II
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—¡Hey! Sunoo —siente que es llamado por la voz de su ya conocido amigo, Jungwon. Cierra el grifo y limpia sus manos mojadas en su pantalón para terminar de secarlas, se había tomado la molestia de limpiar los trastes que habían utilizado—Te estoy llamando, Sun.
—¿Qué quieres? —preguntó entrando a la sala, donde sus dos amigos estaban tirados en el sillón, bebiendo cerveza. Se sienta junto a ellos y los observa.
—Jaeyoon y yo estábamos pensando en jugar a algo antes de que sea hora de que salgamos —responde y lo ve mirar al nombrado con ojos divertidos, este sonríe cómplice y asiente, es verdad que todavía falta un rato para ir al bar— Ya que nuestro pequeño amigo tiene nuevo empleo..
¿Qué podría pasar si jugaban a algo mientras esperan? Sólo que irían algo más ebrios para el bar pero eso no era gran cosa, él podía aguantar bastante alcohol aunque sea pequeño, entrecierra los ojos y asiente, se estaban divirtiendo y no quería terminar como el aguafiestas.
—Me parece bien..
Nunca en la vida había estado tan equivocado.
—Bien señorita, ahora debes ir allí adentro y nos cuentas cómo fue, ¿Sí? —habla Jungwon desde el otro lado de la línea con un Jake carcajeándose desde atrás, ambos me desean suerte y corta la llamada riéndose.
Está bien, amo a mis amigos pero esta vez se habían pasado de la raya. Con un bufido, bajé la horrorosa falda que traía puesta, la odiaba, mientras que otro silencioso insulto cruza por mi mente, realmente odio la situación más que a nada.
Abro la puerta del lujoso e inmenso edificio al cual me habían llamado para la entrevista, en el momento que leí el email que decía que debía presentarme para ver si quedaba o no, no pude haber estado más feliz pero.. todo se vino abajo cuando los imbéciles decidieron hacer su torpe juego.
Los tacones me hacen doler los pies y casi se me dobla uno cuando ingreso al lugar, algunas personas miran curiosas mi situación pero decido ignorarlo, no quiero terminar más enojado de lo que estoy. Avanzo recordado todas las palabras que me habían dicho al dudar en aceptar el reto, el cual consistía en asistir a la entrevista vestido de mujer. En primer momento, me negué pero termine aceptando bajo la influencia del alcohol, aparte de que no iban a dejar de molestarme y yo, Kim Sunoo, puedo hacer cualquier cosa.
Siento las orejas calientes al notar la seria mirada de la secretaría sobre mi y con los nervios a flor de pie me acomodo la falsa cabellera que traía para que no se notara.
—Buenas tardes, tengo una entrevista de trabajo. ¿Podría decirme a dónde debo ir? —la mujer hace una mueca rara mientras tecleaba en la computadora.
—¿Está programada para las cuatro de la tarde? —pregunta como tratando de encontrar algo que no estaba programado. Cambio el peso de mi cuerpo a la otra pierna porque sinceramente, ya dolía tener los zapatos puestos.
—Si, justamente para esa hora —respondo lo más amable posible, con la voz más aguda y finita de lo normal.
—¿Kim Sunoo? —pregunta confundida, sin dar crédito a lo que veía y asiento.— ¿No es ese un nombre de hombre?
La sangre me hierve por tener que escucharla preguntar aquello, ¿Qué mierda le importa si es Sunoo un nombre de chico? Trago para calmarme antes de decirle de todo, la humillación es tanta que quiero golpear todo hasta ver la sangre brotando de mis nudillos, la risa de Jungwon está dando vueltas por mi cabeza.
Ahogo un grito mirándola con odio antes de contestar.
—Parece que a mis padres les pareció divertido joderme la vida con ese nombre —suelto tratando de que mi voz salga más afeminada, aunque parece no funcionar al ver el rostro de la mujer.— ¿Quiere decirme donde queda la oficina.. Señorita?
—Claro seño.. Sunoo —responde y sonríe abiertamente como disculpándose, al parecer aceptando su error.— Debe subir hasta el último piso y allí le harán saber cuándo ingresar a la oficina.
—Muchas gracias —hago una reverencia y me dirijo al ascensor— Espero que estén contentos, estafadores —hablo entre dientes aunque los chicos no me están oyendo, ya los siento reírse de mí.
Me miro en el espejo observando mi apariencia y veo a una chica joven, con el cabello largo y negro, junto con una pinza para que no cayera por todo el rostro delicado que traía. Jungwon había sido el encargado de maquillarme, me había hecho algo ligero y bonito para que no lo sintiera tanto. A mi no me molesta, sinceramente, y hasta me parece bonito el cómo hace mi cara más delicada.
Mis ojos siguen el recorrido hasta llegar a la ropa que traía puesta, de eso también se había encargado el menor, pero sabía que Jake había aportado. Traía una camisa blanca por debajo de un suéter con tonalidades marrones para ocultar el hecho de no tener senos, y para taparme un poco más del frío que hace afuera, me dieron una chaqueta de semi-cuero. En la parte de abajo, habían escogido una falda de color negra con unas medias del tono de su piel para tapar un poco los pelos que no me quise depilar. Mis pies se habían llevado la peor parte, traía unos zapatos negros con una punta excesivamente puntiaguda, eran bonitos pero dolorosos. Jake había dicho que la belleza duele y en este preciso instante quiero tirarle uno a la cabeza.
El ascensor se abre y comienzo a caminar, los pasos resuenan en todo momento hasta que me detengo en la pequeña recepción. La chica me mira con diversión cuando me ve pisar mal y siento que en cualquier momento la ira terminará de apoderarse de mi, estúpido Jungwon.
—Buenas tarde, señorita Kim —saluda sonriente, sin decir palabra sobre lo ocurrido.— El señor Park ahora está ocupado con un empleado pero en cuanto termine la llamará, ¿Me haría el favor de sentarse por allí y esperar?
—Claro, muchas gracias —con una pequeña sonrisa respondo y hago una reverencia, me doy la vuelta para caminar hasta los asientos de espera y me dejo caer en la silla de plástico soltando un quejido, enseguida llevo mi mano al tobillo para masajear la zona y disminuir el dolor que tengo.
Algún día me voy a vengar de esos dos y les voy a dar por donde mas les duele. Saco mi celular para revisar los mensajes de los dos insoportables que tenía por amigos hasta que me doy cuenta de que la mayoría de personas que pasaba me quedaban mirando, por inercia yo también miré..
¡Hoy eres una chica, estúpido!
Mi rostro se calienta y me acomodo la ropa mientras me siento correctamente. Acomodo mi cabello como si nada estuviera pasando y dejo el pequeño bolso que traje en mis muslos para acordarme que me tenía que mantener de esa forma.
Sigue así y descubrirán que básicamente te estás riendo de ellos.
Un ruido se escucha y miro al lugar de donde proviene, la oficina del jefe, al fin voy a pasar y... ¿Qué? ¿Todavía no voy yo? ¿Por qué está dando vueltas y no termina su conversación de una vez? ¿No ve que estoy muriendo de la vergüenza?
Mi vista se mantiene firme, viendo al hombre en un estado de frustración mientras camina. ¿Estaba siendo despedido o algo? ¿Qué necesidad había en caminar de esa forma? ¿Le habrá dicho algo malo el señor Park? Me pregunto tratando de encontrar la razón por la cual está de esa forma.
El muchacho de traje alza la cabeza de un momento a otro y observo como mira todo el lugar hasta detenerse en mi, automáticamente miro para mis costados y me doy cuenta que si me está mirando, siento mis orejas un poco calientes otra vez y muerdo mi labio, ¿Por que esta mirándome? Sus pasos secos contra el suelo se escuchan y siento como se mueve lentamente, miro de reojo y lo veo acercarse en mi dirección.. ¿Qué quiere? ¿Por qué viene hacia mí?
—Hola, disculpa que te moleste pero necesito de tu ayuda urgentemente —suelta rápido y sujeta mi brazo, tirándome en dirección a la oficina y en el proceso, mi bolso cae.
—¿Qué estás haciendo? —suelto alto y agudo, ¿De donde salió esa voz? Forcejeo contra su agarre pero lo hace más fuerte— ¡Suéltame! ¡Idiota!
—Sólo ayúdame, por favor —¿Tan desesperado está? ¡Que vergüenza!
—No me importa, uno no puede ir por la vida agarrando a las personas así —reprocho en cuanto cruzamos la puerta de aquella oficina y lo miro enojado.
—¿Y ella? —pregunta la voz de una mujer y el cuerpo se tensa, el desconocido observa y sonríe para voltear mi cuerpo y dejarme expuesto a dos adultos.
—Mi novia, estaba en el baño por eso tardé en volver —habla y me sujeta de los hombros.
—Espera, ¡¿Qué?! —pregunto volteando la cabeza sin entender para encontrarme con una sonrisa desesperada, él me mira y golpea con su brazo mi espalda, indicando que le siga el juego.
—Cariño, no seas maleducada, son mis padres —dice luego de largar una risita y mira al frente. Sin poder creer la situación en la que me encontraba, volteo a mirar a mis supuestos "suegros" con una sonrisa de disculpa. Sin saber que hacer realmente hago una reverencia y agacho mi cabeza, consumido por una nueva vergüenza.
—Lamento mi comportamiento, padres. Por favor cuiden de mí —agregué en el proceso, siento como el desconocido e hijo de esas dos personas me acerca hasta el escritorio y caigo en cuenta que ese señor es el que me va a contratar como fotógrafo, mis manos comienzan a sudar de un momento a otro y siento mi corazón acelerado por la adrenalina de la situación.
—¿Cómo te llamas, jovencita? —pregunta la señora con ojo critico y me permito estirar la mano para presentarme sin darme cuenta que estoy frente a gente importante.
—Kim Su..
—Se llama Kim Sua —termina por mí el que reconozco como Park Sunghoon y baja mi mano nervioso, me acomodo en mi lugar y dirijo mi vista a la madera del escritorio— Ahora que saben que estoy en una relación, ¿Pueden dejarme tranquilo? Sua y yo estamos muy felices juntos, de verdad..
—Si, muy felices —sigo el juego mirándolo de costado haciendo que suene más a pregunta qué afirmación.
—Sunghoon no seas así, quiero saber más sobre tu novia —habla su madre, dejando su rostro serio un poco de lado. El hombre todavía no había dicho nada y se mantenía mirándome de a ratos— ¿De dónde eres y a qué te dedicas, querida?
—Soy de Suwon, señora —respondo tratando de afeminar mi voz— Y trabajo de..
—No es necesario que respondas, amor, debo volver al trabajo.
Sunghoon se levanta y a mi también sólo que con algo de brusquedad que me genera una mueca, me suelto de su agarre y miro a aquellas personas.
—Lamento todo esto, no fue la mejor manera de conocerlos. —hablo y hago una reverencia— No quiero que pierdan tiempo de trabajo, por favor.
Ambos se miran y niegan con los ojos cerrados, siento el agarre de Sunghoon que me lleva de espaldas hasta la puerta, como puedo los saludo con las manos una vez más y me acomodo mirando al mayor más enojado.
—Yo puedo hacerlo —me suelto bruscamente y llego a la puerta primero, salgo y me acomodo contra la pared para esperar la explicación. ¿Qué mierda acabo de hacer?
Sunghoon sale y cierra detrás suyo para apoyarse, lo observo y veo que tiene labios grandes, su contextura también es grande y con hombros anchos, una sonrisa se cuela en su rostro y lo sigo mirando curioso.
—Me sacaste de una grande —informa viéndome de reojo y no hago más que suspirar cansado, una risita se escucha y mi sangre hierve dándome cuenta que acababa de perder la entrevista. Aprieto mis puños y le pegó en el hombro.
—¿¡Crees que es gracioso!? —contesto alto y sin siquiera fingir la voz, este me mira sorprendido— ¡Acabo de perder mi entrevista!
—Nunca había escuchado a una chica hablar con ese tono de voz —opina sorprendido y aprieto más fuerte los puños.
—Me hiciste perder el maldito empleo —comenté irónico y él sigue sin reaccionar.. bueno quizá suene muy dramático pero no es el caso, gracias a él ya empecé mal— ¿Por qué lo hiciste?
—Yo.. —lleva una mano hasta su cuello y masajea allí, mirándome sin saber que decirme, coloco mi mano en mi cadera y espero paciente a que hable. De pronto su silencio se vuelve molesto.
—¿Y bien?
Él mira a los alrededores y hace una mueca, le sigo la mirada y me doy cuenta que hay varias personas prestándonos atención.
—Hablemos en mi oficina mejor —siento su agarre cuidadoso al rededor de mi muñeca y pronto comienza a caminar, llevándome detrás suyo una vez más.
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