El rubio se queda mirando al castaño, pero futuro peliazul y le repasa varias veces con escrutinio desde la cabeza hasta los pies, sus labios torcidos y una mirada que distaba mucho de simpatía.

—¿Es él? —inquirió Yoongi sin mirar a Hyungwon con los ojos provistos de un matiz de desconfianza aún puestos en Taehyung.

El abogado y amigo de Hoseok respondió que sí mientras buscaba con la vista a la figura de la futura gran estrella de la editorial GoldenBooks.

—Hola, me puede llamar V, es mi nombre artístico —el castaño saluda sin mostrar incomodidad haciendo una reverencia.

Yoongi por fin pestañea antes de despertar y despejar un tanto sus pensamientos y sin responder el saludo que acababa de recibir de parte de su invitado mira hacia Hyungwon.

—No está en su oficina, está en el baño. No en ese —aclara mientras repara que el abogado señala hacia el pequeño pasillo que lleva al baño, el cual tiene dos puertas, una de ellas lleva justo a la oficina del escritor—, está fuera de servicio por el momento.  Por favor, siéntense un momento, ya regreso.

El rubio entró a la oficina del escritor, se le podía ver a través de la división de cristales tomando algunas cosas antes de salir con premura, pasó de largo la sala de recibimiento donde ya se encontraban cómodamente sentados el abogado y Taehyung y se dirigió hacia los pasillos principales dejando la puerta de par en par al salir por ella casi a la carrera, y también dejando solos y algo desconcertados a sus invitados.

***

Cuando regresaba a mi oficina venía consultando mi rejoj mientras caminaba por el pasillo, debía apurarme, ya era hora de que Hyungwon llegara con esa persona que sería el modelo de las portadas de mi libro.

Él me había dicho que hoy tendríamos una cita con el joven que había encontrado, él mismo que mi amigo me juraba que sería el modelo perfecto para representar al personaje principal de mi saga. No se cansaba de decirme que cuando lo ve siente como si el personaje principal de mis libros fuera un retrato hablado del joven, solo le faltaba pintarle el cabello de azul y sería simplemente perfecto.

Pero se equivocaba, porque la única persona perfecta para representarse a sí mismo sería Taehyung, ya que yo siempre trataba de describirlo a él imaginándomelo de adulto, a pesar de que ya casi no recordaba sus facciones, nunca olvidé esos ojos avellanados y esa sonrisa cuadrada.

Mientras caminaba hacia la oficina me encontré a Yoongi viniendo hacia mi dirección, creí que me pasaría por el lado porque le urgía ir al baño, sí, en verdad caminaba tan deprisa que parecía urgido, pero me equivoqué, el traía mi abrigo y un paraguas y me los entregó inmediatamente se paró frente a mí.

—Ya Hyungwon llegó con el invitado. Toma, no debes afanarte con esto, yo me encargaré de todo.

—Pero...

—Nada, si vas y te presentas allí, tendrás que ser partícipe de todo el protocolo, y tendrías que quedarte hasta el final porque sería de muy mala educación irte cuando acabas de llegar siendo el anfitrión.

Una parte de mí no estaba de acuerdo con Yoongi, pero por otro lado me sentía comprendido y agradecido con él. Estaba sintiendo mucho cansancio y de cierta forma es verdad que sería tedioso aguantar una entrevista con uno de esos modelos, seguramente empezaría a coquetearme como los anteriores porque soy un escritor de renombre y eso, por un lado, sería bastante incómodo y, por el otro, provocaría los celos de mi novio. 

Yoongi me dio un breve beso en los labios y me hizo girar en mis talones para después hacerme caminar casi a empujones mientras me explicaba que iba a decirle Hyungwon que yo me tuve que retirar porque tenía problemas estomacales.

Me reía a carcajadas mientras abrazaba el abrigo y el paraguas contra mi pecho, a veces mi novio era insufrible, pero otras veces, como en esta ocasión, sus manías de ser tan mandón me parecían hilarantes y algo tiernas. Esa parte de él hacía de nuestra relación una más llevadera. 

Suspiré aún con una sonrisa en mis labios, imaginándome llegando a mi apartamento y echándome sobre la cama. Tomaría una de mis largas siestas.