Abuelo
Hay varias naves alineadas y preparadas para despegar. Me acerco a algunas a desearle buena suerte a los que ayudarán a que mi hija y mi nieta aparezcan. Los abrazo con fuerza y les entrego todo mi apoyo. Mi hija observa a lo lejos sin acercarse, hecho que me extraña.
-Vamos. Despidámonos de los que ayudarán a que aparezcan -le digo lo más alegre que puedo. Sé que ha sufrido mucho por no saber nada de su hermana. La he visto levantarse en la noche al baño por estar llorando. Cree que no me doy cuenta pero sé lo que le ocurre.
-No quiero ir. Siento que esta no es la forma correcta -dice sin dejar de mirar al suelo. Sé que si no me mira a la cara es porque está diciendo algo que le avergüenza.
-¿Por qué piensas en que no es la forma correcta? Lo importante es que lograrán que ellas estén a salvo o que al menos se comuniquen con nosotros. Como sea que lo hagan, el objetivo es lo importante. Nada más
-Lo siento. Solo no creo en que sea correcto ir hasta ese planeta de forma amenazadora. Nos estaríamos pareciendo a ellos siendo que los criticamos tanto y hablamos de una sociedad perfecta sin violencia...
-Pero sabemos que ellos no entienden de esa manera, por algo no han dado respuesta a pesar de lo mucho que les hemos preguntado por ellas. Si no lo dicen de inmediato, tendrá que ser a la fuerza
-Antes hablabas de que son iguales a nosotros y ahora dices que no. Ya no sé cómo los consideras pero esto no le agrada
Es cierto. Creo que es algo que no consideré cuando decía que ellos son iguales a nosotros.
-Si quieres puedo fingir que están haciendo lo correcto, pero tú sabes lo que pienso -dice mientras se va a nuestra habitación.
Creo que tiene razón. Quizás esta no es la forma correcta, pero las ansias de volver a escuchar sus voces y de volver a verlas me hace creer de nuevo que no importa el medio para conseguir el objetivo.
Los viajeros hacen las últimas revisiones y finalmente despegan al planeta en que alguna vez viví. Observo cuando despegan mientras me vuelvo a despedir de ellos con la mano, esperando con ansias que regresen con ellas, o que al menos me hablen para decir que están bien.

Viajero
La nave avanza con bastante rapidez, muy parecida a las que utilicé antes. He viajado varias veces en vuelos de prueba hacia la Tierra, y también para buscar a los seleccionados que llegarían a Marte. Una ventaja de que hayan llegado tantas personas es que tenemos muchas naves que podemos utilizar. Es un gran ahorro para nosotros.
-¿Me escuchan? -escucho decir a uno de los encargados de las transmisiones por el audífono.
-Sí, te escuchamos -confirmo.
-No aterricen de inmediato. Primero deben estar cerca, y nosotros enviaremos transmisiones a ellos para que sepan que están ahí. Ellos confirmarán lo que decimos preguntándole a otras personas que vivan en territorios de la superficie. Ahí aterrizará una nave, la de Nadia, para ir a advertirles que si no nos demuestran que las enviadas a investigar estar bien, comenzaremos a bombardear -dice mientras apunto las instrucciones en mi mente.
Sé que debemos mantenernos cerca de la superficie pero no tocarla. Cuando se nieguen lanzaremos unas bombas que no contaminan. No queremos hacer lo mismo que estos humanos que terminaron con su propio planeta.
-Anotado. Aterrizaré cerca del punto en que bajaron las enviadas -digo confirmando lo que me ordenaron.
-Perfecto. Después nos estaremos comunicando -Termina la transmisión.
Continúo con el viaje unas horas más hasta que al fin llegamos.
Recordaba que demora menos llegar hasta la Tierra. Debe ser por los nervios que me provoca hacer una misión de este tipo. Estaba acostumbrado a ir a buscar a los seleccionados y llevarlos a salvo, nada más arriesgado que eso.
Alineamos las naves mientras esperamos instrucciones.

Encargada
Corremos con rapidez por los puntos de la oficina de transmisiones. No hay mucho personal hoy así que tendremos que hacer mucho más trabajo, considerando que esto es más de lo habitual. Me siento en la máquina que conecta directamente a la máquina que tienen las enviadas, y mando mensajes esperando por alguna razón su respuesta.
No escucharlas me entristece enormemente a pesar de no haberlas conocido con profundidad. Solo sé que una era una investigadora muy importante que mis padres veían con mucha admiración, motivo por el que yo también lo hacía.
-Te necesitamos en la máquina siete -me dice uno de los encargados con rapidez y corre a otro asiento.
Voy hacia la máquina, la que se comunica con las personas que están viviendo bajo tierra.
-Hola, ¿me escuchan? -digo, siendo lo más calmada posible. Sé que en este momento es muy importante la forma en que diga las palabras, sobre todo al ser una amenaza para ellos.
-Te escuchamos -oigo que contestan.
Llegó el momento. Ahora tendré que darlo todo para estar calmada y decir las palabras correctas con el fin de conseguir que las enviadas demuestren que están bien.
-No hemos recibido transmisiones de las enviadas y ustedes han ignorado nuestras preguntas así que hemos enviado equipo de nuestro planeta al suyo. En este momento están sobre ustedes con la intención de conseguir información de ellas. Si no lo creen, pueden comprobarlo -digo lo más clara que puedo.
Pasan unos segundos de silencio en que escucho su respiración rápida por el audífono.
Parece que no cortará la transmisión hasta que lo compruebe.
-Lo hemos comprobado pero no nos intimida un montón de navecitas -No esperaba esas palabras. Creí que no tendría que hacer eso.
Le doy la señal a los encargados, quienes le informan la decisión a los viajeros.
Distraigo la mente como puedo por lo que va a pasar, hecho que creí que no tendríamos que hacer.

Viajero
-No han dado información así que deben bombardear ¡ahora! -me ordena el encargado de las transmisiones. No creí que tendría que hacer eso, pero es una orden así que tengo que obedecer.
Muevo la mano tiritando por lo que tendré que hacer. Nunca pensé en tener que hacer daño a otras personas. De hecho, encuentro absurdo lo que hicieron estos humanos que terminaron con su planeta.
Presiono el botón y veo la bomba, junto a varias de las demás naves, caer. Cierro los ojos para no ver el momento en que impacte.
Unos segundos después, escucho un ruido muy fuerte por abajo. Sé que las bombas han caído y no puedo sentirme peor.
-¡Lancen más! -escucho que nos ordenan por el audífono.
Otra vez lo mismo. Vuelvo a acercarme al botón sin dejar se tiritar. Esta vez cierro los ojos al hacerlo, tratando de pensar que lo que estoy haciendo es correcto y que no tengo que sentirme culpable.
-¡Lancen una última bomba! -nos ordena. Sé que eso significa que hay más bombas pero esperarán a que entreguen una respuesta ahora. El plan es que hayan derrumbes en su sociedad bajo tierra, pero no exterminarla.
Solo espero que esto resulte. No podré tener la conciencia tranquila hasta que vea que hemos logrado algo más que provocar derrumbes y probablemente matar personas.