Capítulo 11: Una amenaza para Chat
—Tikki, por favor, —Dijo Marinette nada más cerrar la puerta principal tras de si y apoyándose en ella- recuérdame prohibirle terminantemente a Alya hacer más fiestas sorpresa de ese tipo.
—Lo dices como si creyeras que te hará caso.
Marinette suspiró rendida y se encaminó conmigo en brazos y Tikki en el bolso a casa del maestro Fu. De nuevo, Fu no se esperaba nuestra llegada, según me dijo Marinette, la primera vez que vio al Maestro Fu, este la estaba esperando, pero al parecer estos últimos acontecimientos los está pillando desprevenido.
—¿Así que cuando lo besaste se transformó? —dijo él mientras me observaba y se tocaba la barba— ¿Habéis probado a besaros de nuevo? —los dos negamos con la cabeza, el maestro nos hizo una seña a modo de decirnos que lo intentáramos en ese mismo momento. Marinette me agarró en brazos y como si nada me dio un pequeño beso en el hocico, no funcionó.
"Creo que deberíamos probar de nuevo" pensé medio atontado por el beso, que vale, para ella no ha sido nada porque ha besado a un gato, pero a mi me ha besado mi Lady, ya me entendéis.
Fu se quedó observándome mientras se acariciaba la barba, estaba pensando en algo. Pocos segundos después se levanta, se dirige a un armario mucho más grande que él y empieza a coger varias plantas secas y especias que tenía guardadas en el mueble, las dejó sobre la mesa en la que estábamos Marinette, Tikki y yo y por último cogió un mortero de cerámica junto a una cuerda marrón claro. Empezó a moler las plantas secas en el mortero, después le echó un chorrito de un tipo de aceite raro de color rojo y por último depositó la cuerda dentro.
El maestro Fu volvió a levantarse y trajo té para él y Marinette, un plato de galletas para Tikki y leche en un pequeño cuenco para mí.
—Ahora debemos esperar. —Dijo al fin él— Si funciona tal vez consigamos hacerle volver a la normalidad.
—¡Eso es fantástico! —Se alegró Marinette.
—No he dicho que vaya a funcionar, —le frenó Fu— sólo que si funciona bien podría ser que vuelva a ser humano.
Al rato, empieza a salir una especie de humo marrón de la mezcla del maestro Fu.
—Está lista. —Anunció él, luego me acercó el cuenco— Tómate esto mientras que yo te ato la cuerda a la pata.
Obedezco, la mezcla de plantas secas estaba asquerosa y lo peor de todo fue que mi cuerpo no cambió, no pasó absolutamente nada.
—¿¡Pero por qué no me transformo en humano!? —Pensé. Espera, no lo he pensado, ¡lo he dicho en voz alta!— ¡Puedo hablar! ¡Marinette mira, puedo hablar!
—No ha funcionado como me esperaba... —Dijo el maestro Fu pensativo— pero por el momento será suficiente, seguiré buscando una solución.
Cuando terminamos el té, el maestro Fu nos echó de su casa diciendo que se pondría ya mismo a investigar. No hace falta que se de mucha prisa, me gusta esto de ser gato y ahora que puedo hablar será mucho mejor con Marinette, espero.
—No sabes cuánto me alegra poder hablar. —Le dije a Marinette mientras me llevaba en brazos de camino a su casa.
—Hay que reconocer que es un gran avance.
Luego, al llegar a casa, Marinette se puso a hacer los deberes para el día siguiente, que ya sería Lunes.
—¿Sabes una de las cosas que más me gustan de ser gato? —Dije— ¡Al no ir a la escuela no tengo deberes!
—Muy bien. —Me respondió ella concentrada.
—No te puedes imaginar lo dura que es la vida de modelo, —Le comenté más tarde mientras ella preparaba las cosas para el día siguiente— no puedo comer lo que quiera, no puedo engordar y apenas tenía tiempo libre.
—Ajá. —Respondió simplemente.
Esa noche me sentí libre, aproveché al máximo el poder hablar, sacaba y sacaba temas de conversación uno tras otro, no solía recibir respuesta de mi Lady, pero tampoco se quejaba. Cuando volvimos a casa después de patrullar, ella me echó al balcón para ponerse el pijama y cuando me abrió nos metimos todos en la cama para dormir.
Pero yo no podía, me encantaba poder volver hablar de nuevo, así que seguí y seguí hablando sin parar. Al final estaba tan cansado que no me di cuenta de cuando Marinette fue y volvió del colegio.
—¿Aún sigues durmiendo? —Me dijo, por suerte esta vez no me pilló en mi cajón especial, de ser así me habría llevado una buena bronca, ya no tengo excusa.
—No, ya no. —Respondí estirándome encima de la cama.
—Vale, bueno, hoy en clase la señorita Bustier nos ha mandado un trabajo por parejas.
—¿Y con quién te ha tocado?
—De eso quería hablarte, —Se sentó a mi lado y empezó a acariciarme detrás de las orejas— va a venir Nathaniel esta tarde a casa después de comer.
—¡Oh! Es un chico muy simpático, seguro que estaréis bien trabajando juntos.
—No te lo decía por eso. Sino porque quiero que estés bien calladito cuando venga, que en toda esta noche no me has dejado dormir.
—Tranquila, estaré callado y tranquilo para dejaros trabajar.
—Más te vale. —Sentenció ella con mirada amenazadora.
Al terminar con esa frase se levantó de la cama y empezó a preparar las cosas para cuando tuviera que venir Nathaniel. Será agradable ver a alguien de la clase que no sean las chicas obsesionadas con lo que ellas llaman "Marichat." A mi también me gusta, para que mentir.
Justo una hora después de comer, Nathaniel llega. Exactamente a la hora en la que acordaron. Muy puntual.
—Bien, puedes dejar tus cosas donde quieras.—Le dijo Marinette mientras subían a la habitación.
—G-Gra-gracias, Marinette. —Pobre chico, está tan nervioso que se ha puesto colorado, no sé dónde acaba él y empieza su pelo.
Mientras trabajaban juntos en el proyecto, me di cuenta de que Nathaniel se acercaba a Marinette discretamente.
"Oh, oh, este no está aquí sólo por el trabajo."
—¿S-sabes Marinette?
—Dime. —Ella le dedicó una sonrisa.
—Tienes u-una habitación pr-pre-preciosa.
—Oh, Nath, muchas gracias.
—T-tan pre-preciosa como t-tú. —Terminó él.
"Aquí correrá la sangre y rodarán cabezas." Pensé furioso, ¡este tío me quiere quitar a mi Lady!
—Oh, vaya, no me lo esperaba, —Respondió Marinette sonrojada y sorprendida— muchas gracias.
—N-no me las des... Es sólo la verdad.
"¡Que sea la verdad no te da derecho a decirle esas cosas a MI Lady!"
Después se formó un silencio incomodo entre ello dos, lo cual agradezco mucho, así el tomate no puede decirle más cosas.
Pero para mi desgracia, el pelirrojo se arma de valor y se acerca mucho a Marinette. Demasiado cerca.
—Tomate asqueroso. —Dije entre dientes bastante alto. Los dos se alteraron.
—¿Has oído eso? —Dijo Nathaniel.
—¿Oir el qué? —Respondió Marinette, después me miró de forma asesina— Yo no he oído nada.
Después de eso, el idiota del tomate, intentó más técnicas de ligoteo como el que sus manos se rozaran sin querer. La rabia que se estaba acamulando dentro de mí estaba amenazando con salir.
—Marinette, —Logró decir el tomate del tirón y sin travarse— ¿Puedo hacerte una pregunta personal?
—Claro, somos amigos.
Él le cogió de una mano y la miró a los ojos.
—¿Si te pidiera salir dirías que sí?
"Tomate, preparate para morir."
******
Bueeenaaas!!! hacia tiempo que quería meter a Nath por medio para dar más salseo a todo. No penséis mal, Nathaniel es uno de mis personajes favoritos, pero reconozcamoslo, Chat Noir no pensaría igual al ver que él va detrás de Marinette xD
Por hoy me despido, a ver si puedo terminar de una maldita vez el siguiente capítulo de mi otro fic.
Cia-ciaoooo
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