Capítulo 13: Teru & A
Capítulo dedicado a: Danny69Daniel, por seguir esta historia. ¡Muchas gracias!
—¿Te estás saltando las clases? —La voz derribaba cualquier sonido al cien por ciento, siendo un rubio interceptando a un azabache de menor estatura. Su gesto era amable y suave, siendo aterciopelado por sus potentes ojos azulados.
El chico de corte en forma de hongo tragó en seco y miró a otro lado, dando un pequeño chasquido, después de que a su corazón le llegara un escalofrío.
—¿Tú no estás haciendo lo mismo, aspirante a presidente? —Se burló de él, con una mueca llena de desdén y tratando de salir huyendo de esa situación.
—¿De qué hablas, Yugi-san? —El desconcierto llegó hasta el punto de hacer sobresaltar al menor. El rubio dio un suspiro, dejando ver un gafete de color amarillo, donde se notaba que había pedido permiso para ir al baño. El chico que se había llamar Yugi se mostró divertido ante la responsabilidad del aspirante a presidente, enmarcando una de sus cejas al recordar que esos gafetes ya no eran ocupados por nadie desde hace un año.
—¿Saliste al baño, Minamoto? —siguió con su burla, dando un mohín con sus labios y tratando de no reír. El de mayor estatura asintió, el chico azabache se vio orillado a seguir—. Entonces, ¿qué haces aquí?
—Hace tres semanas inició el ciclo escolar, en cada una de ellas sé que te has saltado tres días de clases. Martes y jueves estás en todas las clases, pero sé que no prestas atención, te he visto; lunes, miércoles y viernes, te saltas las clases y vienes aquí... pero esos tres días siempre regresas cuando es la clase de Ciencias. —Sacó sin siquiera dar rodeos el de ojos azulados, dando sus reportes a un estático chico que se hacía llamar Yugi—. ¿Por qué lo haces?
El chico que se hacía llamar Yugi dio una pequeña sonrisa divertida, reconociendo en un pensamiento veloz que la destreza del de mayor estatura era increíble, por algo era el aspirante más seguro a ser el nuevo presidente del Consejo Estudiantil de la academia Kamome. Sin embargo, necesitaría más trucos para sorprenderlo.
Teru se sentó en una de las gradas de las canchas, mirando con cierta nostalgia el lugar.
—Más bien, ¿por qué estás aquí conmigo? ¿Tanto te preocupo?, ¿te gusto y quieres que seamos novios?, a mí no me molestaría —coqueteó con un eje de picardía y sorna, señalando con sus dedos al candidato a presidente que estaba de pie sobre las gradas, cruzado de brazos y aferrado con una de sus manos al gafete.
El chico que se hacía llamar Yugi esperaba que el hombre se ruborizara o se pusiera tenso en cualquier momento, pero nunca ocurrió; en su lugar, el chico dio un suspiro pesado, haciendo que el azabache se rindiera fácilmente ante su intento de cambiar de tema.
—No está bien que estés aquí, Yugi-san.
—Tú tampoco, tus queridos amigos pensarán que te has atascado en el baño —aseguró sin pensarlo dos veces, logrando sacar por primera vez una mueca de descontento en el amable chico; pero ésta no tardó nada en ser remplazada por una llena de enojo que se escondió en sus facciones de príncipe encantador y amable. Suficiente para hacerlo temer—. C-cómo sea, Minamoto. No veo necesidad de que estés aquí, ni siquiera eres mi amigo. Vete. Yo voy a decidir qué hacer con mi vida por mi cuenta, ¡tengo buenas calificaciones, aunque me salte las clases! —mintió.
—¿Te crees Karma Akabane o algo así para decir eso? —vociferó con un enojo bien ocultado en una forma desesperada de hacer plática. El chico de cabellos azabaches encaró toda su molestia en unas frases y preguntas llenas de libertinaje. ¡Pero qué sorpresa! Minamoto Teru tenía algo interesante entre su faceta de niño serio.
—¿Karma Akabane de Ansatsu Kyoushitsu? ¿Eres un Otaku, Minamoto? —Se mofó de él sin ningún percance, logrando sacar un pequeño sonrojo en el rubio que hace unos segundos parecía ser de ésos que tenían una coraza impenetrable.
—Claro que no, a mí no me gusta eso.
—Zenitsu Agatsuma.
—Kimetsu No Yaiba.
—Mafuyu Sato.
—Given.
—Light Yagami.
—Death Note —contestó sin vacilar el de hebras rubias, quedándose en blanco al notar la mirada divertida que le dirigió el de cabellos azabaches. Enrojeció de golpe, al saber que había sido descubierto.
—Pero no eres Otaku, ¿eh? —enfatizó con todos los cabos unidos y dio una pequeña alzada de hombros al ver desesperado al mayor de los Minamoto por primera vez.
—¡Está bien, lo acepto! ¡Sólo no se lo digas a nadie, Amane-san! —gritó Minamoto, mostrando su descontento por primera vez. Luego, colocó una de sus manos en el puente de su nariz y miró hacia el cielo raso. El chico que fue llamado Amane se quedó estático, al saber que Minamoto ni siquiera se había dado cuenta de la forma en la que lo dijo.
—¿Me tienes tanta confianza como para llamarme por mi nombre? —declaró, dejando que su mano direccionada cayera sobre el de cabellos rubios y se diera cuenta de su error. El hombre parpadeó de pronto, entendiendo poco a poco lo que había hecho, reflejándolo en su cara y haciendo que su rostro fuera inundado por un pequeño color carmín.
—Yo no-...
—¡Sí lo hiciste, Teru!
—Tú también acabas de llamarme por mi nombre —reclamó ofendido. El chico que se hacía llamar Amane alzó sus hombros y dio una pequeña risa.
—Es un trato justo —sentenció, moviendo sus piernas de un lado a otro en las gradas y mirando el cielo—. ¿Sabes cuál es otro trato justo?
—¿Cuál? —interrogó, ligeramente curioso.
—Yo no le diré a nadie que tú eres Otaku, y tú no me delatarás por saltarme las clases. —Le guiñó un ojo, tratando de tranquilizarlo. Teru arqueó una de sus cejas ante el chico que acababa de conocer y se mostró crédulo, hasta el punto de negarse al instante.
—No puedo hacerlo, es mi deber. Pero te agradecería que no le dijeras a nadie de mis gustos, Amane-san.
Tras esas palabras, el chico que se hacía llamar Amane le sonrió por primera vez.
El mayor de los tres hermanos Minamoto abrió sus ojos de pronto, viendo borroso y sintiendo todo revolverse en su cuerpo, parpadeó un par de veces para acoplar su vista y miró al techo de su cuarto. ¿Qué demonios había sido eso? ¿Por qué había soñado con Hanako?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro