Capítulo 9
El ambiente intenso que se asentó en nuestro alrededor, se ve interrumpido por la mesera. Ok, no creí ver a una mujer entrar al lugar, soy más de que hubiera un hombre. Pero me reservo la crítica para mí cuando me acuerdo que soy un espíritu.
Delgada, estatura promedio aunque yo soy más alta que ella obviamente. Pelirroja agarrada de un moño, ojos cafés oscuros y una bonita nariz perfilada. Si se pregunta el porqué de mi lado curioso en observar a las persona, no sabría decirles, ni yo lo sé. Sólo sé que me gusta mirarlas y sacar mi conclusión.
Chica linda + Hombre solo = Romance puro.
Lógico no.
Por el lado de Harry, ni una mirada hacia ella. O es por qué anda conmigo o de verdad no le interesa la linda chica frente a la mesa. Y es curioso ya que todos los hombres, o la mayoría, siempre se les van los ojos cuando se trata del cuerpo de una damisela.
— ¿Puedes volver en 5 minutos? — Ella asiente haciendo notar enseguida el rubor en su mejilla.
¡Y pumm!, la vista se le fue.
¡Bingo!.
Me tapo la boca nuevamente al ver que Harry pegó la vista hacia mí. Me ve receloso a la escena.
— ¿Sabías que haría eso?, nomás esperabas cuando ¿Chistosita verdad? — Como es alto y su brazo largo, alcanza a golpear mi hombro todo destapado
— Eso es abuso a la mujer. Te puedo demandar ¡eh!
— No lo harás — Niega la cabeza. Se cruza de brazos antes de darme el menú.
— ¡Espérate, nomas. Espérate! — Amenazo
¿Quién en su corta vida va a pedir un plato de 60$? Con ese dinero hasta compro para llenar la refrigeradora. Mil veces prefiero ser de la clase media ya que con 5$ hacemos comida para un batallón, y el alta con 10 $ apenas una cucharada de arroz con salsa.
— Cambie de opinión... — Alzo la vista con los ojos abiertos. — Quiero la carreta.
— ¡Por favor, deja de ser dramática! — Sonríe quitándome la carta — Yo pediré para los dos.
— ¿Dramática yo? — Me ofendo — Para ti es fácil decirlo hombre, prefiero mi carretita — Hago puchero. Coloca el menú sobre el plato para mirarme y yo me tapo la cara avergonzada.
Él abre la boca para hablar, pero la pelirroja lo interrumpe cuando aparece. Se aclara la garganta y vuelve a intentarlo.
— Me da un plato de Magret De Canard y un Coq au vin acompañado de un vino blanco. — Le entrega la carta a la chica sin despegarme la vista.
— ¿Se comerá todo eso? ¿No quiere que le haga una orden para llevar? — Pregunta incrédula. Al escuchar lo que pidió Harry, y sólo a escuchar su tono, sé que es demasiado.
— Para servir señorita
— De acuerdo, su orden estará en 15 minutos — Se va apenada del lugar
— Le gustas — Alzo un poco la cabeza para señalarla.
— Tú cabecita es muy interesante. — Dice sarcástico lo cual le tiro el cuchillo por eso. — Yo sí puedo denunciarte si me clavas esto — Me enseña sus dientes todos perfectos. Arquea la ceja sin despegar la vista.
— Tu sarcasmo no funciona en mí. Así que ¡ja! — Sonrió victoriosa
— ¡El cuchillo no piensa iguaaaaal!— Ironiza moviéndolo.
15 minutos después de reírnos y conversar de cualquier cosa que se nos cruce, la mesera trajo la orden.
Viendo que ya no necesitaba de su ayuda, la chica nos deja solos. Él se levanta del asiento y me entrega lo que pidió. A simple vista dirían que no sé de comida, pero no es así. Mamá antes de ser sumisa por Frank, solía hacer platos típicos de los demás países. Y perfectamente sé que es un Mangro de pato asado acompañado de una salsa blanca y papás. Del lado de Harry su plato no lo reconozco pero se ve más rico que el mío.
— ¿Delicioso? — Pregunta al ver mi cara de alegría
— ¡Mmm, exquisito! Hace tiempo que no lo comía.
Esta escena me recuerda cuando salí con Pablo y pedimos algo parecido. Sólo que al contrario de Harry, yo estaba con mi cuerpo y él no dejaba de hablar. Se felicitaba y sacaba todo su resplandor al aire haciendo saber que andaba con un niño rico.
«Idiota».
Por eso salí corriendo a mi casa de inmediato.
«Un perfecto niño de papi».
— ¿Ya habías probado este plato?
— Mi madre buscaba recetas de otras partes del mundo y los preparaba.
— Me alegra saber que si doy a tus gustos — Sonríe
— Lo mismo pienso — Susurro.
«¿Será que ya viví esto?»
Me parece que lo he soñado.
Terminamos de comer junto a un brindis por la pequeña unión que formamos en tan sólo unos días. Nos levantamos de la mesa y miramos al cielo estrellado.
No es habitual ver celebrar una amistad recién comenzada como si nos conociéramos de años, sinceramente la mayoría lo hace cuando se casan, se hacen novio, o esperan un hijo. Ser amigo también debe ir en la lista. Es raro, pero, agradable.
Ver a Harry de reojo y pensar que a veces puede ser estúpido, sarcástico y orgullos, sé que internamente tengo que agradecerle más de lo que puedo imaginar. Me ha ayudado a ser diferente y no irme al caño por mi situación. ¿Tanto así negué lo que podía haber vivido y por un simple error todo mi mundo se vino abajo? No sólo mi vida se está apagando, mi sueño y mis anhelos de vivir también. Nunca imagine que esto podría pasar, y aun así jugué con el destino pensado que iba ganando. Realmente he perdido la partida, ya no tengo una carta bajo la manga. Fracasé como mujer y persona.
Sonreímos y salimos a largas zancadas del restaurante. Se lo ve renovado, determinante. Me lleva de la mano como si me fuera a perder y es linda su acción. Me conmueve. Paso varios minutos admirando su rostro en todo el camino. Y al llegar a mi habitación, me doy cuenta de que no puedo seguir negándolo. Me gusta. Nunca antes me había sentido así. Y sé que es una causa perdida y suspiro porque es estúpido. También me puse analizar que tal vez éramos dos personas con miedos e inseguridades queriendo no estar solos y apoyarnos en alguien que nos entienda. Tal vez sea una buena opción y el principio de algo entre dos persona que se encuentra de manera extraña. Pero no es conmigo la que debe contar. No soy la indicada para eso. Su camino y él mío debió haber terminado en el instante que nos vimos, o en el momento que nos chocamos. Es aquí donde yo ya no pertenezco.
Sabiendo esto, agradezco por la noche genial que me brindó. Es mejor huir cuando se puede. Huir del enamoramiento que mi corazón trata de formar. No puedo amarlo. No puedo construir una ilusión que pronto se desvanecerá. No quiero lastimarme.
La mayoría piensa que amar es un sentimiento, lo que no saben es que es un decisión. Un sentimiento cambia su curso, la decisión es para siempre porqué lo quieres así, para ti.
Duele en ocasiones porqué te has dejado llevar por la parte que quiere formar tú verdadera persona, la que desea ser diferente y demostrar al mundo que puede dar algo que no sea repetitivo. Pero así como se construye, se derrumba y llega nuevamente tú yo que vuelve a su rutina.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro