VII
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¿Qué es ese ruido? ¿Por qué me está molestando tanto? Frunzo la nariz y muevo las piernas, para tratar de apaciguar el ruido y mandarlo lejos. Necesito seguir durmiendo lo más que pueda para que la resaca se vaya.
¡Otra vez! ¡Se había cortado!
Muevo la cabeza y busco con la mano mi teléfono, llega a ser Jungwon o Jaeyoon y me encargo de cortarles ambos miembros con una pinza.
—Hola. —digo de mal humor, aparte de que mi voz rasposa daba claras señales de que estaba durmiendo.— Espero que sea algo importante.
Se escuchan algunos gritos de fondo y una risa totalmente conocida.
—Hyejin, ¡Deja de pelear con tu hermano y dale sus tostadas! —grita la voz detrás de la línea, mi cuerpo volvió a un estado de relajación y comienzo a caer dormido nuevamente.— Sunoo-yah, necesito que me hagas un gran favor.. mis padres pensaron que sería buena idea hacer un almuerzo para presentarte ante la familia y.. mira, perdón porqué sea tan repentino pero a las once y media pasaré por ti, ¿Está bien? ¿Sunoo?
—Sí, sí, sí- —un suspiro escapa de mis labios y trago saliva, acomodando la cabeza sobre la almohada para estar más cómodo.
—¡Sunoo! —llama otra vez y se escucha como camina por la casa.— ¿Estás dormido?.. ¡Hyejin! ¡Ya basta! ¡Ve a cambiarte de una vez!. ¡Kim Sunoo!
—¿Qué quieres? —suelto enojado, volviendo a despertar ante el llamado en forma de grito. Doy vuelta en el colchón y bostezo.— Necesito dormir.
—¿No me escuchaste? —comenta divertido y me quejo, lo escucho suspirar antes de hablar.— Bueno, no importa, necesito que estés listo para las once y media.
—Me duele mucho la cabeza, hyung. —hablo tomando impulso para sentarme sobre el colchón, saco el teléfono de mí oreja para ver la hora y abro los ojos al ver que apenas eran las nueve y media de la mañana.— ¿¡Que haces a esta hora levantado!? ¡Ah! Mi cabeza..
Llevo la derecha hasta mis cabellos y los revuelvo, quería tirarme hacia atrás para decir durmiendo.
—Sunoo, no me hagas reír. Anoche decías que me extrañabas mucho y que querías tener otra cita conmigo y los niños. —suelta divertido y rápidamente siento el rostro caliente, recordando todo lo que había pasado anoche con los chicos. ¿Por qué tuve que mandar un mensaje así? ¿Qué mierda me pasaba por las cabeza?
Estaba por contestar de manera "enojada" cuando escucho al que parece ser el pequeño Taehyun, desviando totalmente la atención del mayor. Solté un suspiro.
—¿Estás hablado con noona? —se escucha de lejos y enseguida sé que se trata de él, una sonrisa asoma en mis labios antes de escuchar al mayor decirle que sí.— ¿Puedo hablar con ella, por favor?
—No pequeño, la verás en unas horas, ¿Está bien? —la línea queda en silencio, aún con el ruido que Hyejin hacia de lejos. Aprovecho para colocarme en la punta del colchón y así poder doblarlo con una mano.— Sun, te pasaré a buscar. Por favor, ¿Sí?
—Esta bien, ya mismo me cambio. —hablo parándome para llevar todo el lío de mantas y guárdalas en el armario.
Así fue como terminé teniendo una larga, y al mismo tiempo corta, mañana mientras trataba de hacer todo antes de la hora acordada.
—Te ves preciosa, Sua. —hablo observando la figura femenina en la que me había convertido, acomodé la larga melena que había planchado esta vez. Escogí unos zapatos abiertos y modernos de color blanco... solo espero no caer con ellos.
El sonido del teléfono hace que salte en mi lugar y camino rápidamente hasta él para atender.
—Estoy afuera. —avisa el mayor.
—Voy. —contesto y luego de un "ok", corto la llamada para agarrar una cartera pequeña en la que coloqué algo de dinero y ahora mi celular.
Bajo por el ascensor para ahorrar tiempo, sin dejar de retocar algunos pelos locos de la cabellera y el poco maquillaje que aprendí a colocarme correctamente.
Atravieso las puertas de salida del edificio y veo el ya conocido auto, este se baja al verme y camina hasta llegar a mi lado.
—¿Qué te parece? —pregunto sin cambiar el tono de mi voz y señalando el atuendo, la vista siempre la mantuve en él junto con una sonrisa.
—Estás demasiado hermosa, ¿No quieres entrar a cambiarte por algo más cómodo? —habla sin dejar de ver y rápidamente lo golpeo.
De hecho, él trae un suéter color azul y un pantalón al cuerpo negro, junto con unas converse. Bastante informal.
—Sí, sí, vamos, llegamos tarde. —digo pasando por su lado y yendo al auto, donde dos pequeños saludaban por la ventana y les devuelvo el gesto antes de llegar a la puerta, la abro y me subo al auto de alta gama.— Hola niños, ¿Cómo están?
—¡Bien noona! —responde Taehyun con una pequeña sonrisa.
—Me alegro pequeño, ¿Y tú, Hyejin? —llamo su atención y rápidamente se acerca para dejar un beso sobre mi mejilla, al mismo tiempo que Sunghoon se coloca al volante.— Gracias por el beso, linda.
Ella me sonríe y obviamente que yo no podía quitar la enorme sonrisa por el gesto. En seguida el niño se empieza a quejar de que él también quería darme uno y su padre los calla, objetando que comenzaría a manejar.
El único hijo del empresario Park, me explica quienes iban a estar en casa de sus padres y que debo ser extremadamente cuidadoso con todo lo que diga y haga durante el viaje. Literalmente me estaba llevando a mi propia tumba.
Una vez en la gran casa, casi mansión, de los Park padres. Ambos niños bajan a la velocidad luz para poder encontrarse con sus preciados abuelos, dejándome junto a su padre en el auto.
—¿Estás listo? —pregunta y ambos quedamos mirándonos directamente.—Lo vas a hacer genial, no tengas miedo.
Asiento sin dejar de mirar sus ojos, una sonrisa aparece en su rostro y trago para volver a asentir, un poco más confiado. Sunghoon sale del auto y luego de suspirar, me bajo yo también.
Había conocido a los parientes de la gran familia Park, entre ellos estaban unos tíos y un primo que al parecer vivía con los padres de Sunghoon. Luego de las presentaciones, me guiaron al salón donde se llevaría a cabo el almuerzo. Mientras esperábamos por los platos, ambos niños se la habían pasado conmigo, preguntando sobre todo lo que se les pasa por la cabeza.
—Parece que los chicos te quieren mucho, querida. —admite la madre de Sunghoon y la observo para sonreír junto a una pequeña reverencia.
—Me parece excelente la química que tienen los cuatro. —habla la otra mujer y vuelvo a sonreír.
—Es que tendrías que haber visto cómo estaba el día que la conocimos, parecía sacada de un basurero. —la madre del mayor ríe un poco y me mira.— Sin ofender querida pero tenía que decirlo.
—No se preocupe, madre. —comento sonriente y siento como Sunghoon me llama la atención con su pie, niega la cabeza y asiento, bajando los ojos al piso.
—A mí no me parece sacada de un basurero, tía. —habla ahora el chico que se presentó muy informalmente, además de que se le subió a la cabeza de que podía besar mi mano y decirme cosas lindas.— Es más, tiene una belleza cautivadora.
Bueno, creo que deberíamos hablar de otra cosa —habla Sunghoon tratando de que se desvíe el tema.— ¿Por que no hablas de tu próximo proyecto, Heeseung?
—¿Puedo tomar mas coca? —pregunta Hyejin acercándose a mí.
—¡Yo también quiero, noona! ¿Puede darme a mí también, por favor? —grita Taehyun, corriendo detrás de su hermana.
—Sip, pero no es necesario que griten. —advierto una vez que llegaron a mi lado y ellos asienten rápidamente. ¿Cómo se supone que tenga que servirles cuando no hay ni una sola botella arriba de la mesa? Mire a varios lados, observando como la mayoría estaba hablando de sus cosas hasta que detecte a uno de los sirvientes.— Disculpe.
—¿Sí? —habla una vez que se acerca.
—Los niños quieren un poco más de Coca-Cola, ¿Puede servirles un po..
—¡Pero nosotros queremos que Sua nos sirva! —hablan los dos al mismo tiempo, cortando mis palabras, suelto un suspiro y vuelvo a ver al mozo con una sonrisa.
—Disculpe, ¿Puede traer una Coca-Cola así les sirvo?
—¿Está segura? —asiento y el mozo se retira para buscar mi pedido, una vez que vuelve agradezco al recibir la botella rápidamente comienzo a servir a ambos niños.
Iba bien hasta que Taehyun olvida que tiene un vaso cargándose en su mano y lo suelta, haciendo que todo el líquido cayera arriba mío.
—¡Ah! —suelto y todos miran rápidamente a mi lugar, Sunghoon se gira rápidamente y se queda boquiabierto.— ¡Sunghoon! ¡Se le cayó el vaso! ¡Ayúdame!
—¡Taehyun!
—Perdón papi, Hyejin me estaba haciendo caras. Yo no quise. —baja la cabeza, sabiendo que lo que hizo estaba mal.— Perdón noona.
—No pasa nada, ve con tu hermana. —habla su padre y me levanto de la silla en posición nupcial para que nadie note mi prenda mojada.— Ahora volvemos. —avisa y rápidamente nos lleva a unos pasillos.— ¿Estás bien?
—Sí. —comento con mi voz normal, siento la cara roja y caliente.— ¿Qué voy a hacer? No traje nada extra y no pienso salir con esto allá.
—No sé, Sunoo. —habla viendo el camino.— Ahora te llevo al baño y trata de secarte un poco, de última aviso que no puedes salir así y nos vamos. Total estábamos esperando el postre.
—Los niños quería quedarse a comer el helado, no quiero que se vayan sin eso. —hablo y Sunghoon sonríe, abriendo una puerta y dejándome sobre la tapa del inodoro.
—Nos vamos a comer helado a otro lado, no hagas problema en cosas pequeñas y trata de arreglar tu falda. —abandona el baño con una sonrisa y rápidamente me quito la mano y veo la mancha en casi toda mi prenda inferior, con una mueca en el rostro.
Me miro al espejo y retoco el maquillaje, no pude contra la mancha pero el secador que encontré en ese baño pudo quitar un poco, mis piernas están pegajosas y necesito un baño ya. Lamentablemente no voy a poder quedarme y hacer como si nada. Suelto un suspiro y lavo mis manos, ¿Por qué ahora? Creo que veníamos sin errores.
Camino hasta la puerta y la abro, saliendo del lujoso baño pero no puedo avanzar al sentir otra presencia, alzo la cabeza y encuentro a Heeseung recostado sobre la pared, haciendo que salte en mi lugar y lleve la mano a la falda.
—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunto con susto, el muchacho se había presentado bastante raro y queriendo llamar la atención. Sus palabras fueron: "Hola cariño, soy Heeseung, ¿Estás con mi primo? Ojalá haberte visto antes". Su forma de ser tan directa y sin pelos en la lengua me desespera.
Trato de pasar de largo, sin darle mucho interés pero su pie no me lo permite. Hago fuerza con ambas manos, tratando de no atacar y quedarme tranquilo. Es más alto y grande que yo pero se defenderme bastante, creo que podría salir de ahí si intentaba hacer algo.
—Tengo una amigo.. —comienza a hablar y larga aire en forma de carcajada.— Su novio le pidió que se haga pasar por mujer para que su familia deje de molestarlo con el tema, me imagino que debe ser feo no poder decir libremente lo que te gusta, yo realmente puedo hacer lo que quiero porque mis padres no están dando vueltas viendo que hago con mi vida..
Siento un escalofrío por toda la espalda y mis sentidos se ponen alertas, miro a varios lados. ¡No entres en pánico! ¡Te va a descubrir!. Trago y volví a mirarlo, no podía dejar que se entere de la verdad.
—¿Qué puedo hacer por ti? La verdad que tengo que irme y..
—Estaba pensado que podrías ayudarlo, tienes un toque peculiar para vestirte. —habla mirándome sin expresión alguna pero, de repente una sonrisa algo macabra se forma en su rostro y doy un paso para atrás sin darme cuenta— Digo, porque se nota, ¿Verdad?
—¿Qué es esto? —pregunto y de repente se para bien, da un paso adelante— ¿Adónde quieres llegar?
—¿Cuánto tiempo llevas mintiendo, Kim Sua? ¿Sunghoon sabe lo que estás haciendo?
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Ansioso era poco, estoy esperando a que Sunghoon aparezca de una vez para terminar como todo. Lo peor es que iba a extrañar a esos pequeños luego de que el viaje acabe y el trato que tenemos se cumpla, me había encariñado mucho con ambos niños. Siento mis piernas algo irritadas porque haber tenido que depilarme nuevamente para que nadie sospechara.
Finalmente veo como el ya reconocido auto aparca, agarro la valija con rapidez junto a la mochila. Sunghoon se baja del auto con unos pantalones cortos y una musculosa.
—Cierra la boca que te entrarán moscas. —comenta divertido mientras se acerca y reacciono, encontrándome boquiabierto, este ríe.— Buenos días Sunoo-yah, ¿Te gusta lo que ves?
—¡Ey! —me quejo, mi rostro se calienta de un momento a otro. Sunghoon me quita la maleta sin quitar esa sonrisa que ahora me parece demasiado molesta— Buenos días. —hablo bajito y mirando el suelo.
—Solamente te estoy molestando y por cierto, estás bellísima, como siempre. —responde mirando de costado y lanzo un grito que lo hace reír mientras lleva mis cosas al maletero del auto.
—¡Sunghoon! ¡Cállate! —me quejo y camino rápidamente hasta la puerta del copiloto, me subo tapando mis mejillas con ambas manos.
—¡Hola noona!
—¡Hola!
Siento sus gritos al momento de cerrar la puerta, ambos se acercan para besar mis mejillas ya que lograron que salte en el asiento y las suelte.
—Hola niños. —saludo sonriente y estiro mi mano para revolverles el cabello, al mismo tiempo que el mayor entra al auto.— ¿Listos para un fin de semana en la playa?
—¡Si!
Sunghoon me indica cómo deberían ir los niños y lo que tienen para entretenerse durante el viaje, ya que este abarcaría hasta casi las cinco de la tarde. Por eso termina por darles su tablet que venía con sus auriculares propios, se pusieron a ver alguna de sus películas favoritas.
Durante el viaje me encargue de servir a los demás cosas para tomar y comer. Sunghoon me permitió dormir un rato pero ese rato se extendió hasta que me movió diciendo que ya estábamos por llegar.
—¿En serio dormí tanto? —pregunto pasándome las manos por mi rostro, intentando quitar todo rastro de sueño que puede haber quedado.
—Sí y por suerte los niños siguen dormidos. —habla monótono, en el auto sonaba una canción tranquila que al parecer le gusta al mayor. Rápidamente me giro y los veo metidos en el sueño, una sonrisa cruza por mi rostro al verlos tan calmados y tiernos.
—¿Cuándo se durmieron?
—Un rato después que te durmieras. —responde sin dejar de observar el principio de la ciudad.
Paseamos por la ciudad, comentando sobre los lugares que solía frecuentar cada vez que iba. Para eso de las cinco menos cuarto, el auto aparcó frente a una casa de dos pisos que parecía tener el agua detrás, el mayor despertó a sus hijos mientras que yo bajaba para estirar un poco y poder ver más.
—¿Te gusta? —pregunta llegando a mi lado justo cuando otro auto se estaciona delante.
—Es todo muy lindo. —comento y me sonríe haciendo que yo también lo haga, pero con una timidez recién conocida. Luego él se acerca hasta la puerta de atrás y comienza su labor de despertar a sus hijos.
—¡Sua!
Giro mi rostro y veo a la madre del mayor, ayudando a bajar a una anciana de la parte trasera mientras saluda con el otro brazo. Me acerco rápidamente y hago una pequeña reverencia.
—Hola señora Park, ¿Tuvieron un buen viaje?
—Te he dicho que me llames Soodam. —dice divertida y comienza a ver que la señora adulta esté en buen estado para luego mirarme— Ella es mi madre, Seulgi. Mamá, ella es la prometida de tu nieto.
—Es un gusto conocerla, espero cuide de mí. —hago una reverencia más prolongada, indicando respeto hacia la anciana para luego enderezarme y ver sus sonrisas.
—Es encantadora. —comenta la anciana y rápidamente hago otra reverencia con una pequeña sonrisa.
—¡Sua! Ven a ayudarme con los dos que se niegan a bajarse. —grita Sunghoon, pido permiso para ir con ellos, ambas me dejan y rápidamente voy con la pequeña familia para ayudar, sintiendo el corazón algo acelerado por la situación.
—⋆—
Suspiro relajado, el agua se siente tan maravillosa que sentía una paz completa recorrerme el cuerpo. Lo más lindo que pude hacer fue pedirle a Sunghoon que me indique el baño para ducharme, los viajes generalmente me dejan exhausto y con un ligero sentimiento a sucio.
Cierro la llave del agua y abro la cortina para agarrar la toalla que me dieron, salgo de la ducha para comenzar a secar mi cabello, pensando en que debía compartir habitación con Sunghoon más tarde. La idea me hacía poner los pelos de punta pero no podía quejarme, teníamos que fingir estar juntos de verdad aunque seamos hombres.. ¿Qué estoy pensando? Esto no está bien, ¿Debería regresar y olvidar todo esto? ¿Estoy a tiempo?
Tock tock.
¿¡Qué!? No, no, no, ¡Ahora no, por favor!
—¡Está ocupado! —grito con todas mis fuerzas mientras miro a todos lados pero eso no detiene a la persona detrás y veo mi vida pasar por mis ojos mientras la puerta se abre.
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