Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 02: Trato Cerrado

—Está bien. —Gruñó el más alto, mordiendo sus labios al momento de verse derrotado—. Te ayudaré en tu problema, tú me ayudas con el mío.

—Sabía que eras listo, joven. —Jugueteó con las palabras el pícaro fantasma, y posó una de sus manos sobre los rubios cabellos del humano. No tardó en revolver los mismos, moviendo su mano al compás de una sinfonía desorganizada.

Minamoto se mordió unos insultos inofensivos, y giró su cuerpo hasta el pequeño fantasma traslúcido. La aparición sonrió triunfal, sacando un ligero desacuerdo en el mayor por los hechos. Lo supo, lo supo al instante, Hanako había jugado sucio para tenerlo en la palma de su mano: sabía que se había presentado ante él de una forma aterradora para generarle un problema... y sí lo consiguió. Como si el fantasma ya lo conociera para saber cómo actuar con él.

—¿Qué tenemos que hacer ahora? —interrogó sin rodeos, alejando un poco su cuerpo del joven que flotaba frente a él. Kou se quedó estático, cuando notó por primera vez una sonrisa sincera en los labios de su inesperado compañero.

El menor de los Minamoto se quedó estático, bajando su vista al suelo y la volvió a subir más tarde, cuando sus pupilas azules se encontraron con las ámbar por un buen rato. Se quedó ensimismado, pensando y regañando a su ser internamente, por no tener el coraje y la valentía necesaria para alejar a un fantasma de su vida. Supo que ya todo estaba perdido, cuando Hanako lo volvió a tomar de las manos y las entrelazó con las suyas; al tiempo que se elevaba un poco más, para igualar sus estaturas.

—Cerremos el trato —declaró el azabache, apretando el agarre. Kou tragó en seco, pensando que sería algo muy sangriento o algo horrible como ofrecerle su alma. ¿Valía la pena sacrificar su alma por unos pantalones caídos y los calzones con orín? Ahora que lo pensaba detenidamente, era un poco patético; al menos si iba a derramar sangre, debía de preguntar si realmente valía la pena el trato.

—¿Por qué tienes que encontrar algo importante para ti? ¿Así podrás descansar en paz?

—No, niño. Algo mucho mejor...—susurró, acercando su cuerpo helado hasta él para hablar todavía más bajo—, Dios me prometió hacerme un humano de nuevo. Mi muerte fue injusta, me dio una segunda oportunidad, porque no he encontrado nada importante para mí. —Esa vez, tras esas palabras, su mirada se direccionó hasta el suelo. Observó el piso del baño, cabizbajo. Kou lo notó, era tan obvio. Por un momento había dejado de ser el fantasma molesto que había conocido.

—¿Una muerte injusta, Hanako? —Trató de seguir con el tema de forma sutil, lástima que Hanako se percató de eso al instante y volvió a sonreír.

—No te metas donde no debes, joven —pidió, con una orden clara y directa. Kou lo encontró injusto, porque después de todo lo ayudaría, pero no quiso indagar más por respeto al fantasma.

—Lo entiendo, lo siento. —Se disculpó de forma sincera, percatándose de que el agarre se hacía más fuerte. Parecía que Hanako se quería aferrar a algo, algo invisible.

—¡Bien! Debemos sellar el trato. —Hanako cambió de tema con brutalidad, soltando una mano de las cálidas del humano ingenuo y la posó sobre su mejilla. Más tarde, se acercó un poco a él: la acción era más que evidente. Minamoto no la entendió.

—¿Cómo? —cuestionó, sin inmutarse siquiera en el ambiente. No lo entendía.

—Besémonos —coqueteó el fantasma con gorra negra, sacando un respingo de la sorpresa en su posible ayuda. El menor se burló del sonrojo que apareció en el mayor, creyendo que realmente ese chico no era para nada listo en temas románticos.

—Busca a otra persona. —Gruñó Kou, negando a entregar su primer beso a un fantasma juguetón y misterioso. El azabache de mirada infantil sólo rio, a su vez, movió uno de sus dedos sobre las mejillas del rubio, dibujando con su dedo un invisible número siete. Al momento de terminar de dibujar en la piel con un pincel invisible, el chico sintió como una carga eléctrica lo recorría. La humedad en su ropa desapareció, siendo escurrida sin esfuerzo por algo desconocido: parecía que nunca pasó el pequeño incidente.

—¿Qué hiciste? —El mayor tembló, un poco asustado por lo que había sentido y lo que había ocurrido. Hanako ensanchó más su sonrisa, se separó de él y acomodó su gorra en su cabeza. Ahora le sonreía.

—Sellé nuestro pacto, eso es todo —silabeó con arrogancia, al notar en la mirada de Kou un poco de sorpresa. Posiblemente esperaba algo más sangriento y emocionante, no una simple caricia en la mejilla—. Ahora tú debes cumplir tu promesa y ayudarme. Los dos lo prometidos, después de todo.

Kou suspiró, un poco cansado, dando un último asentimiento. No entendió qué fue lo que exactamente hizo el fantasma para sellar el pacto, pero se resignó sin oponer más resistencia. Sólo pudo subirse los pantalones.

—Creo que iré a tomar unas cuantas fotografías al parque. —Entabló conversación Mitsuba, cuando el dúo se despidió de dos de sus amigos que tenían actividades del club antes de ir a casa. Ahora Mitsuba y Kou estaban solos, caminando por el terreno exterior de su academia para salir de las instalaciones.

—¿En serio? ¿Me mostrarás mañana las fotos? —siguió con su plática habitual el rubio, encaminando sus pasos justo a su lado.

El ambiente amistoso que ambos habían creado se destruyó de improviso, cuando Mitsuba se detuvo de golpe, al momento de ver a cierto azabache en la entrada de la academia. Las pupilas azules del mayor lo observaron, un poco dubitativo de lo que ocurría, simplemente lo siguió con su mirada, la dirección en la que observaba el de cabellos rosas. La sorpresa en Kou fue grande, al ver a Hanako, esperándolo.

—Tu novio llegó, aunque no es tan lindo como yo. —Sonrió con burla su amigo, riéndose de él de forma pulcra. Eso congeló a Minamoto, ¿Hanako era su novio? ¡Claro que no! Apenas y habían cruzado palabras hoy, y Mitsuba era bastante discreto en cosas románticas y no bromeaba con eso. Todo empeoró, cuando se dio cuenta de que Mitsuba estaba dispuesto a irse por su cuenta, cuando le sonrió con burla—. ¡Nos vemos luego!

—¡Espera, Mitsuba! ¿De qué habla-...?

—Kou, Kou, te estuve esperando. —La voz del fantasma se hizo presente, cuando lo tomó por sorpresa. Minamoto se sobresaltó de forma terrible, al ver como el más bajo enredaba sus manos en uno de sus brazos.

—¿Por qué? ¿Qué has hecho, Hanako?

—Sellamos el trato, así que el mundo se ajustó para que pueda convivir mejor contigo —soltó, como si esa cosa del noviazgo fuera tan simple—. Por eso Mitsuba me reconoció, y lo más seguro es que algunos de tus amigos y familiares también lo hagan, porque piensan que siempre he sido tu novio.

—¿Por qué un novio? —Se quejó el estudiante, tratando de soltarse del agarre de Hanako. El más bajo dio una sonrisa, pero fue inocente y genuina.

—Yo no elegí esto, fue Dios —respondió con sinceridad, mostrando por primera vez el inconformismo y sinceridad en sus ojos ámbar—. ¡Aunque yo sí elegí que fuera normal quedarme en tu casa! —confesó, con una sonrisa.

—¿Qué?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro