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13


—¿Cómo te sientes? —Jungkook preguntó pasando una de sus manos por la frente de su ex esposo. Hoseok tenía la temperatura elevada y el olor que desprendía era embriagador; sin embargo, desde que marcó a Jimin su cuerpo dejo de reaccionar a las feromonas de otros omegas.

—El supresor me está ayudando mucho y que estés aquí liberando tus feromonas de alguna u otra forma se siente reconfortante; así que no puedo decir que me siento mal, es sólo que me preocupa que Jimin se enoje.

—Jimin está bien, él comprenderá que tú también necesitas de mis feromonas, al menos hasta que encuentres a otro alfa —sus propias palabras le dolieron más de lo que debería. Dejar a Hoseok había sido un mal necesario en la vida que ya tenía.

Y aunque estaba empezando a tener sentimientos por Jimin, estos no lograban consolidarse como le gustaría porque no podía dejar de querer a Hoseok, era el padre de sus hijo después de todo.

—No sé si pueda encontrar a mi destinado —dijo un poco melancólico tratando de no cerrar los ojos.

—No tiene que ser tu destinado, siempre y cuando sea un buen hombre que te quiera y que no le importe que tengas un hijo —menciono Jungkook con melancolía—. También podría ser un beta, siempre y cuando te haga sentir bien.

—No quiero estar con otro alfa que no sea mi destinado, no volveré a pasar por lo que sucedió contigo.

—Podrían pasar años y nada te asegura que encontraras a tu destinado, no es algo que pase comúnmente: Jimin y yo sólo tuvimos suerte o más bien mala suerte, ambos teníamos nuestras vidas y esto de los destinados las arruino o al menos a mí. No puedo adaptarme al cambio y siento que no estoy haciendo a nadie feliz. Lo que más me preocupa es Sunyeol, él es el más afectado con todo esto aunque no lo dice. Sé que no se siente del todo cómodo conviviendo con Jimin.

Hoseok lo miró un rato a los ojos y suspiró profundamente cerrando los ojos.

—Creo que voy a quedarme dormido por los supresores. Por favor, no me dejes solo.

Jungkook tomó su mano para reconfortarlo y sonrió suavemente.

—Aqui voy a estar.

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Jimin miró la hora en la televisión, a pesar de las protestas de Sunyeol porque le había cambiado de canal a las noticias. Pasaban de las doce de la noche, y Sunyeol a pesar de estar molesto cerraba los ojos y bostezaba.

—Sera mejor que vayamos a dormir, tu padre no va a volver —Sunyeol lo miro asustado y parecía que iba a gritar—. me refiero a esta noche. No te esta abandonado ni nada por el estilo. Vamos a la cama.

Sunyeol asintió y alzó sus brazos hacia Jimin, quien lo miró sin entender.

—Quiero brazos —dijo con un puchero.

—Ya tienes brazos.

—Cargame.

Jimin rodó los ojos: —No estás grandecito para que te estén cargando.

Aún así se acercó al niño y lo tomó en brazos, llevándolo hasta la habitación dejándolo en la cama y tapándolo con las cobijas. Sunyeol no tardó en cerrar los ojos, mientras que él se debatía entre meterse a la cama también o esperar a Jungkook.

Finalmente decidió subir a la cama y apagar las luces. Su corazón estaba martillando, preocupado, ansioso, triste y sientiendose agotado; por lo que no podía conciliar el sueño. Lo que Jungkook estaba haciendo con Hoseok se podía considerar la peor de las traiciones y no sabía si podía perdonar algo como eso.

Finalmente se levantó, la hora en su celular refería que pasaban las cinco de la mañana. Camino hasta la cocina y busco el paquete de bolsas de basura, cuando las encontró volvía a la habitación y empezó a llenarlas con su ropa.

No podría ser capaz de ver a Jungkook a la cara después de tan dolorosa traición. Sabía que le reclamaría y lloraría de forma en la que después se sentía humillado. Pero tampoco podía dejar a Sunyeol así como así, negó con la cabeza y empezó a vaciar las bolsas de nuevo.

—Tengo que tranquilizarme —se dijo así mismo—. No puedo rendirme tan fácilmente, Jungkook es mi destinado después de todo, así es, sólo tengo que seguir trabajando duro y algún día me amará.

Volvió a la cama y abrazó a Sunyeol, el pequeño cuerpo se recargo contra él, acurrucandose, entonces Jimin sonrió cálidamente.

Cuando abrió los ojos, Jungkook lo miraba curioso. Estaba parado justo a su lado y pasando su mano por el cabello despeinado de su hijo.

—Lamento, no haber pasado tiempo contigo esta noche. Hoseok tuvo algunas complicaciones.

—Esta bien, qué bueno que estás aquí —Jimin sonrió cálidamente cerrando los ojos al tiempo.

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