— Buenas noches señora Alessandra —Me despedí, había sido un día muy cansado en la empresa y no apenas llegábamos Namjoon y yo a la mansión.

— Buenas noches señores Kim —Sonrió la señora Alessandra.

Tan pronto llegamos a nuestra habitación, Namjoon me jaló con el hacia la cama, abrazándome.

— ¡Namjoon!, Tengo que bañarme —Dije, me sentía un poco sucio y no quería tocar la cama así.

— Estoy tan cansado, descansa conmigo —Pidió entre bostezos.

Y aunque Namjoon hacía de todo para hacerme feliz, la poca buena imagen que había tenido de él se destruyó en cuanto supe todo su pasado, y probablemente presente.

Era de esperarse de él, y lo más probable es que yo sea su próxima aventura.

Y aunque no lo admitiría con mis amigos, me aterraba hacerlo.

Y sabía que por más que me contuviera, mi celo se aproximaba cada vez más, era la etapa más difícil que tenía, y por ende, los días de pre-celo me hacían sentirme más caliente de lo normal.

Cuando me había dado cuenta, desperté, sin siquiera darme cuenta cuando me había quedado dormido.

Namjoon no había despertado, seguía aferrado a mí, con sus brazos rodeando mi cuerpo.

— Namjoon, despierta, debo irme a bañar.

Quise zafarme sin que se diera cuenta, pero eso hizo que me sujetara más fuerte.

— ¿Tratas de escapar de mí? —Susurró en mi oído, tan pronto terminó de hablar comenzó a besar mi cuello.

Me removí por el placer que comenzaba a sentir, mis mejillas se pusieron rojas por la vergüenza y calor que sentía.

— Namjoon —Gemí en su oído, en respuesta Namjoon empezó a quitarme el saco.

— Estás tan duro —Habló, no me había dado cuenta, Namjoon posó su mano en mi erección, dándole un apretón.

Otro gemido salió de mí, esto había sido lo más lejos que estábamos llegando Namjoon y yo.

Cuando me fijé que quería retirarme el pantalón, lo empujé por impulso —¡Detente!.

— ¿Qué sucede? —Preguntó entre confusión y preocupación.

Mi mente no podía parar de pensar en lo que Minnie me dijo días atrás, en cuanto Namjoon tuviera sexo conmigo todo terminaría, él se iría a buscar a alguien más y yo podría buscar pruebas para mostrar su infidelidad, claro, ese era mi plan.

Pero no me sentía preparado para hacerlo.

— Aún no estoy listo —Dije, mirando hacia abajo.

Pensaba que Namjoon se enojaría, o se iría sin decir nada, pero contrario a lo que imaginaba, se acercó a mí, dándome un abrazo delicado, sin intenciones maliciosas.

— No te preocupes, te voy a esperar hasta que estés listo —Susurró.

Correspondí su abrazo, por unos segundos me sentí tan bien entre sus brazos.

— Debo irme a bañar —Dije, sonriendo, Namjoon asintió, salí corriendo hacia el baño.

Cuando sentí el agua tibia en mi cuerpo me sentía más relajado.

Por más que quisiese reunir pruebas y que Minnie me haya dado la respuesta para iniciar, tener algo con Namjoon me aterraba.

No era virgen, claro está, pero hacerlo con él era algo que no me imaginaba tener que hacer.

Jamás hubiera imaginado que debatiría si tendría o no sexo con la persona que más había odiado en mi vida.

¿Cómo hacerlo?, Toda la vida imaginando la caída de Kim Namjoon, y el primer elemento debía ser yo.

Realmente era patético mi destino.

Sentí una punzada en mi erección.

Ah, sigue ahí.

Realmente, mi mente y cuerpo nunca estarán de acuerdo.

.

— Hoseok, organiza estos documentos y anotalos en el libro contable, por favor —Pedí.

Hoseok asintió, tomando los documentos y saliendo de mi oficina.

Suspiré, un poco cansado, pero revisando todos los papeles que me habían entregado.

Todos tenían un trabajo desorganizado, la mayoría de libros contables estaban mal ejecutados, por no decir erróneos.

En verdad habían tantos gastos que hacía Namjoon para la empresa, gastos innecesarios.

Gran jefe, claro.

Namjoon entró a mi oficina, con una sonrisa dibujada.

— ¿Sucede algo? —Ahora fui yo quien pregunté.

— Te invito a salir —Dijo, sentándose enfrente de mí.

— ¿Cuál es el motivo? —Pregunté, riendo.

— No hay motivo, solo quisiera salir con mi esposo a pasear.

— Buen intento, pero tenemos trabajo que hacer, yo aún no termino la revisión de los libros, además tú tienes que trabajar en la presentación del nuevo proyecto para los inversionistas de Japón.

Negó — No te preocupes por eso, Yoongi ya está trabajando en eso.

No quería ir, Namjoon solamente quería perder tiempo y no enfocarse en su trabajo, lo conocía, desde niños hacía eso, se iba con todos sus amigos, y yo me encargaba de sus tareas, y ahora es Yoongi quien hace su trabajo.

— No, no puedo, aún tengo trabajo que hacer.

— Por favor, además, iremos con tu padre en unas horas.

— ¿Mi padre?, ¿Por qué?.

— Dijo que necesitaba arreglar unos asuntos contigo, pero, antes de ir quisiera estar contigo unas horas.

— ¿Qué?, ¿Cómo una cita? —Pregunté burlonamente.

Namjoon se sonrojó, sonriendo —No tuvimos ninguna en el lapso que estuvimos comprometidos, así que pensé que podríamos tener una hoy.

Ya que, de todos modos iría a ver a mi padre en unas cuantas horas.

— De acuerdo, pero necesito avisarle a Hoseok que saldrá temprano hoy.

Namjoon asintió, saliendo de mi oficina.

Marqué al número de Hoseok, para que viniera.

No contestó, pero sabía que era para que viniera a mi oficina.

— ¿Qué sucede Jin? —Preguntó en cuanto entró a la oficina.

— Solo quería avisarte que podrás salir temprano hoy, tendré que irme con Namjoon a... Un lugar, para revisar unos asuntos.

— ¿Seguro qué es para revisar asuntos? —Preguntó Hoseok, riendo un poco.

— Aish, está bien, me invitó a salir, pero luego iremos con mi padre.

Hoseok asintió —Muy bien, entonces termino el libro contable e iré a casa, nos vemos mañana Jin —Hoseok volvió a salir de mi oficina.

Apagué mi computadora, y tomé mi saco, además de mis llaves para luego salir de mi despacho.

— ¿Estás listo? —Preguntó Namjoon, que me esperaba afuera de mi oficina.

Asentí, mientras cerraba con llave la puerta.

Ambos salimos de la empresa, el chófer nos esperaba afuera.

— ¿Y dónde planeas llevarme? —Pregunté, sonriendo.

— Ah, ya lo verás —Él también sonrió.

Namjoon sabía bien qué decirle a sus conquistas, en verdad podía hacer que mi corazón se sintiera acelerado.

— Llegamos —Dijo Namjoon, mirando hacia la ventana del auto.

Miré también, enfocando la vista en el punto donde miraba Namjoon.

El parque.

— Regresa en dos horas, por favor —Namjoon se dirigió al chófer.

En cuanto salimos, sonreí, no esperaba que Namjoon me trajera aquí, pero era un lugar muy lindo.

— Ven, hay que comprar un helado —Dijo, tomándome de la mano.

Sin evitarlo, sonreí por su acto.

— ¿Qué helado vas a comprar? —Me preguntó, mientras mirábamos la lista de helados.

— Chocolate —Dije.

— Dos de chocolate por favor —Pidió Namjoon.

— ¿Gusta que sean chocomenta sus helados? —Preguntó el señor, ambos fruncimos el ceño —Creo que no —Rió el señor al ver nuestras expresiones.

— Que bueno que no te gusta el helado de chocomenta, es tan raro —Dijo Namjoon, en cuanto recibimos los helados y pagamos.

— Lo sé, nunca me ha gusta —Comenzamos a caminar, riendo.

Namjoon tomó mi mano, sin decir nada, solo sonriendome al hacerlo.

— ¿Por qué quisiste venir al parque?.

Namjoon suspiró, mientras caminábamos tranquilamente.

— Me gusta estar aquí cuando necesito tranquilidad, aquí nadie sabe quién soy, de dónde vengo, es tan reconfortante.

— No sabía eso de ti —Sonreí.

— Casi nadie lo sabe, vengo aquí desde pequeño, es como mi lugar secreto.

— Comprendo, yo nunca tuve un espacio así, pero sé que es lindo estar en lugar tan personal.

El sonido de la naturaleza y el aire fresco nos revolvía en un cálido abrazo.

Mientras hablábamos, jugábamos al mismo tiempo, empujándonos o compartiendo nuestros helados.

— Tienes la sonrisa más hermosa que haya visto —Habló, sacando a relucir sus hoyuelos en las orillas de su sonrisa.

— No digas eso —Aparté mi mirada, con cada palabra que decía me hacía sentir cómodo con él.

— Oh, mira —Señaló un árbol, con un aspecto viejo y descuidado.

Namjoon y yo corrimos hacia allí, y yo me preguntaba porque lo miraba con tanta fascinación, era raro y tierno a la vez.

— Este árbol es donde solía estar desde pequeño.

Miré la corteza del árbol, para luego volver a mirarlo, no me imaginaba a Namjoon sentado aquí.

Namjoon sacó un pequeño cortador, para luego rascar en la corteza.

— ¿Qué haces?, Nos van a echar —Hablé exaltado, mirando a los lados para verificar que nadie viera.

— Estoy dejando nuestra huella.

— ¿Qué tonterías dices?.

— Siempre qué sucede algo importante en vida, lo escribo aquí —Comenzó a señalar lugares, leí en cada lugar, cada una tenía una fecha, o frase que la identificaba.

— ¿Y qué vas a escribir? —Miré detenidamente.

— Nuestro nombre, es como una promesa de amor —Respondió, atento a las palabras que escribía.

Mordí mi labio, Namjoon no podía hacer eso, ¿Cierto?.

Con cada segundo que pasaba, me daba cuenta que sí lo haría.

No lo hagas Namjoon, por favor no.

— Mira, nuestros nombres juntos son lindos.

Volteé a mirar el árbol, en dónde Namjoon acababa de sellar el amor que tenía, con la clave de nuestros nombres.

¿Por qué harías algo como eso?.

— Seokjin —Me llamó, tomando mi rostro con sus manos —Te amo.

No hagas esto.

Sin respuesta, lo jalé hacia mí en un impulso, dándole un gran beso que por supuesto fue correspondido.

No me hagas caer ante ti, Kim Namjoon.