Viajero
Comienzo a bombardear el planeta. Dejo caer el dedo en el botón sin dejar de pensar que esto es necesario y que no debo sentirme culpable. Esto lo hacemos por el bien del planeta así que debo estar orgulloso de eso.
Esperamos unos minutos hasta que el encargado nos vuelve a dar la señal de continuar el bombardeo. Dejo caer el dedo de nuevo pero esta vez veo el momento en que la bomba cae y cuando explota. Estoy a una gran distancia de la superficie pero no la suficiente como para no verlo.
—Dejen caer una última bomba —escucho que dice el encargado. Obedezco de inmediato dejando caer otra. Esta vez cierro los ojos para no pensar en cómo les estará afectando a esas personas de la sociedad subterránea.
Bajo tierra
A pesar de haber avisado al encargado que soy el único que queda vivo, parece que no pensó en que necesito tiempo para salir de aquí. Siento los bombardeos por el fuerte temblor que azota al lugar, con pedazos de tierra y rocas cayendo con fuerza y estrellándose en el suelo cerca de mí. No dejo de correr en todo momento evitando los peñazcasos con éxito por suerte. Corro de un lado a otro solo mirando al suelo, respirando rítmicamente para no alterarme más de lo que estoy.
De pronto, cae un gran peñasco sobre mi brazo, dejándolo por unos segundos adormilado. Luego, grito de dolor por el hombro que no puedo mover, mientras cae un poco de sangre a lo largo de mi brazo.
Camino sosteniendo mi brazo mientras el temblor continúa. Sigo de un lado a otro pero sin esperanzas esta vez, ya no creo que salga bien de esto.
Continúo hasta que el temblor comienza a disminuir. Aprovecho el momento para caminar más rápido, hasta que al fin llego a la salida de este lugar. Subo con todas mis fuerzas las escaleras a pesar de solo poder usar un brazo, manteniéndome cerca de la pared. Estoy a punto de llegar cuando comienza otro temblor igual de fuerte. Me sostengo con fuerza en la escalera sin moverme. Sé que no podré hacerlo hasta que esto pare por unos segundos.
Cierro los ojos y bajo la cabeza para sentirme más protegido y que no me caiga tierra sobre los ojos. Espero hasta que la intensidad del temblor vuelve a bajar. Aprovecho de salir lo más rápido que puedo del lugar y entrar a la nave. Cuando lo hago, me encuentro con una nave destrozada, con salida a la superficie terrestre. ¡Oh no! Si tiene salida, significa que hay radiación. Bajo con rapidez a pesar de que sé que ya es muy tarde. Ahora tendré una muerte larga y dolorosa, a menos que me entregue a los habitantes de este lugar.
Bajo al suelo cuando comienza un nuevo temblor fuerte. Esta vez camino sin cuidado ya que no tengo cómo salir y moriré de todos modos. Ya no importa lo que haga, pasará igual. Sigo caminando, cayendo varias veces por el movimiento, hasta que llegó en dónde murieron mis compañeros.
El temblor disminuye hasta detenerse por completo. Apenas ocurre, no dejo de mirar los cadáveres de mis compañeros, en el piso como muestra de lo que podemos lograr. Ahora sé que no somos capaces de ganar esta guerra, deberíamos retirarnos de aquí cuánto antes.
Pero esa no será mi situación. Estoy a varios metros de la próxima salida de aquí y estoy herido. Además, nada me asegura que la otra nave no esté igual de destruida, así que mi salida de aquí se ve más que complicada.
Me acerco a mis compañeros a pesar del panorama desgarrador. Sé que puede sonar raro pero me hacen sentir que estoy cerca de alguien conocido aunque estén muertos. De pronto, escucho unos pasos resonar en la tierra acercándose a mí.
—¿Ves lo que les pasa a los guerreros como tú de Marte? Ustedes no saben lo que es una guerra, así que es muy fácil agarrarlos inexpertos y matarlos —escucho que dice una mujer al lado mío. La miro de arriba a abajo, sin reconocerla entre las que mataron a mis compañeros, sin embargo, un gran cuchillo delata que era parte.
—Solo quisiera ser parte de ellos —digo sin dejar de mirar a mis compañeros con la tristeza más evidente que he demostrado.
—¿Estar muerto? ¿Para qué? —Su tono suena de burla así que no me espero nada bueno. Nada debe ser peor que ser asesinado en otro planeta.
—Dejaría de sentir... todo este dolor —digo dejando caer algunas lágrimas
Al fin puedo demostrar cómo me siento después de ver a mis compañeros morir y estar expuesto a radiación en un solo día. Pase lo que pase, es mejor adelantar mi muerte que sufrir la que me espero y que pasará esté aquí o en Marte. No hay nada que pueda hacer para evitarlo, así que es mejor adelantarlo.
—Tenemos algo mejor para ti —dice y comienza a reír.
Salen otras personas de las habitaciones, con cuerdas. Me alejo de ellos a pesar de querer ser asesinado, aunque parece que quieren otra cosa. ¡Debo alejarme de ellos! ¡Debo salir de aquí! Comienzo a correr con todas mis fuerzas hacia la salida más cercana, pero ellos me siguen de cerca y me agarran con rapidez. Era obvio que lo conseguirían si estoy tan débil y herido.
Intentan amarrarme las manos moviéndome el brazo herido. Grito de dolor al sentirlo, aunque dudo que este grito se compare a lo que viene. Tengo mucho miedo.
—Esto se pondrá bueno —dice la mujer, riendo con fuerza.
Me arrastran por el suelo mientras me mantengo en silencio, resignándome a aceptar lo que tenga que pasar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro