Capítulo 25.
Antes de empezar a leer os aviso que hay una parte un poco subida de tono. Si la leéis es bajo vuestra responsabilidad. Os dejo con el capítulo, espero que os guste
Carol! Contestame ya! Tengo que hablar contigo
Que pasa?
Tia, que me ha sacado de mis casillas y le he dicho lo que me pasa con él.
Me ha dicho que él también siente lo mismo, no me lo ha dicho pero no ha dicho que no. Dice que le echan para atrás mis padres, la edad... Pero al final ha terminado besándome
Vamos que yo también le gusto y que le cuesta resistirse a mi
Joder tía, al final terminas con él. Ya lo sabía yo, terminabais juntos sí o sí
Ahora más te vale tener cuidado. Ese mundo es muy peligroso y lo sabes
Y como se le ocurra hacerte daño te juro que le mato con mis propias manos
Luego por la noche vamos a la piscina que hay climatizada
La climatización ya la pondréis vosotros, así que no hará falta
JAJAJAJAJAJA dios Carol...
Sabes que es verdad bby, te dejo que estoy con mis primas
Hablamos mañana, te quiero amore
Te quiero
PD: mañana me cuentas eh
Mientras que río guardo el móvil en el bolsillo. Ya son las 20:00 de la tarde. La tarde se me ha pasado volando. Estoy en mi habitación mirando en el armario que bikini ponerme esta noche. Cuando lo tengo lo pongo al lado de la ropa que me pondré. Me pongo a mirar por la ventana y solo veo árboles con nieve en sus ramas. Una ligera capa que los cubre como una manta. Y me pongo a pensar en si debería contarle a SJ todo o seguir callando. Tengo miedo pero creo que sería lo mejor para ambos. Dan unos golpes en la puerta y cuando me giro veo que es él. Sonrío al verle y le hago un gesto con la cabeza para que entre. Cuando lo hace se sienta en la cama mientras que yo me acerco a él. Me siento a su lado y apoyo mi cabeza en su brazo. Cojo aire y le miro.
-Tienes razón –frunce el ceño –Lo de las pesadillas no son solo eso –se remueve y se coloca en la cama subiendo una pierna y poniéndose de frente a mí. Imito su gesto agachando la cabeza y juntando mis manos. Empiezo a jugar con mis dedos –Verás, todo empezó cuando tenía 14 años –levanto la mirada y la clavo en la cómoda que hay al lado de la puerta.
-Darlene, si no quieres contármelo no pasa nada –SJ pone una mano en mi pierna pero sigo con la mirada fija en la cómoda.
-En ese tiempo yo no me juntaba con Carol. Ella y yo dejamos de hablarnos por algo que ya no recuerdo y cada una siguió su vida. Íbamos al mismo instituto pero a diferentes clases ya que yo le saco un año. En ese tiempo yo me juntaba con Amy y Erick. Eran mis mejores amigos por ese entonces –sonrío sarcástica –Faltábamos a clase, teníamos problemas con los profesores y eso era lo de menos. Fuera era otro mundo. Erick, con tan solo 14 años estafaba, robaba, traficaba con armas y muchas más cosas. Yo me "enamoré" –hice el gesto de comillas con los dedos –era una cría y eso para mí era como algo increíble, él tenía poder, eso era lo que yo pensaba. Amy era su cómplice en todo. Yo les acompañé unas cuantas veces pero no me impliqué mucho. Yo era su novia. Al principio todo era bonito, me regalaba cosas caras, salíamos y nos quedábamos juntos hasta tarde. Pero luego él cambió. Cuando tenía un problema con algún negocio lo pagaba conmigo –mi mirada se pierde en un punto de la habitación –me pegaba cada dos por tres y yo les mentía a mis padres diciendo que había sido en clase de educación física jugando con el palo de hockey, el bate de béisbol o lo que fuera que mejor quedara para que se lo creyeran. Me humillaba en público, me trataba como a un juguete viejo, me llamaba para divertirse unas horas y luego me tiraba a la calle como un perro con rabia. Intentaba dejarlo pero me amenazaba. Amy no hacía mucho en esos casos, siempre se quedaba apoyada a un lado y sonreía al verme sufrir. Un día Erick me llamó diciendo que tenía que ir con ellos a recoger un dinero de la entrega de un arma. Yo, para que no se enfadara dije que iría con ellos. Como siempre, él me humillaba y yo por miedo no le decía nada. Cuando fuimos a la casa del hombre Erick entró primero. Cogió al hombre con fuerza y le levantó de la silla en la que estaba –subo la otra pierna encima de la cama y las rodeo con mis brazos apoyando la barbilla en ellos –Erick estaba muy nervioso, creo que se metió algo antes de entrar, solo vi el gesto que hizo pero no sé qué se metió. Amy imitó su acción. Mientras que el hombre pedía unos días más para pagar. Erick se reía de verle tan asustado. Amy mientras se dedicó a inspeccionar cada rincón en busca de algo valioso y yo me quedé detrás de Erick, tenía miedo de que se le fuera de las manos. Erick empezó a cansarse de escucharle y le pegó a la pared apuntando con la pistola en el centro de su frente. Quitó el seguro y yo no sabía que hacer así que me acerqué a él e intenté calmarle –se me seca la garganta. Noto que el colchón se mueve y SJ se levanta de la cama –Le pedí que por favor parara pero él solo repetía que ya era demasiado tarde. Tenía las pupilas dilatadas, más de lo normal. Me acerqué más a él intentando que entrara en razón pero nada. Puse mi mano en el brazo que tenía la pistola y bajaba lentamente mientras que le besaba en el cuello para distraerlo. Cuando intenté quitársela en el forcejeo apretó el gatillo. La sangre de aquel hombre nos salpicó y entonces me quedé en blanco. –el recuerdo de ese momento hizo que el miedo, el dolor, la repulsión y todo lo que pensaba que ya no estaba volvió a mí –Amy se giró a ver la escena e intentó salir de ahí. Yo solo me tiré al suelo al lado de aquel hombre que yacía en el suelo mientras que le decía a Erick que qué había hecho. Él me echó la culpa de haber apretado el gatillo, que yo había hecho que él apretara –me río –Lloré desconsoladamente hasta que escuché la sirena de la policía. Algún vecino llamaría al escuchar los gritos del hombre antes de que Erick apretara el gatillo. Fuimos a un correccional los tres. Yo fui la que salió antes porque no tenía tantos antecedentes como ellos. Pero allí la cosa siguió –frunzo el ceño –Amy y Erick me siguieron haciendo la vida imposible. Una de las veces él vino a echarme en cara que había hecho muchas cosas por mí, que había pasado por mucho. Me enfrenté a él, ya me daba igual todo. Le reproché el estar ahí dentro cuando yo no tenía nada que ver –la rabia recorrió mi cuerpo otra vez –entonces el sacó un cúter y se acercó a mí, directo a la garganta. Palpó con los dedos buscando la arteria para poner el cúter. Amy reía a su lado y vi el odio en sus ojos, vi el placer de verme a punto de ser cortada con el cúter. Erick presionó haciendo que el arma se clavara en mi piel pero no lo suficiente como para matarme. Una de las mujeres que estaba por allí entró y Erick paró mientras se reía al verme sangrar. Yo intentaba taponar el corte con mi mano y ellos se fueron. La mujer me presionó con un trapo antes de que yo perdiera el conocimiento. Cuando desperté en el hospital vi a mi madre a mi lado con la mirada perdida. Tenía los ojos hinchados y rojos de llorar. Cuando me vio salió a llamar a mi abuelo y luego a los demás –ver esa escena en mi cabeza me partió el alma en dos –Lloré al verles. Lloré al saber lo que les hice sufrir y lo decepcionados que debías estar. Cuando salí del hospital después de una semana, volví a mi casa que seguía como hacía dos años la había dejado. Empecé el curso, repitiendo, y me volví a juntar con Carol. Gracias a ella, a mi familia y a mi psicólogo pude seguir. Y ahora soy quien soy debido a todo lo que pasé. Tú dices que tengo un corazón congelado, ahora espero que entiendas por qué, porqué me cuesta tanto confiar en alguien y mostrarme como soy. No quiero sufrir otra vez, no quiero que llegue un día en el que esté tan destrozada que no pueda sentir nada.
Levanto la vista y veo a SJ apoyado en la ventana. Tiene los músculos de la espalda tensos. Sus nudillos están blancos de la fuerza con la que agarra el poyete de la ventana. Ahora seguro que me odia, sentirá asco y desprecio por mí.
-SJ, entiendo que no quieras tener nada que ver conmigo. Te doy asco, me odias, no pasa nada. Sé que esto es algo que me va a joder toda la vida pero no quería ser una falsa ni una hipócrita contigo cuando yo soy peor que tú –me levanto de la cama y me voy hacia la otra punta de la habitación –Qué irónico todo, yo echándote en cara todo lo que haces cuando yo maté a un hombre. Lo siento.
SJ se gira y me mira. Tiene la mandíbula tensa. Se acerca a paso firme. En décimas de segundo está frente a mí. Pone sus manos en mis mejillas y yo apoyo mis manos en las suyas para que no aparte su agarre. Apenas se ve el iris en sus ojos. Apoya su frente en la mía.
-No me das asco y no te odio. Borra eso de tu cabecita pero ya. Tú no mataste a ese hombre, fue el hijo de puta ese. Tú no tuviste nada que ver ¿me oyes? –me mira fijamente mientras que con su pulgar acaricia mis sienes –No has visto nada de mi mundo así que no compares lo que hizo ese cabrón con lo que hago yo. Yo no mato Darlene, lo hacen por mí –la sangre abandona mi cuerpo por un segundo pero vuelve con un bombeo fuerte de mi corazón que por un momento pensé que se había parado –No es lo que piensas. No mato a gente inocente o a alguien que me debe dinero, sino a gente que ha hecho atrocidades en su vida. Lo hago porque se lo merecen y por cosas peores. No quiero que me compares con el tal Erick –hace una mueca de asco –te juro que conmigo no te va a pasar nada. Jamás me atrevería a tocarte si no lo quieres ni mucho menos a ponerte una mano encima para hacerte daño. Jamás me lo perdonaría. Te quiero y te voy a querer como el gilipollas ese no supo. Voy a hacer que olvides cada golpe, cada palabra, cada humillación, cada abuso –se tensa y yo me emociono al escucharle decir eso con tanta seriedad y convicción –conmigo lo vas a olvidar todo, lo prometo.
Deja un beso en mi frente y me abraza. En sus brazos me siento segura. Siento que nada malo me puede pasar porque él va a estar ahí, como siempre. Le rodeo la cintura con mis brazos y apoyo mi cabeza en su pecho. Él deja besos en mi cabeza mientras que acaricia mi pelo.
Mi madre grita que bajemos a cenar y nos separamos después de varios minutos abrazados y hablando. Bajamos bromeando y riendo. SJ se sienta en frente de mí otra vez y nos miramos cada dos por tres sonriendo disimuladamente mientras que comemos.
-Mañana es Nochebuena –Alfred recuerda a la vez que se lleva un bocado a la boca –con todo el rollo de las pesadillas y mi confesión a SJ se me había olvidado por completo y no le he comprado nada a mi familia. Maldigo mentalmente.
-Sí, mañana me espera un día duro en la cocina –mi madre responde mientras que coge un trozo de pan –Y antes de que digáis nada de ayudar la mejor manera de que lo hagáis será no entrando en la cocina –y ahí está mi madre como cada año. Me río y ruedo los ojos.
-Por cierto, mañana tengo que ir a hacer unas cosas –dice SJ dando un trago a su bebida –Y si no es mucha molestia Darlene, me gustaría que me acompañaras –me mira expectante al igual que su padre y yo asiento. Me viene como anillo al dedo porque así podré comprarle yo algo a mi familia.
-Pues mejor. Menos gente mañana que moleste entrando y saliendo de la cocina –mi madre se levanta y va a la cocina.
Yo también me levanto y empiezo a recoger vasos, platos y cubiertos para llevarlos a la cocina. Hoy es mi madre la que lava todo y yo la ayudo secando y colocando las cosas. Cuando termino voy a mi habitación. Me llega un mensaje al móvil. Lo desbloqueo y veo que es de SJ.
Bajas ya?
En 5 min estoy
Aquí te espero
Cojo el bikini y la ropa que me voy a poner y me meto en el baño. Me cambio, me lavo los dientes y me hago un moño antes de bajar. Cojo el móvil y una toalla y salgo de la habitación. Bajo las escaleras y veo que no hay nadie en el salón. Bajo a la piscina y ahí está SJ nadando ajeno a lo que ocurre en el exterior. Me quito la ropa y la dejo en el suelo junto a la toalla mía y de SJ. Me acerco al borde de la piscina y me siento metiendo las piernas en el agua, que por cierto está a la temperatura perfecta, templada. SJ viene de vuelta pero esta vez buceando y cuando está cerca de mi sale del agua. Dios mío que cuerpo tiene. Se echa el pelo hacia atrás y se acerca lentamente mientras que yo echo los brazos hacia atrás y me echo el peso en ellos. Tiene el torso lleno de tatuajes al igual que su espalda. Las gotas de agua caen por su pecho pasando por los abdominales y terminan uniéndose al agua que le llega a la cadera. Tiene en la cara un semblante diferente. No está serio, ni tenso, ni nervioso. Está tranquilo, cómodo, como si se hubiera quitado un peso de encima. Cuando está en frente de mí pone sus manos en mis piernas para separarlas y después pegarse al bordillo y a mí. Sube las manos por mis muslos y las pone en mi cintura. Estamos casi a la misma altura aunque yo le saco unos centímetros de altura.
-Hola fierecilla –sonríe y pasa las manos por mis espalda. Al notar las gotas de agua en mi columna se me eriza la piel. Me incorporo, pegándome a él, y pongo las manos en su cuello.
-Hola –acerco mi nariz a la suya. Me muerdo el labio y paso las manos por su pelo.
-Vamos –me coge de la cintura, me levanta para pegarme a él y meternos a los dos en el agua. Me pongo de pie y SJ empieza a tirar de mí para que ande con él hacia la parte que cubre.
Sigue con sus manos en mi cintura y yo pongo las mías en sus brazos. El agua va subiendo a la vez que avanzo mirando a SJ a los ojos. A mí ya me llega al cuello pero a él le llega un par de centímetros por encima del pecho.
-Si seguimos avanzando me tapa entera. No todos medimos 1,85 –le digo haciendo fuerza con mis brazos en los suyos para intentar levantarme. Él se ríe y niega con la cabeza. Me suelto de él para quitarme el moño y dejarme el pelo suelto. Me pongo la goma en la muñeca y meto la cabeza en el agua. Salgo y me echo el pelo hacia atrás.
-Eso no es problema –me acerca a él de nuevo y esta vez me levanta de manera en la que los dos estamos a la misma altura. Rodeo mis piernas alrededor de su cintura y le rodeo el cuello con los brazos –Así mucho mejor –susurra en mis labios.
Me besa mientras que avanza por la piscina. Uno de sus brazos está en mi cintura haciendo fuerza para que no me resbale y el otro está en mi espalda mientras que su mano está en mi nuca para no separarme de él. Paso uno de mis brazos debajo del suyo para pasarlo por su espalda. Pego mi pecho al suyo y noto que aprieta su agarre con el brazo que tiene en mi espalda baja. Camina por el agua hasta que noto la pared de la piscina en mi espalda. El agua nos llega por el pecho pero SJ se agacha y yo quedo sentada a horcajadas encima de él. Pongo mis manos en su espalda y me pego a él. Noto el bulto que tiene justo debajo de mí y eso me excita. El calor recorre mi cuerpo y el agua me quema. Me coloco mejor encima de sus piernas y gruñe cuando lo hago. Me río al escucharle y vuelvo a imitar el gesto. Después de unos segundos moviendo mis caderas se separa y con sus ojos oscuros de la excitación me mira a los ojos.
-Darlene si no quieres seguir adelante para o te juro que no respondo –su voz es ronca y profunda.
-¿Quién te ha dicho que no quiera seguir adelante? –le digo pasando una mano por su pelo.
SJ me baja y se aleja. Aprovecho para escapar de él y empiezo a bucear alejándome de él. Sonrío al notar que él también está buceando. Miro en su dirección y con dos brazadas suyas llega casi donde estoy yo. Intento avanzar pero SJ tira de mi pie y me agarra de nuevo. Sale a la superficie conmigo y nos empezamos a reír. Me alejo de nuevo para salir por el bordillo, cojo impulso con mis brazos y me siento en este. Me levanto y voy hacia la toalla. Me seco mientras que observo como SJ sale de la piscina impulsándose sobre sus brazos. Me giro para secarme pelo con la toalla húmeda, echo la cabeza a la izquierda y aprieto a la vez que paso la toalla por el largo del pelo. Le siento detrás de mí. Lleva la toalla a la cintura, al estar pegado a mí lo noto. Se acerca a mi oído y susurra entre dientes.
-Ahora no te me escapas –rodea mi cintura con sus brazos y posa sus labios en mi cuello. Deja un beso suave que me estremece y sube poco a poco llegando al lóbulo de mi oreja. Lo muerde con una fuerza que hace que la piel se me ponga de gallina.
Suelto un gruñido y me gira. Me lanzo a él sin pensármelo dos veces y le atraigo hacia mí. No quiero que se aleje ni un centímetro. Nos tumbamos en el suelo, él encima de mí. Deja mi boca para dejar sus besos por mi cuello, clavícula y en mi pecho. Arqueo la espalda para acercarme más a él y pone una mano encima del izquierdo mientras que con la otra desabrocha la parte del bikini. Me la quita por encima de la cabeza y me mira a los ojos, como si me estuviera pidiendo permiso. No le doy tiempo a reaccionar cuando le beso metiendo mi lengua en su boca y él posa su manos en mis pechos pero esta vez sin nada de por medio. Me excita cada vez que acaricia mi pecho y yo pongo mis manos en su espalda. Bajo hasta llegar a la toalla y tiro de ella. Se separa un poco y se la quito rápidamente para que se acerque a mí de nuevo. Me vuelve loca sentir el calor que desprende su cuerpo. Mientas que sigue con sus besos baja sus manos hasta llegar a la braga del bikini. Tira de ella y mete la mano posándola en mi pubis. El calor invade mi cuerpo en ese momento y ya sé que no puedo echarme para atrás, no por él, sino por mí. Me baja la braga del bikini poco a poca besando uno de mis pechos y luego pasando al otro. Baja por mi abdomen hasta llegar a mi vientre donde deja un último beso para terminar de quitarme la braga. Las tira a no sé dónde y se pone de rodillas. Me admira unos segundos y yo paso la mirada por su cuerpo. Me encanta cada tatuaje que veo, cada músculo tenso, cada gesto. Dirijo la mirada hacia su entrepierna y el bañador si de por sí le quedaba apretado ahora el doble. El bulto es grande y me entran los nervios.
-Eres preciosa en todos los aspectos. Voy a cumplir con mi promesa antes de lo pensado –se estira para coger un preservativo que no había visto antes y lo pone a su derecha.
Me incorporo para besarle de nuevo. Estoy deseosa de él. Pongo las manos en su cadera y las llevo a los cordones abrochados en su vientre. Los desabrocho y le bajo el bañador. No sé de qué manera, pero se lo quita quedando desnudo delante de mí. Inevitablemente bajo mi mirada hacia su entrepierna y el chico está bien dotado. Con el bañador parecía hasta más pequeño. Coge el preservativo y se lo pone mientras que yo me vuelvo a tumbar. Cuando termina se tumba encima de mí otra vez pegándose por completo. Se hace hueco entre mis piernas mientras que besa mi cuello. Lleva una mano a su miembro y lo pone en mi entrada. Mi respiración se acelera al igual que mi pulso. Empuja lentamente y entra en mí poco a poco. Gimo en su oído a la vez que agarro fuertemente su espalda. Cuando entra por completo le escucho gemir. Su respiración empieza a agitarse cuando empieza a moverse y a mí me vuelve loca con cada embestida. Empieza despacio pero va cogiendo ritmo a medida que avanza el tiempo. Nuestras respiraciones se mezclan al igual que nuestros gemidos y gruñidos. Mi mirada se pierde en la suya. Cada gesto de su cara se queda clavado en mi mente a cada segundo que pasa. Una capa fina de sudor recorre nuestros cuerpos. Noto como mi cuerpo va llegando al clímax. Esa sensación de estar llegando a un lugar en el que no hay nadie más que tú y él. Debe notar la tensión de mi cuerpo y el gesto de mi cara porque aumenta el ritmo mientras me susurra un "Vamos cariño, termina para mí" en mi oído. Y no tardo mucho en dejarme llevar por el orgasmo. Gimo y mi cuerpo tiembla sintiendo las oleadas del placer tan intenso. Unos segundos más tarde siento como él se tensa y gime a la vez que llega a su orgasmo. Su gruñido me enciende otra vez y clavo mis uñas en su espalda. Cuando ambos volvemos de nuestro limbo él se deja caer encima de mí poniendo sus brazos a cada lado de mi cabeza. Deja suaves besos en mis mejillas, frente, labios, cuello y volviendo a la cara. Yo le abrazo y le atraigo para abrazarle y poner mi mejilla en su pecho. Con su mano derecha me acaricia el pelo y deja un beso en mi cabeza.
-¿Estás bien? –susurra mientras sigue acariciando mi pelo.
-Sí, mejor que nunca –escondo mi cara en su pecho. Se apoya es sus rodillas y me lleva con él sin salir de mi aun. A horcajadas sobre él le puedo abrazar mejor, y sigo con mi cara escondida.
-Sé que no he sido el primero, pero... -le corto inmediatamente.
-No has sido el primero con el que he tenido relaciones, pero si eres el primero en tratarme bien, en hacerlo con cuidado y sin forzar nada. El primero con el que de verdad he sentido algo. Con eso te debería valer –le miro a los ojos.
-Créeme que con saber eso ya soy feliz. Si tú lo eres, yo también –me sonrojo y agacho la mirada –Me encanta cuando te sonrojas, me vuelves loco Darlene.
Le beso otra vez pero nos separamos. Me levanto y él lo hace después de quitarse el preservativo y le hace un nudo. Busco el bikini para ponérmelo y luego la ropa. Me visto con calma. Noto mi cuerpo más relajado. Cuando termino de vestirme me pongo a recoger las toallas mientras que SJ termina de ponerse la camiseta mientras que viene del cuarto donde está todo lo de la piscina. Le doy su toalla y la coge pasando el brazo contrario por mi hombro rodeando mi cuello. Vamos a la puerta y apagamos la luz antes de salir. Subimos hasta arriba del todo y cuando llegamos a la puerta de mi habitación nos separamos. Me pongo de frente a él y me despido con un beso de él.
-Buenas noches fierecilla. Sueña conmigo y si necesitas una ayudita ya sabes dónde estoy –deja un beso casto en mis labios, y luego otros dos más.
-Buenas noches imbécil –dejo un último beso en sus labios y me separo. Se gira y se aleja para dirigirse a su habitación.
Entro en la mía y cierro la puerta despacio para no hacer mucho ruido. Cuando lo hago corro a la cama y me tumbo saltando en ella. Me muerdo el labio inferior y sonrío al recordar lo de la piscina. Este chico es increíble en todos los aspectos. Me levanto y con una sonrisa en la cara de oreja a oreja me doy una ducha rápida. Cuando termino me pongo el pijama y me meto en la cama con el pelo húmedo todavía. Me tapo con las mantas y pongo el móvil a cargar para mañana ya que Carol me hará el interrogatorio nada más levantarse. Apago la luz y me quedo dormida en unos pocos minutos.
Como siempre muchas gracias por leer. Ya sabéis, votad y comentad que os ha parecido. Nos leemos pronto, un beso!
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