⋅   The Archer - Taylor Swift   ⋅

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   En un libro que solía leer en mi infancia hablaba sobre los sueños y los pensamientos... Compara los pensamientos con un caballo, dócil, domado, con una dirección; los sueños eran comparados con una manada de caballos salvajes, miles de pensamientos corriendo en direcciones opuestas sin orden ni control, sin obedecer a nadie.

   La culpa es algo con lo que todos hemos tenido que vivir alguna vez... por decir algo inapropiado, por no pensar en los sentimientos de otros, o por acciones que en el pasado nos parecieron inofensivas, pero con el tiempo entendimos su fuerza y dureza.
   La culpa es algo sano, dicen por ahí. Que va de la mano con la empatía, dicen otros. Que nos ayuda a ser mejores personas, dice la opinión popular.

   ¿Pero este concepto también aplica cuando la culpa no nos pertenece? cuando en algún momento de la vida empezamos a pedirla prestada con la ilusión de quitarle un peso, un dolor, a un ser querido...pero con el tiempo se descontrola.

   Con el tiempo llega el momento en que no puedes pasar por una tienda vacía sin sentir culpa, un agujero en el pecho te dice que la falta de clientes recae sobre tus hombros.

   Vas por la vida sintiéndote así ante cualquier inconveniencia ajena o propia, vomitas disculpas innecesarias como religión. Y no puedes dormir por la noche por culpas que has pedido prestadas sin ni siquiera notarlo.

   Llega el día en que la culpa se agarró de tus raíces, como un virus imposible de matar.

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Lunes 24, Julio de 2021 - 10:48 pm.