— Te ves increíble, hijo —Dijo mi madre, mirándome con una gran sonrisa.

No quise hacerla sentir mal, así que sonreí igual que ella, ella había elegido mi traje de matrimonio, pero aunque era muy lindo, no podía evitar sentirme triste.

— Muy guapo —Jimin sonrió, al igual que Hoseok.

— Mamá, ¿Puedes verificar que todos los preparativos estén listos? —Le digo a mi madre, con una sonrisa pintada.

— Claro cariño —Dijo mi madre, sin borrar la brillante sonrisa que tenía, saliendo de mi habitación.

Suspiré en cuanto salió —Aún no creo que hoy nos vayamos a casar —Dije la misma frase que diría una enamorada, pero en mi caso, con una gran sentimiento de tristeza.

— Está bien Jinnie, tú hiciste esto por tu familia —Dijo Hoseok, posando su mano en mi hombro, cómo muestra de consuelo.

— Lo sé, pero aún si hago esto por ellos, no puedo evitar sentirme algo insignificante, alguien a quién pueden comprar como lo hicieron ahora.

— Jin, no llores, haces que yo quiera llorar —Jimin comenzó a sacar algunas lágrimas, sin poder evitarlo, lo abracé.

— Lo siento —Sonreí, apenado, Jimin dio otra sonrisa pequeña.

Mi madre entró a mi habitación —Cariño, nos esperan afuera —Dijo, mencionando el transporte.

Asentí —Claro mamá, vamos chicos —Les digo a mis amigos, saliendo de mi habitación.

— Por cierto, ¿Has hablado con Namjoon estos días? —Preguntó Hoseok, mientras caminábamos por el pasillo.

— No, solo estuvimos presentes en la presentación de todos los preparativos hace diez días, luego de eso no nos hemos visto.

— Es que en verdad tuviste que ir Hobi, fue una pelea verdaderamente intensa, Namjoon tuvo que defender a Jin contra esa horrible chica —Comenzó a contar Jimin.

— No fue así —Dije.

— Claro que sí, ella quería lanzarle un golpe a Jin pero Namjoon la detuvo, y ella terminó yéndose con lágrimas en los ojos, en verdad, fue verdaderamente intenso.

Hobi solamente reía con lo que decía Jimin.

En cuanto entramos al auto, comencé a revisar mi celular.

Ningún mensaje recibido de Taehyung, suspiré.

Sin poder evitarlo, decidí ir a revisar sus redes sociales, no había nada raro, había subido algunas fotos en Japón.

Pronto, mi mirada se enfocó en una foto que tenía, con una chica.

Taehyung rodeaba el cuello de la chica con su brazo, mientras posaban en la fotografía.

"Conocí a alguien muy interesante".

Esa era la descripción de la foto, ambos se veían muy felices, sobre todo Taehyung, quien tenía una sonrisa brillante.

Con el corazón dolido, guardé el celular en mi bolsillo, solo me estaba lastimando con algo que ya no era posible.

Y pensar que hace meses creía que este momento lo compartíamos él y yo.

.

Mientras estuvimos en el auto, tuve tiempo para pensar en como mi vida cambiaría en cuestión de unas horas, estaba decidido que iría a vivir a la mansión de Namjoon, me aterraba el hecho de estar solo con él.

En cuanto llegamos, inhalé un poco del aire fresco de la mañana, el evento se realizaba en un gran salón con un jardín igual de grande, en el cuál se realizaría la firma de trámites, o mejor dicho, la boda.

— Joven Kim, que bueno que acaba de llegar, los demás lo están esperando en el jardín, el evento ya va empezar —Dijo el asistente de Namjoon, Yoongi.

— Pensé que estarías aquí como invitado —Dije, caminando a un lado de él.

Yoongi rió —Eso nunca pasaría, si estoy aquí es porque el señor Kim me pidió que me encargara del evento.

— ¿Sabes a quién invitó? —Pregunté.

— Invitó a varios amigos suyos, entre ellos, sus socios, sin embargo, solo asistió el señor Jackson.

Claro, su mejor amigo tenía que estar con él.

— Claro, muchas gracias Yoongi —Digo.

— Con gusto —Yoongi comenzó a caminar más lento, pues al paso que yo iba era casi corriendo.

Pude oír como Yoongi saludaba a Jimin, sonreí, y aunque quisiera voltear a ver la escena, tenía que apresurarme.

Cuando llegué a la puerta que llevaba al jardín, me detuve repentinamente, tratando de tener la valentía para salir.

— Si deseas, puedes esperar unos minutos —Dijo Yoongi.

Negué —Está bien, saldré ahora —Traté de sonreír, abriendo la puerta por completo.

El jardín tenía grandes decoraciones, sillas acomodadas perfectamente bien, y Namjoon en el centro del altar.

Afortunadamente, no era una novia de iglesia, así que comencé a caminar normal, en dirección a Namjoon.

— Te ves muy bien —Dijo Namjoon en cuanto llegué, no contesté.

— Perdonen la demora, iniciemos con la boda —Dije.

El juez comenzó a realizar su protocolo, y mi corazón latía a mil, con cada palabra que decía sabía que pronto iba a terminar, para seguir con la firma de los documentos.

— Por favor, firmen aquí —Dijo finalmente el juez.

Namjoon tomó el lapicero, y comenzó a firmar en el papel que iba a validar nuestro matrimonio.

— Es tu turno —Dijo, entregando el lapicero en mis manos.

Miré el papel, que tenía la firma de Namjoon, lancé un pequeño suspiro, en cuestión de segundos, mi firma estaba ahí también.

— ¡Muchas felicidades!, Puede besar a su pareja —Habló el juez.

Dios, no.

Namjoon se acercó a mí con una sonrisa dibujada, por impulso quise alejarlo, pero al recordar que todas las miradas estaban en nosotros, no tuve más opción que aparentar.

Tomó mi mejilla, acercándose aún más a mí, y en un parpadeo de ojos, me dió un beso.

Y aunque solo fueron unos segundos, fueron los segundos más largos de mi vida.

Todos comenzaron a aplaudir y celebrar, el ruido era presente en ese momento.

En cuanto Namjoon se separó de mí, me miró, y con una sonrisa, comenzó a hablar.

— Ahora somos esposos, querido.

.

En la fiesta, estuve yendo a recibir a los invitados, la mesa de regalos estaba repleta, sin contar con el dinero que recibí por parte de mis amigos en mi cuenta bancaria, todo era demasiado, demasiado costoso, grande y extravagante, pero yo me sentía vacío, tonto, usado.

— Hijo, estoy muy orgulloso, acabas de salvar a la familia y la empresa —Dijo mi padre, en cuanto se acercó a mí.

Por suerte, Namjoon se encontraba también con los invitados, lejos de nosotros.

— Supongo que ya estás feliz, estoy casado con el empresario más rico de todo Corea, un sueño hecho realidad —Dije, sarcásticamente.

— Aunque no lo creas, lo estoy, pero no por eso, por nosotros, ahora, tu deber es tener un heredero para ambas familias.

Miré a mi padre, esperando a que lo que dijera fuera una especie de broma.

— ¿Qué?.

— Ya sabes, necesitas algo que haga que Namjoon siga contigo cuando termine el contrato.

— No pienso tener un hijo solo para amarrar a Namjoon, es más, ni siquiera quiero tener hijos —Dije.

— Pues tendrás que hacerlo, sino, Namjoon te dejará en cualquier momento, fue fácil convencerlo que se casara contigo, pero será difícil mantenerlo.

— No lo haré, no voy a arruinar más mi vida, ya me quitaron lo que más amaba, mi libertad, a Taehyung, mi dignidad, no pienso hacer eso —Dije, caminando lejos de mi padre, sintiendo un arranque de coraje aproximarse.

— Querido, te estaba buscando —Dijo Namjoon, tomándome del brazo.

— ¿Qué haces? —Dije, tratando de zafarme de su agarre.

— Quiero que me acompañes afuera, necesito decirte algo —Dijo Namjoon, sonriendo cuando pasaban los invitados.

No quise hacer un gran escándalo, así que no tuve más opción que acompañar a Namjoon.

En cuanto salimos, me llevó al jardín, en un pequeño patio, repleto de arbustos con rosas.

— ¿Que tienes que decirme?, No podemos estar mucho tiempo afuera.

Namjoon comenzó a buscar entre su traje, sacando una pequeña caja negra.

— Quiero que te lo quedes —Dijo.

Yo tomé la caja, tratando de adivinar que era, en cuanto lo abrí, me sorprendí.

— Es... Muy bonito —Dije, viendo el anillo de plata que había adentro de la caja, con las iniciales K.S.

— Lo mandé a hacer para ti, es de plata pura.

— ¿Por qué? —Pregunté, confundido por el detalle.

— Es un regalo que tenía preparado, quise entregártelo antes, pero pensé, que sería mejor este día.

— Pero yo no entiendo, ¿Por qué me lo das?.

— Quiero que nuestra relación mejore —Habló.

Reí — ¿Que mejore?, ¿En serio?, No puedes pedirme eso.

— ¿Por qué no? —Dijo.

— No me pidas que sea amable contigo, solo porque compraste este matrimonio.

Namjoon suspiró, frustrado — ¿Por qué lo tomas así?.

— Porque así son las cosas, tú compraste este matrimonio, o mejor dicho, me compraste, ¿No es así?.

Namjoon rió— Tú no entiendes nada, ¿Verdad?.

— ¿Entender qué? —Grité, molesto.

— Quiero que las cosas estén bien entre nosotros, ya no quiero que tengamos este tipo de peleas —Pronto, Namjoon y yo nos encontrábamos discutiendo.

— ¿Y te parece bien hacerlo comprando cosas para mí? Yo no soy un interesado, ya te lo dije.

— ¡Ya lo sé!, ¿Pero qué quieres que haga?, Cuando trato de acercarme no me dejas.

— ¿Y por qué quisieras acércate a mí?, Si sólo me molestas.

— ¡Porque me gustas!.

Un silencio incómodo se hizo presente entre nosotros en cuanto Namjoon dijo eso, no supe que decir, y parecía que Namjoon tampoco.

Suspiró, con frustración —Escucha Jin, sé que las cosas entre nosotros nunca fueron buenas, sé que todos los problemas que hemos tenido son por culpa mía, pero quisiera remendar todos los daños que he hecho, porque lo que estoy empezando a sentir por ti crece.

— Es una broma, ¿Cierto? —Reí, esperando que dijera que sí.

Namjoon pasó las manos por detrás de su cabello— No Jin, ¿Por qué siempre piensas eso?.

— Porque es la única manera por la que dirías eso.

— Dios, ¿Por qué no me crees?.

— Escucha Namjoon, no quiero volver a escuchar que digas algo así, jamás, sé que te casaste conmigo solo para molestarme, ¿O ya se te olvidó que dijiste que iba a pagar por golpearte el día que robaste a mi novia?, Estoy casi seguro que te casaste conmigo solo por eso, ¿O me equivoco?.

Namjoon estuvo en silencio un par de segundos, pensando —Jin, eso ya no importa, en verdad me gustas,  —Habló, prácticamente confirmando lo que suponía.

Reí —Claro que me importa, tú no fuiste el que recibió todo ese acoso, todo ese odio, nada, tú siempre has tenido todo, ¿Y yo?, Yo ya no tengo nada, nada por lo que era feliz —Por más que traté de contenerme, mis lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, desahogando todo lo que había sentido por años.

— Jin —Namjoon trató de acercarme a mí, pero yo no lo permití, alejándome de él.

— Debo ir con los invitados, hasta luego, y toma tu anillo, no lo quiero —Dije, entregándole la caja y retirándome del lugar.

Le gusto, sí, claro, es un completo imbécil.

No quería imaginar cómo serían las cosas al final del día.