Capítulo 15
Me arrastran por el suelo mientras escucho las voces de unas personas que preguntan qué soy. ¿Es broma? ¿Cómo no saben lo que soy! ¡Soy una persona igual que ustedes! No es mi problema si no lo saben, porque el hecho de que me estén arrastrando a algún lugar me preocupa más.
Me llevan mientras escucho los pasos de otras personas acercarse. Parece que insisten en saber lo que ocurre. No me sorprendería que quisieran hacerme algo malo porque así son estas personas, quienes se esfuerzan en tratar de demostrar que tomaron supuestamente la decisión correcta, lo que sé que no es así. Sabemos que ellos no cambiarán el sistema que llevo al fin a tantos territorios, y eso es el principio de una mala idea que no resultará.
Cambios, eso es lo que necesitan. Cambios.
—¿Por qué quieren averiguar lo que es? ¿Con qué objetivo? —escucho que dice quien me arrastra.
—La pregunta es más bien para ustedes. No hay motivo para que no nos dejen ver. Esto demuestra que saben lo que es y no quieren que sepamos —continúa otra persona.
—¿No éramos las investigadoras que tanto quieren? Entonces, ¿por qué no nos dejan ver algo que no es parte de la investigación? —suena llena de ira, lo que me agrada.
Dudo que quienes quieren averiguar lo que soy sean de aquí. Pareciera que son... de otro planeta.
Guardan un silencio que parece eterno. Nunca me han gustado los silencios así, los que parecen que anticipan algo peor que se aproxima lentamente.
Siento que de pronto me arrastran a gran velocidad, y sé que hay más de una persona llevándome. Parece que las dejaron atrás, pero sigo escuchando sus gritos a lo lejos.
Luego de varios minutos muy largos en que me llevan, con mucho dolor por el arrastre me dejan en una cama. No sé qué es lo que buscan, pero prefiero no decir nada.
—¡Levántate ya! —grita alguien. No sé si es hacia mí pero prefiero despejar mi cara para mirar.
Veo ahí a dos mujeres, una alta y la otra baja aunque menor que me observan horrorizadas. ¿Por qué me miran así? Sé que soy parte de las personas que viven sobre la tierra pero no les he hecho daño de alguna manera.
—¡Qué asco! —dice la pequeña tapándose la cara con el hombro de la mujer.
¿De verdad se refieren a mí? ¿Por qué me miran de esa manera? Intento levantarme pero pronto me doy cuenta de que me tienen encadenado a la cama. ¡Pero qué...! ¿Por qué me tienen así si no he hecho nada hacia ellas, o hacia alguien? Solo vivía en la superficie esforzándome por sobrevivir, pero nunca lastimé a alguien.
—Así son esas cosas. Creen que pueden sobrevivir sobre la tierra amenazando a nuestra sociedad. Pero no saben que ganaremos la batalla —responde la mujer a modo de consuelo.
A esta altura de verdad no sé de qué está hablando. Es cierto que quienes vivimos en la superficie estamos en contra de la sociedad que están creando pero no hemos hecho nada para destruir su sociedad. Simplemente seguimos nuestro camino aparte, nada más que eso, así que no sé de qué batalla está hablando.
Recién ahora doy la vuelta y noto a la gran cantidad de personas que están acostadas y acurrucadas sobre unos colchones, encadenados igual que yo. Eso significa que... ¡me van a mantener aquí!
Intento levantarme violentamente y con mucha fuerza por si logro romper esta cadena. Sin embargo, el esfuerzo es en vano y solo logro ganarme unos golpes.
Por suerte no me golpean tanto, pero es suficiente para dejar mi cabeza llena de ira.
***
Seguimos de vuelta a la habitación como si nada hubiera pasado. Sé que hay algo extraño detrás de esto, pero conocemos tan poco de este planeta que no creo que haya manera de que lo averigüemos y de paso no suframos de alguna forma.
En cuanto llegamos a la habitación y cerramos la puerta, las preguntas no se hacen esperar.
—¿Sospechan lo mismo que yo? —dice mamá. Creo que es obvio que sí.
—Era una persona, estoy segura —responde Paola, quien no deja de demostrar la frustración que le causa no poder haber hecho algo para que no se llevaran a la persona a quizás quién sabe dónde.
—Y no iban a hacer nada que quisieran que supiéramos —termino de decir nuestro secreto a voces. Por suerte, sospecho hacia donde se lo llevaron. Ya conozco un poco de este lugar, pero no es lo suficiente como para estar segura de que iré al lugar correcto y de que podré encontrarlo.
Asentimos todas mientras una voz suena en la máquina de transmisión.
—¿Hola? ¿Está todo bien allá? —escucho la voz de una persona aunque no reconozco de quién es. Sospecho que es de algún encargado de las transmisiones.
—Hola, sí. Estamos bien —contesta mi mamá, disimulando bastante bien la rabia que tenemos todas.
—Hubo un terremoto y nos informaron que hay varios derrumbes. ¿Hay derrumbes en donde están ustedes?
—No. Todo bien por aquí aunque... hay algo que ocurrió que nos parece raro... —Por el tono con que habló sé lo que quiere decir—. Es que vimos a una persona, bastante cubierta, en el suelo cuando salimos de la habitación. Y nosotras le preguntamos a una de las personas de este planeta lo que era pero nos quiso alejar y se la llevó. La verdad es demasiado raro lo que ocurrió y no sabemos lo que planeaban hacer porque ni siquiera nos quisieron decir que era una persona
—Ok. Hemos recibido su información. Será confirmada preguntando a algún habitante del lugar. Que les vaya bien—se despide y termina la transmisión.
¿Preguntar? ¡Oh no! Eso significa que descubrirán que obviamente nosotras informamos el hecho, el que dudo que confirmen.
Esto puede significar que quizá no encontraremos a la persona o no sabremos lo que pasó con ella. Es la peor decisión que pudieron tomar, pero ya no nos queda nada más que hacer excepto esperar la respuesta que les den y seguir con nuestra investigación como si no pasara nada.
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