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Conversatorio

Me encontraba esperando en la estación. Podía sentir como era que el viento levantaba mi cabellera, dejando así una refrescante aura a mi alrededor. Miradas de desconocidos que pasaban por la pequeña tienda en la que me encontraba sentada, mientras tomaba un té negro que había pedido hace poco, me hacían sentir incomoda y un poco engreída. No podía negar que, aunque fuéramos quintillizas,  me sentía una chica más atractiva y con una mejor figura. No importaban los años que pasasen, mi mentalidad nunca cambiaría, siempre sería aquella hermana "malvada" que intentó robarle el novio a su supuesta respetada hermana mayor. La gran emperatriz que escapó con aquel chico que tanto amaba, simplemente, ante mis ojos, era alguien cobarde que sólo huía para no confrontar su verdadera realidad. Era un motivo suficiente para venir a Kioto y encararla de frente, como debió ser en un principio; pero, aunque quisiera dedicarle tantas palabras de mal gusto frente a esa persona que también me hizo sentir mariposas, sin importar el esfuerzo que pusiera en mi palabras, estaba segura que nada cambiaría para ambos. Ya habían tenido suficiente tiempo para saber los defectos del otro. 

Por esa misma razón, a pesar del dolor, quise entender la decisión por parte de Fuu-kun de abandonar la ciudad. Quería entender la perspectiva del chico que tanto amé y que sigo amando hasta el día de hoy, pero no importaba como lo viera, seguía sin encontrarle la lógica a sus acciones. ¿Por qué debía llegar tan lejos por alguien a quien mantuvo en secreto por tanto tiempo? Estoy segura que, si Fuu-kun hubiera presentado formalmente a Ichika como su pareja oficial después del festival escolar, lo habría entendido perfectamente. Aun si el resultado fueran días enteros llorando, lamentándome por mi fracaso, sería lo correcto aceptar su relación. Pero las cosas no fueron tan fáciles para ninguno de ambos bandos. Fuu-kun decidió ocultar el hecho de haber ido por Ichika en secreto tiempo después. Realmente intenté comprender los sentimientos de Fuu-kun aquel día cuando Ichika me vio besándolo sin control.

Sin embargo, como lo esperaba, nada sirvió. Ahora simplemente era alguien que dependía emocionalmente de las vulgaridades que decían los adultos urgidos por una chica más joven que ellos. El escucharlos decir que era una joven hermosa, bella, refrescante, aun cuando me encontraba junto a mis hermanas, notar como ellos realmente veían todo lo que Fuu-kun no pudo ver en mí, sentía asco y satisfacción.  Ya no era opción retroceder con todo lo que había formado con estos adultos malhablados, que de seguro también se habían dado cuenta de lo que sucedía conmigo y esperaban a la mínima oportunidad para ligar y poder acostarse con alguien que estuviera fuera de sus expectativas. Aunque, claramente, jamás podría dejarme llevar con algunos de estos insignificantes y patéticos esclavos de sus trabajos mal pagados. Me odiaba a mí misma por siquiera pensar en algo como aquello.

Incluso, aunque fuera un poco, pensé que tal vez al llegar a Kioto, las cosas serían diferentes a como lo eran normalmente en casa y en el trabajo. Tenía poca fe por ello, y lo mínimo que me quedaba de esperanza en esperar un trato diferente aquí, todo se había vuelto obsoleto. Quería gritarle a Fuu-kun por la demora, pero no tenía el valor. Quería hacerlo sentir incomodidad, como todo lo que yo había sufrido en este tiempo sin estar a su lado, pero lo único que ganaría sería una cachetada por parte de Ichika. Estaba en su derecho levantar su mano contra mi para darme una lección por si se daba la ocasión.

Pero ahora, lo único que me mantenía alerta era el frío que cada vez más se intensificaba. Ya no soportaba estar esperando en un asiento de quinta mientras tomaba un té barato de la estación. ¿Cuánto tiempo se supone que una pareja demora en arreglarse para salir en busca de un familiar? Ya estoy estresada, y el día está arruinado. No me quedaba de otra más que seguir en aquel local y seguir pidiendo té negro para aliviar un poco el dolor de garganta provocada por el frío.

~ o ~ o ~ o ~ o ~

Una hora después

~ o ~ o ~ o ~ o ~

Ajustando mi vista a la lejanía, pude observar como alguien levantaba su brazo en dirección hacia mí persona. Durante el tiempo de espera, de vez en cuando me preguntaba si realmente Fuu-kun había leído mi mensaje. Quiero decir, una persona normal notaría aquel mensaje fácilmente, pero cuando recordaba la personalidad de Fuu-kun del pasado y a como era antes de irse, las probabilidades de un mensaje ignorado o visto a último minuto eran muy acertadas. De todas formas, quien se acercaba cada vez más, se trataba de Ichika. Aún conservaba el gusto por la moda a pesar de ser ropa barata. Era lo mismo para mí.

Entrando al local con una actitud normal, Ichika se sentó en el otro asiento disponible de la pequeña mesa, no hubo ninguna palabra por su parte después de eso. 

- Hmm - mirándola detalladamente -.

¿Realmente se trataba de la misma Ichika que abandonó a sus hermanas de un día para otro? Viéndola cada vez más, pude notar que ella esperaba un comienzo por mi parte. Me quería dar ese placer después de tanto tiempo, así que simplemente asentí como respuesta a sus minuciosos movimientos que hacía cada cierto tiempo con sus manos. Podía sentirla un poco tensa por mi presencia.

- ¿Dónde está Uesugi, Ichika? Se supone que él debía estar junto contigo el día de hoy. No me querrás decir que se escapó antes de siquiera darme una respuesta decente, ¿o si? Sabes que está reunión era muy importante.

- Así que... realmente lo dejaste de llamar "Fuu-kun", Nino.

¿Qué? De todo lo ha pasado en este largo periodo de tiempo, ¿realmente esa era la única preocupación que mostraba con nuestro reencuentro?

- ...

Prestando un poco más de atención, pude ver que en uno de sus dedos de la mano izquierda, Ichika poseía un anillo barato que se podía conseguir en cualquier tienda de recuerdos. Si esto era lo que ella quería que viera para entender la ausencia de Fuu-kun, no logro comprender como esto lo salvaría de mi reclamo hacía él en cuanto me lo encontrara. Nuevamente su expresión había cambiado a una melancólica. ¿Qué era en ésta ocasión? No me sorprendería escuchar que ambos estuvieran comprometidos de la noche a la mañana, sería un desastre total si fuera real una noticia de ese calibre. No he llegado hasta aquí para que ellos dos me presumieran lo felices que eran en este lugar. Mi té ya se encontraba arruinado por la espera.

- No lo voy a repetir. ¿Dónde se encuentra Uesugi?

- . . .

- Supongo que tu silencio lo dice todo. Bueno, no esperaba gran cosa de él, después de todo.

Horas de viaje desperdiciadas. Nada tuvo sentido desde el principio. Desde la primera instancia que Fuu-kun no tenía la intención de verme siquiera. Es decepcionante de cierta forma. Realmente no esperaba ser rechazada de esta manera tan humillante, y más cuando estaba de frente de la chica con la que seguro ya se ha acostado varias veces. Odio como aquel sonido inexistente de ellos dos besándose y tocándose pasa por mi cabeza. ¿Cómo es que se les tiene permitido ser feliz? La impotencia me ganaba. Me encontraba sentimentalista.

- Sabes... creo que Nino debería ser más paciente. ¿Qué te hacia pensar que hablaríamos de algo importante en un lugar como este?

- ¿Qué estás tratando de decir? - dije ante mi asombro por el cambio de actitud de Ichika - Dime de una vez la ubicación de Uesugi.

- Nino... sígueme.

Si se trataba de un juego de niños, ¿en qué estaría pensando Ichika en organizar éste pequeño y ridículo acto? No entiendo cómo es que darle misterio a algo tan simple como la ubicación de Fuu-kun sería más interesante. Pero si es que así era como ella quería que fueran las cosas, entonces no podía retroceder. Simplemente nos levantamos de nuestro asiento, por mi parte pagué todos los tés que pedí al llegar, y nos retiramos de la tienda. Cada vez que observaba a Ichika a cierta distancia, más no la podía reconocer.

Y como era de esperarse de alguien como yo, inmediatamente di un paso fuera del local, varios señores mayores de edad empezaron a insinuarme en fantasías en voz alta. Sentí un gran regocijo recorriendo por todo mi cuerpo, era gratificante como ilusionaba a esos patéticos cerdos que solo servían como esclavos en una compañía que apenas les daba para mantenerse en pie. Todos esos sueños tan fantasiosos y exagerados, no eran más que basura que solo ayudaba a aumentar mi estima y mi ego hacia mi figura. Realmente di mi mejor esfuerzo para no levantar sospechas sobre mi actitud tan agitada cada vez que sucedía. Ichika jamás podría entender lo gratificante que era esto... ser parte de esa barrera inalcanzable. Ya quiero ver a Fuu-kun y decirle todo frente a ésta quien alguna vez consideré mi hermana mayor.

Me pregunto... ¿Qué clase de expresión pondría Ichika al saber que Itsuki está embarazada de uno de sus ex-estudiantes? Debería ser un tema serio entre hermanas, pero... por alguna razón, es emocionante imaginar su rostro lleno de decepción luego de mi pequeña modificación.

Esto es por el bien de mi hermana menor. Ichika debe probar el mismo dolor que sintió Itsuki todo este tiempo. Sí, solo será una lección. La humillación. El sentimiento de soledad absoluta. Ichika debe enterarse que no está a salvo solo por estar en Kioto. Tan solo es darle un pequeño golpe de la verdadera realidad, despertarla de aquel sueño estúpido en el que estuvo por tanto tiempo al llegar a este lugar. Y aunque era obvio, iba a tomar esto como una venganza por parte de mi hermana. Justicia con mis propias manos. Sólo espera un poco más, Fuu-kun. Todo irá de acuerdo a como me contó Itsuki. Pero, incluso con eso... ¿Cuánto mal puede hacer una pequeña mentira en toda esta historia?






Continuará~





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