⋅   Snow Angel - Reneé Rapp   ⋅

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Las ruinas ya eran una mansión que otras personas habitaban.
El bar a la vuelta del trabajo era refugio y en mi casa estaba a salvo.

¿Qué pasa que te abrigas los brazos con las mismas pieles que usabas conmigo?
Ahora frente a sus rostros grises agitas la bandera que siempre decías no sentir tuya.

Si cerraba mi cuaderno,
si escribía miles de poemas para ti y se los mostraba al mundo

era suficiente para olvidarte. Tenía que serlo.

Todo lo que te respira cerca es una mentira.

No estoy a salvo ni en mi casa,
tu figura pasa caminando frente a mi ventana
como si una simple sombra no pudiera arruinarme el día.

Embrujaste mi patio delantero,
la piscina y el verde césped que lo rodea.
Y ahora intentas hacer lo mismo
con el bar que nunca te pareció suficiente.

No puedo evitar comparar todos esos lugares con los que dejé atrás...

Cómo una comedia romántica con música inolvidable,
vos en mí puerta.
Y no querías hacerlo,
te obligaron.
Creyeron que la bandera en mi sangre
y tu bandera que utilizas como accesorio eran las mismas.

Me invitaste a ver las estrellas
sin ni siquiera saber mi nombre.

Cuatro años, cuatros años, pasitos silenciosos hacia ti.

Por qué tenía mucho miedo que fueras una estrella muerta.

Y lo eras. Eres y seras.
Vos y tu país combinan sus ropas como adolescentes de fiesta.

La que tiene resaca soy yo. La cara nunca seca.

Puedo imaginarme que algún día fuiste lo que aparentas.
Estoy segura que en algún momento mejoraste vidas,
pero ahora solo las arruinas.

Un espejismo, una mentira roja y amarilla

vestida de celeste y blanco.

Fuimos campeonas del mundo juntas, te quedaste la copa.

Mis estantes están vacíos.

Cuatro años, cuatros años de aquellas palabras atoradas...
Son mi kriptonita. No las he dicho en años, a pesar de que lo anhelo.
Pero solo pensarlas me aterrorizan...

No existe, quise que existiera. Por cuatro años.

Me hicieron tanto daño.

Me tomaste la mano, y tu tacto no se sentía extraño.

Y casi te digo, estrella mía, estrella muerta:

Mi piel es venenosa, como una criatura de la selva.
No me gusta ser tocada, mirada. Traicionada.

Me tomaste la mano, cuatro años,

me prometiste cumplir todos mis sueños.

Yo solo quería uno: estrella muerta, mejor amiga, mejor vida.

Me llenaste la mano de monedas,
me sentí millonaria.
Campeona del mundo, trofeo en alto,
bandera celeste y blanco.

Pero las monedas no me sirven,
están oxidadas y solo puedo usarlas en atlantis.

Ciudad fantasma, embrujada como los bares...
Los historiadores aún intentan saber
si nuestra amistad fue real.

Campeones del mundo hace mucho años,
con un gol de mano.

Estrella muerta,
hace cuatro años.

¡Atlantis!
sueño con que me digas que lo sentís.

En los jardines de Babilonia
descansa La Patagonia.

Soy venenosa,
incluso en calles novedosas...

Algún día te vas a atragantar con mi nombre.
Algún día ya no voy a pasar hambre.

Como estrella muerta,
para la perra
y todos los nudos que tengo que hacer en mi piel
para obtener una tarjeta.

Mentira roja y amarilla,
vestida de celeste y blanco.

Debería haberlo visto,

por qué ya no sé si estás palabras

son para mí vecina
o para el país que ella habita.

Mejor amiga, estrella muerta.

Llamar a mi puerta.

Subirse a un avión, empezar de cero:

una puta mentira.

Monedas que no me sirven.
Cuatro años a la basura,
espejismo de una dulzura.

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Sábado 23, Marzo del 2024 - 01:31 am.