Termino de coger la mochila y las llaves cuando me llega un mensaje de Derian.
"Estoy llegando, te espero en el coche"
No respondo y me doy prisa en guardarlo todo. Salgo de casa y cuando bajo al césped veo el coche de Derian aparcado en frente. Hace frío, así que no tardo en ir y entrar en el coche. Coloco la mochila a los pies y me giro para saludar a Derian con un beso.
Nos interrumpen unos golpes en el cristal y cuando miro, es Carol. Está tiritando y con cara de pocos amigos.
-Derian, me alegro mucho por vosotros, pero por favor os pido que no os lo montéis delante de mí. Bastante incómodo ha sido interrumpiros ahora como para hacerlo otra vez.
-Buenos días a ti también Carol –dice Derian sonriendo –Tranquila.
-Vamos, arranca –digo riendo.
Cuando llegamos al insti, Derian sale, luego Carol y por último yo. Derian se pone a mi izquierda y me da la mano. Al principio me pilla desapercibida. Le miro y me sonríe. Deja un beso en mi mano y empezamos a entrar. La gente no deja de mirarnos y nosotros solo sonreímos. Me llevo más de una mala mirada. No todas tienen el privilegio de tener a Derian de novio. Es uno de los pocos con el cerebro en su sitio y no donde lo suelen tener la mayoría a su edad. Aunque a veces tiene fugas. Pero bueno.
Al llegar a clase se pone detrás de mí. Carol ha ido a la suya que está en la otra punta del insti. Ya nos veremos en el recreo. Las clases pasan rápido. Entre los mensajes que nos manadamos Derian y yo y los que me manda Carol porque se aburre en clase. En el recreo nos quedamos en la cafetería justo al lado de la calefacción. Y que no falte el café.
-Por cierto, –pregunta Derian dando un trago al suyo –¿qué tenemos a última?
-Espera –miro el horario –Educación física. Vamos, que entramos en calor sí o sí. Hoy que tocaba hacer, ¿balonmano o fútbol?
-Creo que fútbol –dice Carol –No tengo ganas, pero si no quiero que me suspenda tendré que hacerlo.
-Ya somos dos amiga mía. Yo tampoco tengo ganas.
-Oh vamos. No seáis vagas. Además vosotras sois un peligro, a la mínima dais unas patadas en las espinillas que no veas lo que duelen.
-Prefiero eso a que me suspendan. Así que os aguantáis.
Después de seguir hablando un rato más nos vamos a clase los tres juntos. Cogemos algunas cosas de las taquillas y entramos. Como la profesora tarda en venir todos hablamos, cada uno a su aire claro está. Escucho comentarios del tipo "Derian se merece algo mejor" o "Seguro que le quiere por ser popular". Aprovecho y le doy un beso a Derian, que está sentado en una mesa. Me pongo frente a él y le abrazo por el cuello mientras que le beso. Cuando oímos que viene la profesora nos separamos y vamos cada uno a nuestro sitio.
Llega la última hora y mi odio hacia esta asignatura es bastante grande.
Los chicos hacen los equipos y me ha tocado ir contra Derian, pero somos Carol y yo en el otro. Al menos la tengo a ella para hablar con alguien. Nos colocamos y el profesor da el pitido de inicio. Carol y yo nos ponemos de defensa y así hablamos mientras que esperamos a que el balón venga. Nos interrumpen la conversación de cómo empezamos Derian y yo al venir este con el balón. Las dos vamos a por él pero este se escapa haciendo un regate y dejarnos a un lado a las dos con facilidad. Nos reímos y cuando marca gol empezamos a decir que ha sido de suerte, que es muy malo y que eso lo marcaría hasta un niño pequeño. Derian se ríe y después de chocar los cinco con dos de su equipo viene y me da un beso en los labios. Corto y brusco. Me alejo de él riendo y le doy un manotazo en el brazo. Volvemos cada uno a nuestro puesto y sacan los de mi equipo.
Después de unos cuarenta y cinco minutos dando vueltas por el campo y tras quedar a 3-2 ganando ellos, el profesor da el pitido final. Ellos celebran y los de mi equipo se ríen y se echan las culpas entre ellos de haber perdido. Carol y yo vamos a buscar el balón que lo han mandado a Honolulú los del equipo contrario al marcar el último gol. Las redes están un poco viejas y tienen unos agujeros como los cráteres de los volcanes. Lo sé, soy muy exagerada pero son enormes.
Así que mientras que Carol y yo buscamos el balón entre los matojos que hay, alguien silba. Las dos nos miramos rápidamente y buscamos de donde viene el silbido. Miro la reja que separa el recinto del insti con la calle y ahí está SJ. Capucha puesta, chaqueta negra y vaqueros oscuros. Ruedo los ojos y miro a Carol. Esta encuentra el balón y se va diciéndome que será mejor entregárselo al profesor, dejándome a solas con SJ.
Le miro mal y me hace un gesto con los dedos indicándome que me acerque. Niego y me cruzo de brazos en el sitio. Apoyo todo el peso en la cadera derecha y doy golpecitos en el suelo con el pie empezando a impacientarme. Él ríe y empieza a hablar.
-Veo que ya tienes novio –me mira y junta sus manos frotándolas.
-Ves bien, ahora si no te importa tengo que irme –me giro para irme pero me detiene llamándome –¿Qué quieres ahora SJ?
-Dime una cosa –se acerca más a la reja y apoya las manos enganchando los dedos en los huecos de esta –¿Besa tan bien como yo? ¿Hace que te pongas nerviosa como lo hago yo? Y la última –sonríe con malicia –¿Hace que te olvides de mí? Porque los dos sabemos que lo estás usando para lograr sacarme de tu cabeza.
Me quedo sin habla. Tiene razón en cierta parte. Estoy con Derian para sacármele de la cabeza. Pero no lo voy a aceptar delante de él, ni mucho menos.
-Oh vamos, tan egocéntrico como siempre. Que no eres el ombligo del mundo chico. Si, besa bien. Sí me pone nerviosa tanto o más que tú y sí, puedo olvidarme de ti cuando estoy con él –miento en todo lo que digo.
No puedo olvidarme de él y menos en dos días, literalmente. Me pongo nerviosa, sí, pero no me tiembla todo como cuando estoy con él. Y, dios, sus besos, no puede reemplazarlos nadie.
Me estoy engañando a mí misma y a ellos. Pero ya no puedo echarme para atrás. Así que lo mejor será seguir como hasta ahora.
-Cuando te lo creas, me llamas –dice soltando la reja que nos separa. Me fijo en sus nudillos y están rojos.
-¿Te has vuelto a pegar con alguien? –pregunto señalando con un movimiento de cabeza sus nudillos.
-No te importa –mete las manos en los bolsillos de la chaqueta –Corre y ve con tu "amado" –dice en tono de burla –No vaya a ser que le den otra paliza y no estés tu ahí para salvarle –se aleja y me da la espalda –Nos vemos por ahí Darlene.
Y antes de que le pueda contestar ha cruzado la carretera y se aleja a paso desenfadado y tranquilo.
Juro que le mataría. Odio que sea así de borde y asqueroso cada dos por tres. Me marea cada dos por tres y me confunde. Ya no sé qué pensar, qué hacer, qué decir, no sé nada. Estoy cansada de todo. Solo quiero poder estar fuera de todo unos días. Fuera de aquí, sin nadie. En un lugar en el que pueda pensar y aclarar todo. Pero esto cada vez se me hace más difícil.
Voy dentro y cojo mis cosas. Espero a Carol y le cuento todo mientras que vamos a la salida a esperar que Derian venga a por nosotras para llevarnos a casa.
-Pues, sinceramente, yo no sabría qué hacer en tu lugar DArlene –dice Carol dejando su mochila en el suelo.
-Yo tampoco sé qué hacer. Estoy confundida, cansada y ya no sé ni qué pensar. Necesito alejarme de todo por un tiempo. Necesito aclararme –suspiro y me pongo las manos en la cara –En estos momentos todo me supera.
-Este finde nos vamos a la casa en el algo. Si quieres te puedes venir. Ya sabes que te voy a ayudar con todo. Además, así podremos hablarlo todo más tranquilamente –pone su mano en mi brazo.
-Pues no me vendría nada mal –sonrío y me acerco a abrazarla –Aunque tendrás que convencer a mi madre.
-Eso está hecho –y nos empezamos a reír.
Derian pita y nos separamos para entrar en el coche. Cuando llego a casa no hay nadie, todavía no han venido de trabajar. Subo a mi cuarto y me pongo el pijama. No tengo ganas de nada. Me tumbo en la cama, encogiéndome y acurrucándome, y pensando me quedo dormida.
Escucho ajetreo abajo y me remuevo en la cama. Me duele todo el cuerpo de la postura en la que me he quedado dormida. Me restriego los ojos con los dedos y me desperezo. Cojo el móvil y miro la hora. Las siete y media de la tarde. Dios, sí que he dormido. Me levanto de la cama y me coloco el pijama, que consta de una camiseta de manga larga azul con el cuello muy abierto y un pantalón con un azul más oscuro y con puño abajo. Me levanto de la cama y bajo descalza, aun acostumbrándome a la luz con los ojos medio cerrados. Cuando llego al final de las escaleras oigo la voz de Alfred y como no SJ. Me quedo un rato en las escaleras para escuchar un poco más de ña conversación.
"Darlene quería que estas vacaciones fuéramos a una casa rural. Lleva diciéndomelo desde que empezó el curso. Estamos buscando pero todas son muy grandes y el alquiler de las vacaciones se sube un poco a la parra"
Eso quiere decir que mis padres al final han decidido ir a una casa rural.
"Bueno, nosotros también querríamos alejarnos de todo un poco estas vacaciones. Si queréis podemos alquilar una casa entre todos. Es decir, mi hijo y yo y vosotros cinco"
Ese era Alfred. No no no, no quiero que SJ esté con nosotros. Yo lo que quiero es olvidarme de todo lo que hay aquí. Quiero olvidarme de SJ y con él allí va a ser imposible.
"Pues sería perfecto. Hemos visto una casa de cinco habitaciones. Tiene dos plantas, el garaje y creo que algo de una piscina climatizada. El precio para ser ahora dos a pagar la verdad es que está bien. Así que no hay problema"
Antes de que sigan hablando entro en el salón y saludo con un hola para después sentarme en el sofá al lado de mi madre con las piernas como los indios. Alfred sonríe y me saluda de la misma manera y SJ solo se digna a mirarme. Después de un rato suelta un seco hola y ya. No le aguanto.
-¿De qué hablabais? –me hago la loca.
-Bueno, pues al final vamos a ir estas vacaciones a una casa rural como tú querías. Y además se van a venir Alfred y SJ. Ya hemos decidido una en la que hay cinco habitaciones piscina climatizada...
-Genial –sonrío intentando ocultar mi molestia –¿Cuánto tiempo estaremos? –pregunto rezando para que no sea mucho.
-Pues desde que te den las vacaciones hasta unos días antes de que empieces otra vez las clases –genial, tendré que aguantar a SJ todas las vacaciones. Dios, no me podías mandar otro castigo, ¿no?
-Qué bien –miro a SJ y está con una sonrisa triunfante en su cara. Que ganas de ir allí y darle un puñetazo para borrársela.
-¿Cuándo terminas tú las clases? –pregunta Alfred con una sonrisa.
-Pues creo que el veintidós.
-Genial, pues el veintitrés vamos todos para allá –dice mi madre ilusionada –Vendrá genial salir de todo esto y pasar tiempo juntos.
-Sí, claro –digo más para mí que para ellos.
Tengo hambre así que me levanto y voy a la cocina. Busco pan de molde y me echo nutella. Me siento en la encimera y me lo como en silencio mientras que balanceo mis piernas. Cuando llevo medio sándwich escucho los pasos de alguien en la cocina. Me giro y veo que es SJ. De pronto se me han quitado las ganas de todo. Me bajo de la encimera con un salto y voy hacia la papelera para tirar el medio sándwich que queda. SJ se me queda mirando y se acerca a mí.
-¿Vas a tirarlo? –pregunta medio metro de mí.
-Si lo quieres tú –digo extendiendo el sándwich –Se me han quitado las ganas de todo.
Extiende su mano y le da un bocado. Le miro y antes de irme le digo algo que no creo que le siente muy bien.
-Por lo que se ve te gustan las sobras.
Antes de salir de la cocina, justo cuando estaba bajo el marco de la puerta suelta algo que me deja de piedra.
-No me confundas con Derian. Él sí que se ha quedado con las sobras, con mis sobras –enfatiza lo último –Gracias por el sándwich –dice en mi oído y se va al salón.
Yo sin embargo me dirijo a mi habitación. No dejo de pensar en lo que me ha dicho. Pero esta va a ser la primera y la última vez que me trate así. Ahora empieza todo. Va a saber quién es Darlene.
Bueno bueno, la cosa se va poniendo interesante. SJ se está metiendo en terreno peligroso. Darlene ya no aguanta más y para colmo lo de las vacaciones. Os dije que en el 16 empezaría toda la movida y aquí tenéis un poco. Espero que os haya gustado. Gracias por los votos y por los comentarios. Seguid así amores jajaja. Comentad y votad, un beso.
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