Escuché la música. Música suave, celestial. Hay árboles, animales, flores....el olor es increíble, hermoso. No hay flor en esta tierra que huela así. Todos se balancean con la música....no hay alma que no festeje. El lugar es bellísimo. Va más allá de lo que los ojos humanos pueden ver. De colores brillantes y despampanante. La tierra desde aquí es muy pequeña, gris como una pasa. Mi tierra no es como la pintan en los retratos, es más hermoso que eso.

No hay palabras para expresar lo que veo.

Miré y allí estaba mi papá. Baila a lado de unas personas. Parece joven. Ya no tiene anteojos. Parece tener treinta y tantos años.

No dejo de sonreír. No dejo de llenar mis mejillas de lágrimas. Verlo otra vez me causa miles de sentimientos. Mi estómago es un huracán de emociones. Entonces, se detiene a verme. Camina con su sonrisa brillante y jovial hasta llegar y abrazarme.

No puedo creer que sea real.

— Pensé que nunca volvería abrazarte.

— Ya estoy aquí, papá.

— Ven. Vamos a sentarnos. Hoy no hay nada que nos impida conversar frente a las aguas cristalinas.

Aguas cristalinas. Un hermoso estanque se encontraba a 10 pasos de donde estoy. Enorme y brillante superficie que no encaja en el mundo donde vivimos nuestros años. No, no es igual. Este mundo solo se encuentra gozo y plenitud.

— Todavía recuerdo cuando eras tan pequeña que apenas y cabías en mis brazos, tan frágil y tan delicada. — Sonríe sin despegar su mano de la mía — Desde ese momento te amé con mi alma y así será hasta volvernos a encontrar.

— ¿Papá?

— No puedo creer lo mucho que has crecido. Creciste tan rápido, pero siempre serás para mí mi pequeña, y siempre te cuidaré y te protegeré donde sea que me encuentre.

— De qué hablas ¿No estaré contigo?

— Escucha. Un padre no está hecho para ver sufrir a una hija pero es consciente de que ella tendrá que vivirlo y experimentarlo para crecer. Te sentirás perdida pero volverás a encontrarte.

— Aun así me siento desbastada, sufro desde adentro. Pienso en ti en todo momento, y no hay día que recuerde todos los momentos que me regalaste. A veces pienso que hubiera pasado si no te hubieras ido.

— Pero sucedió, y cada nuevo día en que despertamos es un regalo de Dios, y nadie sabe cuántos despertares tiene por delante, aprovéchalos.

— Te extraño, papá. No sabes cuánto lo hago.

— Disfruta de esta etapa de tu vida. Sera la mejor. De ahora en adelante el tiempo pasara volando, así que asegúrate de estar cerca de tu familia el mayor tiempo posible. No pierdas ningún momento.

— Ya no hay nada que hacer. Ya estoy aquí.

— Aun no es tarde para ti hija mía. Recuerda — Me abraza repentinamente.

— ¿Recuerda? ¿A qué te refieres con eso papá?

Me separo sin entender lo que dice.

— Se feliz.

— ¿Cómo se supone que haga eso sí estoy muerta? Mi vida y mundo ya no valen. La oportunidad de estar en la tierra ya acabó, ahora tengo el tiempo suficiente para estar contigo. ¡No quiero abandonarte! — Lo tomo con fuerza, no quiero que se aleje. Lloro en su pecho. Necesito aferrarme.

— Tu mano es tu fuente, las líneas la vida. Siempre estuvo contigo.

Todo empieza a desvanecerse. La neblina cubre la superficie y él desaparece en ella.

— ¡Regresa! — Corro pero no me muevo.

— Nunca digas adiós, porque un adiós significa irse e irse olvidar.

Se escucha a los lejos.

Quiero traerlo devuelta. Quiero volver estar a su lado. Una brisa fuerte me succiona. Todo se desvanece como siempre sucede.

Él ya no está conmigo.

Caigo de rodillas. Golpeo con fuerza el piso esperando que eso lo traiga devuelta.

Sólo quiero verlo una vez más. Sólo quiero estar con él. Se fue al cielo cuando aún no le correspondía.

¡Debió quedarse en casa ayudando a mamá!

Siempre fue una buena persona. Hacía todo lo posible por darnos los que nos merecíamos como la familia que somos. Había problemas pero siempre los resolvíamos juntos. Nunca dejó de amarnos y él entendió el significado del amor verdadero. No es justo que se haya ido cuando aún lo necesitaba. Me dejó. Apenas era un bebé que necesitaba de su padre, ese apoyo incondicional, a su príncipe azul que la venía a rescatar del dragón. Sin embrago no volvió y me quedé con el corazón roto. Y como todo cuento, el final cambio en la historia.

— ¿Era justo?....... ¿Fue justo que te lo hayas llevado sin siquiera preguntarme? No debiste hacerlo. No debiste apartarlo de mi lado. ¿Tanto te costaba que lo salvaras? Sólo era un hombre con buen corazón que necesitaba de tu ayuda y lo dejaste abandonado como lo has hecho conmigo. No te importa nuestros sentimientos, somos como tus juguetes que cuando quieres los botas y cuando no, haces lo que se te venga en gana. No debiste irte cuando suplicaba por su vida. ¿¡Por qué no me llevas a mí si éste es tu maldito plan!? ¡Eh! ¿Qué te costó deshacerte de mí? Dejaste que sufriéramos las peores cosas ¿y aun así quieres que sufra más? Ya basta con todo. ¡Ya bastaaaaaa!.

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Hola mis queridos lectores, aquí les dejo otro capítulo.

Escribir esta parte me causó nostalgia dado que muchos que perdemos a nuestros familiares queremos ese anhelo. ¿Que les pareció el capítulo? ¿A que se refería el padre de Elena con que recuerde?

Haganme saber todas sus opiniones en los comentarios mis amores!!😊

Feliz fin de semana mis fantasmitas!!!!!! 👻👻 ❤

Nos leeremos en el siguiente capítulo.