Despertar De La Ilusión
¿Cuánto tiempo ha pasado? No lo sé. Mi cuerpo... estoy cansado. No lo soporto. Aún creyendo que tenía todo bajo control, nuevamente mi descuido y falta de control me hizo tomar una mala decisión. A pesar de mis intentos por mantenerme a raya, no puedo. Este deseo llamado amor me domina. Realmente la quiero, sin embargo, estoy a varios años de poder alcanzarla.
Sin poder hacer nada para cambiar el resultado de aquella noche, no me quedó otra alternativa más que admitir que salía con Ichika. Como era de esperarse, los insultos no faltaron, pero no las culpo. Todo lo que sintieron y siguen sintiendo es mi culpa. El castigo por mantener una farsa de tal magnitud, es inconmensurable, desde mi punto de vista. Y como digo, realmente no sé cuánto tiempo habrá pasado después de aquello. Pero, por lo menos, hay algo que sí sé con seguridad; ha pasado ya un año desde me vine a vivir con ichika a Kioto.
Sí. Después de haber pasado por varias dificultades, Ichika había visto cómo buena idea apartarnos de las demás, cosa que a mí no me agrado en lo absoluto. Pero, ¿qué podía hacer contra ella? No tenía la voluntad suficiente para hacerle frente, y puede que jamás la tenga. Y sucediendo todo tan espontáneamente, después de haber dejado todos los lujos que una vez tuvo ella en la gran Tokio, prácticamente al lado del río Takase, en la sutil carretera Kiyamachi-dori, era que vivíamos en una pequeña vivienda, al lado de un pequeño local con un ligero ambiente rústico. No era sorpresa mencionar que también, por la influencia de Ichika, pude transferirme de Universidad con cierta facilidad. Hay veces que tengo miedo del poder que tiene ella para que todo vaya como quiere. Y como era de esperarse, la mudanza quedó como decisión nuestra y no solo de ella.
Siguiendo mi nueva rutina después de despertarme, fui directamente a la cocina, que claramente era más grande y completa, comparando la anterior, y todo para encontrarme con Ichika sentada, esperando el desayuno. Debo de admitir que esta nueva vida como alguien sumiso, no está del todo mal, sin embargo, sé que esto no es parte de mí. Este no soy yo.
- Oh - sonriendo - Buenos días, Fuutarou-kun. ¿Dormiste bien?
- Sí. Sabes que este lugar en comparación a mi viejo apartamento es genial. No te preocupes por las comodidades.
- Eh~ Ya veo. Entonces está bien. Me alegra que te sientas a gusto. Y dime, ¿qué especialidad tienes para hoy?
- Nada de otro mundo. Solo un bol de arroz, sopa miso y pescado a la parrilla. Lo habitual.
- A veces lo simple es maravilloso, Fuutarou-kun. - recibiendo el desayuno - Itadakimasu.
- Bueno. - sentándose a un lado de la pelirrosa - Supongo que tienes razón. - sirviendo los pequeños detalles - Itadakimasu.
Siendo este mi día libre, mi yo de antes de seguro estaría con los estudios a más no poder, pero ahora ya no era así. Por la repentina transferencia, por supuesto que la universidad de Kioto se le dificultó un poco para permitirme entrar, pero, recordando todo lo que ha podido hacer Ichika, se me termina pasando como algo más del montón, y a consecuencia obtuve unas ligeras vacaciones cada cierto tiempo, todo con tal de adaptarme. Este era uno de esos días.
- ¿Y bien?
- ¿Hmm? - teniendo la boca llena -
- Bueno... ¿Has podido conseguir un papel cerca de acá?
- Vaya~ Fuutarou-kun está preocupado por mí, que alegría. - sonriendo -
- Come despacio. Pero bueno, si lo pones de esa forma, creo que sí.
- serena - Tranquilo. Me las arreglare para que no podamos tener problemas en el futuro. Ichika-oneesan está aquí para ti.
- No me gusta el significado que hay detrás de esas palabras. Sin embargo, en mi estado actual, no puedo hacer nada para apoyarte. Lo único para lo que soy bueno es en el estudio.
- Vamos, tampoco te deprimas así, Fuutarou-kun. Ya verás cómo salimos de esta.
- Aún pienso que la idea de venirnos a vivir a Kioto fue algo exagerado. - cambiando de tema - Las cosas han sido muy distintas después de aquello.
- ... Creo que Fuutarou-kun estuvo mucho tiempo solo. Será mejor que salgamos más seguido. - evitando el tema y cambiando su tono de voz -
- Ichika...
- Es mejor como estamos ahora, ¿verdad?
- ... Sí... Tienes razón. - respondiendo con un tono de indiferencia - "No puedo hacer nada... Después de todo, el hecho de haber venido a Kioto... fue mi culpa. No esperaba en lo absoluto que ella lo siguiera recordando, esa petición absurda cuando empezamos a salir"
- Bueno, supongo que no nos queda nada más por hablar.
- Sí. Creo que ya hemos hablado de todo un poco.
- Oh, cierto, Fuutarou-kun. - dijo alegremente -
- ¿Hmph? ¿Qué pasa?
- levantándose - ¿Te gusta? - mostrando su delantal, como si de una esposa recién casada se tratase - Puedo hacer unos cambios si ves que no te gusta. Sabes, he pensad... !!!
- Más tarde podremos hablar con calma. Por ahora, concéntrate en tus objetivos "¿Qué estoy diciendo?"
- Bien. - acurrucada en el pecho del pelinegro -
- "¿Estoy... feliz? No... creo que esto es solo una excusa"
- Ah, casi se me olvida decirte. - sin separarse -
- Dime.
- Puede que sea inesperado y un poco incómodo, pero después de todo lo que hemos hablado en este último tiempo...
-Dilo de una vez.
- Mis hermanas... vendrán mañana.
- ... Ya veo "Itsuki".
- Tuve el valor, después de mucho tiempo, para contactarlas, pero a penas pude hacerlo con dos de ellas.
- Entonces no todas vendrán.
- Sí.
- No importa. Lo importante es que lo hiciste.
- Gracias, Fuutarou-kun. Te amo.
- ... Sí "Hay muchas cosas que quisiera explicarte, Itsuki". Sí... "Por ahora, no me queda de otra más que consentirla a ella"
Terminando la hora del desayuno, Ichika se preparó después de nuestro ligero acercamiento para ir a buscar ciertas oportunidades. La verdad es que creo que ella es increíble, y todo por su determinación, sin embargo, puede que ello también sea algo con lo cual debería cuidarme. Después de todo, el haberme enterado que después de meses sin ver a Itsuki, las cosas cambiarían radicalmente. En verdad, soy alguien que ya no piensa con la cabeza.
Como estos eran unos de mis días libres, y después de que Ichika saliera de la pequeña casa, no tenía nada más que hacer, así que, sin más, me fui a dar un baño rápido. Las ansias ya se hacían presentes, pero lo único que me quedaba era resistir, despejando mi mente con la tibia agua que recorría mi cuerpo ya acostumbrado al ambiente de este lugar.
- Puede que tenga una mínima oportunidad para remediar las cosas. Bueno, el momento lo dirá.
Mis días eran muy tranquilas, bastante la verdad. Era algo que jamás en mi vida había sentido. Un sentimiento a flote estaba reconociendo, sin embargo, creo que ya era tarde para explorarlo. Simplemente me concentré en lo que tenía enfrente, mi objetivo. La llegada de aquellas dos quintillizas me emocionaba. Hasta mis fantasías estaban dementes.
- Espero que sea ella. Hay tanto por hablar. Puede que incluso...
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