Capítulo 15.
Recorrí mis ojos por todo el lugar, las paredes de un amarillo desgastado sobre nosotros le da un toque más infantil al lugar. Sentada en el metal grueso frente a Ethan, lo veo comer su batido de banana con entusiasmo, y maldigo en mi interior con mucha pena al mal interpretar su invitación.
Vamos Sao, tú eres la santa aquí.
Ruedo los ojos alejando mis pies de los de el, hace rato estoy tratando de desviar su atención hacia mi acariciando sus pies por debajo de la mesa pero solo se concentra en absorber todo el batido de su vaso extra grande con decoración de banana y una margarita.
Bufé, cuando no despegó su vista de su vaso por seguir tomando. Entonces, veo como una sonrisa coqueta se formó en sus labios, quite mi vista antes de que se diera cuenta de mi mirada sobre el.
—Come tu helado, se va a derretir.
—Ya no quiero más. —hablé en un suspiro, él despegó sus labios de su sorbete y levantó su vista hacia mi. Me ve con determinación, como si estuviera analizando algo importante en mi.
—Te vez tan hermosa cuando estas aburrida. —un rubor repentino se apoderó de mi rostro volviéndolo rojo, no vi el color pero si puede sentir mis mejillas arder. —Pero viéndolo bien, siempre tienes cara de aburrida o enojo. Casi no sonríes.
Y si, así es. Desde pequeña siempre fui poco expresiva con mi rostro, siempre llevo cara de amargada pero en realidad sonrió mucho cuando estoy en un buen lugar y con personas agradables, y Ethan, él no es agradable.
Es estúpido, es engreído. Siempre sonríe por cosas estúpidos y cree constantemente que es el más malo del pueblo, cuando no es capaz de aplastar a un mosquito. Digamos que es.... ¿Ingenuo tal vez?
—No me haces reír. —confieso al fin después de varios suspiros. El se endereza en su lugar, deja un "¡Oh!" de asombro por mis palabras y su rostro se vuelve más serio.
—Soy divertido, pero a ti todo te vale lo mismo.
—No es así.
—Ah, ¿no? —sus cejas gruesas se contraen con facilidad, la ausencia del pircing en su ceja me hace verlo con cuidado. —Veras ahora.
—¿Donde esta tu pircing? —cuestiono antes de que termine de hablar.
—También siempre tienes cara de curiosa. —aspira aire por la nariz, tuerce su espalda y continúa hablando. —Lo deje en casa, no quise ir a la iglesia con él.
—Ves que si sabes respetar.
—En realidad olvide ponérmelo. —cambia la historia y rodé los ojos por su mentira tonta.
—¿No duermes con el?
—Claro que no. Soy complicado para dormir, no puedo dormir con molestias, por eso duermo desnudo.
—¿Duermes? —inquirí para molestarlo. Su sonrisa se desvaneció, obvio pregunté en broma, pero las sombras rojas alrededor de sus ojos lo delatan. —¿Dormiste bien anoche?
—En realidad... —habla pensativo. La suposición de que Ethan tenga problemas para dormir no sería sorprendente para mí, después de todo consume sustancias que podrían volver su sueño inestable.
—Dormí bien anoche.
Miente. Entonces veo el celular dentro de mi bolso y recuerdo como anoche me levanté por un vaso de agua y tomé mi celular, y entré a Instagram.
Ethan estaba en línea por ahí de las tres de la mañana.
Seguramente, se pasó toda la noche hablando con alguien, tal vez con una chica, pero también comprendo muy bien cómo se siente no poder conciliar el sueño en las madrugadas.
—¿Por qué te acostaste tan tarde anoche? —él se aclara la garganta, como si se tratara de una conversación entre madre e hijo. —Anoche, a las tres de la madrugada estabas activo.
—Estuve viendo videos cortos. —responde sin más con los ojos cerrados. Ahora soy yo quien endereza mi postura y me muestro firme frente a él. Como si estuviera a punto de darle el sermón de su vida.
—¿Y no tienes sueño? Te noto cansado.
Él apoya sus codos de la mesa, coloca su barbilla sobre sus nudillos y niega. Nuevamente, no le creo y me inclino más a él para que sea sincero, por lo menos conmigo.
En realidad, todo el cuerpo de Ethan desprende agotamiento, cansancio y estrés, es como si estuviese trabajando durante horas sin descansar, y eso no es así, se que sus problemas son mentales. Ethan no está trabajando estos días, algo está acabando con el, algo lo tiene exhausto y sin espíritu por momentos. Las ojeras en sus ojos, la forma desesperada en la que sus dedos tiemblan, los suspiros de cansancio que da y como pierde su brillo cada vez que sus ojos se vuelven rojos.
Se vuelve una mierda. La droga solo te deteriora, por más bien vestido que él ande y lo bien que huela, su actitud y su salud no están bien. Ethan necesita ayuda.
—¿Quieres dormir?
—¿Mmm? —gime incrédulo, trono sus dedos mientras nuestras miradas se cruzan. Él busca respuestas y yo que él descansa un poco.
—Vamos a algún lugar. Para que descanses. —su sonría maquiavélica volvió a salir, negué seguido por darle la oportunidad de imaginar ese tipo de cosas. Me pongo de pie y tomo mi bolso.
—Vamos. Vamos a un lugar donde puedas descansar.
Sin más que decir, se puse de pie tomando sus llaves y dejando unos billetes sobre la mesa. Desde abajo, con la diferencia de altura de unos 7 cm de altura, puedo sentir su sonrisa. El calor que desprende su cuerpo y el peligro que se acerca por saber que se aproxima. Y no, no haré nada indebido con él, solo lo ayudaré a descansar.
—¿A donde vamos? —me cuestiona el en voz alta para que escuchara.
—No lo sé, solo llévame a un lugar donde sientas paz. —grite en su odio desde atrás, para que pueda escuchar. Después volvió a reposar mi cabeza de su espalda mientras él conduce a su antojo.
~~~
Las cadenas del columpio de metal oxidado se mueven cada vez más rápidas, empujó todo mi cuerpo con ayuda de mis pies y veo bien mis zapatos rosas empapados de lodo.
Fue mi regalo de cumpleaños y ya están arruinadas, mamá me regañara nuevamente y papá no está aquí para apoyarme.
—¿Quieres que te ayude? —levante mis ojos verdes para ver al chico rubio frente a mi, la sonrisa amable de San espera por mi respuesta y le asiento.
El muy amable camina hacia mi espalda y antes de voltear a verlo empuja mi espalda despacio. Una sonrisa salió de mis labios ante la sensación de poder volar mientras sostengo el metal frío del columpio.
—¿Más rápido? —escuche su voz justo antes de que me volviera a lanzar. Mis pies ya no tocan el suelo y al cerrar los ojos las luces se vuelven más lindas.
Al dejarme llevar por la diversión de estar en el aire, dejo de hacer fuerza contra las cadenas a mis costados. Entonces caigo. Mi cuerpo se estampó contra el piso y mi cara se quedó plantada justo en donde esta la arena mojada.
—¡Auch! —grite al sentir un leve dolor en las palmas de mis manos. Levante mi vista con pesadez y con arena en mi ojo derecho, pero al voltear la cara, no había rastros de San.
Ese tonto.
—¿Qué está pasando aquí?
La silueta alta y delgada de un chico termina de oscurecer mi alrededor. Trate de ponerme de pie cuando sentí unas manos sostener mis hombros y ayudarme a ponerme de pie.
—¿Te gusta la arena?
Ethan Allen, el hijo menor de los Allen y uno de los orgullos mas grande del pueblo está frente a mi. Al ponerme completamente de pie, limpia mi pelo y le ayuda a limpiar mis manos sucias de arena.
—San me dejó caer.
—San es un tonto.
Reí con él. Ethan, a pesar de ser muy alto no aparenta más de 15 años. Es de piel pálida y los lentes le dan un toque muy serio, aunque lleve una sonrisa torcida todo el tiempo.
—¿Me ayudas a columpiarme?
—Claro, vamos.
Tome su mano, el chico a mi lado no dudo en abrazar los dedos de mi mano con cuidado y me brindo una sonrisa antes de ayudarme a subirme al columpio.
Es lo más dulce este chico.
—Despacio.
Empecé a retorcerme en el columpio con temor, pero la emoción sigue en mi cuerpo y mi voz no puede salir bien de mi garganta por los chillidos que salen de esta.
Ethan me empuja cada vez más rápido, incluso lo escucho reír cuando le lanza lejos, me inclino alto y se siente genial, hasta me siento más confiada.
Se que no caeré, él no me dejará caer.
—¿Te gusta?
Y así, Ethan me ayudo a columpiarme hasta ver como el sol bajaba y se ocultaba en los altos pinos del bosque frente a nosotros. No pare de reír hasta que tome asiento en un banco de madera.
—Aquí tienes. —un cono de helado de fresa ilumina mis ojos, no dudo en tomarlo y en darle las gracias antes de morderlo. —¿Y tus padres?
—Mmm, mamá debe de andar por ahí. Papá, sigue de viaje.
—No he visto a tu mamá hoy. Me quedare contigo mientras aparece, es tarde. —acepte su decisión mientras como el helado de fresa.
Holiiis, síganme en mi Instagram que por ahí estaré subiendo información o uno que otro spoiler.
Ig: Wandita11. ♥️
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