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Capítulo 31: Superando expectativas.

Capítulo 31. Superando expectativas.

Bueno y básicamente ese es el motivo de mi lamentable estado, atada a una camilla y siendo consciente del grado de credulidad que me había llevado hasta allí.

Todo era culpa mía por fiarme con tan poca información. Por querer tener a alguien más y sentirme menos indefensa. Yo... resultaba difícil de creer los motivos que me habían llevado y entregar mi confianza a un extraño, pero ahí estaban, torurándome en silencio.

O quizás fueran las secuelas de las múltiples pruebas a las que había sido sometido desde el instante en el que puse un pie en este asqueroso agujero.

Apenas me recuperaba de lo más parecido a una silla eléctrica que había experimentado nunca cuando Ryan (tal vez fuera hora de llamarlo por su verdadero nombre, Hanry) había tenido el valor de asomar su traicionare hocico a la sala de las torturas.

—¿Qué quieres ahora? —Escupí con todo el rencor que fui capaz de reunir en mi voz.

Una sonrisa retorcida se formó en los labios del lunático.

—Solo pasaba a ver como estabas. Nadie puede culparme por preocuparme por tu estado, preciosa. Eres muy importante para mí, espero que pronto lo comprendas —arrugué la cara cuando posó los dedos en mi rostro. Intenté rehuir de su tacto pero estaba tan fuertemente sujeta que me resultó imposible.

Gruñí mostrando mi descontento.

—Aparta tus repugnantes manos de mí.

Pero lejos de hacerme caso siguió acariciándome la mejilla, la sien, la frente e incluso la comisura inferior del labio sin dejar de mirarme ni un segundo.

—Antes no parecía importarte.

Los dientes me chirriaron de la fuerza con la que apretaba la mandíbula.

—Fue antes de saber que eras un asesino psicótico que había jugado descaradamente conmigo para luego encerrarme en un maloliente agujero y torturarme sin consideración. Fue antes de saber que eras el alfa del que tanto hablaban y del que fingiste ayudarnos a escapar.

Los ojos verdes de Hanry se entrecerraron un segundo antes de sacudir la cabeza con diversión.

—No alcanzas a comprenderlo. Nunca te torturaría, Thara. No permitiría bajo ningún concepto que alguien te dañara. Esto son pruebas que te harán más fuerte. Pruebas que nos mostraran tu potencial. Desagradables, sí. A mí tampoco me gusta. Pero necesito toda tu capacidad. Toda tu energía a la causa.

Me sacudí consiguiendo por fin que me soltara. Respirando con dificultad giré el cuello para no verle. No mirar un rostro que alguna vez consideré de confianza.

—¿Dónde está Luke?

En aquellos momentos era lo que más profundamente me preocupaba. Incluso más que mi integridad, que había sido destruida recientemente. Él nunca se fío de Ryan, jamás bajó la guarida a su lado y ha sufrido por no haberle hecho caso.

Probé a mover los dedos que comenzaban a dormirse debido al poco riego que recibían.

Hanry resopló con desdén.

—¿Aún sigues pensando en tu lobito? Descuida sigue vivo —el corazón me dio un vuelco al oírle —al menos de momento.

—No sientas repulsión hacia mí, Thara. Sé que en el fondo ardes de deseos de conocer todo. Aún pretendes escucharme —cerré los ojos mareada y presioné los labios furiosamente —y hablaremos, pero ahora hay otros asuntos de los que debo encargarme.

Las pisadas se alejaron con lentitud, aguanté la respiración cuando se detuvo un segundo, indeciso.

—No le hagas más daño del necesario —ordenó a Kramer quien era el encargado de supervisar lo que quiera que me estuvieran haciendo —o serás tú el encadenado a esa mesa y yo quien regule los voltios que romperán tus huesos.

Y se largó. Un suspiro de alivio escapó involuntariamente de mis labios. Un alivio demasiado efímero para mi gusto.

—Esto será desagradable —me advirtió el segundo-al-mando —no te muevas.

Miré las grotescas gafas que planeaba ponerme en el cráneo. El miedo me recorrió como un dolor físico cuando unos afilados y para nada inofensivos pinchos salieron de la parte inferior.

Sospechaba que si no me aplicaba el consejo sería capaz de penetrarme un ojo sin cuidado así que me forcé a permanecer quieta mientras ajustaba la correa entorno a mis sienes.

Me estremecí ligeramente al contacto con el metal frío.

—Como hombres lobo tenemos la capacidad de ver de forma diferente a los otros seres humanos. Nuestra vista abarca una distancia considerable y durante las transformaciones somos capaces de detectar el calor, los movimientos más imperceptible. Este aparatejo —pasó los dedos por los cristales de las gafas —sirve para determinar tu capacidad visual.

Los cristales eran prácticamente opacos, la luz era una percepción casi inexistente y las formas se movían en una extraña danza que comenzaba a marearme. Tragué saliva despacio antes de preguntar con voz rota:

—¿Y para qué son exactamente los pinchos?

—Normalmente el dolor es un desencadenante esencial. Saca a flote tu instinto por sobrevivir y te hace más fuerte.

Me pasé la lengua por los labios resecos cada vez más aterrorizada. Pensaba que después de achicharrarme hasta que no me quedaron fuerzas para gritar sería merecedora de unos instantes de calma. Al parecer el ritmo de los planes de Hanry era demasiado frenéticos como para permitir una sanación de las quemaduras que marcaban el último rincón de mi piel.

No tuve oportunidad de seguir preguntando porque deslizó el pulgar a una pequeña rueda situada en un lateral que lanzó los pinchos como un resorte. Aullé de dolor cuando profundizaron en la piel de mi mejilla.

Cerré los ojos con fuerza mientras continuaba chillando por el ardor que me abrasaba en las heridas cada vez más profundas. Si seguía así terminaría con metal dentro de los sesos. Me sacudí violentamente en un afán desesperado e inútil de escapar.

—¡Abre los ojos!

A pesar del insoportable quemazón y los espasmos musculares que padecía en cada rincón del rostro me obligué a abrir los ojos de golpe.

Parpadeé sorprendida ante la visión que contemplaba que no se parecía en absoluto al techo mugriento y las luces titilantes de hace unos minutos.

Seguía en el extraño sótano forrado por azulejos rotos pero no era la misma sala donde mi cuerpo aún emitía pequeños quejidos de dolor. No, frente a mí tenía el cuerpo de Luke encadenado al suelo con un espantoso aparato eléctrico sujetado al antebrazo. Una enorme aguja penetraba en su piel inyectándole un líquido que le mantenía reducido a un estado desastroso.

Los labios entreabiertos del chico se abrían y cerraban con lentitud pero no era capaz de escuchar lo que decía, únicamente observaba atónita la situación.

—Luke —murmuré despacio sin dar crédito.

Era real, de eso estaba convencida pero no alcanzaba a comprender la razón de que lo estuviera viendo si seguía atada a la maldita camilla en otra habitación mientras decenas de agujas me desgarraban la piel.

—Thara.

Jadeé en voz alta mirando desorientada el rostro de Kramer cuya expresión fui incapaz de interpretar. Parecía... fascinado y sorprendido a partes iguales, como si él tampoco comprendiera del todo lo que había sido capaz de ver.

La sangre me manaba de las heridas abiertas en mi carne, resbalando hasta que tuve el regusto ferroso en los labios.

—¿Qué ha pasado? —Demandé saber.

Kramer se acarició el mentón sin despegar la atención de mí ni un solo instante.

—Lamentablemente no estoy del todo seguro de lo que acaba de pasar. Tengo que decirte, no obstante, que has superado las expectativas de la prueba.

—¿¡Y qué significa eso?! —Bramé.

Empezaba a cabrearme seriamente. El enfado me recorría las venas como un veneno caliente que iba en aumento. Un calor que me resultaba espeluznante y familiar. Me estaba transformando. Después de todas las horas padeciendo el lobo decidió salir a luz, manifestándose ante la rabia que de tanto acumularse había terminado por explotar.

Y esta vez no me preocupé por controlarlo. Me abandoné felizmente al descontrol animal que manó desde lo más profundo de mi ser, extendiéndose hasta el último de mis miembros y regenerando un cuerpo destrozado y mancillado.

Dejar al lobo sin obstáculos no suponía abstraerse del malestar que experimentaba antes de cada una de las transformaciones.

Comencé a sacudirme con fuerza, haciendo caso omiso a la voz de Kramer distorsionada que rebotaba en el interior de mi cráneo. Pataleé violentamente hasta que escuché un desgarro fuerte y rápido.

La primera cinta se había roto.

Arqueé la cadera y clavé las uñas en el metal que emitió un desagradable chirrido.

Segundos después estaba tendida en el suelo convulsionando y rasgando el suelo con las uñas ante la ira del lobo.

Aullé con fuerza mientras el mundo giraba en una espiral de oscuridad que me lanzó de bruces a la inconsciencia.

En algún lugar lejano, Luke aulló en respuesta.

#FiebreDeHombresLobo, ¿quién más la padece? Por cierto, estaba deseando usar la imagen de aquí arriba hahaha, ¡por fin llegó! Creo que la más impaciente por construir el final soy yo. Debo comunicar que no faltan ya demasiados capítulos para el cierre definitivo de este primer libre de #FiebreSobrenatural.

Voy a echar de menos a mis lobitos cuando eso pase, pero de momento ¡a disfrutar de ellos! Bueno, ¿qué os ha parecido el capítulo?

#HombresLobo

#ElGenAlpha

#HeDejadoDeMirarAlgunasHistoriasDeEsteGéneroPorqueMeSangrabanLosOjosEInclusoElCerebro

#ElPróximoCapítuloPovLuke

#Thara

#Luke

#Hanry

#QueremosAveriguarLosMotivosDeHanry

#HipótesisAquí

#ReclamacionesAquí

#EsosComentariosQueTantoMeGustanAquí

#AmorALosGemelosAlfa

A ver si prontito podemos estrenar tráiler cortesía de SarleyMoon

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