
Capitulo Seis
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El Gato De La Guardiana
Capitulo seis
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Marinette detuvo su relato para caminar frente a su escritorio, tratando de encontrar la fuerza para contarle todo, y aunque Tikki parecía hacerle señas para que no se atreviera a contarle lo de sus sentimientos por Adrien, no veía el motivo para ocultárselo a esta altura del partido.
Le dio la espalda, apretándose los dedos derechos con la mano izquierda, antes de girar y observar a su compañero que la miraba expectante. ¿Por dónde comenzar?
—¿Cuándo sucedió? —ante la pregunta de Chat Noir, Marinette encontró el punto preciso para iniciar, aspiró profundamente y bajó la mirada.
—Todo pasó el día de San Athanase —inició, volviendo a tomar asiento, un tanto cohibida por lo que iba a decirle—. Verás, yo... —llevó su mano a la nuca, sintiendo que sus mejillas se sonrojaban—... hice un regalo para alguien.
—¿Un regalo? —Chat Noir, de pronto recordó una escena. Ladybug en su habitación diciendo que le traía el correo. ¿Sería ese el regalo? Recordaba haber recibido una...
—Hice una boina para un chico —se rascó el cuello, muy avergonzada de lo que finalmente iba a revelarle.
¡Eso era! ¡Había recibido una boina de su club de fans! Acaso... ¿la había hecho Marinette? Necesitaba saber más.
—¿Le hiciste una boina a...? —insistió, con un movimiento envolvente de su mano derecha, para que siguiera la explicación.
—Era el santo del quinto nombre del chico que me gusta... —dijo, encogiéndose de hombros, totalmente ruborizada—... y por eso quería regalarle algo, además sabía que tenía un torneo de esgrima y como sé que es muy bueno, estaba segura de que iba a ganar.
—¡Espera! —le pidió de repente, Chat Noir, que llevó la mano a su frente, tratando de comprender lo que estaba diciéndole—. ¿Quién es ese chico? ¿Puedes decírmelo?
—Bueno, ya que todo empezó debido a él, te lo diré... —coincidió, corriendo la mirada—. Es Adrien Agreste.
¡Que lo parta un rayo en ese mismo momento! ¡Ladybug estaba enamorada de él! Dejó caer la mandíbula, en completo estado de shock.
—Ya le había hecho un regalo anteriormente, una bufanda que no sé cómo terminó creyendo que era un regalo de su padre... pero esta vez necesitaba que supiera que el regalo era mío o mis amigas me iban a atormentar toda la vida.
—Déjame ver si entiendo... —dijo Chat, tratando de tomar aire, porque aquellas cosas, sin duda, eran la bomba sorpresa que no esperaba recibir—. Le hiciste una bufanda y él nunca supo que era tu regalo... —Marinette solo afirmó—, así que después le hiciste la boina...
—Sip —afirmó, incluyendo el sonido de la p, para aminorar la vergüenza que sentía.
—Y tiene un baúl lleno de regalos para Adrien Agreste —completó Ziggy, con diversión.
—¡¡Ziggy!! —protestó Marinette, aun más roja por las palabras del Kwami en forma de cabra, y realmente enojada—. Dicen algo más y a la caja —les advirtió, por lo que los Kwamis la miraron y decidieron acostarse en la cama de la guardiana para ser simples espectadores de lo que vendría.
Chat Noir no pudo evitar que su mirada se dirigiera al baúl que había en la habitación, pensando si alguna vez vería los regalos que Marinette le había hecho.
—Retomemos el relato —dijo Marinette, haciéndolo salir de sus pensamientos, observando cómo la chica de coletas se palmeaba las mejillas para concentrarse—. Ese día le dejé la boina en su habitación, con mi nombre escrito en el envoltorio, y al salir, mientras iba saltando por los techos, Bunnyx apareció frente a mí, diciendo que algo había pasado y si había notado algo raro... —al recordar eso, se cruzó de brazos como si buscara refugiarse en ellos y continuó—, así que me llevó a su madriguera y después a una línea de tiempo donde París estaba completamente inundado.
—¿Inundado? —la interrumpió Chat Noir, sorprendido.
—Sí, y según lo que me dijiste en ese momento, lo que lo causó... —tragó de forma pesada antes de continuar—... fue nuestro amor.
—¿Nuestro amor? —el superhéroe se acomodó sobre el diván, aun más interesado en las palabras de su amiga.
—Déjame ir por orden. Estoy tratando de recordar lo que viví y realmente no es algo grato.
—Adelante —indicó, también cruzándose de brazos para ocultar la intranquilidad que se notaba en sus manos.
—Bunnyx me dejó en la cima de la torre Montparnasse y se fue. Ni siquiera me percaté de la magnitud del desastre cuando vi que me notaste y te pusiste frente a mí. Estabas tan blanco como la nieve, con la mirada celeste... tan perturbada... Yo... —aspiró profundo—, te vi emocionarte por volverme a ver, pero de pronto, cambiaste bruscamente y me... atacaste.
—¿Te ataqué?
—Querías mi miraculous para reparar algo que habías hecho. Por la gravedad de los daños, supuse que lo había causado tu akumatización, porque estabas tan perdido... Por un momento estabas feliz de verme, pero al siguiente me atacabas para quitarme mis aretes, y después llorabas pidiendo que te salvara —llevó sus manos hechas puño a su cabeza—. Y yo quería hacerlo, quería salvarte, así que empecé a buscar el akuma, pero me dijiste que estaba en tu pecho, en tu corazón, pero que ya estaba roto... Por tus palabras... creo que fui yo quien lo causó.
Chat Noir observó a Marinette, perderse en sus pensamientos y sufrir por sus recuerdos, y estaba seguro de que apenas era el comienzo.
—Traté de huir en cuanto volviste a perder el control... —continuó con el relato, bajando las manos para tomárselas y tratar de calmar las ansias que sus palabras le provocaban—, y mientras me seguías, mencionaste mi nombre. No me llamaste Ladybug, me llamaste Marinette.
—Mari... —trató de mencionarla, pero ella agitó las manos frente a ella, aun con la mirada baja, para que no la interrumpiera.
—Volviste a pedirme mi Miraculous para volver las cosas a la normalidad y me atacaste —dijo apretando los ojos— Tu ataque fue tan potente que hizo colapsar la torre Montparnasse, así que no me quedó más que ocultarme en las ruinas de la torre Eiffel, para tratar de ganar tiempo y encontrar el akuma. Fue ahí cuando me dijiste que todo había sido perfecto hasta que Hawk Moth lo descubrió y que nuestro amor le había hecho eso al mundo.
Chat tomó el vaso de jugo que quedaba en la bandeja y se acercó a ella para entregárselo, agachándose frente a Marinette, quien le agradeció en silencio, y tras beber un poco, dejó el vaso en el escritorio. El superhéroe no se movió, quedándose frente a ella, tratando de asimilar aquellas palabras.
No entendía... por más que su cerebro buscaba la forma de justificar sus actos, no podía comprenderlo. Si ambos se amaban, ¿Qué había hecho Hawk Moth para que terminaran así? ¿Cómo es que Chat Noir había sido akumatizado?
—Seguimos peleando... —dijo, corriendo la mirada hacia su escritorio, sin ser capaz de mirar a su compañero—. Traté de ver si el akuma estaba en tu bastón, pero fallé, por lo que tuve que volver a escapar. Cuando el amuleto encantado me dio un borrador... —dibujó lo que parecía ser una sonrisa en sus labios por un par de segundos—, me dijiste que querías borrar el pasado y que por eso querías mi miraculous, para pedir que todo volviera a ser como antes, donde nos amábamos, y así poder tener ese hámster que siempre quisimos.
Chat Noir no sabía muy bien qué hacer, ni como sentirse a medida que avanzaba el relato.
—Cuando probé buscar el akuma en tu cinturón y fallé nuevamente, alegaste que nunca te escuchaba y me hiciste caer al agua —corrió la mirada hacia la de su compañero y se la mantuvo lo más que pudo, sin evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas—. Ahí, bajo el agua, me encontré con mi yo de esa línea, petrificada junto a Hawk Moth... Tan solo bastó con acercar mi mano a esa estatua llena de moho con mi apariencia, para que ésta se desintegrara en el acto —cerró los ojo, dejando caer las lágrimas que se le habían acumulado, apretando los puños con fuerza.
El joven enmascarado también bajó la mirada, totalmente perdido, tratando de asimilar todo. Sentía que su respiración empezaba a ser irregular, pero no podía perder la calma, no en ese momento, pues necesitaba terminar de escuchar y comprender, así que puso sus manos sobre las de Marinette para transmitirle algo de la poca fuerza que le quedaba, aunque suficiente para hacer que ella pudiera continuar con su relato. La chica se sobresaltó al sentir el contacto, así que lo miró nuevamente para poder terminar con su narración.
—Lancé mi yoyo para salir del agua y volver a enfrentarte, preguntándote qué habías hecho con todos, y respondiste que no fue tu intención, que solo querías que te ayude a reparar lo que causaste. Luego volviste a exaltarte y exclamaste que como ya no te amaba, destruirías todo. No podía permitir eso, así que decidí calmarte aprovechando el hecho de que, a pesar de todo, aun me amabas. Opté por decirte que iba a darte mi miraculous y eso te tranquilizó lo suficiente para que detuvieras el ataque, pero aun así me recordaste que no eras Chat Noir, sino Chat Blanc, agitando el cascabel de tu traje... Y en ese momento, lo entendí. Me acerqué para que creyeras que tomarías mi miraculous, pero en realidad lo hice para tomar el cascabel, y al hacerlo, finalmente encontré el akuma. Te liberé de él, pero aun después de capturarlo, volviste a llamarme Marinette, por lo que comprendí que tú sabías quién era antes de que todo esto pasara. Al descubrir eso, por fin entendí cuál era el significado del borrador: tenía que borrar algo del pasado. Te di un abrazo, prometiéndote que arreglaría todo y volví a esta realidad, entré de nuevo a la habitación de Adrien y evité que mi yo del pasado, la que causó todo eso, dejara escrito su nombre en el paquete. Ya luego de usar el amuleto, le dije a Adrien lo primero que se me pasó por la cabeza.
Chat le dio un pequeño apretón a sus manos, antes de elevar su mano derecha para limpiar, con extremo cuidado debido a sus garras, el rastro de lágrimas en las mejillas de Marinette, para luego, con una sonrisa, volver a tomarle ambas manos.
—Fue por eso que me llamaste ese día para decirme que lo habías logrado, sin que yo entendiera nada.
—Así es —afirmó, finalmente, resoplando para calmar las ansias de llorar.
Chat Noir no dijo nada y simplemente se puso de pie, haciendo que Marinette también lo hiciera y la abrazó.
—Chat Noir...
—Solo déjalo ser —le dijo, aferrándose a ella, apoyando su mejilla sobre sus cabellos oscuros. Marinette se resistió por un par de segundos, pero terminó envolviendo sus brazos en la espalda de su compañero y se dejó llevar por todos sus sentimientos, llorando en los brazos de su gatito.
Chat tampoco pudo evitar las lágrimas que brotaban de sus ojos verdes, al pensar en todo lo que había vivido su compañera, y aunque tenía más dudas que respuestas en todo el asunto, había algo más que no lograba entender.
—¿Por qué no querías que yo lo supiera? —le preguntó, una vez que ambos lograron calmarse. Se separó de ella un paso y Marinette volvió a tomar asiento, aunque él mantuvo el agarre de las manos.
—Es que si bien todo pasó y lo solucioné, yo... —miró las manos juntas de ambos y suspiró—... aún tengo pesadillas con él. Siento que en algún momento, mi identidad va a ser expuesta y tú te vas a transformar en Chat Blanc, otra vez...
—Así que eso te ha atormentado todo este tiempo... —al ver como la chica afirmaba con su cabeza, él se agachó para quedar a su altura— y me has tenido alejado de ti.
—Es que tengo tanto miedo de lo que pueda pasar, de que sea una realidad que no pueda evitar —le explicó, tratando de liberar sus manos, pero él no se lo permitió—. Yo no sé cómo terminé enamorada de ti —confesó, haciendo que Chat Noir pensara en si efectivamente, su estimada compañera era lista, o si estaba en una etapa de negación donde no quería ver lo obvio. Dejando esa interrogante de lado, decidió volver a prestar atención a lo que le seguía contando, dándole un leve apretón en sus manos—. A veces pienso ¿Qué tal si estabas decepcionado porque yo era Ladybug? ¿Y si la akumatización fue por eso? O tal vez, ¡Por esto mismo! porque te alejé, porque no confiaba en ti... Convertí el amor que me tenías en un blanco de Hawk Moth...
Al ver que Marinette ya empezaba a hiperventilar una vez más, Chat Noir le soltó las manos para volver a abrazarla.
—Chat —susurró.
—Nada de eso. Estoy seguro que nada tiene que ver con lo que yo siento por ti, m'lady
—¿Y cómo puedes estar seguro? —susurró, aspirando profundo y tratando de calmar sus palpitaciones, que solo parecían aumentar con la cercanía del superhéroe.
—Anoche me sentía fatal, casi no dormí, lloré, sentía que estaba destruido y que no servía para nada...
—¡Chat Noir! —exclamó, tratando de soltarse para mirarlo, pero él no la dejó, pues si la alejaba en ese momento, no tendría las fuerzas para decirle lo que quería.
—Aun así, no me akumatizaron. Sigo siendo yo, solo yo, Chat Noir —le recordó, inspirando profundo, llenándose del aroma de la chica de sus sueños, que estaba entre sus brazos—. Y con respecto a mis sentimientos, nada ha cambiado, Marinette... Nada —finalmente se separó de ella—. Sigo enamorado de ti, más que nunca ahora que sé quién eres —al ver el pánico en los ojos celeste de su amiga, solo le sonrió, tratando de volver a limpiarle las lágrimas que mojaban sus mejillas—. Y sé... sé perfectamente que mi amor te da miedo, que crees que eres la culpable de todo, pero Marinette, estoy seguro de que hubo algo más, algo que no viste, que hace que las piezas encajen. Tú solo sabes una parte y créeme, algo muy grave debió haber pasado para que yo me volviera esa persona demente.
Marinette pudo ver tanta seguridad en su compañero, que empezó a creer que podía ser posible, que existían más factores que los llevaron a ese punto. Chat Blanc sabía hasta lo del hámster que deseaba tener, así que debieron ser muy cercanos... Ella en algún punto de la historia iba a enamorarse su amigo y los sucesos de Oblivio eran una prueba de ello.
Sacudió levemente la cabeza, haciendo que el héroe bajara las manos a sus hombros y las dejara ahí, como si buscara mantenerla en pie.
—Mira... —Chat Noir tomó una vez más la palabra—, ahora que ya no hay secretos entre nosotros, que estamos en la misma página, podremos trabajar en ello, apoyarnos y compartir esta carga...
—Gracias... —susurró, sintiendo que sus ojos se llenaban de lágrimas otra vez—. No sabes lo que significa para mí, que estés aceptando todo esto.
—Confía en mí —le pidió, con una sonrisa en sus labios, intentando contagiársela—. Todo estará bien, te lo prometo... Después de todo, soy el gato de la guardiana.
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Y finalmente estamos aquí...
Ahora que Adrien sabe el origen de Chat Blanc, o al menos la versión de Marinette, su curiosidad... ¿A dónde lo llevara?
¡Es hora de que Su Han haga su aparición! ¿Estarán listos para lo que vendrá?
¡Descúbranlo cuando este fic continúe!
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¡¡Mil gracias por leer!!
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¡Nos leemos pronto!
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Aquatic~
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15 de Agosto de 2021
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