El festival de la luna
Ni Yu-Gi-Oh! Ni ninguno de sus personajes me pertenece, estos pertenecen al gran maestro Kazuki Takahashi♥ yo solo los utilizo para mis locas ideas. :3
Bienvenidos a este pequeño One-shot Tender, espero que les guste y si les gusta la cultura Wicca pues perfecto *-* si no la conocen bueno... con esto conocerán un poco gracias a mí y mi paganismo :$ Espero les guste.
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Hace mucho tiempo había escuchado por parte de mi padre una vieja leyenda en la que se relataba que cada 143 años justamente unos minutos antes del amanecer la luna se acercaba esplendorosamente a la tierra y que por esta razón los habitantes podían verla más grande y redonda, también se relataba que por unos minutos el sol se reencontraba con la luna antes de desaparecer en la claridad de la mañana. Y justamente hoy se cumplían los 143 años desde la última vez que había acontecido ese inusual fenómeno.
Entre nuestras costumbres familiares, wiccanos por excelencia, se planteaba sin ninguna oportunidad de objeción los tributos a la luna, la verdad era que por mí no había ningún problema, si alguien amaba sin ningún tipo de límite a la luna ese era yo, así que yo era el que más se alegraba cada luna llena ya que debíamos llevar a cabo los Esbats ofrendados a la Diosa. Estos eran muy importantes para nuestra cultura Wicca ya que eran las festividades que nos permitían conectarnos durante el mes con la madre naturaleza.
A pesar de que este día no fuera a llevarse a cabo ningún Esbat mis padres decidieron organizar una fiesta en honor a tan importante evento astronómico en el que invitarían a todos nuestros hermanos wiccas, todos en casa habíamos ayudado a organizar la fiesta, habíamos preparado comida, postres y un sinfín de bebidas para que nada les faltase a los invitados.
Al llegar la noche todos acudieron al festín para prepararse a la velada en la espera de ver la gran luna de la madrugada y su reencuentro con el sol.
Bakura, mi mejor amigo desde la infancia y también mi amor secreto se había ido a descansar a la parte más oscura del palco de mi casa desde donde se podía ver un cielo completamente lleno de estrellas, en espera de observar la luna y llenarse de su energía a través de sus rayos lunares, él era un amante nato de la naturaleza, los atardeceres, los amaneceres, el sin número de paisajes habidos y por haber y este tipo de eventos no eran la excepción, yo solo lo observaba desde el patio con una sonrisa.
Los invitados iban y venían, todos habían comenzado a danzar de una manera similar a cuando se realizan los Esbats, todos estaban alegres mientras esperaban con toda la fuerza de su corazón ver el espectáculo estelar, así se fue rápidamente la noche.
En algún determinado momento un poco después de las 3am Bakura regresó al patio con nosotros y bailó un poco con mi prima Mizuki, yo lo observaba detenidamente, sus movimientos eran muy limpios y metódicos, ver bailar al albino no era algo muy común así que era de esas cosas que no me perdía, después de un rato mi prima dejó de bailar y la vi buscando algo con la mirada, a los segundos sentí sus ojos verdes sobre mí, yo me hice el desentendido y estaba a punto de huir cuando sentí que jalaron mi hombro.
Mizuki: ¿A dónde tan rápido primo? –Me preguntó maliciosamente dándome la vuelta para que la viera de frente.
Ryo: Etto... Solo tengo un poco de sed, iré por un vaso de refresco –Dije excusándome señalando la barra de bebidas que había acomodado en la tarde.
Mizuki: Claro, irás, pero después de bailar un poco conmigo –Dijo jalándome hacía el centro, ella empezó a moverse de un lado a otro balanceando su rojiza cabellera de un lado a lado, yo voltee a ver a Bakura un segundo y él se encontraba mirándome con una gran sonrisa, yo solo lo miré nerviosamente y él lo notó, en ese momento me hizo una seña con la mirada para que lo bailara, conocía muy bien esa mirada, era la que siempre me ponía cuando me decía "Hazlo, todo estará bien, no pasa nada", suspiré resignado y comencé a moverme muy despacio sintiendo la penetrante mirada de Bakura sobre mí.
Ryo: Mizuki, ya está, ahora iré por mi refresco –Dije dando la vuelta para ir a escabullirme tras la barra, más que nada el caso era que no podía sentir por tanto tiempo la mirada de Bakura sobre mí ya que comenzaba a sentir un leve tono carmesí invadiendo rápidamente mis mejillas, era tonto quererlo sabiendo que solo éramos mejores amigos, pero yo ya estaba muy enamorado de él como para dejar a un lado todo lo que sentía, además una de las ventajas de la amistad era poder estar al lado de la persona que amaba para siempre, incluso si jamás me correspondiera.
A las 5:40 de la mañana todos empezaron a sentarse en lugares altos para no perder detalle del evento astronómico, yo me subí a la parte más alta de mi casa, desde ahí tenía una vista muy buena del cielo nocturno.
Segundos antes de que la fiesta lunar comenzara sentí que alguien llegó donde me encontraba y se acercó a mí, me despreocupé pensando que era mi prima, pero todo cambio a los segundos cuando sentí una suave mano tomar la mía.
Grande fue mi sorpresa al voltear y ver a Bakura tomándome gentilmente la mano mientras me regalaba una dulce sonrisa, él no dijo palabra alguna, solamente se sentó a mi lado acompañándome en la espera.
Justamente unos segundos antes del amanecer la noche se volvió un poco más oscura, ahí entendí la razón de ser de esa frase que había escuchado hace algún tiempo que decía "El momento más oscuro de la noche es justo antes del amanecer", yo me pegué un poco al cuerpo de Bakura de manera instintiva, no me gustaban esos segundos entre la noche y el día, el solo pasó sus brazos delicadamente por mi cintura, yo sentí como un leve tono carmesí apareció fugazmente en mis mejillas.
Al pasar unos segundos comenzó el espectáculo, la luna se miraba realmente asombrosa, sabía que no había persona en el mundo con la que quisiera mirar ese evento más que con la persona que se encontraba a mi lado, los colores de la mañana empezaron a dibujarse de una paleta interminable, era un momento único, las tonalidades rosas, moradas, rojizas y naranjas daban un aspecto completamente mágico, sentía como los rayos de la luna entre los tonos del cielo iban llenando de paz mi corazón por completo.
El sol estaba comenzando a salir rápidamente y comenzaba a emprender su recorrido por la cúpula estelar, fue en ese momento en el que los dos astros se encontraron frente a frente, yo miraba embelesado la escena hasta que fui interrumpido por Bakura.
Bakura: Ryo... -Pronuncio delicadamente mi nombre y yo voltee a verlo con una sonrisa.
Ryo: ¿Qué pasa Kura? –Pregunté mirando detenidamente sus ojos, estos me intentaban decir algo que yo no entendía, poco a poco se fue acercando a mí y sentí que mi corazón se saldría de mi pecho, tal vez estaba soñando, tal vez todo era un simple sueño del que despertaría en cualquier momento así que no perdía nada.
Sentí como los suaves y tersos labios del albino se postraron sobre los míos dándome un beso muy cálido y dulce, yo subí mis brazos para pasarlos tras su cuello y correspondí su dulce beso, de cualquier forma despertaría, ¿o no?
Bakura: Te quiero, Ryo –Dijo separándose un poco de mis labios, ahí fue cuando entendí que no estaba soñando era una realidad, todo este tiempo había callado un amor correspondido, me sorprendí un poco y solté su cuello rápidamente y volví a mi posición principal para terminar de ver el espectáculo estelar.
El cielo comenzó a iluminarse poco a poco hasta que la luna fue perdiéndose de la vista y el sol empezó a brillar con más fuerza, pude sentir como los suaves rayos de luz de la mañana bañaban mi blanca piel, el evento había terminado y nada volvería a verse igual hasta dentro de 143 años.
Voltee a ver de nuevo a Bakura, su mirada insistente se posó en mis ojos color chocolate, ahora podía ver con más claridad lo que su mirada me expresaba, era amor todo lo que podía ver reflejado en sus pupilas, era un puro y real amor, y era todo para mí, la luz de la mañana hacia que sus ojos brillaran de una manera única, lentamente me acerqué a él sin dejar de mirar sus ojos.
Ryo: Yo también te quiero, Kura –Fue lo único que pronuncié antes de juntar nuestros labios en un nuevo dulce beso, al separarnos nos seguimos mirando a los ojos, ya no hacía falta decir nada, mis ojos ya estaban hablándole por mí y los suyos me hablaban por él.
Esa leyenda relataba que cada 143 años la luna y el sol se encontraban mágicamente en el cielo y era la única vez que su amor podía ver frutos, ofreciéndonos a nosotros los mortales una experiencia única en la vida, el sol siempre miraba a la luna desde lejos y está a la inversa, compartiendo un amor en secreto, tal como Bakura y yo, ahora que nos encontrábamos juntos no podíamos hacer más que mirarnos, mirarnos y dejar que nuestros ojos hablaran por nosotros, éramos como el sol y la luna, habíamos nacido el uno para el otro y nadie podía decir algo al respecto, parecía como si en nuestras vidas pasadas nos hubiéramos amado tan fervientemente como ahora y que nuestras almas simplemente se hubieran recordado y reconocido dando validez al pensamiento de Platón que decía que no aprendíamos nada, que nuestra alma solo recordaba lo que ya habíamos vivido en épocas pasadas, así nuestras almas se habían reconocido y nuestro amor seguiría fortaleciéndose para la eternidad sin importar la muerte, ya sabíamos que en otra vida nuestras almas se volverían a encontrar de nuevo.
----Fin----
Realmente espero que les haya gustado aunque sea un poco, sin más yo me despido y ojalá puedan leer las próximas historias que vaya publicando. :3
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