Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

(̸̥̱͆̈́P̸̹̗̋ä̴̦́͝s̷̰̻̾a̸̲͌d̴̮͂o̸̞͔̅)̵̛̯͎

...

Hace mucho, demasiado tiempo, existía una galaxia llena de diferentes razas y seres cósmicos, todos viviendo de diferentes formas, con otros dioses y Arcanos protegiéndolos o destruyéndolos, mas todos coexistían sin mayores problemas y en una gran armonía durante la mayor parte de su existencia

Pero no fue hasta que unos miembros de la raza "Zetsubo" desesperados por adquerir una mayor relevancia en el universo y que sus nombres sean tan reconocidos como lo eran las otras razas, además de su avaricia por poder y dinero, acabaron recurriendo a medidas extremas para lograr sus objetivos. Así, y a pesar de las advertencias de algunos líderes, presidentes, jefes y demás de otras razas, incluso de algunos de ellos mismos, los Zetsubo iniciaron un ritual con el que traerían a un ser que podría darles lo que querían, sin tener ni la mas mínima idea del precio que deberían pagar más tarde.

Después de incontables intentos y de algunos sacrificios en el camino, el rey de los Zetsubo, Kirai, había empezado a notar irregularidades en su gente. La locura en los habitantes se había disparado como nunca, el dormir se había vuelto una tarea casi imposible para todos, y algunos eran incapaces de seguir con el ritual pues su energía se agotaba rápidamente, al punto de que miles y miles habían muerto por perder toda su energía vital. Kirai notaba estas irregularidades, mas si bien intentaba lo que podía, se negaba a terminar con el ritual pues entonces todo habría sido para absolutamente nada, lo que acabaría siendo el mayor error que uno jamás hubiera presenciado.

Una noche, mientras Kirai estaba trabajando en su hogar, él decidió salir a su balcón para poder observar las estrellas y que, con suerte, algún dios o Arcano lo escuchara para llevar a su gente a la grandeza. Sin embargo, al abrir la puerta y mirar hacia el cielo, pudo divisar un astro que, como tal, jamás había visto. Era una luna, pero no como las del planeta Osore, donde vivían, sino una que había llegado allí por obra de ellos, emanando un aura de caos y muerte a su alrededor, pero al mismo tiempo de vida y luz, aparte de, por alguna razón, generar un miedo que el soberano en su vida había sentido, aún teniendo a los Arcanos frente a frente; siendo esa luna la entidad que, sin saberlo, él y los Zetsubo habían atraído hasta su mundo

Kirai había retocedido un par de pasos hacia atrás, sin saber porqué mas estaba tan temeroso que no pudo evitarlo, a lo que tras un simple parpadeo pudo ver a un ser descender desde el extraño astro hasta estar de pie enfrente suyo, en el mismo balcón a poco más de un metro de distancia, mirándolo fijamente con sus múltiples ojos brillantes de color rojo, emanando un aura del mismo color alrededor suyo.

Entonces, una voz femenina empezó a sonar en la mente de Kirai sincronizándose con los pocos movimientos y casi nulas expresiones que daba la cosa que acababa de llegar allí.

- Tú y tu raza habeis intentado llamarme incansablemente, y ahora han logrado llamar mi atención. No os preocupeis, sé lo que deseais de mi y todo lo que estais dispuestos a hacer para lograrlo. Dinero, fama, riquezas, poder infinito, su propia galaxia, puedo concederlo todo. Sin embargo, yo también voy a querer algo a cambio. - expresó el ser que estaba enfrente suyo, intrigando qué era lo que un ser con tal poder podría desear si lo podía conceder todo - Quiero que ustedes recuerden mi presencia y que rindan culto a mi antes de que sus dioses ardan en fuego morado y que los Arcanos los abandonen en momento de necesidad. -

Al decir esto, Kirai pensó unos pocos segundos la decisión que tomaría para que acto seguido acepte el trato, sin que nadie sepa si era por miedo, desesperación o ingenuidad al creer en sus palabras. Pero ya era tarde, y el rey de los Zetsubo había dictado que era ley el rendirle culto a la entidad que se le había presentado, cuyo nombre reveló ser Koniec. Al hacer esto, no sólo su gente y las otras razas lo reprendieron publicamente, sino que hasta los mismos dioses y Arcanos le dijeron repetidas veces que había sido estafado cosmológicamente.

Sin embargo, ninguna palabra detuvo el culto que Kirai había creado, el cual al mismo tiempo estaba tomando mayor relevancia no sólo entre los Zetsubo, sino que hasta miembros de algunas otras razas habían empezado a adoptar su doctrina, incluso si esto significaba empezar violentos confrontamientos contra sus iguales, además de volver los gritos de los dioses y Arcanos mucho más ruidosos y molestos. Pero todo habría cambiado un día, al ver que, a mitad de una de las típicas reuniones que todos los jefes de las razas junto a los Arcanos y los dioses, uno de estos últimos había empezado a arder en un insaciable fuego morado que acabó matándolo allí mismo.

Así, casi todos habían quedado sin palabra alguna ante la escena, con la única excepción de Kirai, quien empezó a decir que Koniec ya predijo que los dioses arderían y que los Arcanos los dejarían a morir. Cuando esta escena se hizo pública, mucha gente empezó a dar vuelta su punto de vista, empezando a adoptar el Koniecismo como su salvación, a la vez que la gran mayoría de los que protestaban habían desistido con sus quejas pues ya no sabían en quién o en qué creer, aunque aún dejando a alguno que otro en contra de la luna de color morado.

Mientras más pasaba el tiempo, más se podían ver a los dioses debilitados y ardiendo en aquel extraño fuego morado, a la vez que, como también lo había dicho Koniec, los Arcanos habían decidido dejar aquella galaxia a su suerte y abandonaron todo lo que había allí sin preocuparse en lo absoluto, no sin antes que uno de ellos con el nombre de Anbu se le acercara a Kirai poco antes de largarse, diciéndole las siguientes palabras

- Ustedes habeis decidido el camino del miedo, el mal, la oscuridad y el fin, y tu has llevado a sus dioses y razas a la condena. Ahora se ha vuelto irreversible y todos estais bajo su poder. No nos volveremos a ver, así que disfruten su posición actual, porque habeis sido los encargados de que Owari destruya su mundo. Hasta nunca. - tras terminar de hablar, el Arcano Anbu desapareció para siempre de la presencia de los Zetsubo junto a sus compañeros, a la vez que no quedaban dioses que mantenieran el orden, dejando aquella galaxia al completo control de Koniec

Sin embargo, fue cuestión de tiempo hasta que Kirai vió la luna morada aparecer nuevamente en el cielo, aunque esta vez no habló con una voz femenina y pasiva como la primera vez, sino que fue alguien más neutral, con una voz de ultratumba y hasta con cierto desprecio hacia Kirai, además de quedarse en el cielo en vez de bajar, aparte de ya no reflejar ni luz ni vida, sólo caos y muerte.

- Mortal, yo he cumplido con mi parte del trato y tú con la tuya, por lo tanto, el acuerdo se ha concretado y tu tiempo ha expirado, así que tus servicios ya no son necesarios. - estas palabras habían aterrado a Kirai, pues eso significaba que Koniec ya no los protegería, a lo que el mismo continuó manteniendo esa voz como si no le importara nada en lo absoluto - Tú, los Zetsubo y demás habeis sido un buen juguete, sin embargo mi diversión con ustedes se acabó, y cuando algo me aburre, su existencia se vuelve sólo peso muerto en su universo. Y si bien no siento mucho, me gusta el hecho de que pudiste haber evitado todo esto si es que no me llamaban o si le prestaban atención a los dioses y Arcanos, pero decidiste hacer oídos sordos y lograste que no quede culto hacia ellos, lo cual me dió total libertad sobre los dioses, además de espantar a los Arcanos. -

Ahí lo entendió. No era que Koniec predijo la caída de los dioses, sino que los dioses dependían de sus cultos para tener poder y ser capaces de vivir por más tiempo, pero al eliminar sus cultos y religiones hizo que ellos murieran a causa de esto; y además, no era que los Arcanos quisieron dejarlos a su suerte, sino que huyeron espantados de la luna morada que se estaba manifestando y teniendo total libertad dentro de su propia galaxia, mas no podían llevárselos pues el hacerlo permitiría a Koniec manifestarse en otros lugares, incluso debilmente. Y ahora no había a dónde huir, pues él también había permitido que aquel ser ingresara a su mente, y ya era muy tarde para arrepentirse.

Segundos después fue cuando se empezó a incinerar el alrededor con aquel fuego morado y el cielo se empezó a agrietar dejando pasar una luz púrpura, al mismo tiempo que Koniec, si es que ese era su nombre, había empezado a reirse fuertemente con clara locura, burlándose de Kirai y basicamente todos los que le habían creido, a lo que tiempo después aquella entidad se empezó a elevar e incrementar considerablemente su tamaño, haciendo que la galaxia entera quede pequeña ante él, para luego abrirse como si su forma entera fuera una bizarra boca devoradora de existencias

- Trataste de ser un héroe, mortal finito. Esto es lo que le pasa a los héroes cuando están frente al final. - entonces, una esfera de energía de un color morado oscuro surgió desde el centro de la entidad, para luego convertirse en un poderoso rayo que salió disparado contra aquella galaxia, impactando en el planeta Osore antes de empezar a expandirse descontroladamente, consumiendo absolutamente todo lo que tocaba: gente, casas, edificios, ciudades, continentes, planetas, estrellas, asteroides, agujeros negros; hasta que pronto sólo quedaba una luna de color morado flotando en el espacio, esperando pacientemente a que otra marioneta se atreviera a gritar por ayuda, para así poder divertirse nuevamente, o con suerte, volver a ser una entidad completa...

Y para su gratitud, sólo tuvo que esperar dos años antes de que un dios, desesperado por mantener su gobierno divino, llamara su nombre... El nombre de OWARI.

Rexer había terminado de repasar aquella historia en su mente al mismo tiempo que todo el ejército estaba discutiendo los grupos con los que se unirían. A él no le importaba con quién quedaría, sólo tenía como objetivo poder vengar a quien fue su maestro durante su niñez, y al mismo tiempo el padre de su mejor amiga, a quien veía desde lejos cómo estaba apartada de todos y muy lastimada por la pérdida de su figura paterna; aunque sus pensamientos y los de la coneja se vieron interrumpidos con la llegada de Owari a la escena, usando otra de sus formas para comunicarse de cerca con los Arcanos y que ellos pudieran verlo.

Aún así, Rexer ignoró la mayor parte de las cosas que dijo pues igualmente no haría caso al momento de cumplir la estrategia, aunque esto no pasó desapercibido por la entidad, quien hizo una declaración en voz alta para evitar que algún otro más tuviera los pensamientos de desobedecerlo.

- Y quiero que recuerden una cosa: yo elijo cómo, cuándo, dónde, por quién, por qué, para qué y qué final tienen todo lo que existe dentro y fuera del espacio-tiempo, así que no quiero ver a ninguno más con actitudes rebeldes como Rexer aquí presente. - esa mención hizo que todos voltearan a ver al Arcano de Segunda Clase, quien ignoró las miradas y se fijó más en que los ojos de Owari se habían vuelto hipnóticos por unos instantes, para que luego el mismo sea el centrar de la atención nuevamente al volver a hablar mientras generaba un Superman de piedra en la cola de su forma física, sosteniéndolo fuertemente con la misma - Recuerden, no sean héroes, porque esto es lo que pasa con los héroes en mi presencia. -

Terminó partiendo la figura en dos al aplicarle presión, para luego hacerla arder entre el típico fuego morado, así volviendo cenizas a lo que alguna vez fue un héroe ejemplar. Segundos después, Owari vió cómo es que todos los Arcanos se mantenían firmes ante él, temiendo internamente que puedan ofenderlo de alguna manera con cualquier otro movimiento.

- ¡¿Qué esperan, un beso en la mejilla?! ¡Váyanse de aquí, AHORA! - tras haber dado esa orden, todos los Arcanos y seres poseídos por él mismo salieron disparados en distintas direcciones, desapareciendo pronto de allí y dejando a Owari sólo con su otro cuerpo - Esos seres finitos creen poder tener el universo completo bajo su control... casi me darían pena, ¿No pienso lo mismo? -

- Puedo apostar a que si. - respondió el mismo Owari en el cuerpo de aquella niña/adolescente a quien había controlado ya hace rato - Pero debería tener más cuidado, Exemonster desapareció de todos mis campos de visión y no lo encuentro en ningún lado. Además, Exeller y Trixtian se dieron cuenta de nuestra presencia... incluso ÉL lo hizo, no puedo dejar que otros demonios me descubran. -

- Es verdad. Bueno, me veo luego. - tras decir esto, Owari usando el cuerpo de la chica sale a gran velocidad hacia otro lugar, para luego girar a ver una figura luminosa que estaba viendo todo desde el inicio, cosa que molestaba a la entidad junto a la presencia de aquella figura en ese lugar - Ya no queda nadie, ni siquiera mis otras formas físicas. ¿Qué es lo que quieres? -

- Jajaja, ¿Qué pasa, Owari? ¿No que tu control sobre las mentes era absoluto? ¿No que no había nada que no pudieras hacer? Parece que lo único en lo que sos bueno es en mentir y estafar, y eso no te hace particularmente especial. - dijo aquella figura que iluminaba el lugar con cada paso con el que se acercaba al que se representaba a sí mismo como una luna morada, contrastando con la oscuridad que él generaba

- Sabes que tu mente es la única cosa a la que no puedo ingresar bajo ninguna circunstancia, al parecer las Gemas Columns también desbloquearon esa parte en ti... Ya puedo decir que, a diferencia de mis hermanos, tú no eres un ser tan finito como el resto. - admitió la entidad con asco, pues al hacerlo era como apuñalarse a sí mismo en el orgullo, además de ser incapaz de borrarle esa sonrisa en su rostro, independientemente de lo que hiciera, incluso ahora habiéndola aumentado con lo que dijo

- Jeje, me halagas, sobretodo viniendo de alguien tan presumido como lo puede ser el hermano de mi padre. Ah, por cierto, no te dije y te pido el favor de no decírselo a Solaris, pero ahora que el Time Eater no está estorbando, puedo controlar el flujo temporal del Ultraverso a voluntad. Espero que eso no te sea una gran molestia, sobretodo porque tu trabajo depende completamente del tiempo que ahora está bajo mi voluntad. - dijo aquel ser de manera hasta burlona, sabiendo que Owari no sería capaz de hacerle nada incluso si lo intentara, por lo que tendría que tragarse su orgullo y soportar sus palabras

- Si si, como digas. Mejor vete ya, tengo trabajo que hacer y no quiero que alguien como tú me moleste. - dijo la Antigua Entidad con molestia en su voz, a lo que vió a la figura encojerse de hombros antes de desaparecer en un pequeño destello, haciendo que Owari pueda quedar completamente sólo en ese lugar - Agh, y para terminarlo de la peor manera, tú serás el heredero... Agh, de verdad odio a ese sujeto. ¿Ahora qué es lo que sigue? ¿Acaso un """"""iluminado"""""" diciendo que mi hazaña no trasciende de galáctico o algo por el estilo? Ya dejé en claro que me gusta hacer sufrir a mis víctimas, esa situación tuvo que acelerarse demasiado para evitar que parezca relleno, pero fue una muerte lenta y dolorosa para los pocos sujetos que quedaban en pie. Bah, ya ni importa. -

Al terminar de decir todo esto, Owari simplemente agarró un universo comprimido en una esfera de cristal y lo devoró de una, así calmando ligeramente su enojo.




























En otro universo, se podían ver a dos erizos "peleando" entre ellos, aunque en realidad uno estaba en total superioridad al punto de que esquivaba los ataques del otro con movimientos muy mínimos, a lo que el segundo, que era un erizo completamente albino, estaba furioso y atacaba a diestra y siniestra con un enorme odio en su mirada

- ¡AAAAAGH! ¡QUÉDATE QUIETO! - gritó a la vez que lanzaba un puñetazo que fue detenido en el aire, así como todo su cuerpo antes de que él se diera cuenta que fue paralizado en todo el cuerpo mientras su enemigo, el Chaos Hunter, estaba detrás suyo dándole la espalda

- No me vuelvas a hablar con esas mierdas tuyas de la esencia y demás. Tu presencia y palabra no cambian NADA, porque no eres más que solo otro pequeño polvo de estrella en este sistema solar. Vamos, usa tu voluntad, sé despiadado, enójate, intenta dar miedo. Lo único que tú y los otros héroes alrededor de este multiverso han logrado es darme pena por aquellos que deben de aguantarlos día a día. - escupió el cazador sin vergüenza alguna en sus palabras, además de no preocuparle lo que el otro sentía, que era un golpe directo a su orgullo - ¿Y sabes por qué es todo esto? Porque tú no eres nadie. -

Al decir esto, Trixtian le da una patada al sujeto tan poderosa que le rompe la columna vertebral por completo y lo manda a volar a quién sabe dónde, para luego darse el lujo de mirar las tres gemas de color rojo, azul y amarillo que había robado. Después, él se dió la vuelta y atravesó un portal que recién había creado, completando su misión con éxito y volviendo a su hogar sin problema alguno.

Seguirá...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro