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VIII

—⋆—


Paso la vista por todo el baño, en busca de algún objeto con el cual poder defenderme. No puedo dejar que me descubran y por más de que fuera una oportunidad para salirme de todo esto, no puedo fallarle a Sunghoon. Por más que lo desee, no debo hacerlo. Bajo la toalla del cabello hasta mis partes íntimas al ver la puerta totalmente abierta y a una señora de avanzada edad.


—Oh, estabas aquí. —la anciana entra al baño y se para frente al lavamanos.— Pensé que estabas con los niños, Sunghoonie. —habla mientras lava sus manos.— ¿Luego iremos a jugar a las cartas con las chicas?

Más allá de la situación, siento la risa en mi subconsciente al imaginar al chico rodeado de ancianas y jugando cartas.


Cuando Seulgi cierra la llave se voltea hacia mí, haciendo que apriete las manos y vuelva a quedarme quieto. La puerta esta abierta también y si pasa alguien podría arruinar más la situación.

—¿Estás bien, hijo? —pregunta la mujer achicando más los ojos, intentando ver mejor.— Te noto más bajo, ¿Siempre fuiste así? —comenta y la veo barrer con la mirada todo mi ser, da algunos pasos y lleva una mano a mí rostro.— Sunghoon, ¿Qué crema estás usando? Tienes la cara super suave, hijo.


Tengo la ducha atrás y no puedo moverme, no puedo decir nada, literalmente estoy a punto de ser aniquilado cuando el mayor se entere que su abuela me descubrió.

—¿Te duele la garganta? —pregunta y baja su mano a mí cuello, trago tirando el cuerpo para atrás.— Deja que me pongo los anteojos y te reviso.


¡No! ¡No! ¡No! ¡Señora váyase!


La veo buscar sus anteojos entre su ropa, una vez que los tiene en la mano, veo a Sunghoon pasar por el pasillo. Este pasa de largo y muerdo mi labio, ¡Se fue! ¡Me dejó y ahora me van a descubrir! Por suerte, Seulgi se da cuenta que la cuerda del anteojo está suelta y se aleja para poder colocarla.

—¡Ahora sí! —habla victoriosa y vuelve a llevarlos hacia sus ojos.

—¿Abuela? —la voz ya conocida hace que mi organismo vuelva a llenar de aire los pulmones, viendo a Sunghoon en la puerta del baño.— ¿Por qué estás hablando con Sua?

La mujer se gira y mira a su nieto, a través de sus anteojos. Por suerte no logro ver mi estado.


—¿Sunghoon? —pregunta confundida.— Pero si yo estaba hablando con mi nieto, no pude equivocarme y confundir a tu novia contigo. —habla mientras se va girando y el mayor entra al baño para volver a girarla, así no puede verme.

—Te confundiste, abuela. —habla con una pequeña risa, lo veo girarse y guiñarme un ojo mientras guía a la mujer hacia la puerta. Seulgi parloteaba sobre otra cosa distinta como lo era jugar a las cartas, al parecer se había olvidado de la situación conmigo.


Una vez que salieron, me apresuro a cerrar la puerta y apoyarme contra ella, soltando un suspiro. Rápidamente termino de secar el cuerpo para ponerme ropa interior y una blusa, no puedo pasar por la misma situación dos veces.

—Sun, soy yo. Abre un poco. —escucho la voz del mayor y trago saliva una vez más, ¿Me dirá algo feo por lo que pasó? Yo no tengo la culpa, avisé que había alguien.. ¿Y si me dice que debo volver por no cumplir con los requisitos?— ¿Sunoo?

Salto en el lugar y me acerco a la puerta, la abro solo un poco para encontrarme al morocho del otro lado. Su mirada se encuentra con la mía mientras sonríe.


—¿Estás bien? —pregunta observando toda mi cara para volver a mirarme otra vez a los ojos.— No me mires así, tontito.

—Perdón, yo le dije que había alguien dentro. —hablo rápido y cierro los ojos, esperando la respuesta. Pero en vez de eso escucho una pequeña risita, abro los ojos de golpe y lo encuentro más sonriente que antes.

—Tranquilo. —comenta risueño.— Te pregunté como estabas, ya me dijo que pensó que no había nadie. Está todo bien.

—Que bueno, no quería que me encontraran justo en este momento. —hablo bajando la mirada al suelo, lo siento moverse para luego sentir un pequeño toque en la frente.


Sunghoon se encuentra con unos ojos más brillosos que nunca y eso hace que sienta un escalofrío por todo el cuerpo, sin poder dejar de mirarlo.

—Los niños querían salir a jugar un rato, apúrate así vamos los cuatro. —habla para seguir su camino por el pasillo, sin dejar la sonrisa de lado.


¿Me besó? ¿Cómo pudo pasar eso? Y ¿Por qué me hizo sentir tan bien?

Había terminado de cambiarme sin sacar toda la situación de mi cabeza, no puedo creer que casi me descubren y que el mayor me haya besado en la frente. La verdad que prefiero quedarme aquí pero no puedo, tengo que salir a enfrentar todo esto.


Vamos Sunoo, ¡Tú puedes!


Me digo luego de cerrar los ojos y suspirar, vuelvo a verme al espejo para revisar que todo estuviera en su lugar al salir de la espaciosa habitación. Camino por todos los pasillo lentamente, no quiero encontrarme justo ahora con la mujer y dar explicaciones. Al ver que no hay nadie en el salón, me dirijo a la cocina, la casa por más de ser grande, tiene divisiones fáciles y pude memorizar todo enseguida cuando me hicieron el recorrido.


Una vez en el lugar, me encuentro al señor Park mirando la ventana que daba hacia la playa donde Sunghoon y los niños juegan, sonrío al verlos hasta que siento como el hombre se mueve y hace un ruido con la garganta, asustándome.


—Es agradable ver cómo libran las tensiones y pueden disfrutar. —comenta y al ver que no respondo nada gira su rostro para verme.— ¿No te parece bien que sea así, Sua?

—Sí, sí. —hablo con rapidez y me acerco a la cocina.— Es sano y realmente se disfruta, el cuerpo se relaja..


—¿Hay algo que te genere ese estado? —pregunta volviendo a mirar hacia afuera.

¿Qué le digo? No conozco más que la fotografía, no tengo otro pasatiempo...

—El arte visual. —respondo bajito mientras camino a la nevera, donde encuentro un poco de mantequilla de maní y pan. — ¿Quiere un sándwich, Señor Park?


—Que sean dos por favor y dígame Hyunwoo, señorita Kim. —habla observándome, hago una reverencia en busca de un perdón y respeto hacia el hombre.— ¿Le gusta el arte visual?

—Sí, mucho.

—¿Considera a mi hijo un arte visual? —pregunta y comienzo a toser mientras cierro el grifo, siento todo el rostro caliente de un lado a otro.


Con la cabeza gacha comienzo a preparar los sándwiches, sé que me está observando y no estoy seguro de querer responder. Sunghoon es uno de los hombres más elegantes y risueños que conozco.


—¿Los ratones te comieron la lengua, Sua? —pregunta el hombre con diversión y me muerdo el labio. ¿Todos hicieron un plan para hacerme pasar vergüenza? ¿O qué?

—No seño... digo Hyunwoo, Sunghoon es una persona hermosa y siento que es como una escultura hecha a mano. —hablo rápido mientras le tiendo el plato con dos sándwiches de maní.— ¿Dónde está la señora Park?


—Salió con su madre a comprar unas frutas y verduras para que los niños puedan comer como se debe.

¡Frutas! Miro el piso con asombro, ¡Ni aunque hipotecara mi casa podría comprarlas! ¡Qué vergonzoso!

De lejos puedo escuchar los gritos de los niños y la risa de Sunghoon, eso logra tranquilizarme un poco.

—¡Sua! —llama una vocecita alegre, se nota que se estaba divirtiendo. Sus pequeños ojos buscan por toda la habitación hasta dar con los míos y sonríe ampliamente.— ¡Papá dice que vengas a jugar con nosotros antes de que sea muy tarde!

—¿La invitas a ella y no a tu abuelo? —dice el hombre y el niño se gira para preguntarle a su papá si estaba invitado.


—Papá dice que solamente noona está invitada. —responde avergonzado y el adulto ríe agarrando sus cosas y caminando hacia la salida.

—Esta bien Taehyun, ve a jugar un rato que el abuelo se va a acostar. —se acerca hasta mí y se inclina un poco.— Después de todo, él necesita de ti.



—⋆—



—¡Hace mucho calor! —se queja la mujer a mi lado, veníamos caminando desde el supermercado con dos bolsas para la comida. La observo de costado con una sonrisa.


—Lo hace, aunque estamos por llegar a la casa ya. —aviso dándome cuenta de que solo faltaban unas casas para llegar a la comodidad, aunque sea por un rato, ya que iríamos a la playa a almorzar para aprovechar el día en su totalidad.


—¿Te está gustando la casa? —pregunta y otra sonrisa aparece en mi rostro automáticamente.

—No me puedo quejar, Soodam. —comento con entusiasmo.— Me agrada pasar el día junto a los niños y ustedes...

—Me alegro mucho, cariño. ¿Y anoche dormiste bien? —al escuchar lo último me atraganto con la saliva tratando de no acordarme que durante la noche, Sunghoon había rodeado mi cintura y de esa forma nos despertamos. Obviamente fui víctima de la burla de él al desayunar junto a su padre, quien solo se reía.


Milagrosamente no puedo contestar a su pregunta ya que llegamos a la puerta y rápidamente los niños comenzaron a gritar que ya querían ir a la playa. Con rapidez la familia Park se preparó para el día de playa.

—Sun, mis padres quieren almorzar y te estas tardando mu... —la puerta de la habitación se abrió y Sunghoon se calló al verme, haciendo que lo mire a él.— ¿Vas a salir con eso?


—¿Se nota demasiado que soy hombre? —pregunto mirándome con asco en el espejo, el pequeño brasier de la parte de arriba dejaba a la vista mis senos invisibles.

—No, no. —entra a la habitación y cierra la puerta detrás suyo.— Luces bien.

—Pero se nota mucho que no soy mujer así, debería ponerme una camiseta y listo. —hablo sacando el par de calcetines dentro del brasier.

Sunghoon se ríe desde la cama y busca en el bolso algo para que use.

—Quizá un short y una camiseta de tirantes pueda quedar normal. —habla sacando un short jean claro y una de las tantas camisetas que compró.

—Sí, eso me pondré. —digo retirando el pareo que tenía enroscado sobre la cintura, quedándome solamente con la bikini, dándome cuenta que Sunghoon me estaba observando.—¿Qué?

—¿Dormimos juntos una vez y ya empiezas a andar casi desnudo frente a mí? —sonríe burlón y siento la cara repentinamente caliente.

—¡Hyung! —grito y se levanta de la cama junto con una risita. Realmente no me había dado cuenta de la situación, ¿Por qué tiene que comentar sobre el tema?

—Eres un tonto, Sun. —habla tomando mi rostro con diversión por debajo de la barbilla—. Ya vamos abajo que nos esperan para almorzar.

Luego de bajar las escaleras entre burlas y comentarios vergonzosos, llegamos a la playa donde todos se dieron vuelta para vernos llegar riendo por un chiste de Sunghoon.

—Veo que se andaban divirtiendo. —comenta su madre, entregando un sándwich a Tae.

—Disculpe, no sabía qué ponerme para venir. —me disculpo tomando asiento en la sombra mientras que el mayor se va junto con sus niños a jugar, rápidamente ayudo a Soodam con la comida para ser más rápidos.



Casi media tarde en la calurosa playa, cada minuto llega más gente con sus respectivas cosas y niños. Todos parecían estar disfrutando alegremente de la tarde, la señora Park se había recostado en la reposera con los anteojos, mirando hacia la playa donde su esposo, su hijo y sus nietos jugueteaban con las olas del tranquilo mar.

Sunghoon se acerca con una sonrisa, se tira a un lado mío con la toalla estirada.

—¿No te quitas la ropa Sua? —pregunta la mujer observando a su hijo y este se eleva con sus antebrazos para mirarme.


—No, es que...

—Tiene alergia al sol. —suelta el hijo de la mujer y lo miro con los ojos abiertos, ¿Qué dice?


—¿En serio? ¿Cómo es que has estado en el sol este tiempo y no te ha dado nada? —pregunta quitándose los anteojos y muerdo mis labios, buscando la mirada del mayor.

—Es que tiene una crema que le permite estar unas horas bajo este, igual tiene que cuidarse mucho, ¿No?

—¿Sí?

—¿Y desde cuándo es así? ¿Por qué no me contaste en ningún momento?

—No quise molestar. —agacho la cabeza, conteniendo la risa porque se había creído algo tan absurdo como eso. Pobre mujer.

—¡Pá! ¿Vamos a jugar con la arena otra vez? —interrumpe Taehyun a la conversación.

—¿Puede venir a jugar noona también? —Hyejin llega con su abuelo pero al escuchar la conversación se suelta y va con su hermano, gritando aquello.

—Claro que puede, ya tiene su crema puesta y puede jugar con nosotros un rato —habla el mayor y se levanta de la toalla mirándome con una sonrisa divertida, me tiende su mano y ambos vamos junto a los niños a terminar el día en la arena.






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