VI
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—¿Pasa algo? —Sunghoon pregunta colocando la llave en la cerradura y yo niego mirando desde atrás.— No pasará nada, Sun, te aseguró que mis bebés te van a caer bien. —me regala una sonrisa para luego abrir la puerta y comenzar a caminar, doy dos pasos antes de escuchar unas vocecitas gritar.
—¡Papá! —dos niños aparecen corriendo y se abrazan al hombre, me quedo parado mirando a ambos pequeños decirle a Sunghoon que lo habían extrañado.
Nunca esperé ver a dos niños corriendo, pensé que hablaba de perros o algo así pero realmente me sorprende. Ambos se dan cuenta de mi presencia y cuatro ojos curiosos terminan mirándome, haciendo que tragué saliva nervioso.
—¿Quién es ella, pa? —pregunta el niño y se escuchan pasos desde las escaleras.
—Le acabo de preparar el agua a Taehyun para que se bañe, ¿Tu cita salió bien, hyung? —Jungwon apareció mirando su teléfono junto con una mochila, mi cuerpo se paraliza mientras siento mi teléfono vibrar en el bolsillo trasero del pantalón, indicando que el menor estaba hablando en algún grupo en los que estamos o simplemente hablando a mi chat.
¿¡Cómo es que conoce a Sunghoon!? Pensé que apenas lo conocía de mi trabajo.
Mi cuerpo se queda estático en cuanto Jungwon eleva su cabeza, observando al mayor primero, luego a mí. Una sonrisa aparece en su boca y alza una ceja, esa expresión la conocía y por eso comencé a rogar con la cabeza de que no diga nada. Cada vez que el chico hace esa mueca, significa que algo de lo que dirá no es conveniente para mí.
—Oh, parece que te fue muy bien. —Jungwon se acerca y mueve mi cabello, se ve como si tuviera un gran poder sobre su mano con el cual podía destruir todo si así lo quiere.— ¿Cómo te llamas? Creo haber visto esa camiseta por algún lado..
Mis manos sudan mientras las aprieto a mis costados, sintiendo el brazo de Sunghoon por mis hombros. Aprieto los labios luego y miro a los niños que me miran curiosos desde abajo, les sonrío como puedo desviando la mirada al suelo blanco de la casa.
Por un lado, tengo al mayor con el cual había prometido no decir nada, por lo tanto no podía dejar que Jungwon mencione algo al respecto porque el hijo del jefe reconocería que incumplí una parte del trato que yo mismo hice. Y, aparte, no puedo dejar que los niños descubran la mentira que creamos con su padre para que no lo casen con cualquier chica... ¿Porqué me dejé manipular de esta forma por alguien así? No quiero que Sunghoon malinterprete y piense que me gustan los hombres, dándole permiso a intentar tener algo conmigo.
Jungwon aclara su garganta y vuelvo a la realidad, se veía más divertido que antes y lo veo acomodándose unos pasos más lejos.
—Volviste, pensé que habías dejado de funcionar. —comenta divertido y cruza sus brazos frente a su pecho.
—¿Ella es un robot, Papi? —pregunta el niño, señalándome.
—No, hijo. —responde enseguida el padre con diversión.— ¿Qué te he dicho de señalar, Park Taehyun?
—Lo siento papá, Jungwon hyung me enseñó que no debo hacerlo. —el niño se lamenta y sonrío pequeñamente por el gesto del pequeño.
—No entiendo, ¿Su nombre es Sua? —habla ahora la otra niña sin dejar de mirarme.
—¡Eso! ¿Te llamas así? —Won apoya a la niña, el otro niño va con su padre y este lo alza mientras me mira esperando que responda algo que no nos ponga en peligro. Abro mis ojos con rapidez y niego.
—Mi nombre es Kim Sua.. —muerdo mi labio superior, ¿Lo digo o no lo digo? Cierro mis manos una vez más con fuerza y expulso aire, realmente me estoy por ganar un premio al más loco de todo Corea del Sur.— Sunghoon oppa me molesta porque me llamo como la integrante de Billlie.
Jungwon ahoga una risa y baja a la niña.
—Creo que debo irme ya, fue un gusto conocer a la chica que trae a mi jefe loquito. —dice como puede y deja un beso en la mejilla de la niña.— Pórtate bien que oppa debe irse a casa.
—¡Si! Cadete Park Hyejin reportándose para cuidar a su hermano y portarse bien. —la niña en el piso hace un saludo militar al decir aquello, Jungwon la imita.
—Descanse.
El chico se acerca a su jefe y le aprieta la mejilla al pequeño, haciendo que haga una cara de enojado y que ambos hombres sonrían por el acto.
—Ten una buena noche pequeño Tae, pórtate bien que hyung vendrá el lunes para preguntarte todo. —habla, y el pequeño asiente para saludarlo con su manito.— El agua ya debe estar fría pero ambos necesitan bañarse, hoy estuvieron jugando y no los pude asear como me dijiste.
—No te preocupes, gracias por venir un sábado a hacer horas extras. —habla Sunghoon sonriente y ambos hacen una pequeña reverencia.— Te pagaré el lunes por todo.
—No pasa nada, hyung. —mi amigo le resta importancia y me mira a mi, haciendo una reverencia más.— Fue un gusto conocerte, Kim Sua. Espero nos llevemos bien de ahora en adelante.
—Igualmente. —contesto respondiendo a su saludo sin mirarlo y haciendo una reverencia fingida.
—Me iré ahora.
—Adiós. —se despide la familia.
Yang pasa por mi lado y para junto a mi oído haciendo que entre en pánico una vez más.
—Espero que pases una linda noche con oppa, Sun. —susurra, rápidamente le pego con mi codo en su estómago haciendo que siga caminando riéndose entre dientes, la puerta se cierra y suelto el aire acumulado.
—¿Te dijo algo? —pregunta el padre de la casa y rápidamente niego junto con mis manos.
—No, no, me dijo que la camiseta me queda bien. —respondo, él asiente para caminar hacia el pasillo por donde bajaron ambos pequeños.
—Debo bañar a ambos para que se vean presentables, ¿Crees poder si dejo la comida en tus manos? No quiero que coman más tarde de lo que es, siéntete en casa y la cocina está por allá. —Sunghoon habla rápidamente mientras comienza a subir con ambos niños cerca suyo, señala con la cabeza hacia la izquierda antes de perderse.
Dejándome de pie a un lado de la entrada, con el corazón y las piernas temblando por todos los sentimientos que recorrieron mi cuerpo en cuestión de segundos. Miro el elegante lugar antes de dejar el pequeño bolso que traía sobre un sillón. Toda mi cabeza gira entorno al día que tuve y la gran casa que el hijo de los Park tenía. Realmente estoy loco.
Unos pasos hicieron que me incorpore y vea a una pequeña, extremadamente tierna. Cuando recuerdo el momento que tuvo con Won una media sonrisa me adorna el rostro.
—Papá me dijo que te muestre la cocina antes de bañarme.
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La noche se encuentra tranquila por más que sea fin de semana y casi las once de la noche. Todavía me quedan un par de cuadras para llegar al habitual lugar donde me encuentro con los chicos.
Resulta que la cena en casa de Sunghoon había sido tranquila dentro de todo, el hombre me presentó a sus hijos como se debía una vez bañados y me ayudó a cocinar. Taehyun y Hyejin son niños con personalidades divertidas, el primero es tranquilo y tímido mientras que a la niña le gustaba preguntar todo.
Sunghoon tuvo que callarla bastante veces porque su hermano no podía decir nada y también quería hacerme preguntas, la escena me dio risa, generando que el otro adulto también sonría. A Taehyun le brotaba ternura por sus pequeños poros, mientras que a Hyejin se le notaba lo viva y maliciosa que era, le hizo varias bromas a Tae que lo dejaron enojado, pero cuando su padre le hizo mimos volvió a jugar con su hermana enseguida.
Admito que me gustó estar con la pequeña familia y les prometí volver algún día para jugar.
Cuando fue la hora de despedirse, los dos me envolvieron en un abrazo. Sunghoon insistió en llevarme a casa pero le dije que tenía planes, que debería quedarse con ambos y que le avisaba al llegar para que se quede tranquilo.
Entro al lugar y busco con la mirada a mis dos amigos, varias personas me quedaron observando pero no le di mucha importancia porque detecté a los dos y avance rápido a su mesa.
—Deberías haberlo escuchado decir "oppa", Jake hyung. —habla Jungwon tratando de no reírse, la sangre me hierve al escucharlo y apuro el paso.— Lo tendrías que haber visto, parecía a punto de salir corriendo.
—Lamento la tardanza. —saludo luego de aclarar mi garganta, nunca dejé de ver al estúpido de Jungwon mientras tomaba asiento.
—Buenas noches, hyung. ¿No pudo llegar a su casa a cambiarse? —pregunta aguantando la risa el menor.
—¿Qué no entiendes, Wonie? —pregunta el mayor, alargando las palabras.— No pudo porque estaba con su lindo oppa en una cena romántica.
—¡Hyung! ¡Cállese! —gruño y ambos me observan con ojos grandes.— ¿Por qué no me dijiste que cuidabas a los hijos de Sunghoon hyung?
El menor se toma otro vaso de lo que parece ser soju y se encoge de hombros, ruedo los ojos y acerco una botella para servirme.
—Yo te sirvo, Sun. —habla enseguida Jake pero alejo la botella y lo miro mal.
—No hace falta Jaeyoon, tú come algo. —hablo agarrando el vaso ya servido, tomo el líquido de una sentada y lo dejo con fuerza sobre la mesa. Haciendo que algunos miren.
—¡Tía! ¡Prepare dos porciones más, por favor! —grita el mayor, haciendo que dejen de prestar atención a lo que yo hice y vuelvan a lo suyo.— Trata de parecer más mujer, Sunoo.
—Claro, gracias Jake hyung. —agradezco con una sonrisa falsa y sujeto los palillos para agarrar una porción de samgyopsal.
—Entonces.. cuéntanos cómo te fue hoy.
—¡Sí! ¡Cuéntanos cómo te fue con tu oppa!
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—Sunoo.. debemos irnos. —siento que me hablan pero no puedo dejar ir la idea de seguir junto a Sunghoon y los niños.
—Hyung.. Esos niños son tan lindos. — susurro apenas, acomodándome en esa superficie aún sintiendo el molesto movimiento.
—¡Ves! Te dije que está diciendo cosas sin sentido. —se queja otra voz.
—Hyung, ayúdeme a sacar a Sunoo de aquí. —habla Jungwon cansado y siento como soy cargado— Hasta luego tía, gracias por aguantar.
—No hay de que, vuelvan pronto y cuiden de la linda chica, ¿Por qué no vino su otro amigo hoy?
—Él tenía cosas que hacer, tía. —Jake responde otra vez.
Una sonrisa conocida apareció en mi cabeza, sé de quién se trata. Hasta podría decirlo al revés pero por ahora diré..
—Sunghoon..
—¿Deberíamos llevarlo hasta su casa?.
—Yo quiero ir a casa de Sunghoon hyung. —protesto y los escucho reír bajito haciendo que yo sonría sin abrir los ojos.
—Cállate, tonto. Te llevaremos a tu casa y te quedarás ahí. —responde Jungwon y niego lentamente.— No hay que dejarlo beber más, se pone agresivo y le envió un mensaje de Sunghoon diciéndole que lo paso bien con él.
—Creo que le dijo que lo extrañaba, no sé, me dormí por un momento. —habla el mayor sin dejar de sostenerme.
—¡Pero yo lo extraño mucho! —levanto mi brazo al decir eso y ambos ríen más fuerte, arrastrándome por la calle ya que a esa hora iba ser difícil conseguir algún vehículo que nos lleve.
—Cállate, Sunoo.
—¡No! ¡Quiero decirle que lo extraño!
—Eres un tonto, Sua. Cállate y camina que estás pesado.
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