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Capítulo 30.

Llevan como unas dos horas y media con Ryan y todavía no sabemos nada. SJ se ha dado como unas cinco vueltas por la sala y se ha bebido otros tres cafés. Yo he ido un par de veces al baño y he hablado por teléfono con Cristie para mantenerles informados. Los nervios no me abandonan ni aunque quiera. No sé quien le ha hecho esto Ryan ni por qué. Ahora, a parte de la preocupación que tengo por Ryan, me preocupa que SJ salga igual o peor que él. Sé que su vida se basa en esto pero tengo miedo de perderle. He llegado a un punto en el que siento mucho más de lo que debería por él. No quiero pensar que me pueda faltar porque sinceramente no sé qué haría. No es que le necesite para vivir pero desde que estoy con él, pasando tiempo con él, conociéndole, sé que si me faltara me faltaría un poco de alegría en mis días.

Se abre la puerta y SJ corre hacia esta mientras que yo le sigo. El médico termina de quitarse la mascarilla y se seca el sudor con la mano. No tendrá más de cuarenta y pocos años. Es alto, con un cuerpo por lo que se ve rudo y con el pelo canoso. Tiene los ojos color avellana y su rostro es muy marcado.

-Habéis llegado a tiempo. La herida estaba empezando a infectarse y eso no es nada bueno. Le hemos tenido que dormir antes de poder limpiarle la herida y eliminar el resto de pólvora que quedaba dentro. Ahora pasará a reanimación y en un par de horas estará en la tercera planta –el médico se dirige en todo momento a SJ que no deja de mirarle atentamente.

-Muchas gracias Joe. No pudimos venir antes por la nieve –SJ le abraza y se aleja de él para cogerme de la cintura y ponerme a su lado –Ella es Darlene, mi novia.

Joe dirige su mirada a mi persona y extiende su mano con una delicada sonrisa. Acepto y asiento con la cabeza.

-Encantado de conocerte. Veo que SJ no mentía al decir que eras una chica guapísima –suelta mi mano a la vez que pone la otra en el hombro de SJ y le aprieta levemente.

Miro a SJ y pongo los ojos en blanco para luego sonreír. Va presumiéndome por todos lados y yo me muero de la vergüenza cuando luego me lo cuentan.

-Gracias –digo sonriendo.

–¿Cuándo se supone que Ryan podrá volver a su casa? –SJ pregunta con preocupación.

-De momento tendrá que quedarse aquí unos días ya que le tenemos que ir viendo los puntos y empezaremos con la rehabilitación. La bala ha rozado un nervio que iba al hombro y esto ha provocado que su brazo tenga una movilidad reducida de un quince por ciento. No es mucho pero necesitará un mes de rehabilitación.

-Perfecto –SJ parece más relajado ahora.

El médico vuelve a entrar por la puerta por la que salió y SJ suspira aliviado. Me acerco a él y le abrazo. Dejo un leve beso en el lugar donde, justo debajo, late su corazón. Me devuelve el abrazo y deja un beso en mi coronilla. La tensión de antes abandona el cuerpo de SJ y le noto más ligero.

-No estamos lejos de casa –susurra en mi oído –vamos a darnos una ducha y a cambiarnos de ropa –me separa de él.

-Está bien. Así aprovechamos y vemos como siguen por la casa. ¿Tu padre sabe lo que ha pasado con Ryan? –cojo su mano.

-No, prefiero contárselo en persona por si tienen los móviles pinchados o algo –deja un beso en mi mano –Vamos.

Nos encaminamos hacia el coche y SJ abre con el mando. Entramos y mientras que el arranca yo me pongo el cinturón.

En el camino ninguno de los dos dice nada. SJ solo se limita a mirar los retrovisores y hacia los lados, supongo que para asegurarse de que nada nos pase.

Está inquieto, puedo notarlo por la forma en se apoya en la mano izquierda o cuando pasa esta por su pelo en un sube y baja que no logra tener el efecto deseado para él.

No se a cuanta distancia estábamos de casa, solo sé que llegamos y SJ salió del coche sin siquiera esperarme para entrar juntos en casa.

Es de madrugada y todos estarán durmiendo. Cierro con cuidado la puerta y antes de acercarme a las escaleras para subir me quito las playeras para no hacer ruido y despertar a todos.

Llego a la puerta de mi habitación y antes de entrar me doy cuenta de que hay luz debajo de la puerta de Alfred. Supongo que SJ estará halando con él de lo sucedido.

Negando con la cabeza para evitar seguir pensando en lo mismo una y otra vez y entro en mi habitación.

Dejo las playeras en el suelo al lado de la cama y me empiezo a desnudar. Me quito la ropa interior y voy al baño. Abro el agua caliente y mientras que espero a que coja temperatura me miro en el espejo y busco algo que haya cambiado en mí. Lo único diferente es mi mirada. Me pierdo en mis pensamientos hasta que noto el vaho en el ambiente. Me meto dentro de la ducha y dejo que el agua destense todos mis músculos.

Salgo del baño con una toalla rodeando mi cuerpo. Me acerco al armario y saco algo cómodo. Me pongo la ropa interior y luego un pantalón de chándal, una camiseta básica negra y la chaqueta del chándal. Me suelto el pelo del moño que hice y me desenredo. Para no despertar a nadie me lo dejo suelto y ya. Me pongo las playeras otra vez y salgo de la habitación. Bajo para dejar la ropa sucia en la lavadora y vuelvo a subir las escaleras.

Cruzo el pasillo y sigo el camino que me lleva a la habitación de SJ. Sin tocar la puerta entro y veo su figura salir del baño. No se percata de mi presencia hasta que cierro la perta y suena el clack de la cerradura.

Se gira, ya que estaba de espaldas a mí buscando algo en el armario mientras que yo cerraba la puerta, y me mira para luego girarse de nuevo y seguir buscando lo que supongo será la ropa.

Sin ningún pudor se quita la toalla delante de mí y la pasa por su cuerpo para terminar de secarse. Tira la toalla encima de la cama junto con la ropa sucia que traía en la mano cuando salía del baño.

Se pone el bóxer y luego un pantalón de chándal. Coge una camiseta y se la pone. Mientras él termina de vestirse me acerco a él y me siento en la cama. A los segundos él hace lo mismo para ponerse los calcetines y las playeras.

Aprovecho su cercanía y pongo una mano en su nuca. Deja de colocarse el calcetín y levanta la cabeza. Acaricio su pelo y dejo que mis dedos vaguen a sus anchas por este. Me mira y sé que no está bien. Hay algo en su cabeza que no deja de dar vueltas. Con mi otra mano aprieto su mano y acto seguido me abraza. Rodea mi cintura con su brazo y hace fuerza para sentarme en sus piernas. Apoya su cabeza en mi pecho y yo le acaricio la espalda y el pelo mientras que beso su coronilla. Está en un momento de vulnerabilidad y jamás le había visto así. Me doy cuenta de lo que confía en mí, tanto como para mostrarme uno de sus lados débiles sin ninguna máscara ni nada fingido. Es él en su punto más vulnerable y aquí estoy yo para tirar de él. Intento transmitirle mi apoyo y la certeza de que aquí estoy para él pero está en su mundo, ausente e indiferente. Coloco una mano en su barbilla y ejerzo un poco de fuerza para hacer que me mire a los ojos.

-Sé que no estás bien SJ pero quiero que sepas que me tienes aquí para lo que necesites. Ahora tus problemas también son los míos y no puedo dejar que te evadas en tu mundo. No quiero que te encierres en tu mente y tampoco presionarte para que me cuentes que pasa por esa cabecita tuya –paso los dedos por su pelo mojado intentando peinarle –pero que sepas que me tienes en todo momento.

-Ese es mi miedo Darlene. Que te tengo. Te tengo y me da miedo perderte por culpa de la vida que llevo. En la vida me ha preocupado la vida de alguien que no sea la de mi padre o la de mis mas cercanos pero ahora estás tú. Eres, junto a mi padre, la persona que más me importa en estos momentos. Primero van a por Ryan. ¿Y luego qué? ¿Espero a que vayan a por mi padre? ¿A por ti? No puedo arriesgarme a perderos a alguno de vosotros. Darlene, no soportaría perderte –baja su mirada y niega con la cabeza.

-Escúchame –levanto su cabeza de nuevo y le miro a los ojos con el ceño fruncido –ni se te ocurra siquiera pensar en la posibilidad de dejarme porque ni loca pienso dejarte. ¿Me oyes? –cojo su cara con una mano –No después de todo lo que hemos vivido y experimentado juntos. SJ, no se si tú sentirás lo mismo pero yo te quiero y entre mis planes no está el dejarte porque un hijo de puta quiera joder. ¿Quiere problemas? Tranquilo, que se atreva a hacerte algo y juro que le mato con mis propias manos. Y sé que tu no dejarás que me hagan daño pero ¿qué hay de ti? Si me dejas me harás más daño que si una bala atravesara mi pecho. Esta vida ahora nos pertenece a los dos y tú mejor que nadie me vas a enseñar a defenderme de lo que sea. Porque, y grábate eso en la cabeza, no pienso dejar que me dejes –mi corazón late fuerte.

-Darlene, te he demostrado lo que siento por ti.

-Si ahora quieres dejarme, me demuestras que no.

-No tienes ni puta idea de lo que dices.

-No SJ, el que no la tiene eres tú. Yo quiero estar contigo y me da igual lo que pueda pasarme. En la vida me he sentido así con una persona y creo que si no es contigo jamás volveré a sentirlo. ¿Dónde se queda ahora ese "Algún día tu y yo seremos como ellos"? ¿Sabes? no hagas promesas que luego no vas a cumplir.

-Dios Darlene –susurra fuertemente –Entiende que no quiero dejarte pero me da miedo que te pase algo. No te quiero dejar, joder. Eres mi risa, mi malhumor, mi compañía, mi locura y eres lo que hace que me mantenga en pie y quiera seguir adelante con esto. Puede que sea muy pronto pero me tienes loco de amor por ti. Estoy enamorado de tu forma de ser y de hacerme ver el mundo de otra manera. De tu valentía y del par de cojones que tienes para decirme lo que me has dicho hace un momento –sonríe –No esperaba que esas palabras salieran de tu boca y estoy asombrado. Me has demostrado más en unos días que muchas personas en años. Te quiero y ni loco pienso dejarte ir.

Sonrío en medio de la penumbra de la habitación y me acerco a besarle. Sus manos suben por mi espalda y me pega a su cuerpo. Me coloco mejor encima de sus piernas acercándome a él tanto como nuestros cuerpos nos permiten. Subo mis manos a su cuello y me separo de su boca dejando un mordisco en su labio inferior. Bajo a su cuello y aprieta el agarre de mi cintura mientras que su otra mano coge mi pelo suelto y da un tirón hacia atrás. Me muerdo el labio inferior y cierro los ojos cuando en esa posición SJ se menea y hace que note su masculinidad.

-No hagas eso –aún con mi pelo en su mano me acerca a él y se lanza a mi boca –eso ya lo hago yo –sonríe y muerde mi labio.

Pongo mi mano en su cuello y le acerco más a mí. Me separo de sus labios y vuelvo a su cuello donde dejo un beso y luego muerdo arrastrando mis dientes. Coloca sus manos en mi culo y me aprieta contra él provocando que jadee en su oído.

-No sabes como me gusta oírte jadear. Me pones como no te imaginas –se vuelve a mover. Está bastante excitado.

-SJ no podemos hacerlo ahora. Me encantaría, te lo juro –besa mi cuello, muerde el lóbulo de mi oreja y pasa a mis labios. Le devuelvo el beso –pero están todos dormidos y tenemos que volver para ver como sigue Ryan –gimo de nuevo ya que vuelve a mover su pelvis haciendo contacto con mi feminidad –No me tortures más por favor.

SJ se ríe roncamente. Ese sonido me encanta.

Me separo de él y me levanto de sus piernas para que termine de ponerse las playeras. Se levanta de la cama y se pone una sudadera. Cojo la toalla y la ropa sucia mientras que él coge las llaves del coche y su móvil.

Tras unos minutos de espera, bajamos en silencio las escaleras. Cuando llegamos abajo Alfred se acerca a nosotros. Lleva un vaso de agua en la mano. Le sonrío y voy a dejar la ropa de SJ y la toalla en la lavadora.

-Necesito que me mantengas informado –escucho decirle Alfred a SJ –Mañana me pasaré por la Cueva para hablar con los chicos.

-Está bien. Vamos a ver qué tal sigue Ryan –me pongo al lado de SJ.

SJ se despide de su padre con un movimiento de cabeza y yo me acerco a darle dos besos.

Nos montamos en el coche y vamos camino del hospital que tienen montado ellos por su cuenta. Una vez que estamos allí SJ saluda a unos cuantos chicos y hombres que están en la sala de espera en la que estuvimos nosotros. Saluda a cada uno de ellos y me los presenta.

Llamo por teléfono a Roger para decirle lo que el médico nos dijo de Ryan y dice que pasará a verle en cuento pueda. Le digo que no se preocupe y cuelgo después de despedirme de él.

SJ habla con los chicos de como está Ryan y les dice que mañana tendrán una reunión en la Cueva para ver como acaban con este problema. SJ me mira y me guiña un ojo sonriendo.

Y ahora sí que no puedo negar que estoy profundamente enamorada de él. Lo he intentado evitar un millón de veces y lo he negado otras tantas pero ya es imposible seguir haciéndolo. Le quiero, pese a todo lo que nos pasa y mis inseguridades, le quiero demasiado.

Después de una semana ya todo vuelve a ser como antes. Ryan está en su casa. Los médicos hicieron un gran trabajo y apenas tiene una cicatriz. SJ y Alfred han empezado a mover ficha para averiguar quien fue el que le hizo eso a Ryan y ha aumentado la seguridad de todos y cada uno de los puntos más frecuentes en los que solemos estar.

Ya me queda solo un día de vacaciones. Estoy en casa de SJ terminando de preparar la cena mientras que él estaba hablando por teléfono.

Mi móvil suena y por el tono reconozco que es Carol la que llama. Es raro porque ella siempre suele escribirme algún mensaje.

-Dime Carol –contesto mientras que termino de poner los cubiertos encima de la mesa.

-Hola Darlene. Era para decirte que mañana como ya tenemos clase a ver a que hora vamos a ir.

-Pues andando como siempre tía. No me seas vaga que solo son 10 minuto andando –SJ aparece en la cocina y me mira con el ceño fruncido para saber quien es la persona con la que hablo. Le digo que es Carol y asiente con la cabeza.

-Vale tía pues mañana nos vemos y me cuentas que tal las vacaciones. Yo también tengo cosas que contarte.

-Uy Carol, miedo me das –reímos las dos –Nos vemos mañana, te quiero.

-Te quiero, chao.

Cuelgo la llamada y dejo el móvil en la encimera de la cocina. SJ está bebiendo agua y se gira con el vaso en la mano.

Paso por su lado para poner los cubiertos en la isla de la cocina para cenar. Termino de poner los vasos y la bebida y me siento al lado de SJ. Llevo todo el día revuelta y no sé por qué pero me puedo hacer una ligera idea. Me temo que el volver de nuevo a la realidad es duro pero hacerlo de esta manera lo es aun más. Ahora ya no solo me tengo que preocupar por todo en lo que consistía mi vida antes sino que también tengo que estar pendiente de todo para que no nos pase nada. Es un trabajo de los dos. Yo cuido de él y él cuida de mí.

Estaba apoyada en el hombro de SJ mientras que él bebía de su vaso. No dejaba de darle vueltas a la comida, de un lado, al otro y de nuevo para el otro lado. SJ deja un beso en mi coronilla y yo levanto la mirada del plato para encontrarme con sus ojos.

-¿Qué te pasa? –pasa su brazo por mis hombros y le rodeo la cintura. Dejo un beso en su pecho y me acurruco a él.

-No sé, será porque mañana tengo que volver al instituto –SJ mueve un poco su silla y se separa de mí. Me coge la mano y me pone delante de él. Coloca sus manos en mi cintura y me sienta en sus piernas a horcajadas. Agacho la cabeza y deja un beso en mi cabeza.

-Sé que me echarás de menos y para recompensarte iré todos los días a buscarte –sonríe. Pone una mano en mi mentón y me levanta la cabeza. Deja un leve beso sobre mis labios y me abraza.

-Tampoco te lo creas tanto. Ni que fueras una necesidad para mí –le miro con una ceja alzada y una sonrisa en mis labios.

-¿Ah no? –niego sonriendo. –Pues yo reconozco que sí te echaré de menos. El besarte, el tocarte, el sentirte –me coloca mejor sobre sus piernas y me besa. Jamás me cansaré de sus besos ni de sus caricias ni de él. Es mi vicio.

Me pego a él y coloco mis manos en su cuello para acercarle más a mí. Pone sus manos en mi culo y aprieta contra sí haciendo que note su erección. Meneo la cadera en círculos y siento su jadeo que muere en mis labios. Me separo de su boca para gemir pero él me muerde el labio inferior impidiendo que me aleje por completo.

Se levanta de la silla con mis piernas rodeando su cintura. Va al salón y se sienta en el sillón. Pasea sus manos por mi cuerpo y coge el bajo de la camiseta que es suya. Con rapidez me la quita y pega de nuevo sus labios a los míos. Va bajando por mi cuello, luego a mi clavícula y por último se detiene en mi pecho. Se centra en uno de ellos lamiendo y chupando. El otro recibe la atención de su mano. Me muerdo el labio para reprimir un gemido y llevo mi mano a su nuca para pegarle más. Su respiración y la mía están muy agitadas y nuestros pechos suben y bajan deprisa. Cambia al otro pecho y hace lo mismo que en el anterior. Esta vez no me muerdo el labio y dejo escapar el gemido contenido.

-SJ... por favor... –clavo mis uñas en su hombro y arqueo mi espalda. –Te necesito ya –la respiración entre corta mis palabras.

Su boca sube a mi cuello y deja besos en él. Agacho mi cabeza y me separo un poco para poder bajarle el pantalón. Le libero del pantalón y del bóxer y muevo mi mano alrededor de su miembro. Echa la cabeza para atrás y ataco su cuello lamiendo y succionando sin dejar de mover mi mano. Se incorpora y empieza a tirar de su pantalón para abajo terminando por tirarlos de una patada a saber dónde. Yo sigo dándole placer y de un momento a otro coge mis bragas y las rompe. Lleva su mano a su miembro y con la otra me coloca encima. Con su pene en mi entrada bajo lentamente soltando un jadeo. Él gruñe y aprieta con sus manos mi culo haciendo fuerza. Apoyo mis manos en el respaldo del sillón y empiezo a moverme. Echo mi cabeza a un lado y SJ muerde mi cuello. Pongo una mano en su nuca mientras que sigo moviéndome arriba y abajo. Siento como empieza a succionar y lo que eso traerá como consecuencia pero no me importa. Solo me puedo centrar en el ritmo del movimiento de mis caderas y en los gemidos y jadeos de SJ. Pone sus manos en mi cintura y marca el ritmo ayudándome a subir y bajar. Me muevo en círculos y noto como mis paredes se contraen indicándome que estoy cerca de llegar al orgasmo. SJ me mueve más rápido y le siento más profundo en mí. Me agarro a su cuello y gimo en su oído. Me embiste a un ritmo demoledor y siento como eyacula dentro de mí con un grito que me hace llegar al orgasmo al instante. Jamás había sentido uno así. Mi cuerpo se convulsiona un par de veces por el orgasmo y acabo apoyando mi cabeza en su hombro con la respiración agitada. Su sudor y el mío se mezclan.

-SJ me debes un par de bragas –le digo riendo.

-No serán las últimas que rompa, te lo aseguro –me mira pícaro y me besa. –Me vuelves loco Darlene.

Se levanta del sillón conmigo rodeando sus piernas y su miembro dentro de mí. Sube las escaleras y nos lleva a la habitación para entrar en el baño. Abre el agua caliente y mientras espera me besa. Entra en la ducha y sale de mí. Me deja en el suelo y me doy la vuelta. SJ reparte besos por mi cuello y hombros a la vez que yo me enjabono tranquilamente. Coge el champú y echa un poco sobre mi pelo. Masajea mi cabeza con sus dedos y juro que esto es la gloria. En estos momentos no puedo pedir nada mejor. Estoy con el hombre al que amo, el hombre que me ama y con el que me siento a gusto y puedo ser yo misma. Un hombre que me valora y aprecia a pesar de nuestras diferencias. Por el que daría mi vida sin pensarlo y por el que dejaría todo. No sabía lo que era amar hasta que no llegó él. Con sus vaciles y su sonrisa que me enamora cada día más.

Me aclaro el cuerpo y después el pelo para luego girarme hacia SJ que se había enjabonado el cuerpo mientras tanto. Le aclaro a él también y cierro el agua. Salgo de la ducha y le paso una toalla a él y cojo otra para mí. Me seco el cuerpo y aprovecho que él sale del baño para aclarar la ducha y terminar de quitar la humedad de mi pelo. Salgo a la habitación y cojo algo de ropa para ponérmela. SJ se está poniendo el bóxer cuando me doy cuenta de algo.

–SJ, no hemos usado protección –trago saliva dándome cuenta. Caigo en la cuenta de que en una semana o poco más me tiene que bajar la regla así que tengo posibilidad de quedarme embarazada.

-Las ganas y las prisas no son buenas. No tomas ningún anticonceptivo ¿no? –agacho la cabeza avergonzada y niego, siempre he usado condón.

-No pasa nada Darlene. Ahora pasaremos por una farmacia y compraré la pastilla. Sé que te da vergüenza pero estas cosas también pasan. No es que no quiera tener hijos contigo pero tienes que acabar tus estudios primero y luego ya veremos qué hacemos. Esto es cosa de dos –me levanta la cabeza –no te preocupes.

Se acerca a mí y me abraza. Me escondo en su pecho y le abrazo de vuelta. Me ha tocado la lotería con él. Tengo que hablar con mi madre y decirle que me acompañe al médico para que me manden anticonceptivos, de esa manera evitaré estas situaciones. Tengo muchísima confianza con ella y sé que no tengo problemas al hablar con ella de esto. Sé que lo entenderá y que no querrá nietos tan pronto.

Al llegar a casa saludo a mi familia y subo a mi habitación, es tarde y todavía tengo que preparar las cosas para mañana.

Buenas amores!  He vuelto. Sé que llevo mucho sin actualizar pero no he podido hacerlo antes. Ahora estaré más activa ya que estamos de vacaciones y tendré más tiempo para escribir. Espero que os guste el capítulo y como siempre os digo, comentad que os ha parecido y dejad un voto. Gracias por el apoyo y los comentarios, me hace muy feliz leeros y ver vuestras opiniones y reacciones. Nos leemos pronto, besitos!

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