Feria de las flores
Había pasado tanto tiempo desde aquel otoño que las flores amarillas típicas del verano comenzaban a tomar su esplendor con tanta fascinación que Yifan por momentos olvidaba a quien le recordaban.
Después de la visita a la floristería, Oh Sehun aparecía de forma repentina, llenando por horas de platicas sin sentido a un Yifan que batallaba por todas emociones que se comenzaban a expandir en su corazón, tal cual las amapolas al abrir sus pétalos color amarillo.
— Entonces...Tao dijo que podríamos ir a tomar algo, y le dije que...pues estaría bien, desde que me ayudó en el tren ha sido amable.
Y ahí estaba esa constante desde hace algunos meses.
Tao, Zi Tao, Huang Zi Tao.
El hijo del hacendado del pueblo, tan o más millonario que los Park, era la constante cizaña en su siembra de maíz.
Y no era que el tipo le cayera mal, porque era tan bien educado que siempre que le veía le regalaba sonrisas y comentarios amenos sobre el clima.
El único problema, era él. Bueno, que pretendía a Oh Sehun, igual que media universidad, pero a diferencia de los otros, Zi Tao llevaba ventaja por su estirpe social y por ganarse dos citas con el mencionado.
— Ya se acerca la feria de las flores, y Tao mencionó que podríamos ir juntos, todavía no acepto, pero me dijeron que hay algo como una tradición para hacer una invitación.
— Sí, la hay.
Contrario a muchas otras ocasiones, Yifan se mantenía con la mirada en el inventario, el cual ya iba repasando por décima vez evitando mirar al otro por su propio bien emocional.
— ¡Ya! Hasta yo sé que tienes que resurtir las orquídea azules y dejar de lado las moradas, que tienes que cultivar de esos tulipanes rojos que ama el señorito Byun.
— ¿Qué?
— Tu inventario, ¿crees que no me doy cuenta de qué me ignoras?
— Yo no te ignoro Sehun.
Negando con la cabeza Sehun se puso en pie y con esmero de obtener la atención que Yifan fingía no prestar, colocó su mano sobre la ajena quitándole el lápiz.
Una corriente eléctrica vibró entre ambos con el mínimo roce, algo que de forma inconsciente provocó sonrojos momentáneos en ambos jóvenes.
— Lo siento.
— N-No te disculpes...
Afirmando con la cabeza, Sehun vuelve a su banco donde intenta volver a su platica o mínimo distraerse de las mariposas que atacaron su cabeza mientras el florista se dedica a usar la vieja calculadora para recalcular las inversiones para la próxima fecha de cultivo.
— Yifan...¿me hablarás de la tradición de la feria?
— Tienes que recibir una flor, si la flor te gusta tanto como la persona irás con ella.
— Oh...¿y tú darás a alguien una flor?
— No creo que alguien quiera ir conmigo, normalmente soy quien las vende.
— Hay un chico, ese tal Yixing, dice que eres atractivo.
— ¿Yixing?¿Zhang Yixing?
Extrañamente, Yifan atiende a las palabras de un Sehun que no le mira, observa el suelo como si este le pudiera dar alguna especie de consuelo por lo que ha dicho.
— Yixing es agradable, de niños me robó un beso.
— ¿Qué?
— Su padre y el mío son amigos, pasamos bastante tiempo de niños juntos, no es raro que diga eso, me debe ver como un hermano. Aunque, solía decir que algún día nos casaríamos.
Pero lo cierto era que la forma en que los puños de Sehun se apretaron y su garganta comenzó a quemar a causa de las palabras de Yifan hicieron que se pusiera en pie y se despidiera de forma torpe de una extrañado Yifan que lo dejó ir.
Oh Sehun era raro, bonito, pero raro.
— ¿Ya se fue Sehun?
— Papá...Se acaba de ir hace poco.
— Yifan, a veces me preguntó si de verdad eres ciego o te haces.
— ¿A qué te refieres?
— Oh Sehun, cuando menos todo el pueblo sabe que hay química entre ustedes, tanta energía como el sol con los girasoles.
— No digas cosas, no pa', Oh Sehun tiene a alguien más que le de flores.
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