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Capítulo 23. Instinto sobrenatural.

Capítulo 23. Instinto sobrenatural. 

—¡Joder!

Comencé a chillar de repulsión. Aún estaba desorientada por la vuelta a la consciencia que había experimentado solo pude encogerme de repugnancia ante el cuerpo sin vida y descuartizado de un pequeño zorro.

El pelaje anaranjado estaba salpicado de sangre viscosa y oscura y tenía la cabeza contracturada hacia un lado.

Saqué la mano del interior de sus entrañas mientras sufría convulsiones, tratando de no vomitar por la asquerosa visión que tenía frente a las narices.

Ahora no tenía duda de que era la sangre que me empapaba el brazo y goteaba por mi barbilla. Y demonios, la tenía en la boca.

Escupí sucumbiendo a los impulsos de vomitar y vacié el estómago de todos los seres del bosque que había devorado para saciar al lobo.

Me levanté tambaleándome para comprobar que al menos yo estaba entera. Paseé los dedos dejando huellas de sangre por mi piel desnuda pasando por las marcas del mordisco que parecían más intensas.

Después del ataque de pánico ante la visión de lo que me transformaba dejé atrás el cadáver medio devorado del zorro.

Bueno, Thara, ¿dónde estás?

Alcé la vista al cielo para comprobar que el sol acababa de despuntar y que me encontraba a pocos metros de la carretera. Al menos eso intuía el escuchar el clamor de los coches muy cerca.

Caminé en esa dirección aún conmocionada y con el extraño sabor a sangre y carne fresca en la boca hacia la carretera.

Una carretera que no estaba tan cerca como escuchaba, ya que caminé al menos media hora antes de alcanzar la autovía.

Gruñí en voz alta y me froté las extremidades entumecidas.

¿Dónde estaba Luke? ¿Y Ryan?

No les había visto en mi trayecto a través del bosque y tampoco estaban en la cuneta. Una cuneta que estaba notablemente más cerca de la ciudad, ya que ya era visible el polígono industrial de las afueras.

—¡Luke! — Chillé a ninguna parte en particular — ¡Ryan!

Nada, ¿dónde estaban esos dos? ¿Les habría despedazado?

Suspirando me froté la frente con el dorso de la mano para mitigar el dolor intenso de cabeza. Pequeños flashes me martilleaban por detrás de los párpados, similares a los que recordaba de la noche que fui mordida.

Otra vez esos ojos rojos. Unos amarillo intensos. Una pelea entre dos. Luego un dolor intenso y después el zorro.

Me veía a mí misma, desde una perspectiva extraña agazapada acechando al pequeño zorro de gran cola y pensando cuan fácil sería acabar con su vida. Saltaba hacia delante y me lanzaba a su yugular para escuchar el chasquido de la muerte entre mis propias mandíbulas.

Tropecé hacia delante sumergida en lo que parecía un recuerdo nítido de mis incursiones dentro del lobo. El ardor en las palmas de las manos me mandó directa a la realidad en la que tenía que encontrar a Luke para continuar viva.

¿Por dónde empezaba?

Mantén la cabeza fría, Thara, ¿qué hacía Scott McCall para encontrar a la gente?

Cerré los ojos con fuerza centrándome en todo lo que sabía acerca de hombres lobos mezclado con mi propio instinto pulsante.

Olor.

Si encontraba su olor le encontraría a él. Cada persona o animal era poseedora de un olor característico, una marca de identidad que los depredadores usaban para rastrear. Era un rastro claro que me llevaría hasta Luke. Pero, ¿cómo?

Busqué en lo más profundo de mí, ansiando un poco de ayuda de la parte sobrenatural que circulaba con intransitividad por mis venas.

Mi mente compuso el rostro del chico, con los ojos azules enfocados al frente y una sombra de sonrisa en los labios. Había pasado el tiempo suficiente como para tenerlo.

Me cosquilleó la nariz ante el recuerdo olfativo que logré extraer.

Bien, perfecto. Bien. Bien.

Me levanté con cuidado deseando con todas mis fuerzas que aquello fuese real y no un delirio de una mente cansada y corrompida.

Un débil rastro fue el incentivo que necesitaba para despegar los pies del suelo y lanzarme en carrera siguiendo algo tan ambiguo como mi propio instinto.

No era tonta, sabía que en algún momento la barrera que tan pulcramente había mantenido entre mis dos mitades ya no estaba.

¿Cómo si no iba a recordar algo de lo que hacía durante mis transformaciones? ¿O iba a usar mi olfato para localizar a un hombre lobo?

Un hombre lobo, el ser que más desorden despertaba en los esquemas animales que tenía fijados desde hace siglos en mi genética.

¿Cuál sería la relación de los Portadores con estos seres?

Y me estaba yendo por las ramas.

Literalmente porque el aroma de Luke estaba impregnado en la corteza de las ramas de un bifurcado olmo. Rasqué con las uñas el musgo siendo plenamente consciente de la sangre que manchó las yemas de mis dedos.

La preocupación me atenazó el estómago.

Salté hacia delante cayendo con las piernas dobladas y a medio palmo de romperme los dientes contra el suelo pero impune.

Estaba cerca. Terriblemente cerca.

—¡Dios Mío! ¡Luke! —Me tapé la boca noqueada y aterrada.

Ryan que se encontraba un par de metros a la derecha también tendido en la hierba alzó la cabeza ante mi grito. Corrí sin preocuparme de las raíces hacia el cuerpo del chico.

—¿Qué ha pasado? —Grité mientras me desplomaba al lado de Luke y apartaba los jirones que ahora era su jersey.

Seré sincera: tenía el corte más feo que os podéis imaginar atravesándole el pecho. De hecho era circo marcas perfectamente equidistantes de las que manaba sangre.

Luke tosió y gruñó cuando mis dedos rozaron cerca de las heridas.

—Hanry —dijo Ryan llegando hasta nosotros —eso es lo que ha pasado. Nos topamos con miembros de su manada que no estaban buscando. Te habíamos perdido y bueno, Kramer no es especialmente cuidadoso.

—¿Esto se lo ha hecho Kramer? — Balbuceé sin apartar la mirada del rostro pálido y perlado del sudor del chico.

Aún no había abierto los ojos y sus quejidos eran cada vez más débiles.

—Y le habría matado. Por suerte conseguimos salir de ahí gracias a tu aparición. Saliste corriendo por un lateral y te siguieron dejándonos a los dos heridos pero vivos.

Apreté los labios. Eso no lo recordaba. Me era indiferente en aquellos momentos.

Acaricié la mejilla de Luke con delicadeza que farfulló algo.

—¿Luke? —Pregunté buscando una respuesta de su parte que no obtuve. Crispé los dedos sobre su piel — Luke. —Me giré hacia Ryan —¿No podemos hacer nada? No se está curando.

Quizás también podríamos acelerar el proceso de curación, ¡o quitarle el dolor! Ansiaba que ese no fuera otro argumento inventado por Jeff Davis y que realmente aportara algo de ayuda a la situación a la que nos enfrentábamos.

—No lo sé, Thara.

Deslicé los dedos por debajo de su barbilla sin decir palabra. Tenía que curarse, ¿no? Él mismo me lo había dicho una vez, se curaban deprisa.

No supe cuando tiempo permanecimos allí pero puedo asegurar que fue una pequeña eternidad hasta que Luke tosió y abrió los ojos. Era apena una rendija que debajo entrever dos iris azules demasiado intensos en contraste con una piel blanquecina.

—Luke —murmuré agradecida —¿cómo estás?

—Horrible —contestó con la voz rota antes de lanzar un quejido. Alzó la mano para palparse los arañazos y cerró los ojos cuando él mismo se infringió daño —pero me curaré.

Oír eso fue un suspiro.

—Me alegro lobito —Ryan se agachó a mi lado — ¿podemos hacer algo para ayudarte?

No obstante Luke ni se molestó en contestar e interceptó la mano que aún mantenía sobre su rostro.

—Estás desnuda.

Parpadeé sorprendida. Era consciente de aquello, pero no me parecía relevante que yo estuviera desnuda cuando casi se desangra.

—Intrascendente —murmuré con las mejillas sonrojadas —¿por qué dices eso ahora?

Quería saber que demonios se le pasaba por la cabeza.

Luke gruñó algo y abrió los ojos por completo.

—Por nada. Una observación — profundicé el ceño enfadada —sí hay algo en lo que me podéis ayudar —se incorporó a duras pena quedando sentado —presiona las manos en la herida.

Lo miré como si hubiera perdido la cabeza, pero parecía aterradoramente cuerdo. Seguía muy pálido y la intensidad de sus ojos azules resultaba perturbadora. Suspirando extendí los dedos por los arañazos pero sin llegar a rozarlos.

Me mordí la esquina de la boca con aprensión.

—Thara —alcé la mirada — tranquila.

Me regaló una débil sonrisa que me dejó aún más claro lo agotado que estaba. Cerré los ojos un segundo antes de empujar los dedos por la herida abierta que rasgaba el pecho de Luke.

El chico jadeó en voz baja.

Un escalofrío escaló desde lo más profundo de mi ser diseminando espasmos a lo largo de mis brazos. Aguanté la respiración cuando algo cálido emanó de la herida del chico y me recorrió como una oleada.

Me aparté como si me hubiera electrocutado.

—¿Qué ha sido eso? —Pregunté ligeramente mareada.

—Un préstamo —Luke se llevó la mano a la herida que comenzaba a cicatrizar —era un método que usaba mi madre para ayudar a los heridos.

Luke se incorporó sin querer hablar más del tema.

Imité su acto sin ser capaz de apartar la mirada de los cortes que empezaban a desaparecer. Aún tenía grabado la descarga en cada uno de mis músculos. Me miré los dedos empapados de sangre reseca y crispé los puños.

Me clavé las uñas con fuerza en la palma para despertarme del entumecimiento mediante dolor.

—¡Ey!

Un jersey volador me impactó en la cara. Parpadeé y cogí la tela antes de que llegara a tocar el suelo. Lentamente le di la vuelta para dejar los arañazos en la parte de la espalda y me lo puse, estremeciéndome al percibir el profundo olor a sangre que desprendía.

Un pulgar recorrió la curva de mi barbilla tirando de la misma hacia arriba.

—¿Estás bien?

Giré bruscamente la cabeza haciendo que la mano resbalara hasta caer nuevamente a su sitio.

—Perfectamente —respondí.

Relajé las manos y sacudí la cabeza.

—La ciudad no está muy lejos, encontremos a este tipo y salgamos de una puñetera vez de este bosque.

Y sin más emprendí yo misma el camino sin detenerme a mirar si alguno me seguía. 

#FiebreDeHombresLobo ¡vuelve a mí! Gracias a un maratón de la quinta temporada de Teen Wolf me he puesto las pilas y el instinto asesino que quiere sangre ha emergido en mí. Bueno, bueno ¿qué os parece el capítulo? 

Por  cierto estoy replanteándome meter un perro del infierno por aquí para tener excusa y meter a Ryan Kelley

#ParkingWithParrish 

#ElGenAlpha

#Thara

#Luke

#Ryan

#Kramer

#TeamLuke

#LosShipperSonExtrañosAsíQueSiTienesUnoComentaAquí

#SeDespiertaMiParteMacabra

#QueremosOtro

#CuantoMásComentáisConHipótesisMásIdeasSeMeOcurrenAsíQueComentadAGranelYTendréisCapítulosAGranel

#HastaPronto


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