se encontraba sobando su mejilla mientras seguía moviendo con su otra mano la pala de madera con la cual se encontraba cocinando.

Todo era felicidad.

Si un día se llegaba a lastimar o ponerse triste, su madre siempre estaba ahí para él para darle amor y cariño.

Recordaba muy bien la primera vez que intentó andar en bicicleta, sus padres le habían comprado una bonita bicicleta en su cumpleaños y cuando intentó estrenarla, cayó estrepitosamente al suelo, logrando rasparse por completo su pierna y brazo.

Lloró por el ardor y por el fuerte golpe que recibió, pero el amor que su madre y padre le dieron ese día fue tanto que incluso olvidó casi por completo del porqué se encontró llorando en primer lugar.

Al momento en que terminó de escuchar es hermosa voz, Edd nuevamente regresó al mundo real para darse cuenta que pasaron casi tres minutos desde que entró a la cocina para tomarse una deliciosa botella de su bebida favorita.

¿Estás emocionado por el festival de luna Edd? —

—Claro que si mamá —dijo al frotarse los ojos —, ¿Mi padre podrá acompañarnos? —

—¿Qué clase de pregunta es esa, hijo? —dijo con una leve risa mientras lo miraba—, Claro que sí, él siempre nos acompaña al festival cada año. No por nada se perdería las innumerables golosinas que traen del extranjero.—

—B-Bueno, solo preguntaba ya que últimamente ha estado ocupado. —

—Es cierto, si... pero sabes muy bien que tu padre pone primero a su familia antes de cualquier cosa. —

Edd sonrió por las palabras.

Eso era muy cierto y no podría desear nada más.

Su familia era perfecta para él. Un padre y madre amorosos y preocupados por su bienestar.

Tal vez había muchas cosas que desearía tener en manos, pero si le preguntaran si se sentía feliz con todo lo que tenía, él respondería al instante con un afirmativo "si".

No todos pueden tener lo que él tiene.

Y ese pensamiento, desgraciadamente le arruinó su felicidad.

Tord...—

—¿Dijiste algo cariño? —preguntó al bajarle el alumbre de la estufa—, Oh vaya, esto necesitará más leche...—

—Oh, um... no mamá. —

—Edward...—extendió sus palabras mientras se dirigía al refrigerador —, No trates de ocultarme algo cariño. Sabes que puedes contar conmigo para cualquier cosa, así que no es necesario mentir. —

Edd se mordió el labio inferior.

Nunca había hablado con su madre sobre el chico de ojos color dorados.

Tampoco sabía si ella era igual una de esas personas que le temía al chico por esas supuestas suposiciones de él y de su familia.

Tal vez sería buena idea evitar la plática, pero sabía muy bien que su madre al saber que ocultaba algo, tarde o temprano del mismo día lograría hacer que hablara.

—Mamá. —

—¿Sí? —

—¿Conoces a Tord? ¿Tord Larsson? —

La reacción de la mujer fue instantánea y eso lo dio a notar ya que ella al haber estado revisando los ingredientes de su refrigerador no tuvo de otra que dejar de moverse para asomar su cabeza por la puerta para mirarlo directamente a los ojos.

—¿Tord Larsson? —frunció levemente el ceño —, Por casualidad ¿no es el mismo chico de ojos dorados con cabello en forma de cuernos? —

—S-Si...—

—Bueno no lo conozco, pero sí sé quién es —dijo al cerrar la puerta con un resoplido a la vez que colocaba ambas manos en sus caderas —, ¿Qué sucede con él? ¿Te hizo algo? —preguntó al instante.

—N-No, no, no —negó frenéticamente —, Él no me hizo nada malo, lo juro. —

La mujer suspiro aliviada por la respuesta.

—¿Entonces que sucede cariño? —

—Bueno, ¿Qué piensas de él? —

—¿Que qué pienso de él? —

Su madre, totalmente sorprendida por la pregunta cerró el refrigerador para poder recargarse en el mientras cruzaba los brazos y mirar el techo con un pequeño frucimiento de labios.

—Bueno, creo que es un buen chico —sonrió de lado —, Dejando a un lado esos falsos rumores sobre él y su familia, ¡Oh! —exclamó —, ¿Cómo está él? Tengo entendido que va en tu pequeña escuela. —

—V-Va en mi salón...—dijo sorprendido por su respuesta.

—¿Y para que querías saber de que pensaba de él? —

—Bueno, siempre me llamó la atención hablarle pero...—

—Edward —regañó al ver su reacción —, ¿Qué te dije de los rumores? —

—¡Q-Que son malos y que cuando tratan de una persona nunca hay que creerlos hasta confirmarlo por nosotros mismos! —

—Exacto, ¿y que hiciste? —

—¿Hice todo lo contrario? —

—Eso parece... —suspiró —, Deberías hablar con él. Es un buen chico, conocí a sus padres es una pequeña reunión hace años... antes de... bueno... creo que sabes a que me refiero.—

Un momento de silencio cayó de forma repentina en la cocina, provocando que Edd se incomodara un poco ya que en su hogar no se suelen dar ese tipo de ambientes.

—Lo que pasa mamá, es que no me gusta verlo tan solo. Quisiera ser su amigo, p-pero realmente esos rumores me atemorizaban. —

—Edward, recuerda las palabras que te dije y que acabas de decir. Ese chico es bueno y no hay nada de qué temer, además, es un chico que se parte la espalda para poder mantenerse a él y a su madre. —

—Ayer intenté hablar con él pero... no pude —bajó los hombros—, Varios chicos no lo dejaban de golpear y no pude hacer nada por el miedo de que me hicieran algo, y estoy seguro que Matt también pensó lo mismo. —

—Oh Edward... —dijo al caminar hacia él —, No podías hacer nada para detenerlos, incluso si lo defendieras, estoy seguro que te habrían ignorado. —

—Aun así, me sentí como un cobarde. —

—Ellos son los cobardes Edward, la mayoría solo intimida y golpea a los demás para parecer rudos y superiores. Estoy seguro que esos chicos tienen problemas en casa y se desquitan con Tord. —

—Me gustaría hablar con él. ¿Sabes donde vive mamá? —

—Bueno, la última vez vivían en una pequeña casa cerca de la estación del tren que está bajo el pequeño cerro de donde vive el lechero, pero cuando se dejó de usar esa vía de tren ellos dejaron de vivir ahí. Actualmente no tengo ni la más mínima idea de donde vive.—

—Eso significa que tendré que esperar hasta que terminen las vacaciones. —

Edd totalmente decaído por eso, recargó su rostro en la mesa junto con un suspiro triste.

Su madre lo miró con una pequeña mueca de tristeza, sin embargo, esa tristeza duraría poco al tener una pequeña forma de alegrarlo.

—Sé que podrás verlo en estas vacaciones querido, tal vez en el festival. —

—Dudo mucho eso mamá, Tord es el tipo de persona que prefiere ocultarse del sol y solamente salir entre las sombras. Además, tengo entendido que él no va al festival de la luna desde que sus abuelos murieron. —

—No hay que perder la fe —risilla —, Necesito que vayas por algo de leche Edward. Necesito una botella para la comida, una para nosotros y otra para Ringo. —

—Oh, claro. —

Mientras Edward terminaba de tomarse su botella de Coca-Cola, su madre sacó de un cuarto de herramientas una especie de caja de rejillas en donde cabían hasta seis botellas de leche.

—Recuerda, tres botellas —dijo al ponerle la caja frente a él con las tres botellas—, De paso puedes comprar algunos dulces del pueblo. Muero de ansias de saber que es lo que trajeron este año, en especial la familia de tu amigo. —

Edd sonrió enormemente, ya que, como era de esperarse, el festival de la luna era una de sus celebraciones favoritas del año.

La comida siempre variaba cada año, pero los dulces típicos no faltaban y siempre le encantaba probar cosas nuevas como a sus padres.

●▬▬▬▬▬▬▬▬ Tiempo Después ▬▬▬▬▬▬▬▬▬●

—¡Edward! —

—Hola abuela de Matt. —

—Es un gusto verte, supongo que vienes a buscar a mi nieto. —

—Así es señora —risilla —, ¿Se encuentra en casa? —

Edd ya con mucha confianza como cualquier otro día se recargó en el marco de la gran ventana en donde la abuela de su mejor amigo se encargaba de vender todos los dulces que ella misma hacia en su hogar a la vez que vendía los dulces que los padres de Matt traían del extranjero.

Todos los años era igual, los padres de su único y mejor amigo salían de viaje por trabajo.

Tal vez casi no estaban en casa, pero siempre regresaban en cada cumpleaños, festival o fecha importante para Matt. Eso más las múltiples cartas y regalos que le envían cada cierto tiempo hacían sentir al joven peli rojo que nunca estaba solo.

Eso era bueno ya que la propia felicidad del pecoso de su amigo era producto del todo el cariño de sus padres y abuela.

—¡Edd! —

—Hola Matt ¿Qué tal te va? —

—¡Maravilloso! ¡Mis padres trajeron varios dulces y algunos regalos! —

—Eso es bueno amigo —sonrió de lado —, ¿Qué clase de dulces trajeron? Mi madre está interesada en que le lleve algunos cuando regrese de ir por unas botellas de leche. —

—Bueno no están preparados... —dijo mientras se sobaba el cuello —, No todos, mejor dicho. —

—¿Preparados? —arqueó la ceja.

—Veras Edd, algunos dulces se tienen que cocinar ya que son como waffles o algo así.—

—¿Enserio? —

—Si —asintió —, Mis padres fueron a Japón y trajeron un delicioso dulce en forma de pez que está relleno de diferentes cosas, pero estos se tienen que preparar en un molde especial —suspiró —, Tenemos unos ya hechos pero como son para la venta de esta noche no pudo darte unos. O al menos ahorita. —

—Descuida Matt, lo entiendo —dijo al palmear su hombro —, ¿Tienes algo nuevo que si puedas darme? —

El mencionado frunció el ceño en modo de confusión ya que su memoria no era uno de sus mejores factores.

Y al parecer, Matt iba mover la cabeza en negación hasta que, de forma sorpresiva, tres bolsas de papel quedaron frente a los dos. Solo que lo que más llamó la atención de estas bolsas fue que en dos de ellas llevaban consigo pequeñas manchas de grasa (realmente muy poco).

—Abuela. —

—Matt querido, ¿acaso se te olvidó todo lo que trajeron tus padres? —cruzó los brazos.

—C-Creo que sí... —rió nervioso al colocar su mano en su nuca.

—Bueno Edward, estos son pequeñas muestras que estoy seguro que tu madre degustará al igual que tú. —

—Muchísimas gracias señora abuela de Matt—habló totalmente emocionado al tomar las tres pequeñas bolsas de papel —, ¿Cuánto va ser de esto? —

—Chico, esto es una degustación. ¿No sabes lo que es eso? —

—S-Si, pero ¿no se meterá en problemas? —

—Chico este es mi negocio, si yo lo quisiera regalaría todo lo que tengo en el mostrador.—

Edd no dijo nada.

En su lugar, optó por asentir la cabeza y mirar lo que había adentro de una de las tres bolsitas. Para su sorpresa, la que abrió se trataba de nada más ni menos que unos mini waffles cubiertas de chocolate con nuez y una que otra bañada en fresa o chocolate blanco.

Al agarrar uno con su mano libre, Edd inmediatamente la mordió para poder saborear ese dulce tan bonito y llamativo, pero al hacerlo, ¡sorpresa! Esta no solo estaba cubierta chocolate, sino que también se encontraba rellena de un jarabe sumamente delicioso.

—W-Wow... realmente está muy delicioso. —

—Es un invento mío que se me ocurrió al ver esos peces rellenos—risilla —, Y nos sobraba mezcla ¿así que porqué no? —se encogió de hombros —, No se desperdicia nada y consigo un poco más dinero. —

—¿Muy ingenioso verdad? —

—Así es Matt —sonrió —, Está muy rico su dulce señora, cuando mi madre y mi padre lo prueben estoy seguro que casi compraran todos los que tenga. —

—Eso me hará mu feliz cariño —dijo mientras se sentaba en su silla para descansar.

—¿Vendrás cuando el cielo esté más oscuro Edd? —

—Si Matt, por ahora solo pasé a saludar y ver que tenían. Ahora mismo me iré por el encargo de mi madre. —

—Oh, está bien —asintió —, Cuando vengas podremos ir a ver otras tiendas. —

—Dalo por hecho mi querido amigo. —

Tras un breve despido por parte de Edd hacia Matt y su abuela, el castaño de prendas verdes con bonita gorra boina octogonal continuó su pequeño viaje hacia la colina en donde vendían la mejor leche del pueblo.

Tal vez se tardaba casi cuarenta minutos en traspasar todo el pueblo y subir el pequeño cerro, pero la calidad de los productos lácteos que vendía el granjero era sumamente buena.

En el transcurso del camino, Edd se dio cuenta que las personas ya se encontraban celebrando el festival pese a que normalmente comenzaba cuando el cielo se tornaba un color anaranjado rosado. Pero tal vez algunos festejaban todo el día sin tener un horario fijo para las fiestas.

Los puestos de juegos y comidas se encontraban ya afuera en las calles con lámparas tradicionales de papel en donde una vela adentro las iluminaba y casi todas las decoraciones tenían consigo el dibujo de una media luna.

Todo era genial, hermoso y bello.

Los niños se encontraban jugando con juguetes de madera y alguno que otro niño y niña se encontraba con el rostro pintado con estrellas o lunas por el festival.

El aroma a comida inundaba por completo las calles, la música de flautas de bambú se escuchaban hermosamente a la distancia acompañado con instrumentos tradicionales y el dulce sonido del lago medio congelado era algo digno de recordar.

El puente de ladrillo que separaba ambas partes del pueblo era sumamente importante para el festival de la luna.

Cada hijo de cada generación tenía la tarea de poner en el lago un pequeño bote con una bonita vela en forma de luna junto con algunas flores y dejaban que la suave corriente del lago las llevara hasta el bosque.

Evidentemente, alguien se encargaba de recoger todos esos botes para poder guardarlos y usarlos el siguiente año.

El puente era uno de los lugares favoritos de Edward, así que las veces que pasaba por ahí, siempre gastaba dos o tres minutos de su tiempo mirando el lago en donde los peces pasaban de forma constante.

El agua era tan cristalina y limpia que incluso lograba reflejar el reflejo de todo lo que se asomara. Y si bien le encantaba pasar por ese puente, casi siempre intentaba evitarlo cuando iba con su amigo Matt ya que este siempre se miraba por varios minutos en el reflejo del lago.

Algo molesto, por así decirlo.

Todo era paz y tranquilidad hasta que, de forma sorpresiva, algo o mejor dicho alguien, pasó justamente atrás de él.

Y Edd lo reconoció al instante por el cabello.

—¡Tord! —

Edd gritó sorprendido al voltear.

Quería hablar con él, quería entablar una amistad lo más pronto posible son ese chico.

Incluso quiso que las palabras de su madre fueran ciertas para que de pura suerte lo viera en el festival para convivir, pero, no fue así.

Tord no estaba atrás de él.

Las pocas personas del alrededor lo vieron confundido y uno que otro niño que se encontraba jugando se quedaron en total silencio antes tomar sus cosas y salir corriendo hacia sus padres con un pequeño llanto del miedo.

Cualquiera reaccionaba así cuando sus mentes fueron opacadas por mentiras.

Mentiras que solo perjudicaron lamentablemente la vida de alguien que no había hecho nada malo.

Los niños que fueron socorriendo a sus padres con lagrimas en los ojos señalaron a Edd y este último al sentir múltiples miradas no tuvo de otra que intentar ocultar su rostro con su gorra para después comenzar a caminar con pasos veloces hacia el otro lado del pueblo para poder escapar de toda la mala sensación de ser señalado.

¿Tord soportaba esa fea sensación todos los días?

Ahora más que nada, Edd quería ayudarlo.

[...]

—♪Mmmm.... La, la, la, la...

El dulce canto por la voz suave resonó por toda la habitación.

La hermosa canción en a capela con el sonido de los brincos alegres en la madera era algo sumamente bello.

Aunque, ese canto y emoción con la que la cantaban no era para nada tranquilizador para el chico de cabello verdoso oscuro que se encontraba atado junto con su madre y padre en medio de su propia sala.

Parara, turiru, turara...—

Tord ignoró por completo los sollozos y gemidos adoloridos de la familia adinerada. En su lugar, continuó arrojando más y más combustible en todas las partes que lograsen prenderse en llamas al igual que rociar enormemente a la familia que él mismo amordazó y amarró con el cinturón con el cual ahorcaron a su madre.

Parara, paraturi, tarara...

La sonrisa oreja a oreja que se encontraba en su rostro mostraba por completo sus dientes blancos, sus ojos brillantes color dorado junto con ese peinado de cuernos y más el canto no era para nada tranquilizador para la familia.

No cuando ellos fueron los principales causantes del bullying que sufrió desde hace mucho tiempo atrás.

El chico de cabello verde oscuro no dejaba de llorar al igual que sus padres.

El día anterior se sentía el ser más fuerte por humillar a ese chico de ojos dorados y ahora él mismo se encontraba sentado en el suelo, amordazado y atado con su propia familia mientras el fuerte dolor de su ojo morado lo carcomía.

Todo fue muy rápido.

Él junto con su familia se encontraban preparándose para ir al festival de la luna.

Los tres pensaban celebrar uno de sus nuevos logros adquiridos; acabar con esa familia que solo había "arruinado" la esencia del pueblo desde su llegada.

Todo estuvo planeado.

El hijo de cabello verde oscuro que responde al nombre de Jeremy se encargó de lastimar gravemente a Tord para que este se tardara más en llegar a su hogar mientras su propia madre y padre se encargaban de acabar con la vida de la progenitora de semejante "abominación" de ojos dorados.

Ellos pensaban ir a acabar con ese hijo de "lucifer" después del festival, haciendo que todo pareciese un accidente.

No obstante, jamás creyeron que el chico los descubriera y, peor aún, tomara cartas en el asunto.

El aroma a combustible les revolvió el estomago y sentirlo en sus pieles era algo sumamente desagradable.

Pero esas sensaciones eran evidentemente superadas por el miedo al saber que les pasaría después.

—Parara, tarariru, tarara...—

Tord ignoró por completo los sollozos de sus víctimas y cuando se le acabó el galón de combustible se dirigió hasta la hermosa cocina de la familia adinerada para tomar la gran caja de cartón en donde había por lo menos nueve botellas de aceite de cocina.

El chico totalmente sonriente abrió todas las botellas para comenzar a rociar las partes restantes de la casa al igual que aprovechó a dejar un camino de aceite en los muebles y en todas las partes inflamables.

Sus brincos de un lado a otro eran de pura felicidad y su canto solo se intensificó al tomar las múltiples fotos de la familia.

Tord estaba tan feliz que incluso abrazó una de las tantas fotos al ver que tan unida era esa familia.

Su mente se encontraba en total euforia de felicidad y su baile era tan llamativo que casi pareciese ser una chica que practicaba ballet.

Aunque claro, en un estilo algo torpe y no tan femenino.

Tord al ver que ya no tenía nada más que rociar en la casa de fina madera, chasqueó la lengua de forma molesta antes de tirar al suelo el marco de la fotografía familiar que hace unos instantes tenía en la mano.

El ruido del cristal romperse asustó a la familia y con gran dificultad vieron en las comisuras de sus ojos a Tord salir del cuarto en donde suele dormir el más chico de la familia.

—Hermosa casa —dijo de forma inesperada mientras colocaba ambas manos en sus bolsillos —, Muy acogedor, cálida y muy bien cuidada —pausó —, Aunque algo sucia y apestosa por el combustible y aceite de cocina.—

Tord rió ante sus propias palabras.

—Esto me trae recuerdos ¿quieren saber por qué? —preguntó aun sabiendo que no le responderían—, Antes de que mis abuelos murieran, mi hogar era igual a esta, dejando a un lado el dinero claro... —suspiró —, Pero bueno, es bonito estar en un lugar igual que me hace recordar mi infancia, ya saben, antes de que ustedes desgraciados la arruinaran con todos esos rumores y celos...—

—¿Celos? —dijo la mujer al destaparse un poco de la mordaza —, No me hagas reír. ¿De qué mierda podríamos estar celosos de tu inexistente familia? —

—Oh querida zorra, creo que no fue la mejor idea destaparte de tu mordaza. —

Tord con un negamiento de cabeza comenzó a chasquear su lengua en forma de negación mientras se dirigía hacia la cocina.

Algo que causó temor a Jeremy y a su propio padre.

La mujer era alguien de un orgullo fuerte y de personalidad tosca.

Pese a que la mujer tenía mucho miedo de lo que estaba pasando, no dejaría que ese chico lo intimidara.

Pero claro, ese orgullo rápidamente se esfumó al momento de ser golpeada por un bate de madera.

El golpe fue tan fuerte que la pobre mujer quedó totalmente noqueada.

Jeremy continuó llorando en silencio y su padre lo único que hizo fue intentar liberarse al ver como su prometida fue golpeada tan salvajemente por ese chico.

Pero todo fue inútil.

Tord los amarró de manera muy eficaz y era imposible liberarse sin tener algún cuchillo o algo filoso.

Los amarres eran tan fuertes que incluso las manos de ambos dolían por no poder sentir la circulación de sangre fluir con normalidad.

Pero pese a eso, el hombre de la casa siguió intentando al ver como Tord continuó golpeando a su mujer en la cabeza con el bate mientras reía y reía sin parar como si le hubieran contado el mejor chiste del año.

La sangre de la cabeza de la mujer comenzó a salpicar la sala al igual que los tres individuos presentes y si bien Tord no mató a la mujer, ella estaba a escasos minutos de estarlo.

La sangre salpicó el rostro del oji dorado y este ultimo con un gran suspiro de alivio soltó el bate a unos pocos centímetros del cuerpo de la mujer inconsciente para quedar frente a los otros dos individuos.

—¿Saben algo? —dijo al sentarse en la pequeña mesa de madera —, Nunca creí que matar a alguien se sintiera tan... ¿placentero? —rió —, Joder tengo una maldita erección ahora mismo...—

Como si una nueva personalidad hubiera tomado posesión de Tord, este descaradamente señaló su entrepierna mientras reía y reía sin parar a la vez que usaba su mano libre para "ocultar" su rostro. Ignorando por completo que se estaría manchando su propio rostro con la sangre de la mujer.

—Oh... me voy a divertir con ustedes tres antes del espectáculo principal —murmuró al volver a tomar el bate —, Ahora... ¿Quién de ustedes dos quiere sentir lo que se siente ser paralitico y no poder hacer nada? —

Ambos sudaron frio.

Las palabras de Tord no sonaron para nada divertidas como si fuera una especie de broma cruel.

—Como veo que ninguno decide quien será el afortunado... creo que será el destino de esta pequeña moneda el que decidirá quien será el que tenga la columna vertebral totalmente rota. —

Los dos pares de ojos de ambos rehenes comenzaron a temblar y cuando la moneda fue lanzada al aire, todo pareció ir en cámara lenta.

[...]

—¿Será todo chico? —

—Si señor —asintió —, ¿Sigue costando lo mismo? —

—¿Por quién me tomas? —cruzó los brazos divertido —, Claro que si joven Edward. Mis productos seguirán costando igual hasta que yo vea que no haya suficiente dinero como para seguir manteniendo mi negocio a flote. —

—Entiendo —risilla —, Mi madre me pidió preguntar en caso de traer la próxima vez más dinero ya que después de todo, usted vende los mejores productos lácteos del pueblo.—

—Oh vaya... —dijo totalmente avergonzado —, Eso es muy halagador...—

El granjero con su voz sureña rió en voz baja antes de colocar la canasta de hierro frente a Edd junto con las tres botellas de leche totalmente llenas y selladas por una tapa.

—Llévate esta botella de leche de chocolate joven Edward. —

—Realmente sabe delicioso ese sabor señor, pero no traje más dinero como para pagarla.—

—No, no, no —negó la cabeza mientras metía la botella en la canasta —, Esta está invitada por su servidor —inclinó su sobrero —, Tómalo como un regalo del festival de la luna.—

Edd abrió la boca para negarse a semejante obsequio, no obstante, al instante la volvió a cerrar con una sonrisa ya que sabía que sería imposible hacer cambiar de opinión a ese hombre como la abuela de Matt.

—Está bien señor, muchas gracias por todo. —

El sujeto con ropas de granjero no dijo nada, en su lugar simplemente inclinó su cabeza y volvió a mover su sombrero en forma de despedida antes de tomar su pala con la que recoge la paja para continuar recolectando todo lo que se encontraba esparcido en el suelo.

Edd al salir de la granja inmediatamente sonrió por la vista.

El cielo comenzaba a tornarse en un hermoso color anaranjado, las aves de la zona comenzaron a volar de un lado a otro para ir a sus propios hogares por la inminente noche y la fría brisa comenzaba a inundar el ambiente por la falta de los rayos solares y la nieve solamente aportó más para que bajara la temperatura.

El aroma a pasto no dejaba de entrar en las fosas nasales del adolescente y al estar en una zona alta pudo apreciar casi con claridad el pueblo brillante.

Algunas hojas de pasto pasaron frente a su rostro y al creer que ya había perdido mucho tiempo decidió volverse a ponerse en marcha hacia su hogar para entregarle el pedido a su madre y, si hay suerte, ir al instante al festival de la luna.

En el pequeño transcurso de la bajada, Edd miró con mucho interés los pocos conejos que se encontraban en la zona ir corriendo de un lado a otro antes de ocultarse en sus madrigueras entre los escombros de unas viejas casas que fueron abandonadas.

Si bien se pensó en extender el pueblo para que llegara hasta la granja del cerro, la cancelación de la línea del tren fue un factor importante como para impedir ese plan.

Y hablando de la línea del tren, Edd se quedó mirando las vías de madera totalmente dañadas y cubiertas por la nieve.

La pequeña estación del tren que se encontraba justamente al lado del camino estaba muy dañada al igual que las pocas casas abandonadas que se encontraban en la zona.

La estación de tren estaba tan dañada por la falta de mantenimiento que los ladrillos rojos se encontraban totalmente picados por la erosión y la madera del techo para cubrirse de la lluvia se encontraba totalmente frágil junto con algún que otro hueco en donde la nieve podría pasar sin problema alguno.

Si bien el ambiente era triste y frio por la nieve, Edd decidió tomarse unos cuantos minutos de su tiempo en subirse a la pequeña estación e inspeccionar un poco con la mirada el lugar intentando no tocar nada para evitar un derrumbe.

No es como que la madera estuviera húmeda y podrida como para no soportar el techo, pero era mejor no arriesgarse e ir al hospital por estar curioseando.

Edd se preguntó del por qué habrán cerrado esa línea del tren.

Y si bien había una nueva línea del otro lado del pueblo, esa línea aun podía funcionar muy bien y se hubiera acoplado mejor a la parte del pueblo de ese lado.

Inspeccionar la estación abandonada fue interesante para Edd hasta cierto punto, sin embargo, fue muchísimo más interesante ver el camino del tren en donde un gran túnel se pasaba atravesando el cerro para ir hacia al otro lado.

Hubiera sido interesante ir en tren y pasar específicamente por ese túnel para saber qué tan profundo y oscuro era.

Edd se sentía en paz.

El sonido de las ramas moverse por el viento, el frio aire y las montañas de nieve era algo sumamente bello.

Tanto como para poder sentarse y apreciar un poco la vista.

Y con tan solo tener ese pensamiento en la cabeza, Edd miró con mucho interés las sillas de madera que se encontraban pegadas a la pared de ladrillos.

Todas se encontraban sucias, evidentemente, todas estaban cubiertas de tierra y telarañas a excepción de dos. Una de esas sillas se encontraba totalmente tupida de nieve por el hueco del techo y la otra simplemente estaba tapada por un saco abandonado y totalmente tieso por el agua que le cayó y se congeló por el frio.

Edd se preguntó a sí mismo si ese asiento se encontraba en buenas condiciones como para poder sentarse un rato. Esa pregunta solamente se respondió por si sola en cuanto él mismo levantó ese sacó como si fuera un plato al estar tan tieso.

Esa prenda estaba tan tiesa que incluso se partió a la mitad como una tostada al momento de ser levantada.

Algo que Edd le provocó sorpresa por milisegundos antes de darse cuenta que el asiento que estaba debajo de él se encontraba sumamente limpio por ese saco.

Con una pequeña sonrisa de lado, el castaño de ojos color chocolate se sentó con un pequeño suspiro.

Vaya, ni él mismo se dio cuenta que estaba cansado por la caminata y posiblemente por todo lo que tenía en la cabeza por el dueño de esos ojos dorados.

Tan casado, tan agotado...

Edd se sentía tan cómodo en esa silla que ni se dio cuenta que sus propios ojos se fueron cerrando más y más hasta que estos se cerraron por completo.

Quedando totalmente dormido y entrando en el maravilloso mundo de Morfeo.

●▬▬▬▬▬▬▬▬ Tiempo Después ▬▬▬▬▬▬▬▬▬●

Fuertes sonidos resonaron en sus tímpanos.

Sonidos totalmente desconocidos para él.

¿Era eso un silbato?

Fuera lo que fuera, esos sonidos fueron sumamente molestos como para continuar durmiendo en ese cómodo asiento.

Al comenzar abrir los ojos, Edd continuó estando con los típicos efectos del sueño.

Su visión continuó borrosa, los sonidos eran demasiado confusos como para distinguirlos y lo único que podía ver eran luces y sombras.

Su cuerpo se encontró un poco entumecido por permanecer mucho tiempo en la misma posición y posiblemente por el frio también.

Con mucha dificultad, Edd talló sus ojos con ambas manos para aclarar la vista, pero al hacerlo, sus ojos se abrieron como platos por lo que acababa de apreciar.

Su confusión y sorpresa fue tanta que incluso volvió a tallarse los ojos para intentar limpiarse los últimos rastros del sueño y rezar que lo que estaba viendo no era una alucinación.

Pero al ver que en verdad estaba despierto, no pudo evitar quedarse totalmente en shock.

Un gran hermoso tren se encontraba frente a él.

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