El sol iluminaba el día a pesar del clima húmedo, haciendo que Harry usara una gabardina exuberante, luciendo intimidante. Y más con aquel semblante inseguro, sentado en una banca del silencioso parque, mirando hacia sus manos entrelazadas que a pesar de estar usando guantes, sentía el sudor en ellas. Estaba nervioso, más de lo que alguna vez había estado. Por la mañana cuando comenzó a alistarse para ir a su cita, decidió salir con unos minutos de sobra para practicar, solo, en el parque donde se encontraría con Hailey. 

—Hola —una voz llamó su atención.

De inmediato alzó su vista y se encontró con la sonrisa de la chica castaña que tanto había deseado conocer. Llevaba su pelo suelto con ondas que la hacían lucir más hermosa de lo que él había podido apreciar en las fotos de perfil que colocaba en su WhatsApp o de las que subía a su Facebook. Era realmente linda. Tenia en una mano su teléfono y en la otra una transportadora negra en donde supuso que estaría el gatito. Le dedicó una sonrisa que más bien parecía una mueca. Se levantó para saludarla de regreso y ayudarla con el gato, que por las fotos, lucia muy gordo y pesado.

—Hola, Hai —dijo dándole un fuerte abrazo, sorprendiendo a la chica. 

—¡Estás enorme! No creí que estuvieras tan alto, me haces sentir como una pitufa —bromeo, logrando hacer reír a Harry. A Hailey le pareció una risa perfecta.

—No soy tan alto, tengo una estatura promedio —rodó los ojos fingiendo sentirse ofendido.

—Bueno, pero mi estatura es realmente mediocre —se sentaron juntos en la banca poniendo al gatito en el piso.

Se quedaron en silencio por un rato, sin saber qué decir exactamente. Fue ella la que se giró para mirarlo y hablar.

—¿Quieres ver a tu gatito? Es un amor, te juro que si pudiera no te lo regresaba —se volteó a levantar la transportadora y se la puso en las piernas.

Harry se dobló para poder verlo a través de la rendija ya que si lo sacaban, podía ponerse nervioso y salir huyendo. Era un gato muy gordo y su gesto era de total enojo, sin embargo, sus ojos estaban completamente negros y se guardabas silencio, se podía oír su ronroneo. Estaba feliz, pero no por él.

—Está hermoso —afirmó volviéndose a levantar para observarla. Ella seguía con una sonrisa en su rostro.

—¿Y bien? ¿Ha cambiado o sigue como la recuerdas? —preguntó emocionada. Estaba contenta de por fin conocer a Harry Styles y de poder regresarle a su querida mascota.

—Eh... Sí  —respondió vagamente—. Hailey, debo decirte algo —dijo enseguida.

—Claro. Habías dicho que querías decirme algo...

Harry sintió frío y se acomodó su gabardina, se acomodó en su lugar incomodo y respiró hondo. Había llegado la hora.

—Este gato no es mío —soltó sin más.

Hailey abrió los ojos sorprendida.

—¿No... No es tuyo? ¿Entonces de quién? Diablos, tu gato, ¿en dónde estará? —se notaba preocupada.

— No, no. La verdad es que no se de quién es este gato, quizá sea de la calle, no se. El punto aquí es que yo jamás tuve un gato —bajó la cabeza. No quería ver su expresión, se sentía más que avergonzado.

—¿Tú no tienes un gato? —preguntó lentamente, aún sin poder entender muy bien—. ¿Y los letreros? ¿Para qué carajos los has colocado por la ciudad, Harry? —se levantó de su lugar, exaltada.

—Para ser honesto, no tengo la mínima idea. Al principio, cuando mis amigos y yo hicimos el letrero e imprimimos varias copias, creímos que nadie llamaría, que seria divertido. ¡Te juro que no lo nuestro fue una broma! Admito que cuando me enviaste el primer mensaje, sí se los enseñé a mis amigos, pero después ya no —la cara de Harry estaba roja, y comenzaba a temblar. Hailey tenia un rostro serio y sin mostrar ningún tipo de sentimiento.

—Sabía que eras un chico de no fiar —murmuró a la vez que negaba con la cabeza—. Apuesto que mientras hablábamos, te reías con tus amigos. Te burlaba de mí —limpió una lagrima que cayó por su mejilla.

—No, Hailey. Lo nuestro fue verdadero... —se levantó igual que ella e intentó acercarse pero ella levantó su mano impidiéndoselo.

—No te acerques —le advirtió.

Tomó la transportadora con el gato y así poder irse de una vez.

—Y no me busques, ni mucho menos me llames —habló fuerte, dándole la espalda a Harry quien no se movió de donde estaba parado.

Harry se puso a pensar. Ella no había dicho que no le podía mandar mensajes, ¿cierto?

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Chan, chan, chan... ¿Se lo esperaban? Leí que algunas ya se las olían ¬u¬ espero poder actualizar lo más pronto posible ya que será el ultimo capitulo y luego el epílogo :')

Una cosilla, he subido una historia que no será fanfic y me gustarían que se pasaran. Está en mi perfil, se llama "Está bien, es amor", ¡gracias!