Capítulo 14: ¡No toques a mi princesa!
Más tarde, en la azotea, estábamos Marinette y yo intentando descubrir qué fue lo que pasó para que no me transformara en gato en todo el día. Sin muchos resultados, ya que ahí la única persona que pensaba e intentaba descubrir algo era Marinette. Yo aún sigo encantado con la aprobación de sus padres.
—Marinette. —Dije yo mirando al cielo encantado.
—Dime, Chat.
—Adoro a tu padre.
—Chat por favor, —Me respondió cansada y con una mano en la cara a modo de desesperación— ¿Quieres pensar de una vez en lo que pasó?
—¡Pero si es obvio! —Exclamé acercándome mucho a ella— ¡Nuestro amor hizo que no volviera a transformarme en gato!
—Yo no recuerdo ningún beso. —Me apartó de ella poniendo un dedo en mi pecho.
—Porque te lo di estando tú apunto de dormirte, justo después de lo que sucedió en mi habitación.
—¡Pero entonces no contaría! ¿Que no ves que estaba dormida?
Seguimos discutiendo un pequeño rato más hadra que sonaron las campanadas de medianoche.
—Dejemos el tema... —Dijo ya resignada viendo que yo no cambiaría de opinión— Es hora de patrullar.
Se transformó e hicimos la ruta. De nuevo me evitaba.
"¿Por qué? ¿Qué he hecho yo ahora?"
Cuando terminamos con la ruta, nos dirigimos a la torre Eiffel, pero en el último segundo estiré de su brazo y la cogí en brazos de nuevo a modo princesa.
—¿Ahora a dónde me llevas? —Dijo mi Lady de brazos cruzados.
—Vamos a ver al maestro Fu, ahora saldremos de dudas.
—¡Pero podemos ir mañana! ¡no lo despertemos!
Ignoré lo que me dijo y seguí el camino a casa de Fu, lo despertamos llamando a la puerta y nos dejó entrar aún un poco dormido.
—Disculpenos por las horas, maestro, pero aquí el idiota vestido de gato insistió en venir a preguntarle ahora en lugar de mañana.
El maestro bostezó mientras nos servía un té.
—No os preocupéis, estoy aquí para lo que necesitéis. Por algo sois Ladybug y Chat Noir.
—Mire maestro, —Dije yo antes que Marinette— ayer por la noche, hacia esta hora, tuvimos ella y yo una conversación... —Pensé un poco en la palabra justa— Muy reveladora, digamos que nos dijimos lo que sentíamos el uno por el otro y más tarde, de vuelta a su casa y con ella medio dormida, la besé y me dormí yo también. Y así esta mañana ya no era gato.
"Sin mirarla siento como se sonroja" Reí para mis adentros.
—Ha sido el amor. —Dijo Fu convencido y aún un poco adormilado, Marinette se sonrojó.
—¿P-puede explicarlo un poco más detalladamente? —Pidió Marinette nerviosa y roja.
—Es más sencillo de lo que pueda parecer. —Anunció Fu— Vivisteis un momento de amor puro y ese beso debido a ese momento debió bloquear la transformación de Chat en animal. O por lo menos es lo que me viene en mente. Tal vez sea temporal, tal vez sea permanente. Eso ya no os lo sé responder.
"Eso es" Asentí de brazos cruzados para mi mismo.
—Y ahora que ya os he sacado de dudas... ¿Me dejáis volver a la cama? —bostezó de nuevo el maestro— son casi las dos de la madrugada.
Los dos asentimos y salimos de la casa del maestro Fu, Marinette no me quiso dirigir la palabra.
"¿Pero por qué me hace siempre esto?"
Al llegar a casa de Marinette, ella entró y me dejó fuera a la intemperie.
Sonaron las campanadas de las dos y con miedo esperé a mi transformación en gato, pero no llegó.
"Perfecto, me gusta ser humano." No sé si era sincero o irónico, porque en parte también me encantaba ser el gato de Marinette.
Toqué un par de veces al cristal del tragaluz, hasta que Marinette, harta de escuchar ruidos abrió.
—¿Qué quieres? —Dijo con impaciencia.
—¿No me vas a dejar entrar? —Le respondí pícaro.
—¿Vas a seguir aquí cuando me despierte? —Me respondió en forma de pregunta de igual modo que hice yo.
—Marinette, a tus padres no les importa...
—Te dejo entrar con tres condiciones. —Yo asentí la cabeza en modo de aceptarlas sin siquiera escucharlas— Uno: Mañana por la mañana te levantarás antes incluso que mis padres y te irás para que no te vean. Dos: dormirás en el suelo.
—¿Y tres?
—Intentarás destransformarte ahora mismo.
Acepté las tres condiciones y me dejó entrar. Lo primero que hizo fue darme un par de mantas y una almohada. Después me miró fijamente a los ojos y suspiró como si se estuviera preparando para algo fuerte. Comprendí que era el momento de intentar volver a ser Adrien. Marinette se puso de espaldas a mi, como si no me quisiera ver.
Lo intenté varias veces y no conseguí nada. Frustrado me dejé caer en el suelo.
—Venga, inténtalo una vez más. —Marinette me ofreció su mano para ayduar a levantarme y sin soltarla intenté de nuevo destransformarme.
Una, dos y tres veces, seguía sin funcionar.
—Concéntrate, yo estoy aquí. —Apretó más fuerte mi mano para darme apoyo. Lo volví a intentar y cuando empezaron a salir luces verdes y negras de mi traje ella apartó la vista y cerró fuertemente los ojos.
—¡Uaaa! —Bostezó mi viejo amigo negro y volador— ¡Por fin he salido!
—¡Plagg! —Dije sin poder ocultar mi emoción— ¡No sabes cuánto te he extrañado! —Solté la mano de Marinette y abracé a mi kwami.
—Ya, ya, —Empujó él intentando separarse de mi— estoy más feliz yo que tu.
—¿Tanto me has echado de menos?
—¡No! ¡No sabes lo agobiante que es estar dentro del cuerpo de un chico con las hormonas por los aires! Yo veía lo que tú veías y escuchaba lo que pensabas.
Abrí los ojos con miedo, ¿No será capaz?
—¡Todo el día pensando en los pechos de Marinette! ¡Eres un pervertido!
—¿¡Qué!? —Marinette me miró al fin furiosa, hasta que se dió cuenta que ya no llevaba la máscara de Chat Noir, así que se enrojeció y apartó la vista— ¡Maldito gato pervertido!
—Oye Marinette, —Dijo mi ya no tan añorado kwami— ¿Me podrías dar algo de queso? Llevo sin probar bocado desde hace semanas.
—¿No podrías esperar hasta mañana? Ahora es muy tarde... —Plagg asintió.
"Já, y a mí me obliga a tener queso siempre encima para él."
Después, Tikki se llevó a rastras a Plagg fuera de la habitación, comprendía que ambos necesitábamos un momento a solas.
Cinco minutos de silencio se convirtieron en diez, después en quince.
Ella nunca me miraba y siempre se mantenía en silencio.
Así que decidí hablar yo.
—¿Por qué ya no me miras?
—Porque no eres Chat. Si cierro los ojos o no te miro aún siento que eres el gato pervertido.
Puñalada en el pecho.
—Oh, Marinette... ¿A caso prefieres a Chat antes que a Adrien?
—¡No! —Se apresuró a decir— Es sólo que... Cuesta de asimilar.
—Pero si ya lo sabías...
—Sí, pero... —Pensó un poco en lo que me iba a decir, aún sin mirarme— mi madre me contó que cuando estaba embarazada de mí, sólo se lo creyó cuando vio la primera ecografía... Pues lo mismo me pasa a mi ahora... Estoy empezando a asimilar que tú y el gato tonto sois el mismo...
—Bueno, bichito, si te ayuda yo nunca tuve que asimilar nada. En cuanto te vi destransformándote en mi cabeza empezó a tener todo sentido. —La abracé, sentí como su cara empezaba a calentsrse por el sonrojo.
Al cabo de un rato al fin podíamos hablar tranquilamente, ella al fin lo asimiló y me hablaba como siempre me había hablado siendo Chat Noir, a excepción del sonrojo permanente que llevaba en las mejillas.
—Eres un cerdo pervertido ¿Ahora cómo podré mirar a los ojos al Adrien que creía conocer? —Bromeó dramática.
—Si me besas no me estarás mirando a los ojos ¿Probamos? —continué con la broma.
—Oh sí, claro. Tampoco tendré que mirarte a los ojos si me voy a dormir. Buenas noches.
Se metió en la cama y cuando intenté meterme yo también me echó diciendo que no estaba cumpliendo con las condiciones. Esta noche dormiré con el frío suelo...
A la mañana siguiente, conseguí levantarme antes que los padres de Marinette, me transformé y salí de allí no sin darle un beso en la frente a mi princesa.
Decidí ir a mi antigua habitación para coger un par de cosas en lo que Marinette iba a escuela y volvía a casa.
Cuando llegué a la ventana de mi dormitorio, vi que mi padre estaba sentado en un borde de mi cama con los codos en las piernas y la cabeza entre sus manos.
Estaba llorando.
Dudé entre si entrar o no, así que me quedé en la ventana observándolo.
Al cabo de un rato, entró Natalie y le avisó de algo que lo obligó a salir de allí. Fue entonces cuando entré, cogí un par de cosas y me volví a ir con la intención de volver pronto.
Después de vagar por París con mi padre en mis pensamientos, vi que ya empezaba a ser la hora en la que Marinette saldría del Instituto, así que fui a buscarla.
Cuando llegué la encontré en la puerta del edificio hablando con el tomate podrido. Mantuve una distancia prudente para escuchar sin ser visto.
—Nathaniel, lo que pasó el otro día...
—Sí, dime.
—Verás... —Suspiró pesadamente a la vez que se lo llevaba a un lugar apartado, yo les seguí— Chat Noir y yo tenemos una relación extrañamente estrecha. Y él por culpa de un akuma se convirtió en un gato doméstico.
—Y lo adoptaste.
—Sí, pero en ese momento no sabía que era él...
—¿Le quieres? —Sentí dolor en la mirada de Nathaniel, sentí que tenía que hacer algo para hacerle reír.
—Sí.
El tomate se acercó a ella para abrazarla tristemente, pero yo fui más rápido y cogí en brazos a modo princesa a mi princesa antes de que se tocaran.
—¡No toques a mi princesa! —Dije riendo, de su rostro desapareció la tristeza y empezó a reír. No es tan mal chico después de todo.
—Gato tonto. —Dijo ella sonrojada en mis brazos— ¿A dónde vamos?
—Quiero que conozcas a mi padre, ya es hora de que sepa lo que ha pasado y que sepa quién soy.
******
Estrellita 🌟 y comentario 💬 si os ha gustado!!
Cia-ciaooo👋👋👋
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro