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Capítulo 20.


El calor que tengo hace que me despierte y me remueva en la cama. Me cuesta hacer bien los movimientos hasta que veo que SJ está tumbado encima de la cama y yo bajo las mantas. Me remuevo y salgo de la cama sin que se despierte. Voy al baño, me lavo la cara y me quito todo el maquillaje. Me recojo el pelo en un moño y salgo de la habitación. Voy a la cocina y hago café. Rebusco en los armarios para ver que hay y cuando encuentro unos cereales los saco y los pongo en la isla de la cocina. Cuando se hace el café me echo un poco en una taza y me como los cereales secos. No me gusta echarlos en la leche ni nada. Cuando termino friego el vaso y coloco todo. Salgo al porche. Me siento en la escalera y apoyo la cabeza en la madera. No quería que sucediera nada de lo que pasó ayer. O sí. Estoy muy confundida. No sé cómo hablar con Derian y decirle que es un cabrón por dejarme tirada en el suelo, como si fuera una colilla. No sé cómo mirar a SJ a la cara cuando se despierte. Pensará que soy una aprovechada por besarle ayer después de que me contara lo que pasó con su madre. Dios, no sé qué hacer. Ahora sí que puede pensar que soy una niñata. Porque actué cómo tal, sin pararme a pensar en las consecuencias. Pero si él no hubiera querido me hubiera apartado. Me hubiera dicho que no y yo habría parado. Así que él también tuvo culpa, no solo yo.

Cierro los ojos y dejo que el frío se cale en mí. Leves brisas rozan mi cuello, removiendo mi pelo suavemente. Me siento tan tranquila y tan a gusto que no quiero pensar en nada más. Quiero olvidarme del mundo y que él se olvide de mí. Solo por un minuto, no pido más.

Me levanto y entro en la casa. Miro el reloj que estáal lado de la televisión y marca las once y media de la mañana. Voy a la cocinay me le encuentro apoyado en la encimera, con una toalla en la cintura y con elmóvil en las manos.    


Carraspeo y me mira. Suelta el móvil y va a la cafetera. Se prepara una taza de café y sale de la cocina. Yo sigo en la puerta y cuando pasa por mi lado me da un beso en la cabeza. Me tenso y me apoyo en el marco de la puerta mientras que le veo desaparecer por las escaleras. ¿Estará enfadado? Si así fuera no me habría dado un beso. ¿Habrá cambiado nuestra relación? Y ahora que lo pienso, ¿qué relación? Darlene, estás perdiendo la cabeza. Te estás volviendo loca, ves cosas donde no las hay.

Bufo y espero a que baje. Quiero irme a mi casa. No puedo seguir aquí. Además mis padres no tardarán en venir. Cuando escucho que baja por las escaleras me levanto como si me hubieran dado una descarga eléctrica y me pongo frente a él. No ha terminado de bajar todos los escalones y cuando le miro es aún más alto. Trago saliva y le suelto lo que quiero.

-Quiero que me lleves a mi casa –le miro y meto las manos en los bolsillos del pantalón.

-Está bien. De todas maneras tengo que hacer algo –baja los escalones que le quedan y me esquiva para pasar. Coge las llaves de la entradita y abre la puerta. Ruedo los ojos y salgo dándole un empujón con mi hombro.

¿Irá con Lessy? No paraba de llamarle y mandarle mensajes. ¿Y si era con ella con la que hablaba hace un rato? Darlene, esto no es sano para ti. Deja de pensar en cosas que ni te van ni te vienen. Él es libre, puede hacer y deshacer lo que quiera a su antojo.

Espero a que abra el coche y cuando lo hace entro dando un portazo. No le miro, no le hablo, paso de él durante todo el camino. Solo miro por la ventana.

Cuando por fin llegamos a mi casa, entro y no espero a que él también lo haga. Cierro la puerta y escucho el ruido del motor mientras que se aleja. Subo a mi habitación y me ducho. No me siento muy bien, solo quiero tumbarme en la cama. Me pongo un pijama de manga larga, bajo la persiana y me tumbo. Cojo el móvil y miro todo lo que tengo. Hay mensajes a tutiplén. Me meto en el de Carol.

"Oye! He ido a tu casa y no estabas. He llamado a tu fijo y tampoco contestaba nadie, estás bien? Como te hayas ido de pendoneo sin mí no te lo perdono. Cuando estés activa me hablas. Te quiero"

Sonrío y respondo.

"Holaa! Estaba en casa del egocéntrico. Un fin de semana muy largo. Necesito hablar contigo. Ven hoy porfa L"

Se conecta al momento.

"Al fin! Estás viva por lo que veo. Como es eso de que has estado en casa del egocéntrico? :0 En cinco minutos me tienes ahí. A ver que me haces de comer"

"Que morro tienes perra. Venga, te hago de comer pero porque eres tú que si no... Te veo ahora"

Salgo de su conversación y borro la de Derian directamente. No leo ninguno de sus quince mensajes. No quiero verle, aunque mañana lo haré.

Carol llega unos diez minutos después de hablar con ella. Me da un abrazo y entra en casa. Va a la cocina y se sienta en la encimera mientras que saco todo para hacer la comida.

-A ver, cuéntame todo lo que ha pasado este finde –coge una manzana y empieza a comérsela.

-El viernes fui a la carrera. Vino la policía y Derian se fue pitando mientras que yo estaba tirada en el suelo. Total que SJ me cogió y me llevó a su casa. Me curó y tal y la verdad es que estuvo bien, se portó bien conmigo. Luego tuve una pesadilla, recordando lo que me pasó hace tiempo en ya sabes dónde –trago saliva mientras que me lavo las manos –el caso es que él vino a ver qué tal estaba y al final se quedó a dormir conmigo, o eso creo. El sábado por la mañana fuimos a mi casa a cambiarme de ropa y mientras que yo estaba arriba él habló por teléfono con alguien y tuvimos que ir a una nave, que tenía que arreglar unas cosas –omito algunos detalles ya que le prometí a SJ que no diría nada. Carol no me quita el ojo de encima mientras que me muevo por la cocina –luego por la tarde nos quedamos dormidos en el salón abrazados y nos despertamos por culpa de Lessy que no dejaba de llamar a SJ. Luego encima me dice que nos vamos y yo pensaba que nos íbamos a ver a Lessy. Pero fuimos otra vez a la nave. Allí empezó uno a decir que si era la muñequita de hoy y no sé qué. Me trató como a una cualquiera y cuando se lo reproché en el coche me dijo que era para que no me pasara nada. En fin que se me quitaron las ganas de todo y me encerré en la habitación –a la comida le queda nada –Me trajo la cena a la habitación y cenamos juntos mientras que veíamos una película. Luego le pregunté que qué le pasó a su madre y me contó todo. Desde que empezó en esto y todo. Me puse mal y no sé cómo, terminé besándole –Carol abre los ojos y parece que se le van a salir.

-¿Cómo? –grita.

-Sí, le besé. Y juro que me encantó. Pero esto no puede seguir así. No sé qué hacer. Estoy confundida. Además me separó de él. Eso es porque no quiere nada. Soy gilipollas, lo sé –me apoyo en la encimera y pongo mis manos en la cara. Carol se acerca y me abraza.

-Tranquila. Es gilipollas, no supo qué hacer con ésta pedazo de mujer. No sufras –me acaricia los brazos.

-No sé qué pensar.

Me separo de ella y miro la comida que ya está hecha. Aparto en dos platos y comemos en la cocina entre risas y comentarios. Terminamos de comer y nos ponemos una película en el salón.

A eso de las seis de la tarde vienen mis padres, por lo que después de saludar y ayudarles con todo, nos vamos a mi habitación a seguir hablando. Me llega un mensaje al móvil y en la pantalla aparece el nombre de Derian y el mensaje debajo.

Estoy en el jardín trasero de tu casa, necesito hablar contigo.

Me quedo pálida y Carol lo nota, por lo que me quita el móvil y lee el mensaje. La miro y me dice que salga y aclare todo con él. Que le diga lo que pienso y que si necesito refuerzos ya sé dónde está. Me calzo con las primeras zapatillas que pillo y me pongo una sudadera ancha. Bajo las escaleras y salgo por la puerta de la cocina. Está cabizbajo con las manos metidas en los bolsillos. Al escuchar la puerta cerrarse levanta la cabeza lentamente y me mira. Bajo los escalones mirando hacia todas partes. No quiero mirarle a la cara. Se acerca lentamente a mí estirando su brazo para agarrarme pero me alejo encogiendo el mío.

-¿Qué quieres? –le pregunto cruzando los brazos.

-Vengo disculparme. El viernes me comporté como un verdadero idiota, pero no tenía otra opción, tenía que salir pitando de allí –vuelve a meter las manos en los bolsillos.

-Como todos. Era una carrera ilegal, todos tuvimos que salir pitando de allí. Al menos reconoces ser un idiota. Ah, y gracias por dejarme tirada como una puta colilla en medio de toda la mierda. No sé, se supone que si tu novia está tirada en el suelo te preocupas por ella –me estoy empezando a poner nerviosa.

-No sabía dónde estabas, no te vi por ningún lado –intenta excusarse pero le interrumpo.

-Pues me hubieras buscado, veo que no te importo una mierda, así lo mejor es que lo dejemos aquí. Pensé que eras diferente pero veo que me equivocaba, como siempre –suspiro cansada y dejo caer mis brazos.

-Supongo que estaba ahí tu salvador ¿me equivoco? –los dos sabemos perfectamente a quien se refiere –No me vengas con que no me importas cuando seguramente no dudaste ni un segundo en ir hacia él y lanzarte a sus brazos –dice con una sonrisa en sus labios.

-Al menos él no me dejó tirada. Pudo irse al igual que tú, pero el sí se dignó en buscarme y ver que estaba bien. Eso demuestra que es un hombre –suelto de repente –y no un niñato como tú.

-Cuando se comporte como tal, me avisas. Ya le he ingresado el dinero en su cuenta. Espero que cambies de idea y te des cuenta de que te quiero. Todos cometemos errores –se da la vuelta y se va con la cabeza gacha.

Entro en casa y subo a mi habitación corriendo. Cuando entro Carol está cerrando la ventana. Sé que ha estado escuchando y viendo todo, y me alegro porque así no tendré que contarle lo que ha pasado. Me siento en la cama y ella se pone en frente.

-Darlene, lo que has dicho está bien, pero también tienes que reconocer que lo que ha dicho es exactamente lo que has hecho. Vale que no te lanzaras a sus brazos, pero le besaste. Entiendo que estuvieras confundida pero lo hiciste –y sé que tiene razón.

-Lo sé, pero al menos no me dejó tirada y él sí lo hizo –lo digo más para convencerme a mí misma que para convencerla a ella.

-Darlene, lo mejor será que te tomes un tiempo y te aclares. No sabes lo que quieres ni lo que te conviene, así que tómate tu tiempo y piensa bien en ello –me acaricia.

-Siempre digo lo mismo, que sí, que me voy a aclarar pero luego aparece uno de los dos y se va todo a la mierda. Estoy cansada. A uno le veo en el instituto, seis horas al día, durante cinco días a la semana. Y al otro le tengo cada dos por tres en mi casa. No sabes cómo quisiera que todo terminara –me asomo a la ventana abro un poco para que entre el aire, siento que me asfixio.

Cuando me siento en la cama otra vez al lado de Carol ponemos música en el portátil y termino por apoyar mi cabeza en su regazo mientras que ella me toca el pelo. Sabe que eso me relaja y la verdad es que se lo agradezco.

Después de estar así un rato, hablando de varias cosas a la vez, escucho murmullos que vienen de abajo. Reconozco una voz y me tenso. Me levanto del regazo de Carol y me pongo recta en un movimiento seco. Intento agudizar el oído para ver si mi mente no me juega una mala pasada, pero eso es solo el deseo que quiero que se haga realidad. Está abajo y sé que subirá en cualquier momento, le conozco.

-¿Qué pasa? –Carol me mira con los ojos muy abiertos.

-Está aquí Carol –no sé qué hacer.

-¿Quién? –Carol todavía no lo pilla.

-SJ. Está aquí con su padre.

-Pues hija mía, dios te bendiga el oído que tienes porque lo necesitarás cuando seas mayor –intenta quitarle hierro al asunto –Al fin voy a conocer al famoso SJ. A lo mejor no es tanto como dices tía, tú eres muy dramática.

Me levanto de la cama riendo y entro al baño. Me mojo la cara y las muñecas. Suspiro y salgo sin secarme del todo. Me siento en la cama al lado de Carol y seguimos hablando hasta que unos toques en la puerta nos interrumpen. Sé que es él.

-Quien –grito sin moverme y miro a Carol.

-Soy yo –dice SJ al otro lado de la puerta. Carol me mira con asombro y empieza a sonreír mientras que se frota las manos.

-Vete –digo mirando a Carol, que se levanta y me hace gestos para hacerme entender que estoy loca.

-Tía, que voz tiene, y eso que no le he visto –susurra Carol.

-Espero que estés presentable porque voy a entrar –dice esto mientras que abre la puerta y Carol vuelve corriendo a sentarse en la cama.

Cuando entra una brisa de aire frío me recorre la espalda. No puedo aclararme si no dejan de venir. Ruedo los ojos y suspiro mientras que observo a Carol. Se ha quedado de piedra. No dice nada, no hace nada. Parece que se ha congelado. SJ la mira a ella y luego fija su mirada en mí. Así un par de veces más hasta que se decide a hablar.

-No sabía que tenías visita –dice mirando a Carol. Esta se acomoda en la cama y habla.

-Oh, tu tranquilo, como si yo no estuviera aquí –apoya sus brazos en su estómago y entrelaza los dedos. Por esto es mi mejor amiga.

-Habla –digo cortante. Me mira a los ojos y levanta una ceja. Su gesto muestra exactamente un ¿en serio?.

-Dile a tu novio que gracias por el ingreso. Me vendrán de puta madre –sonríe. Vuelve a ser el mismo gilipollas engreído y egocéntrico de siempre.

-Genial. Él me dijo que te avisara de que ya tenías el dinero, pero veo que no ha hecho falta. Ahora puedes irte, gracias por la información –me levanto de la cama y me acerco a la puerta esquivándole. Abro y le hago un gesto para que se marche de allí.

Carol está flipando y no sabe si reír o quedarse seria. SJ se gira y empieza a caminar hacia la puerta. Se pone a mi lado, agacha la cabeza y con la mirada al frente me Cuando susurra en el oído.

-Ya hablaremos –su aliento me hace cosquillas y aguanto el escalofrío que me recorre la espalda.

Cuando sale de la habitación cierro de un portazo y ruedo los ojos. Voy hacia la cama y me siento al lado de Carol, quien se está riendo a más no poder. Y yo, yo no sé qué hacer. Ese ya hablaremos ha sonado más un te vas a enterar que a otra cosa. Pero no le tengo miedo. Lo lleva claro si piensa eso.


-La verdad es que el tío está que no veas. Tiene unos ojos y una cara que madre mía. Y esos tatuajes –se deja caer en la cama de golpe –Yo no sé qué haces con Derian teniendo a este dios griego. No me extraña que le besaras –me mira y nos empezamos a reír.

-Así no ayudas nada eh –digo y me sigo riendo.

-Yo ya te he dicho con quién me quedaría –suena su móvil. Lo coge y habla unos segundos. Se levanta de la cama y empieza a buscar su chaqueta –Me tengo que ir. Mi hermano viene con su novia a cenar y tengo que ayudar a mi madre. No te estreses mucho y si tienes un encontronazo con el dios griego otra vez, enséñale como se juega –me guiña un ojo y se ríe.

La acompaño a la puerta y tras despedirse de todos se va. Me giro y paso por el salón. Saludo a Alfred con dos besos y luego miro a SJ desafiándole. Me mira muy serio. Darlene, estás en problemas.

Hola hola! He vuelto. Os aviso que se vienen tiempos difíciles. Va a haber cositas y espero que os gusten. También quería deciros que voy a cambiar al chico que hace de Derian por otro. No me parece que el que elegí pegue mucho con él. Así que de acuerdo a que Derian seguirá siendo de elo castaño y ojos azules, quisiera que me dijerais quien podría pegar con él, así podéis participar vosotros/as también. Daros las gracias por leer y comentar la historia. De verdad, no sabéis la satisfacción que da ver el cómo reaccionáis en los comentarios. Seguid así! Nos leemos pronto.

Besos!

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