Capítulo 16: Le Coccinelle
🔸POV MARINETTE/LADYBUG🔸
—Si tu Ladybug de ese entonces sabía las identidades, —Le di un bocado a una galleta— eso significa que tu también lo sabes.
—Sí, por desgracia sí.
—Y sabiendo todo lo que sabía, ¿Por qué no se lo dijo y ya?
—Marinette, no es tan fácil... Lo intentó pero no cambió nada, seguían sin creerle.
—Que pena—Dije terminando la galleta— ¿Al final qué pasó?¿Cómo se solucionó?
—Digamos que una cosa así no se puede ocultar para siempre.
🔹 ADRIEN/CHAT NOIR🔹
Fotos, habían fotos y recortes de periódicos en esa caja vieja. Pero eran fotos de héroes y recortes sobre héroes.
"Le Paôn y Papillon salvaron París de un desastre." Decía un titular.
"Le Paôn y Papillon rescataron a una niña de una muerte segura." Decía otro.
"¿Dónde está Le Coccinelle?¿Habrá abandonado París y dejado al pueblo sin una de sus heroínas?"
Este último me llamó mucho la atención, en la foto del recorte del periódico había una chica con un traje muy parecido al de Ladybug. En él decía que Le Coccinelle dejó repentinamente de aparecer junto a Le Paôn y Papillon, dejando así la seguridad de París en manos de una pareja de héroes no muy bien avenida.
Seguí sacando fotos viejas y leyendo noticias.
Y entonces fue cuando vi, debajo de todos esos recortes e imágenes, un sobre tan antiguo como el resto de fotos.
"De Le Coccinelle, para Papillon." Decía en un dorso.
"Querido Papillon,
Sí, el motivo de esta carta es que a pesar de haberme ido lejos, han llegado a mis oídos de la muerte de Le Paôn, o lo que es lo mismo, Charlotte, tu mujer.
Conociendoos como os conocía, sé que no os habéis revelado las identidades y que has descubierto quien era Charlotte una vez ha fallecido.
Y sí, como puedes suponer conocía a vuestras formas civiles. No me malinterpretes, la tuya la conocía porque un día te vi por casualidad transformándote justo en el lugar en el que lo iba a hacer yo. Y el que Charlotte fuera Le Paôn era un poco obvio, al menos para mi, que era su mejor amiga cómo civil y como heroína. Ahora ya te podrás imaginar quien era yo.
Cuando me fui, lo hice por el equipo, yo solo entorpecía vuestra relación, veía como cada día os pasábais las patrullas discutiendo y sentía que era mi culpa.
También sé que habéis tenido un pequeño niño, será un hombre de provecho, al igual que sus padres, estoy segura.
Seguro que la batalla por el nombre la ganó ella. Tenía un gran carácter, cuando fijaba su objetivo nunca lo dejaba ir sin acabarlo antes. Así que seguro que el niño se ha acabado llamando Jean, Adrien o Félix, siempre decía que si algún día llegaba a tener un niño lo llamaría con alguno de esos nombres.
Volviendo al motivo de la carta, tengo una nueva vida, antes de irme le di mi miraculous de vuelta al señor Fu y ahora vivo tranquila con una nueva familia en un país muy alejado de Francia, sin duda fue la mejor opción.
Ojalá pudieras ver a mis hijos, llevan vuestros nombres, Gabriel y Charlotte, para que veas que nunca os llegué a olvidar y que sois muy importantes para mí.
Espero que estés bien y que no se te ocurra hacer una de tus famosas locuras, yo sólo te digo que dejes los muertos como están, muertos. Te podrías llegar a arrepentir de lo hecho gracias a las consecuencias.
Las cosas pasan por algún motivo, y lo único inevitable en esta vida es la muerte.
Con mucho cariño,
Le Coccinelle"
Esto me confirmaba al 100% mis sospechas acerca de mi padre. Me cansé de seguir viendo noticias que poco a poco iban a peor y cerré la caja.
—¿Tú sabías acerca de todo esto? —Pregunté a Plagg, el cual se mantuvo en silencio a mi lado y leyendo lo mismo que yo.
—No, —Me respondió serio— mi último Chat Noir antes de ti fue durante la Revolución francesa junto a otra Ladybug.
—Volvamos a casa de Marinette, allí te daré queso, hoy te lo has ganado. —Respondí algo decepcionado.
Me transformé y me dirigí a la casa de Marinette. Como aún era temprano, mi Lady seguía en la panadería, así que me di la libertad de entrar en su cocina para robar un poco de queso para Plagg.
Me quedé pensando todo el tiempo en el que tardaron los padres de Marinette en llegar a la panadería tras sus recados. Cuando al fin subió Marinette, le conté todo lo que había encontrado y decidimos pensar en qué hacer con lo que sabemos y mi padre.
—Sólo queda enfrentarnos a él. —Dijo ella seria.
—Lo mismo he pensado yo... —Le respondí no muy convencido— pero me asusta un poco como podría reaccionar...
—Adrien, —puso una mano en mi hombro— iba como alma en pena por la mansión y llorando por los rincones, se alegrará de verte sin importar que seas Chat Noir.
—Nosotros pensamos igual. —Dijeron los kwamis comiendo.
Y así pues, fue que decidimos que iríamos a ver a mi padre al día siguiente.
Fue una noche tranquila, incómoda para mi, ya que Marinette aún insistía en que yo durmiera en el suelo, pero al menos pude pensar toda la noche.
🔸POV MARINETTE/LADYBUG🔸
Me empecé a poner nerviosa cuando llegamos a las puertas de la mansión Agreste.
Llegamos como héroes y no como civiles, Adrien pensó que sería lo mejor para enfrentar a su padre.
—¿Vamos? —Chat me cogió de la mano, pude notar que estaba más nervioso que yo— Tengo ganas de terminar con todo esto.
Yo asentí y tocamos al timbre.
No hubo respuesta, así que insistimos tres o cuatro veces más, hasta que el mismo Gabriel Agreste nos abrió.
Cuando entramos, pudimos ver cómo estaba de dejada la mansión, se podía ver de lejos como el señor de la casa había despachado a todos los empleados. Seguramente porque se cansó de que le insistieran y aconsejaran sobre toda esta historia.
—¿Qué ocurre? —En el señor Agreste se podía ver cómo todos esos días sólo y pensando que no volvería a ver a su hijo le habían pasado factura. Ojos llenos de ojeras, rojos por las lágrimas, pelo despeinado y enredado y traje arrugado, dejando claro que no se lo cambiaba desde hacía días.
—Venimos para hablarle de su hijo. —En sus ojos se pudo ver cómo se encendía una pequeña luz de esperanza.
—¿Y bien? ¿Sabéis dónde se encuentra?
—Más o menos. —La luz de esperanza en sus ojos volvió a apagarse, y en su lugar apareció una expresión de enfado.
—Entonces no me hagáis perder el tiempo. ¿Para esto habéis venido?
—Señor Agreste, entendemos que esté triste, pero no hemos venido a hacerle perder el tiempo.
—¡Vosotros no entendéis nada! ¡No sabéis lo que es perder a un ser querido!
—¡Vale ya señor! —Chat, el cual se mantuvo en silencio, al fin abrió la boca— En este mundo no existes sólo tú, y no eres el único en haber perdido a alguien querido. Tú, mejor que nadie, debes de saber que para tu hijo tuvo que ser muy duro perder a su madre.
—¿Qué va a saber él? Si la perdió siendo pequeño.
—Porque cuando perdió a su madre, también perdió a su padre.
Y fue entonces que Chat, dejó salir a Plagg para dejar ver a Adrien.
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