Hiro ha comenzado a gustarme, él están amable conmigo, no sé porque pero no solamente su amabilidad me atrae, sino que también su alegría, algo de lo cual yo carezco, pero cuando estoy con el todo cambia.

Mañana es 14 de febrero y deseo declararle lo que siento por él, pero a la vez me arrepiento, temiendo que no me corresponda. Han pasado 6 meses desde que nos conocemos, pero ha sido el tiempo suficiente, para darme cuenta que tal vez él es la persona indicada.

A mis 17 años, nunca he tenido un novio y mucho menos un beso, como también mi corazón nunca ha tenido dueño, bueno hasta ahora, porque Hiro se está convirtiendo en el dueño de mi corazón.

Estoy tratando de escribirle algo a Hiro, sino soy capaz de decírselo en voz alta, mejor que descubra mis sentimientos a través de una carta. De pronto soy sorprendida por Algodón de azúcar, quien había saltado hacia mi espalda, enterrando sus uñas, tal pareciera que sabe lo que hago y que sus celos comienzan hacerse notar.

-¡Ya déjame!- Le ordene, mientras me movía de un lado para otro, para que se soltase y lo logre. Comenzó a maullarme fuerte y furiosamente, si fueran palabras, fácilmente diría que me está maldiciendo.

Después de escribir la carta, me dirigí hacia la cocina para preparar el chocolate, pero no pude hacerlo ya que mi gato empujo el recipiente de sal, que se encontraba en el mueble de arriba, esparciéndola toda en mi mezcla. Por lo tanto se me fue imposible prepararle chocolates.

(...)

Al terminar las clases, deje la carta en su puesto, como él está en el club de baloncesto, vendría por sus cosas para irse, después de dos horas más o menos.

Llegue a casa muy nerviosa, me pregunto que dirá, ¿Me amara o tan solo me querrá como su amiga? No sé, pero pronto sabré las respuestas de aquellas preguntas.

Algodón de azúcar se veía furioso, me miraba con aquellos peculiares ojos, tan diabólicos, mientras me maullaba furioso, sigo pensando que el intenta hablarme.

Después de dos horas, se escucha el tocar de la puerta, apresurada fui abrir, era nada más ni nada menos que Hiro, quien se encontraba nervioso.

-Yana-chan, tú también me...- No puedo terminar o por lo menos no le dejaron, mi gato salto a su rostro de una manera impresionante, le arañaba el rostro de una manera violenta, acompañado con su maullar escalofriante- ¡Por favor quítamelo!

-Si- Trate de apartárselo, pero lo único que conseguí que me arañara la mano, además de que tenía mucha fuerza.

El gato no quería dejarlo tranquilo, de hecho su agresividad aumentaba y mucho más aun cuando dirigió una de sus garras en sus ojos, con la intención de querer arrancárselos, pero se detuvo ya que sintió a mi abuela llegando que aún se encontraba a unos metros de la casa, pero le olfateo identificando su cercanía. Algodón de azúcar, como el gato "Inocente" se apartó de Hiro, para ir a encontrar a mi abuelita.

-Es mejor que me vaya, mañana mejor hablamos-Me dijo Hiro, que aún continuaba choqueado por la reacción del gato.

-Si Hiro-kun, pero déjame acompañarte, tu ojo está sangrando- Lo mire horrorizada, a pesar que él se cubría el ojo con su mano, igualmente se podía notar el gran daño que recibió del gato.

-No, está bien, hay un consultorio cerca-Se va corriendo- Nos vemos mañana.

Mi abuelita se acercó a la entrada de la casa, con el gato en brazos, mirándome extrañada por mi estado.

-¿Qué sucede querida? ¿Por qué tu amigo se fue tan de prisa?- Pregunto mi abuela algo preocupada, mientras acariciaba el pelaje lila del gato.

-Nada abuelita, solo tenía prisa.

-¿Segura?

-Si-Dije cabizbaja.

(...)

Hiro me dijo, que quería hablar conmigo en la heladería al término de las clases, ambos nos dirigimos hacia allí, me encontraba nerviosa, de que diría, menos mal que Hiro no perdió el ojo, pasando al sorpresivo ataque de mi gato.

-Yana-chan, tú... también me gustas.

-¿De verdad?

-Si Yana-chan, hablo enserio y como tan enserio hablo-Toma una bocanada de aire- ¿Quieres ser mi novia?

-Sí, sí quiero ¿Pero aun así, teniendo ese gato celoso?

-Venga, solo es una mascota, los gatos son celosos por naturaleza.

-Sí pero él se ha pasado de los límites.

-Calma, si tiene un compañero, tal vez cambie.

-¿Un compañero?

-Si, al terminar el helado, me acompañaras a otro lugar.

Como había dicho, nos dirigimos, apenas terminar el helado al lugar que me había dicho, era una tienda de mascotas.

Había miles de perros, gatos, hámster, conejitos, conejillos de indias, de todo y Hiro tan amable me obsequia un cachorro Pomerania, le agradecí enormemente pero me preocupa que podría hacerle Algodón de azúcar.

Hiro y yo somos novios, estoy muy feliz, aún no hemos dado nuestro primer beso, pero cuando llegue el momento no dudo de que va a ser muy especial.

Nieve, así es como le puse al perrito, porque es blanquito como la nieve. Si tal vez sea mala para los nombres, pero puedo llamar a mis mascotas como quiera, aunque me arrepiento de haberle llamado Algodón de azúcar a ese gato, no es para nada dulce como pensé al principio.

-Mira Algodón de azúcar, te traje un amigo- El gato solo nos enviaba una mirada llena de odio- Por favor Algodoncito se bueno con él- Mulla enojado- No hay nada de malo de que tengas un compañero- El gato continuo maullando tan terroríficamente, que provoco que el perrito comenzara a llorar.

(...)

Al día siguiente, Nieve no se encontraba a mi lado, trate de llamarlo pero nada, entonces empecé a revisar rincón por rincón de la casa de mi abuela, hasta que lo encontré llorando, todo manchado de sangre, estaba herido, no sé hasta dónde más puede llegar este gato con actitud tan diabólica.

Lo lleve a la clínica veterinaria y todo salió bien, Nieve pudo salvarse le agradezco enormemente a Kami-sama y a los doctores. Pero para que no pase ninguna tragedia más, mejor se lo devolveré a Hiro, es lo mejor.

-Hiro-kun, lo siento pero no puedo quedarme con el perrito- Había ido hasta su casa para devolvérselo, claro que yo no lo llevaba conmigo ya que está hospitalizado- Algodón de azúcar, casi le mata, aunque los doctores digan que es imposible que haya sido un gato quien lo hirió, estoy completamente segura que fue ese gato diabólico.

-Si dicen que el gato no fue, es porque es así, tal vez tú le hiciste daño- Me miro acusadoramente.

-Claro que no, yo sería incapaz de hacerle daño, yo amo a los animales-Dije, sintiéndome ofendida.

-¡No seas cínica, tu gato debe ser así de salvaje por tu culpa!- Me grito y no solo eso, lo que me dijo fue muy cruel, no tarde en comenzar a llorar-...Lo siento...yo no quise gritarte, tal vez alguien más entro y le hizo daño.

-Hiro-kun, detesto cuando las personas mienten, sé muy bien que tu realmente crees que yo soy la culpable, pero no; yo digo la verdad Algodón de azúcar es el culpable, lo sé aunque me digan lo contrario, estoy segura que ha sido el- Dije dolida.

-Perdóname, no quise decir eso- Yo le ignore y comencé a irme- ¡Espera!- Me dijo, pero no hizo lo suficiente para detenerme.

Los doctores, me dijeron que fueron cortes y no rasguños, que habían sido provocados por alguien y que imposiblemente haya sido un gato. Pero yo estoy segura, algo me dice que ha sido él, él es un gato diabólico después de todo. Lo digo porque el regreso a pesar de que tan lejos lo haya dejado, además que regreso con aquel oso de peluche que por supuesto él no puede cargar, creo que hay algo más oculto en él , que tal vez sea un demonio con forma de gato, es la única conclusión que puedo sacar.

Él es un gato diabólico, aquel que no me deja tener amistades, ni tener novio, no me deja ser feliz. Es como si al haberlo adoptado haya sido un gran error, ya que gracias a ese error yo me he vuelto su esclava y mi vida está comenzando a oscurecer de nuevo, gracias a este gato diabólico.

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Que mal escribo, pero bueno :(