♛quince
La manera de actuar de Hailey había sido precipitada, no estaba pensando claramente cuando le gritaba a Harry. Sabía que el haberla engañado por el gato había sido una broma; a su edad ella entendía muy bien las bromas. Pero sentía como si todo lo que había hablado con Harry había dejado de ser privado en el momento en el que les mostró el primer mensaje a sus amigos. ¿Ellos sabían las cosas tiernas que Harry le enviaba? ¿Ellos lo habían ayudado para eso? No quería ni pensar en eso porque sabía que se pondría a llorar el solo pensar que esas conversaciones, que al principio carecían de amistad, se había convertido en las más tiernas que alguna vez tuvo. Harry podía ser el chico más adorable cuando se tomaba el papel en serio y enamorarte con pocas palabras. Era en ese momento cuando las platica con su mejor amiga, le llegaba a la mente.
—Él era el mejor en la poesía, Hai —le había dicho con lágrimas en sus ojos—. El problema fue que era tan bueno que le creí cada una de sus palabras sin pensar que quizá todo era plan con maña —finalizó escurriéndose debajo de su almohada, sollozando.
Por lo que Hailey sabía, Harry era un chico alegre y que no nunca había temido en decir lo que sentía. Él se lo había contado una noche que se desvelaron. Ella creyó que fue por el momento que él le confesó eso, ya que también ella le había confesado jamás haberse enamorado.
—El amor es tan complicado, bola de pelos. Espero jamás te enamores de algún gato de por ahí. O gata, ya que no sé qué eres exactamente —le habló al felino que se encontraba acostado en la alfombra de su habitación.
Ver al encantador gatito, se le hacía tan melancólico ya que era por él por qué siempre hablaban Harry y ella. Era como si le recordaran fríamente lo duro que había caído. Ella realmente lo quería, pero no por eso iba a aceptar tal bajeza de su parte... Aunque no se arrepentía en ningún sentido de haber encontrado a la bola rechoncha dormida en su alfombra. Por ella era como había podido conocer el amor.
—Oh, vamos, Hailey. Suenas tan melodramática —se dijo a sí misma—. Quieres a Hazza y esto del gato solo ha lastimado tu pequeño orgullo. Además, no fue para tanto. Seguro Harry es un buen chico y te dijo la verdad. Ese día en el parque parecía muy triste y arrepentido —estaba hablando realmente sola (a excepción del gato) en su habitación—. Dime, cupido, ¿por qué complicas tanto al amor? —le gritó al techo de su alcoba, recibiendo únicamente el maullido del gatito.
Hailey: Harry Styles. Tú. Yo. El parque. Ahora.
Envió lo más rápido que pudo, esperanzada de que Harry asista al parque y no sea tan tarde para solucionar las cosas. De por sí, solo habían pasado unas horas de lo ocurrido...
Por otro lado, Harry estaba llorando en su habitación intentando crear el mensaje perfecto para recuperar a Hai y aquel mensaje de ella fue como oír ángeles sobre el techo de su bañera.
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