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Capítulo 11


— La comida está deliciosa —Dijo Jimin, reí, aún cuando todos se encontraban bailando en la fiesta, él seguía comiendo los bocadillos.

— Jimin, deja de comer ya, o no dejarás nada a los demás —Le dijo Hoseok.

— ¡Ni siquiera he comido tanto! —Dijo Jimin.

Yoongi se acercó a la mesa donde nos encontrabamos.

— Joven Jin, lo estaba buscando.

— ¿Qué sucede? —Pregunté.

— Vine a despedirme, no puedo quedarme toda la noche.

— ¿Por qué? —Pregunté.

— Tengo un asunto que atender, pero me dió mucho gusto verlo, espero que esté en la empresa pronto, y muchas felicidades por su compromiso con el joven Kim, sé que él es un poco difícil de tratar.

— ¿Pero? —Pregunté, intentando adivinar que iba a decir.

— En realidad, ya no sé que más decir.

Ambos reímos.

— Muchas gracias Yoongi.

Yoongi asintió, para después enfocar su mirada en Jimin —Espero que nos veamos muy pronto, joven Park, es algo que me encantaría —Yoongi sonrió.

— Hasta luego —Dijo Jimin, mirando hacia otro lado.

Yoongi dió una sonrisa cerrada, luego miró a Hoseok —Buenas noches —Dijo por cortesía, pues ni siquiera conocía a Hoseok.

Cuando se fue, volteé a mirar a Jimin.

— Eres grosero con Yoongi —Dije.

— El chico fue muy amable, ¿Por qué actuaste así? —Preguntó Hoseok.

Jimin elevó los hombros, en signo de no importarle.

— A veces actúas muy infantil, Jimin, cuando un alfa se acerca te comportas como un patán —Dijo Hoseok.

— ¡Oye! —Dijo Jimin, ofendido.

— En algo tiene razón Hobi, actúas muy diferente cuando estás cerca de un alfa, no todos son iguales.

— Ese chico Yoongi, no me da confianza, sobre todo porque trabaja con Namjoon —Dijo Jimin.

— Eso no tiene nada que ver con Yoongi, con quién trabaje no define como es —Dije, Jimin rodó los ojos.

— Está bien, para la próxima seré más cortés con él —Dijo.

Una llamada comenzó a sonar en mi celular, el número era desconocido.

— ¿Te están marcando? —Preguntó Hoseok, asentí.

— No conozco el número —Dije.

— No contestes, no sabes que vaya a querer —Dijo Jimin.

Por un lado, quise hacerle caso a Jimin, pero, por otro lado, tenía un sentimiento raro, algo que me impulsaba a contestar.

Contesté.

— ¿Bueno? —Pregunté, esperando su respuesta.

— ¿Te estás divirtiendo? —Habló.

Mi corazón comenzó a latir rápido.

— Taehyung —Dije, con una sonrisa en los labios, levantándome rápido de mi asiento y corriendo hacia un lugar alejado, entrando a un pasillo solitario.

— ¿Cómo estás? —Preguntó al otro lado de la línea.

— ¿Qué quieres que te diga?, ¿La verdad, ó la mentira?.

— Yo preferiría la verdad.

Sonreí con melancolía.

— Estoy muy mal sin ti, te extraño demasiado —Dije, entre sonrisas y lágrimas.

— Yo, quise llamarte, para saber de ti, ¿Qué tal va tu boda?.

Jadeé, exaltado— ¿Cómo supiste?.

— Tu padre, fue muy cortés al enviarme la invitación, en verdad.

No, no lo podía creer, ¿Mi propio padre arruinando aún más mi vida?.

— Perdón, no pensé que él pudiera hacer algo así.

— No te preocupes, no es tu culpa —Habló Taehyung

— Por favor regresa, siento que no podré más, cada día siento que es peor al anterior, solo tú hacías que todo fuera mejor —Reí, entre el llanto, Taehyung me oía atentamente.

— Perdóname tú a mí, no he actuado como un buen alfa, las cosas tampoco han sido fáciles para mí aquí en Japón, pero aunque quisiéramos, no podemos estar juntos —Habló Taehyung, que, aún siendo muy discreto en cuanto sus sentimientos, podía sentir su voz quebrándose.

— N-no digas eso Tae, nosotros- —Fui interrumpido.

— Ya no hay un nosotros, Jin, lo siento, debo irme, espero que algún día coincidamos por casualidad, pero por el momento será mejor ya no volver hablar.

— ¡No, Taehyung! —Hablé, tratando de hacer qué me escuchara, el sonido de la llamada cortarse resonó en mi celular, revisé, confirmando que Taehyung había cortado la llamada.

Regresé al salón, limpiando mis lágrimas en cuanto volví a la mesa con mis amigos.

— Jin, ¿Estás bien? —Preguntó Jimin.

Asentí, tratando de ocultar mi rostro debido al aspecto que tenía por llorar.

— Ay Jin —Suspiró Hoseok —Taehyung no debería atormentarte si ya no quiere seguir contigo.

— Dijo que no volviéramos hablar, ya no quiere saber más de mí, las cosas han terminado definitivamente.

Miré la botella de alcohol que habían traído los meseros, la cual no había sido abierta.

Sin dudarlo mucho, la abrí, llenando mi copa con la sustancia.

— Dicen que las penas con alcohol se van —Dije, sirviendo un poco para mis amigos, los cuales no se quejaron y comenzaron a beber.

— ¡Salud! —Grité, cómo si celebrara algo bueno.

.

El sonido de la mañana comenzó a retumbar en mis oídos.

No quería despertar, la cama se sentía tan cómoda, no recordaba que mi cama fuera tan suave y grande.

Sin embargo, no pude evitar no despertar ante un fuerte dolor de cabeza que empecé a sentir.

— ¡Auch! —Grité, en cuanto caí de la cama debido a una vuelta que di.

Toqué mi cabeza, el dolor era muy intenso.

Por suerte, una alfombra suavizó mi caída.

— ¿Cuándo puse una alfombra? —Susurré, tocando la alfombra de terciopelo que había.

En cuanto alcé mi mirada, ví la habitación, era inmensa, pero lo más importante de todo, no era mi habitación, y no recordaba haber visto esta habitación jamás, no comprendía nada.

No podía recordar nada de lo que pasó después de beber.

Aish, maldigo emborracharme al primer trago.

Miré mi ropa, la cual tenía una pijama, y fue ahí que empecé a asustarme, ¿Quién me había cambiado?, No conocía la casa, no parecía ser de algún amigo.

Las puertas se abrieron, entrando rápidamente muchas mujeres uniformadas de mucamas, cada una comenzaba a limpiar y ordenar la habitación, una de ellas abrió las grandes cortinas de la ventana, cerré los ojos por impulso, la luz quemaba mis ojos, o al menos eso era lo que sentía.

— Joven Kim, estábamos esperando a que despertara, le hemos preparado el desayuno —Habló una de las mujeres, la cual no llevaba ningún uniforme, ella vestía elegantemente.

Me confundía que supiera mi apellido, yo no conocía a ninguna de ellas.

— Disculpe mi pregunta, pero, ¿Quiénes son? —Pregunté.

— Oh, yo soy Alessandra, soy la ama de llaves, el señor Kim salió desde temprano, si es que se preguntaba.

Parpadeé dos veces —¿El señor Kim? —La señora Alessandra asintió —Eso significa, ¿Qué estoy en la casa de Kim Namjoon?.

La señora Alessandra rió delicadamente —Me parece que el señor Kim no le ha avisado, este será su nuevo hogar, ¿Desea desayunar algo en específico?.

Y aún con la confusión que tenía, asentí, tenía tanta hambre y dolor de cabeza.

Me levanté, masajeando mi frente, el dolor se concentraba ahí.

— He preparado algunos remedios para la resaca que tiene, el señor Kim nos pidió antes de irse que lo cuidaramos.

— Entiendo... ¿Sabe a qué hora regresará? —Pregunté, la señora Alessandra sonrió.

— Imagino que le preocupa su esposo, pero no se exalte, él llegará en un par de horas.

No contesté, solo di una sonrisa, en forma de respuesta.

El pasillo era asombrosamente largo, lleno de habitaciones por montones, tenía ganas de preguntarle a la señora Alessandra si pronto llegaríamos, pero me parecía un poco imprudente y algo vergonzoso preguntar, así que solo seguía a la señora Alessandra.

Realmente, era de esperarse que Kim Namjoon viviera en una gran mansión.

Nunca había visto un lugar tan elegante y grande, había múltiples personas, las cuales se encargaban de limpiar, en mi hogar solamente había dos mucamas, que se encargaban de algunas tareas del hogar.

En cuanto llegamos al comedor, miré toda la comida que había, era demasiada, incluso para mí.

— ¿Todo esto es para el desayuno? —Pregunté asombrado, caminando a lado de la mesa.

— Sí, ¿Hace falta algo? Los chefs pueden cocinarlo ahora mismo.

— No no, no se preocupe, así está bien, sin embargo, ¿Toda esta comida se termina? —Pregunté, era demasiada para una sola persona o do.

— En realidad no, pero el señor Kim desea tener la mesa completamente llena, ¿Qué desea que le sirvamos? —Preguntó Alessandra.

Negué —No, muchas gracias señora Alessandra, yo serviré la comida, gracias.

La señora Alessandra asintió, retirándose del lugar.

Sentía que estaba muy solo, por lo menos en mi hogar estaba mi mamá, pero aquí, me encontraría solo, con Kim Namjoon, algo que si bien, evitaba a toda costa, ahora mi realidad sería estar con él.

El verdadero infierno inicia, y no tendrá piedad conmigo.

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