°•°•Narrador °•°•

La família Yang se encontraba comiendo tranquilamente, disfrutando charlas sobre el día de cada integrante, y chistes tontos por parte del mayor de los cuatro.

- ¡Papá, papá! - llamo el pequeño Beomgyu.

- ¿Qué pasó mi niño? - preguntó el mayor, fijando su vista en el pequeño.

- ¿Podemos ir al parque hoy? - preguntó el niño entusiasmado.

- Sí, pero después de comer - el mayor acarició su cabello - ahora, come, si no te terminas eso no iremos a ningún lado.

- ¡Sí papá! -

Media hora después, la família ya había terminado su comida, así que se encontraban hablando tranquilamente mientras el pequeño Beomgyu jugaba con sus juguetes.

- ¡Papá, el parque! - exclamó el menor, lo había olvidado.

- Mi vida, ya es algo tarde, papá tiene que entrar mañana temprano a trabajar -  la señora Yang interfirió.

- Si quieren yo puedo llevarlo - se ofreció Jeongin.

- ¿Seguro? - preguntó su papá.

- Sí, no pasará nada - aseguró sonriendo.

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Los dos chicos no tardaron en llegar al dichoso parque, ya que este quedaba a solo unas cuadras de su casa.

— Hyung, ¿puedo preguntarle a ese niño si quiere jugar? — preguntó el menor, señalando a un pequeño de más o menos su edad.

— Gyu, no señales, se te va a caer el dedo — Jeongin le dio un manotazo.

— ¿Puedo preguntarle? — preguntó nuevamente.

— Sí, sí, sí — el pelirosa le dio una palmada en la espalda, dándole luz verde — ¡Estaré viéndote desde aquí! — le gritó mientras se sentaba en los columpios, comenzando a mecer su cuerpo.

Jeongin estaba algo aburrido ya que no tenía teléfono, así que se quedó observando a las personas, notando como habían algunas personas paseando a sus perros, niños jugando entré si, abuelitas con sus nietos, y uno que otro chico de su edad.

Al pelirosa le llamaron la atención unos gritos que parecían provenir de la cancha de fútbol.

Comenzó a fijarse en los chicos ahí, notando que había incluso algunas niñas.

Su vista se quedó exactamente a un chico, pelirubio y bastante atractivo, se notaba que era bastante alto igual, este estaba algo sudado ya que se encontraba jugando fútbol. La hairband sosteniendo su largo cabello, haciéndole lucir más atractivo ante los ojos del menor.

Jeongin se le quedó viendo por un rato más, apreciando la belleza del desconocido.

Cuando Jeongin cayó en cuenta, ¿donde estaba su cría?

El pelirosa le decía así a su hermanito ya que el se encargaba de cuidarlo la mayor parte del tiempo ya que sus papás trabajaban la mayor parte del día.

Comenzó a buscar al menor con la mirada, encontrandolo en la resbaladilla con el niño de hace un rato.

Suspiró aliviado, concentrándose nuevamente en la belleza de cabellera rubia.

Aquí el primer capítulo de esta cosa, es bastante cortito, pero al principio así será todo.

Esta historia está basada en una experiencia propia.

Obviamente el chico q yo conocí no era ni la mitad de guapo de lo que es mi Jinnie jsjdjsjs