
Capitulo Diez
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El Gato De La Guardiana
Capitulo Diez
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Desde que Adrien llegó al lugar donde habitaba Su Han, todo había estado bien. El guardián hizo un repaso sobre las cosas que le había explicado el día anterior, lo trató de tomar un par de veces con la guardia baja para atacarlo, pero el rubio tenía reflejos bastantes rápidos, con o sin el traje.
Todo iba muy bien, incluso Adrien pensaba que ese día iba a ser grandioso, hasta que, con la mala suerte con la que se identificaba a veces, fue la hora de usar la Tablet para que el guardián le explique más cosas sobre el Miraculous de la destrucción.
Su Han parecía frustrarse cada vez que quería mostrarle algo con el dispositivo, pues las imágenes se iban muy adelante o muy atrás, debido a su poca destreza con la tecnología. Todavía todo era muy nuevo para él.
—¡¡Todo es culpa de ese pata de pollo!! —protestó, apretándose el entrecejo con el dedo índice derecho— ¿Cómo es posible que habiendo recuperado el grimorio para poder tomar estas fotografías, lo haya perdido otra vez? Todo sería más fácil si lo tuviéramos en nuestras manos.
—Quizás puedas volver a robárselo a tu padre, Adrien —comentó Plagg, mientras comía un trozo de su queso, haciendo que Su Han abriera los ojos y mirara a Adrien que, de pronto, se sintió bastante cohibido.
—¿Qué fue lo que dijo Plagg? —interrogó, con un tono de voz muy molesto.
Adrien dudaba en responder o no, pero lo hizo pues no quería arriesgarse a tenerlo en su contra.
—Mi padre es diseñador de modas —le explicó, tratando de calmarse a sí mismo—. Me dijo que usaba ese libro como inspiración y que era importante para él porque mi mamá se lo dio, así que lo tiene guardado en su caja fuerte
—Pero si saben dónde está el grimorio, entonces los miraculous faltantes deben estar en el mismo lugar. Las tres cosas se perdieron juntas —indicó, tomando su bastón, como si buscara trasmitirle a Adrien un poco de la fuerza que él poseía sobre ese tema.
—Marinette también lo pensó, pero luego mi padre fue akumatizado y eso hizo que lo descartáramos...
—¡¡Niños tontos!! —protestó Su Han, quitándole la Tablet de las manos. Por algún motivo, la ira del Guardián Celestial hizo que pudiera usar el dispositivo sin problema, para poder mostrarle la imagen donde se encontraba el Broche de Moth—. Quizás el Lucky Charm del miraculous de la creación o los espejismos del Miraculous de la Ilusión, desaparecen cuando se termina la transformación, pero no es así con todos los miraculous. Los dos que se han perdido, le permiten a su portador mantener el poder activo aun sin estar transformados. ¿No recuerdas lo que pasó con el sentimonstruo que Fu creó? Aunque él había perdido el miraculous, lo que creó seguía vivo.
Adrien abrió la boca, sorprendido de lo que el maestro trataba de insinuar. Parecía una locura. ¿Cómo su padre iba a ser Shadow Moth?
Pero ahí estaba la prueba frente a él. La página que Su Han le mostraba y traducía, indicaba que los poderes de transmisión del portador de la mariposa, se mantenían aun sin transformación, hasta el momento en que chasqueara los dedos.
Tragó pesado y Plagg se puso en alerta al ver como Adrien iba perdiendo el color de su rostro.
—¿Está diciéndome que el portador del broche de Moth, puede haber maleficiado una mariposa y luego destransformarse para poder akumatizarse? —al ver como Su Han afirmaba con la cabeza, seriamente, llevó sus puños a la cabeza, dándose leves golpes en la sien. No podía... tenía que ser imposible. En eso, miró al guardián frente a él —. ¿Hay algún miraculous que pueda dañar la salud de su portador? —consultó. Si existía la posibilidad de que su padre fuera Hawk Moth, entonces, Nathalie...
—No —indicó, haciendo que Adrien respirara profundo—. No existe un miraculous que afecte a su portador, salvo que esté dañado.
—¿Dañado?
—Supongamos que los dos miraculous que se perdieron, se trizaron o rompieron durante ese incidente —le explicó—. Como esos miraculous tienen que ver con las energías y con la transmisión de emociones o sentimientos, ambos materializan, de alguna forma, las energías que poseen los humanos. Si el broche o el prendedor estuvieran dañados, los campeones que crea, consumirían energía de su portador hasta que ya no pueda usarlo más. Por ejemplo, los síntomas empezarían con simples mareos... tos, por la falta de energías necesarias para que funcionen los pulmones...
—...Fallas en las piernas, sueño, hasta el punto de ya no despertar más... —completó el rubio, sin ser capaz de mantenerle la mirada al guardián.
—Sí —concedió—, eso podría pasar en casos extremos.
—Mi mamá y Nathalie —susurró Adrien, sintiendo que sus piernas fallaban, cayendo sentado al suelo. Al verlo, Plagg se acercó al joven, realmente preocupado.
—Adrien, ¿estás bien?
Su han escondió la Tablet tras él, observando la interacción entre Plagg y Adrien. Si bien había sido testigo de que Plagg era un Kwami bastante especial, que siempre tenía cierta dinámica con sus portadores, esta vez se veía realmente preocupado por su portador, quien a pesar de que le sonreía para calmarlo, no lo conseguía. Por otro lado, si el padre de ese chiquillo tenía el prendedor y el broche, tenía que quitarle su miraculous, pues sería muy peligroso.
—Si crees que tu padre es el villano, creo que tendré que pedirte que me regreses tu miraculous. —informó.
—¿Qué? —Adrien se cubrió la mano derecha con la izquierda y Plagg se puso frente a su portador, dispuesto defenderlo, incluso del guardián celestial.
—No puedo enseñarle cosas al hijo del posible villano... —dijo, afirmando su bastón—... ni dejar semejante poder en tus manos.
—No dejaré que me separe de Adrien —protestó Plagg —. Estoy dispuesto a usar mi poder si a eso quiere llegar.
Su Han parecía estar desafiando a Plagg con la mirada, pero Adrien lo tomó con sus manos y le pidió que no hiciera eso.
—Lo siento... —susurró el Kwami—, pero no quiero que nos separen. Si tu padre es Shadow Moth, me necesitas más que nunca.
—Plagg... —Adrien observó al Guardian y se puso de pie—. Por favor, no desconfíe de mí. Mi misión es mucho más importante que si mi padre es o no Shadow Moth.
—Eso dices, pero estamos hablando de tu familia, ¿crees que podrás? —le preguntó—. ¿Puedes asegurar que no te dejarás manipular por él y arrastrar a París y a la guardiana al desastre?
—¡Por ella es que no voy a caer! —exclamó Adrien en voz alta—. Tengo que protegerla de mi padre... Sé que también tengo que proteger París, pero quiero protegerla a ella, sobre todo. ¿Acaso todo esto no se trata de eso? ¡Más que nunca, ahora seré el Gato de la Guardiana!
Su Han lo miró como si estuviera analizando sus palabras, pero Adrien bajó la mirada, aturdido por la información que acababa de recibir. Ahora entendía las palabras de Kagami, sobre tener que proteger a Marinette de su padre; y las palabras de Marinette, hablando de un futuro donde podría ser akumatizado... ¿Acaso su padre había usado su amor por Marinette para akumatizarlo? ¿La habría manipulado para que le rompiera el corazón?
¡Cielo santo!
Sentía que se estaba ahogando. Llevó la mano a su polera y se la arrugó, tratando de calmar su tormento.
—No te quitaré el miraculous —concluyó Su Han—... pero te tendré en observación. Cualquier pequeño desliz y despídete de Plagg.
Adrien afirmó y sin decir nada, se transformó en Chat Noir para salir de ahí. Quería ir con Marinette, abrazarla y que ella también lo hiciera, pero no quería cargarle las manos con más de lo que ya tenía, pues ahora tenía en las de él, la posibilidad de cortar de raíz, la pesadilla de Marinette.
Y así, ellos serían felices al final... ¿no?
Sin saber a dónde ir, se acercó al barco de la capitana Anarka y se destranformó en las cercanías. Tenía que estar a las cuatro en el barco, pero quizás no había problema si llegaba un rato antes.
Se sorprendió cuando observó que en la embarcación estaban todos, en una especie de almuerzo. Cuando la capitana lo vio, se sorprendió, haciendo que todos los presentes lo notaran también.
—Adrien —dijo Luka, acercándosele para que subiera a la embarcación—. Llegas temprano, estábamos comiendo algo, ¿ya almorzaste?
—La verdad es que no —dijo, aunque en realidad no tenía hambre—. Mi padre me dio permiso para venir antes, ¿no interrumpo?
—Para nada —respondió, tomándolo por el hombro y conduciéndolo hacia la mesa que lucía gran variedad de platillos. Allí, Adrien saludó a Zoé, Iván, Mylene, Rose y Juleka, y decidió comer algo, para lo cual tomó uno de los sándwiches. Ni bien se lo llevó a los labios supo que era una mala idea, pero igual, apretó los ojos, le dio un mordisco y apenas sintió el sabor. Se mantuvo con los ojos cerrados hasta que escuchó una voz que hizo que los abriera para buscarla inmediatamente.
—¡¡Llegaron los postres!! —Adrien observó a Marinette, que venía junto con Alya y Nino, cargando cajas de la panadería. Verla sonreír de forma tan encantadora, le hizo reprimir su impulso de ir a abrazarla. No quería atraerla a su oscuridad.
Sin embargo, como si sus miradas tuvieran imanes que se buscaban, Marinette no tardó en notarlo, llevándose una sorpresa al verlo, tanto que si no fuera por Luka, quien estaba a su lado, hubiera perdido una de las cajas en el Sena. No pudo evitar sonreír y apartarse de su campo de visión para no volverla a espantar, así que buscó un asiento y corrió la mirada hacia el cielo, deseando que sus pensamientos estuvieran tan despejados como el clima de ese día. Resopló y volvió la vista a todos sus amigos que parecían estar en una típica reunión, pensando que quizás era lo que siempre hacían antes de empezar las prácticas, a las cuales no siempre podía llegar por culpa de su trabajo como modelo. De pronto, algo pareció iluminarlo mientras observaba cómo Marinette conversaba con todos.
Sabía que algunos de sus amigos, además de Alya y Nino, eran portadores: Luka era Viperion, Pigella era Rose, Purple Tigress podía jurar que era Juleka y si seguía con esa lógica, era probable que Zoé fuera Vesperia.
Marinette había optado por entregar los miraculous a su círculo más cercano y estaba claro que sabía cuál le iba mejor a cada uno, ya que convivía con ellos en el diario vivir.
Suspiró cuando un vaso con jugo apareció frente a él y elevó la mirada para ver a Nino que le sonreía.
—Wow, aun no puedo creer que estés aquí —comentó, tomando asiento a su lado— ¿te escapaste?
—No —respondió, tomando el vaso con ambas manos—, simplemente les conviene más que esté afuera cuando planean sus aventuras.
—¿La bruja y el diablo tienen una aventura? —Adrien miró a Nino, como si no entendiera lo que quería decir, hasta que se imaginó a quienes se referían.
—Créeme que hubiera preferido eso a lo que en verdad hacen... —ahora fue Nino quien lo miró confundido.
—¿Estás bien, viejo? —le preguntó, preocupado por el semblante de Adrien.
—Lo estoy... —afirmó con la cabeza—, o al menos, lo estoy intentando.
—Adrien... —ambos observaron a Luka, que se había parado frente a ellos—. Necesito ir a comprar algo, ¿me acompañas?
—Yo voy —indicó Nino, poniéndose de pie, pero Luka lo detuvo de inmediato, colocando la mano en el hombro del chico de lentes.
—Deberías quedarte —le indicó con la mirada el lugar donde Marinette estaba con Zoé y Alya—. Marinette y Zoé están haciendo retoques a nuestros trajes, pero Alya solo está observando, Deberías quedarte con ella, yo puedo ir con Adrien, ¿verdad?
Adrien miró a Luka, que parecía hacer un gesto con los ojos para que afirmara y lo hizo, luego se puso de pie y se despidió de Nino con un saludo de mano.
—Nos vemos —se despidió el rubio.
Luka junto con Adrien bajaron de la embarcación y empezaron a caminar a paso relativamente lento. Se llevó las manos a los bolsillos, sin comprender por qué Luka lo había sacado del barco. ¿Querría decirle algo?
—En realidad... —comentó Luka de repente, deteniendo sus pasos en uno de los puentes, para luego apoyarse contra las protecciones y observar su reflejo en el agua—, no tengo nada que comprar.
—¿Entonces? —preguntó Adrien, apoyándose a su lado contra las protecciones, observando también su reflejo en el agua.
—Siento que estás pasando por algo difícil. Tu música interior no solo se siente opacada, sino también perturbada... ¿pasó algo?
Adrien apretó los puños sin mirarlo, haciendo que Luka se imaginara lo que podía ser.
—Sabes que soy Viperion, ¿verdad? —ante aquello, Adrien lo miró sorprendido por sus palabras y Luka le regresó la mirada—. Y no solo porque estabas frente a mí cuando Ladybug me entregó el miraculous...
—¿Qué estás tratando de decirme? —interrogó, sin querer morder el anzuelo que Luka estaba lanzando.
—Ladybug me pidió que manipulara el tiempo contra un villano que podría poner en riesgo sus identidades, la de ella y la de Chat Noir —tras decir eso, volvió la mirada al río Sena.
Adrien estaba a punto de decirle que Ladybug le aseguró que sus identidades estaban seguras, cuando se detuvo en el momento preciso. Miró una vez más a Luka antes de concentrarse en el Sena.
—No pude decirle que descubrí, accidentalmente, ambas identidades —le confesó, empuñando y relajando los puños—. Siento que le fallé a Ladybug, pero no pude decirle la verdad.
—¡Espera! —dijo estupefacto ante las palabras de Luka—. Sabes que yo... —Luka apretó los labios y le señaló su mano derecha—. Oh...
—Ha sido bastante difícil poder manejar esta información. Créeme, me gustaría no saberla, pero ya no se puede cambiar lo que ya se ha visto—le explicó—. Sé que no somos muy cercanos, pero quiero decirte que si te sientes muy abrumado, puedes encontrar en mí a alguien en quien confiar.
Adrien se mantuvo en silencio por un par de segundos, antes de entrelazar los dedos de sus manos y apretarlos.
—Gracias Luka... La verdad es que estoy bastante colapsado —le indicó—. Siempre me han dado la misión de distraer, mientras ella elabora su plan o va por los demás. Somos una dupla, yo destruyo y ella repara, pero... mi misión cambió, ahora.
—¿Cambió?
—Me han encomendado protegerla —le respondió, apretando aun más sus manos—. Mi misión es protegerla ante todo, pero... —miró a Luka—... resultó que terminé enterándome que a la que más debo proteger, es a quien está debajo de la máscara... a ella...
—¿Lo sabes?
—Sí, ella me lo dijo —le confirmó, tras suspirar— pero aún no sabe quién soy.
—¿Y se lo vas a decir? —preguntó, aun sorprendido de que Adrien supiera la verdad y que aquel par aun estuviera con esa dinámica extraña que los rodeaba.
—Quería hacerlo, pero ella parece que tiene miedo de saber quién soy —le respondió, volviendo a suspirar—. Y no la culpo... Si supiera todo el paquete que viene conmigo, seguro me evitaría toda la vida.
—No creo que Marinette fuera capaz de hacer eso —indicó, llevando la mano a su cuello, donde tenía colgada la púa autografiada que ella le había regalado. Adrien cerró los ojos al darse cuenta de que, efectivamente, Luka sabía la identidad de ambos—. O es que tus sentimientos han cambiado...
—Claro que no... —exclamó, como si de pronto hubiera recuperado todas sus fuerzas, aunque rápidamente se desinfló—... y menos ahora que sé que me correspon... —se calló abruptamente, cuando se dio cuenta de con quién estaba hablando.
—No te preocupes por mí, Adrien —le contestó, mirándolo—. Desde el día que la conocí, siempre he sabido que Marinette está enamorada de ti, y eso no evitó que quisiera estar con ella... Y no me arrepiento porque fue bonito mientras duró... No hay resentimientos.
Adrien volvió a suspirar.
—Espera... —de pronto, la voz de Luka sonó aterrada—¿Por qué sientes que debes protegerla? ¿Está en peligro?
—Siempre está peligro —comentó Adrien, ladeando la sonrisa—. Con o sin la máscara. —Luka también sonrió. Era fácil de imaginar a que se refería, pero también notó que eso no era lo que le preocupaba.
—¿Entonces?
—A veces siento que crecí con un tipo de familia, pero ahora no sé si todo fue una mentira o una falsa ilusión. —respondió.
—Bueno, mírame a mí, mi padre resultó ser el músico que admiraba y del cual llevo una polera a todos lados. —indicó, enseñándole la polera blanca con el logo en negro de Jagged Stone.
Adrien ladeó un poco los labios en un intento por sonreír, pero volvió a suspirar, pues era tanto su dolor interno que sentía que se le iba a la vida con cada suspiro. Quería contarle a Luka que probablemente su padre era Shadow Moth, pero no podía, pues por mucha confianza que le tuviera, todavía no podía soltar esa información, aunque... tal vez si omitía la parte mágica...
—Creo que mi padre está metido en cosas turbias —confesó finalmente, el porqué de su problema—. Son supuestos míos, pero no sé qué haré si es real...
—Crees que si callas serás su cómplice y como son héroes, con eso lastimarías a Marinette, ¿esa es tu preocupación? —concluyó Luka.
—Podría decirse que sí —afirmó, ladeando la cabeza, no muy convencido—. Además, también me preocupa que mi padre no me deje estar con ella, que le haga algo, no sé... Hasta Kagami me dijo que la cuide de mi padre, así que... mi miedo está justificado.
Luka se giró, apoyando la espalda en la protección del puente, cruzándose de brazos.
—Creo que tienes que escuchar a tu corazón —le aconsejó— ¿Qué es lo que deseas para tu futuro? ¿Aun tienes esas dudas en ti? —tras ver como afirmaba con la cabeza, Luka puso su mano en el hombro del rubio—. Pues entonces, éste es el momento... Piensa qué quieres y que no quieres en tu futuro. Aun eres muy joven, puedes empezar de cero... —levantó la mano que tenía en el hombro de Adrien y le dio un par de palmaditas—. Y tienes mucha gente que estará dispuesta a ayudarte... Sobre todo, una que conocemos muy bien.
Fue en ese momento, que Luka finalmente pudo ver una sonrisa sincera en los labios de Adrien. Volvió a darle otra palmadita en el hombro antes de separarse de la protección para volver al barco.
—Gracias...
—De nada, Adrien... de nada.
...
A las seis de la tarde, muy puntual, el guardaespaldas de Adrien pasó por él. El rubio se despidió de todos e ingresó al automóvil, apoyándose contra el respaldo del asiento. Estuvo todo el camino de regreso en silencio, hasta que ingresó a la mansión y saludó a su padre que lo esperaba en la escalera.
—Se te ha enviado la agenda de esta semana —le indicó, con las manos ocultas detrás de él. Adrien lo miró como si estuviera analizándolo— ¿Sucede algo?
—No —dijo, saliendo de sus pensamientos—, es solo que estoy muy cansado. Tocar ese teclado clásico exige mucho esfuerzo al estar de pie.
—Deberías ir a bañarte. Haré que te suban la cena —le sugirió, aunque Adrien sabía que eso era una orden.
—Claro. Buenas noches —dijo, pasando al lado de su padre con dirección a su habitación.
Cuando llegó a ella, dejó salir a Plagg, que rápidamente se fue a ocultar a su almacén de quesos.
—¿Iremos donde la maestra? —preguntó, tras terminarse el primer bocado.
—No, estoy muy cansado. Solo quiero dormir —le indicó al Kwami, mientras se dirigía al baño y abría la ducha.
—Se va a preocupar... —le recordó.
—Entonces, ve y avísale que no voy a ir... —le pidió, mientras regulaba el agua para llenar la tina.
Plagg tomó eso como un permiso para salir e irse a reunir con sus compañeros Kwamis.
—¡No tardaré mucho! —dijo, antes de traspasar la muralla de la mansión para ir a la casa de la guardiana.
Adrien se metió en la tina tratando de que el agua caliente calmara el dolor de su cuerpo, ya que lo que sentía internamente no podía calmarse con nada. Tras un par de minutos, debatiendo qué hacer, decidió salir, colocarse el piyama y consultarlo con la almohada. Estaba por entrar a su cama cuando tocaron a la puerta y su padre entró con su cena.
—¿Padre? —dijo, sorprendido y agradecido de que Plagg haya decidido irse— ¿Está todo bien?
—Sí, solo quería traerte la cena. Nathalie ya está dormida y no quería molestarla.
—Nathalie se va a poner bien, ¿verdad? —preguntó con la voz apretada.
—Sí, ella es fuerte. Estará bien—indicó, dejándole la bandeja sobre la mesa de centro, frente a la televisión—. Yo me encargaré de que se recupere, ya lo verás... Te lo prometo.
—Gracias —le dijo con una sonrisa.
—Buenas noches, hijo —tras despedirse, salió de la habitación. Adrien se sentó en el sillón blanco y destapó su cena.
«Por qué crees que los quiere tanto Shadow Moth? Seguramente, en su vida pasó algo que quiere rehacer.»
De pronto, las palabras de Plagg tomaron fuerza en sus pensamientos...
¿Cómo arreglaría la salud de Nathalie? ¿Usando los Miraculous? ¿Para eso los quería? ¿Para evitar usarlos en el pasado?
Su cabeza empezó a girar a mil por hora nuevamente, cuando su teléfono sonó.
«Hola.» Era un mensaje de Marinette, pero antes de que pudiera contestarle, llegó otro texto «Espero que estés bien. Quedé preocupada cuando te vi hoy en lo de Luka, pero no quería forzarte a hablar conmigo, pues sentí que me evitabas, ¿Está todo bien? ¿Hice algo que te molestó?»
Rápidamente, contestó.
«Hola. ¡Claro que no! ¿Por qué me molestaría contigo? Disculpa si te hice sentir mal, no era mi intención, te lo juro. Es solo que tengo muchas cosas en qué pensar.»
«¿Quieres hablar conmigo sobre eso?»
Adrien observó el chat y abrió la foto que Marinette tenía de perfil y se la quedó mirando.
No sabía bien lo que quería hacer en el futuro, no tenía una meta clara, ni profesión a la cuál dedicarse, pero había algo que sí podía visualizar junto a él: A Marinette.
Y no quería perderla.
«Sí, pero no por mensaje, ¿te parece si nos vemos?»
«¿Ahora? ¿O mañana en la escuela?»
«El sábado, a mediodía. Te invito a comer»
«¿El sábado?»
«Sí, tengamos una cita. No solo quiero hablar contigo de todo lo que me pasa, sino que también quiero darte algo»
«¿Algo? ¿Qué es?»
«Lo verás cuando nos veamos el sábado» insistió.
«No es justo. Te veré toda la semana en las clases. ¿No puedes adelantarme nada?»
Ante aquello, Adrien sonrió y se acomodó en el sillón, cruzando las piernas en forma de loto para responder.
«Claro. Verás... después del viernes, viene el sábado»
«¿Te han dicho que a veces eres fastidioso?»
«Hay alguien que me lo dice siempre. Gracias»
Solo recibió como respuesta, un sticker de un osito cariñosito que no tenía nada de cariñosito y no pudo evitar reírse ante aquello.
Ella también tenía el poder de animarlo.
Y así, con los ánimos recargados, se dispuso a cenar.
...
Mientras, en la casa de Marinette, la joven guardiana dejó el teléfono al lado y miró al Kwami junto a ella.
—A mí ni me mire, guardiana —respondió, flotando a su lado, cruzado de brazos—que no tengo idea de lo que pasa por la cabeza de mi portador, ni qué trama.
—¿Seguro que no pasó nada con Su Han?
—Seguro —afirmó, con un gesto de su cabeza—. Confíe en su gato guardián y en su kwami. Todo estará bien.
Marinette observó cómo Plagg se iba a divertir con los demás Kwamis y desvió la mirada hacia Tikki, que también la miraba, preocupada.
—Solo espero que todo esté bien con Adrien... —suspiró—. No te metas en problemas, Chat Noir.
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Chan, chan!
Y la bomba le explotó en la cara a Adrien de forma bestial...
¿Qué tal el capitulo? Ha sido de larga duración, porque tiene más de 4000 palabras, cuando por lo general, pasaba las 2000 por poco...
Adrien tiene que demostrarle a Su Han que él esta del lado de los buenos, ¿podrá lograrlo? ¿Podrá llegar a esa cita con Marinette?
Por todos los cielos, una cita... y parece que la de coletas no cayó en cuenta xD
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Muchas gracias por seguir la historia, ya solo nos queda el capitulo final y el epilogo...
¡¡No se lo pierdan!!
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Gracias mi beta por la lectura previa 😉
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Gracias a todos ustedes por tomarse el tiempo de leer.
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Aquatic~
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05 de Octubre 2021
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