Capitulo 10: Un beso en el baño
—No. —Se negó ella.
—No puedes negarte. —Dijo Alix.
—Que no, que no lo voy a hacer.
—¿Qué quieres a cambio? —Dije yo, creo que se notó mi desesperación en la voz.
Se me quedaron todas mirando por un leve momento.
—¿ves? ¡Hasta él quiere! — Gritó Alya.
—¿Pero si ya lo besaste por qué no quieres besarlo ahora? —Dijo Rose un poco decepcionada.
—Igual es porque estamos todas delante. —Especuló Juleka. A Marinette pareció encendérsele una bombilla.
—¡Exactamente eso! —Exclamó ella aliviada. —Ya sabéis lo tímida que soy, no puedo besarle delante de tanta gente.
—Ya, ya. —Dijo Alya no muy convencida.
Mi cabeza parecía estar viendo una partida de tenis, pasaba de una a otra escuchando la discusión.
—¿Y si nos encerráis en la azotea unos minutos? —Sugirió Marinette, seguro que aprovecharía para echarme y decir que me tuve que ir.
—No, que lo echarás de casa. —Advirtió Alya, la cara decepcionada de Marinette daba a entedender que ese era su verdadero plan.
—¿Y en el baño? —Sugirió Rose. Todas le dieron la razón, y antes de que me diera cuenta ya me estaban encerrando en el baño junto a Marinette. —Pero esperad, —volvió a decir.—Pintadle los labios a Marinette, así sabremos si se besaron o no.
—¡Rose eres un genio! —Gritaron todas a la vez a excepción de Marinette.
Cinco minutos después nos encontrábamos Marinette y yo encerrados en el baño. Ella estaba a la defensiva.
—¿Cómo se te ocurrió inventarte esa historia de San Valentín?—Me riñó en voz baja.
—Creía que era lo que querías... Por eso tu cara de suplica, ¿No?
—¿Pero qué dices? ¡No era por que te inventaras una historia, era para que lo negaras tú también! ¿Que no ves en qué lío nos hemos metido por tu tonta historia?
—Pues que sepas que te queda genial ese pintalabios rojo. —Dije guiñándole un ojo, ella me pegó. —Ay, vale, pues al menos cuéntame cómo fue ese supuesto beso que me diste.
—¿En serio no lo recuerdas? —Yo negué con la cabeza, ella suspiró pesadamente y me contó lo que sucedió realmente en San Valentín.
"Maldito Plagg, mira que no contármelo todo..."
—Yo siento lo del intento de beso anoche... No era el momento apropiado, malditas películas románticas y mentirosas... —Maldije, pero eso hizo reír a Marinette.
—¿En serio pensaste en las películas románticas? —Siguió riéndose de mí.
—¿Y qué pasa? No sabía que había recibido siquiera mi primer beso, ¿cómo no iba a pensar que lo de las pelis era cierto?
—¿Con un poco de sentido común? —Reía tanto que le faltaba el aire. —Estuve a punto de darte una patada para lanzarte desde lo alto de la torre.
—Bueno, pero... —Cambié de tema— ¿Y ese beso que nos tenemos que dar?
Se acercó mucho a mi cara con una mirada muy coqueta, estando a unos centímetros de mis labios dijo:
—¿Beso? ¿Qué beso? —Dijo ella con una sonrisa victoriosa, se le había ocurrido una idea, y seguro que en ese plan no estaba incluída la idea de un beso...— ¿Ves el pintalabios que me han puesto? —Yo asentí, entonces ella apretó con fuerza la palma de su mano contra su boca y se había quedado la huella de sus labios ahí, justo después con la otra mano me cogió la cara y estampó de nuevo la huella en mi boca. —¿Ves? Ya nos hemos besado.
"Oh sí, ya noto el amor." Pensé sarcástico.
Justo después Marinette tocó a la puerta para que nos abrieran, cuando lo hicieron, se impresionaron al verme con la boca manchada de pintalabios, asumieron que Marinette no lo llegaría a hacer, en realidad acertaron...
"¡Yo quería mi beso!"
Cuándo llegaron las dos menos cuarto de la madrugada, dije que me tenía que ir y subí a la azotea a esperar a que llegara la hora de volver a ser gato. A los pocos minutos de estar arriba sentado en la barandilla, subió también Marinette, se apoyó en la barandilla y miró al cielo tal y como estaba haciendo yo.
—¿Estás decepcionado? —Dijo ella con una ligera sonrisa.
—Bueno, yo quería un beso. —Respondí de morros, ella rió ligeramente.
—¿Solo uno? Que sepas que no te lo mereces, por haber sido un pervertido todos estos días. Que sepas que tu castigo aún me lo estoy pensando.
—La verdad es que me conformaría con uno solo. Marinette, —Dije girándome hacia ella ignorando lo segundo que dijo y sonrojándome— de verdad que me gustas.
—Seguro que se lo dices a la heroína y no a la ciudadana.
—Se lo digo a las dos, por algo sois la misma persona. Siendo Marinette al natural eres igual que Ladybug.
—Bájate de la barandilla. —Yo obedecí y me puse a su altura.
—¿Un sólo beso?
—¡Sí! —Dije muy emocionado.
—Dame la mano.
—¿La mano?
—No cuestiones y dámela. —Le di mi mano derecha— Un beso, ¿De acuerdo?
Yo asentí, estaba muy emocionado, no me podía creer que mi princesa me estuviera a punto de dar un beso. Alzó un poco mi mano, se la acercó a la boca y me dio un beso en el dorso de la mano, tal y como yo siempre le hacía a ella. Para mí, ese gesto fue casi como un beso de verdad en los labios, con mucho sentimiento y significado, pues como ya he dicho, siempre se los daba de ese modo.
"Creo que me voy a desmayar."
—Aun quedan cinco minutos para las dos de la madrugada.
—¿Y que pasa? —Respondí yo.
—¿Te da igual quedarte solito el tiempo que queda hasta que vuelvas a ser mi gatito? —Yo asentí, aún tenía que asimilar el beso en la mano que me había dado.
Pero antes de bajar de nuevo a su dormitorio, tiró de mi cascabel para acercarme a ella, me miraba vacilante a los ojos, como si estuviera dudando en hacer algo, tragó saliva, se mordió el labio inferior, soltó mi cascabel y rodeó mi cuello con sus brazos, después juntó su frente con la mía. Yo posé mis manos en su cintura, me miraba a los ojos, pero sentía como si mirara mucho más allá de ellos.
Se sonrojó.
Su respiración se aceleró.
Mi corazón iba a mil.
Yo creí estar en un sueño, nunca estuve tan cerca de este modo con mi Lady.
Nuestras respiraciones empezaron a mezclarse.
Ella cerró fuertemente los ojos, como si se estuviera autoconvenciendo de algo.
Respiró profundamente.
Y de repente juntó sus labios con los míos.
Tanto mi corazón como mi respiración se habían parado. Creía estar en el cielo, la estreché en mis brazos, cuando sin venir a cuento mi cuerpo empezó a cambiar y volví a ser gato.
—¿Qué a pasado? —Dijo ella exrañada conmigo en brazos— ¡Si aún no son las dos!
"No tengo ni idea, pero déjame disfrutar de nuestro precioso beso. Puedo morir en paz."
Conmigo en brazos aún, dijo que mañana iríamos a ver al maestro Fu y le explicaría lo sucedido hoy. Que me haya transformado después de un beso y dentro de mis horas de héroe era muy raro y tal vez también muy útil para ayudarme.
Justo después, Marinette respiró profundamente, suspiró para mentalizarse y entró de nuevo conmigo en brazos. Mientras ella cerraba el tragaluz, pudimos escuchar las campanadas que anunciaban las dos de la madrugada.
Esa noche dormí feliz en la cama junto a mi Lady.
—Bueno, —Dijo feliz Rose— tenemos que repetir la noche de chicas algún día.
—Sí, fue muy entretenido. —Respondió Juleka mientras recogía sus cosas.
—Y obviamente tendrá que volver Chat Noir. —Dijo muy animada Alix mientras le daba un pequeño codazo a Marinette. Esta se sonrojó.
—Sí bueno, no estuvo mal, al final... —Me miró sonrojada y me guiñó un ojo.
Una vez despidió a todas sus amigas, me cargó y metió a Tikki en su bolso, era el momento de ver al maestro Fu de nuevo.
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