Terminar una historia siempre ha sido difícil para mí, en especial cuando amé tanto escribirla.

En mí hay una mezcla de felicidad y tristeza. Felicidad porque logré darle el cierre que quería a la historia de Carven y Matthew. Tristeza porque no escribiré más sobre ellos. Todo tiene un final, pero no siempre definitivo y eso es lo que me consuela diariamente.

Saber que nuevos proyectos iniciarán me devuelve la motivación y me hace recordar esta historia con cariño cada vez que la releo y mejoro. "El final que deseo" es como un hijo para mí. Se ha llevado mi tiempo, mis horas de sueño, motivaciones, desempeño académico y hasta una parte de mi salud, pero nunca dejaré de amarle.

Pensar que este proyecto surgió por un sueño y una discusión familiar en 2017 parece muy lejano. Con el paso de los años he cambiado muchas de mis perspectivas e ideas, por eso durante las correcciones hice varios cambios, siempre para mejor.

Gracias a "El final que deseo" aprendí muchas cosas, descubrí otras y salí de la negación a problemas que ni siquiera yo sabía que tenía. Logré crecer como persona y ahora trato de ser mejor todos los días. Sobre todo con el tema de la ansiedad.

Sin embargo, reconozco que todo este proceso de cambios y mejoras no los enfrenté en soledad. Siempre hubo alguien que me soportó por encima de todo, me ayudó y apoyó.

A esas personas les estoy eternamente agradecida.

Agradezco también a mi familia, aunque no tengan ni la más remota idea de lo que escribo. Respetan lo que hago, me apoyan y motivan diariamente a no dejar de hacer lo que más me apasiona.

Pero mis principales agradecimientos siempre serán para mis lectores, esos que incluso siendo fantasmas me brindaron mucho apoyo. Porque sé que si ellos no hubieran abandonado una parte de su tiempo para leerme, yo no hubiera llegado jamás a ninguna parte.

Ustedes fueron los primeros en darme una oportunidad.

Así que gracias, nunca me cansaré de decirlo.

Ámense y acéptense tal cual son, porque son importantes para el mundo. Nacimos para cumplir con algún propósito, solo debemos descubrir cuál.

Si necesitan ayuda no duden jamás en pedirla. Siempre habrá alguien que les dará la mano. No se dejen pisotear, ni siquiera por los que dicen que los aman.

Mis mejores deseos para ti.