—Buenas noches abuelito.

—Buenas noches Yugi —su abuelo lo despide para irse Yugi a la cama.

Subió rápido a su habitación, se colocó su pijama y se dirigió a la cama.

Empezó a dar vueltas en la cama tratando de dormir pero el sueño no llegaba, quedó viendo al techo.

"¿Es cierto que cuando uno no puede dormir empieza a pensar en cosas ilógicas de la vida? Cómo por ejemplo, la pizza viene en caja cuadrada, la pizza es redonda, y los pedazos triángulares... ¿Por qué es así? Osea no tiene lógica... O ¿Cómo es que la cámara del teléfono es redonda y las fotos salen cuadradas? O peor aún ¿Qué estaban haciéndole a la vaca cuando inventaron la leche? ¿Los pingüinos tienen rodillas? O a menos que..."

—¡Ya deja de pensar estupideces! —se oye una voz ronca.

—Ya sé, es sólo que no... ¡Aaah! ¿Quién dijo eso? —Yugi grita exaltado cubriéndose con sus sábanas.

—Ammm... ¡Nadie!

—¿Cómo que nadie si me estás hablando? ¿Quién eres? ¿Cómo entraste aquí? ¿Qué haces aquí? ¡Muéstrate!

—Primero que nada, cálmate, segundo debes dormir —dice el extraño sujeto sentado en la ventana con una lámpara en la mano con una luz de un brillo especial y profundamente verde, sus aspecto era casi idéntico al de Yugi, con cabello de punta y tricolor.

—¿Quién eres tú? —dice el inocente Yugi.

—Yo me encargo de vigilar tus sueños, yo me encargo de asegurarme de que sueñes bien y sin ninguna pesadilla —dice el extraño acercándose lentamente a Yugi quién abraza una almohada en forma de protección, al tenerlo totalmente cerca, el extraño acerca su mano al rostro de Yugi tocando su nariz suavemente con curiosidad.

—¿Por qué tocas mi nariz?

—Nunca en mi existencia había tocado o visto a un vivo.

—¿Acaso estás muerto?

—Soy un guardián de los sueños.

—¿Entonces tú espías mis sueños?

—Llámame como gustes, soy tu guardián de los sueños, soy Yami.

—Tú nombre no me da bueno espina, eso significa "Oscuro"

—No juzgues sin conocerme pequeño.

—Tú te encargas de que no tenga pesadillas ¿Pero por qué a veces sí tengo pesadillas?

—Es cuando no duermes bien, o no tienes el descanso adecuado, yo me alimento de tu salud mental, cree en mí y yo te protegeré.

—¿Entonces si no descanso bien, tú serás débil?

—Estás en lo correcto, pequeño.

—Entonces Yami ¿Quieres ser mi amigo? No tengo muchos amigos realmente y puedo confiar en ti, ya que eres mi guardián.

—Mi pequeño, ya somos amigos desde el momento que nos conocimos.

—¿Por qué puedo verte ahora y no antes?

—Porque... Quería... Pues... Hablar contigo... —Yami tartamudea.

—Entonces seremos buenos amigos —dice Yugi emocionado.

Pip, pip, pip, pip, pip

—¿Qué es ese ruido? —dice Yugi cubriéndose los oídos.

—Tienes que despertar ya Yugi.

—¿Esto es un sueño? Entonces ya no te veré.

Yami sólo se acerca y con un leve soplido...

—¡Ah! —Yugi grita sentándose bruscamente en la cama.

Cuando ve a su alrededor ya había amanecido.

—¿Todo fue un sueño? ¿Yami? ¿Yami?

—¡Yugi, se hace tarde debes ir a la escuela!

—¡Ya vooooy!

Yugi se levanta y se va a la escuela. Ese día se la pasa pensado en ese sueño tan raro.. Yami... Ese misterioso sujeto que se le apareció en su sueño diciéndole que lo protegería de las pesadillas.
—Mouto, está muy distraído hoy, ponga atención esto viene en el examen —el profesor de ciencias le habla a Yugi haciéndolo salir de sus pensamientos.

—¡Ah sí profesor!

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—Ya llegué abuelito.

—Bienvenido Yugi.

El día pasa de inmediato y la noche cae de vuelta, Yugi cena rápidamente, se despide de su abuelo, se pone la pijama y se mete a la cama... Enojado de no alcanzar el sueño, empieza a pensar en las misma estupideces de la noche anterior...

"¡Aaah! Rayos no puedo dormir de nuevo, a este paso el espía de los sueños estará débil"

—Claro que no mi pequeño, tu sueño es muy sano.

—¡Yami! —el chico se baja de la cama corriendo y abraza al desconocido.

Este sólo corresponde, notando la diferencia de altura entre los dos.

—Sólo a pasado un día amiguito.

—Para mí fue eterno ese día —dice el pequeño cruzando los brazos, lo que lo hace verse más tierno aún, a lo que Yami sólo sonríe.

—Yugi ¿Qué edad tienes ahora?

—Tengo 15 años ¿Por qué?

—No, por nada —Yami ríe.

Y así, cada noche, Yugi ansioso dormía para juntarse y hablar con Yami de su cada día... Pasó el tiempo, y Yugi seguía ilusionado con su amigo que sólo podía ver por las noches.

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—Yami, Yami, Yami, el próximo año terminó la preparatoria y seré mayor de edad.

—Veo que estás muy ansioso con eso...

—Claro que sí, ammm.. ¿Yami?

—Dime, pequeño.

—Hace dos años que nos conocimos. ¿Por qué no pude verte antes? —pregunta Yugi curioso a lo que Yami sólo suspira.

—Yugi, desde siempre había sido tu guardián de los sueños, pero... Sólo te veía soñar, sinceramente aquí estoy rompiendo una de mis reglas al estar hablando contigo y con qué tú sepas de existencia.

—¿Por qué rompiste esa regla?

—Para poder conocerte —Yugi abraza a Yami

—Siempre estaremos juntos, Yami.

Yami le corresponde y al escuchar eso último de Yugi, su sonrisa se borra.

—Yugi. No soy eterno.

—¿Qué quieres decir, Yami?

—Creo que ya estás listo para saber esto —Yami y Yugi se sientan en la cama —sólo puedo cuidarte durante tu inmadurez.

—¿Eso significa qué? —Yugi dice abriéndo más los ojos.

—No estaremos juntos toda la vida.

Yugi empieza a soltar unas cuantas lágrimas.

—No quiero perderte —dice Yugi abrazando fuertemente a Yami.

—Yugi, ya tienes 17, en un año serás un adulto.

—¡Pero no quiero crecer, no quiero perderte, no será igual sin ti! —Yugi llora con más fuerza.

—Vamos, mírate actúas como un niño —dice Yami acariciando su cabello.

Yugi lo abraza más fuerte.

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Yugi se decide a que el poco tiempo que tendría con Yami debía aprovecharlo a montón, trataba de no desvelarse en tareas escolares para tener más tiempo con Yami.

Y cada día trataba de estar con Yami cada vez más cerca.

—¡Yami! ¡No me encontrarás! —dice Yugi escondiéndose en el armario.

—Te encontraré pequeño —dice Yami buscando a Yugi debajo de la cama.

Yami se dirige al armario seguro de encontrarlo allí, pero se sorprende más al no encontrarlo allí, cuando de repente...

—¡Booh!

—¡Ah! —grita Yami ante el inesperado susto de Yugi saliendo de la ropa del armario.

—Te asusté —ríe Yugi.

—¡Ven acá, pequeño monstruo! —dice Yami divertido abrazando a Yugi y revolviendo su cabello.

—¡Sueltame! —ríe Yugi divertido.

Cuando ambos se separan, se empiezan a reír a carcajadas.

Y así, noche tras noche, cada día, cada semana, cada mes, hasta cumplir un año.

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—¿Sabías que en dos días cumplo 18?

—Sí, lo sé muy bien.

—¿Mañana es la última noche?

—Sí, pequeño.

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Yugi se levantó esa mañana, no muy feliz por suerte ese día no tocaba escuela.

—Yugi, te ves muy triste hoy ¿Qué te pasa? —le pregunta su abuelo.

—Nada, no es nada, ya no tengo hambre —dice Yugi levantándose de la mesa yéndose de allí.

Y finalmente la noche cayó.

Yugi yéndose a dormir más temprano que de costumbre esta vez.

—¿Yami?

—Dime

—¿Qué pasará en el momento en que te vayas?

—Me haré polvo, pues mi misión ya se habrá completado, ya no habrá razón para seguir aquí.

—¿Entonces morirás?

—Por así decirlo... Sí.

Yugi abraza a Yami.

—¡No quiero perderte!

—Nada es eterno mi pequeño, algún día debía suceder.

Pip, Pip, pip, pip, pip.

—Es tu alarma de que ya amaneció.

—¡Noooo! ¡No te vayas! —Yugi empieza a llorar fuertemente —no me dejes, aún soy muy débil.

—Yugi, ya has crecido, ya eres casi un adulto, soy el guardián de los sueños de un chico inmaduro.

—Pero aún soy una persona débil e inmadura.

—¡Pero pronto serás alguien fuerte!

—¿Cómo tú? —Yugi dice. Yami sonríe.

—Cómo yo...

—Aún así no quiero que te vayas —Yugi abraza con más fuerza a Yami.

—¡Yugi! No queda tiempo... ¡Yugi! ¡Yugi! ¡Yugi!

—¡¡Yamiiiiiiii!!

—¡Yugi! —grita su abuelo, haciéndolo despertarse.

—¡Yami! —es lo primero que Yugi grita al abrir los ojos.

—¡Feliz cumpleaños!

Yugi no muestra felicidad, de echo, no hay ningún emoción en su rostro, esto le es muy extraño a su abuelo.

—Yugi, ¿Sucede algo?

—No, nada, gracias abuelito.

—Bueno, baja de inmediato el desayuno ya está —dice su abuelo yéndose.

Yugi se queda sentado en la cama pensado, haciendo como que el tiempo se ha detenido... Nada sería como antes...

A pesar de todo, muchos conocidos de Yugi lo esperaban en la sala para desearle feliz cumpleaños, eso hizo que se sintiera mejor, aunque no del todo.

El día se fue rápido como agua entre los dedos.

Llegó la peor hora, y menos esperada para Yugi. La hora de ir a dormir.

No quería, no podía, sabía que no sería nada igual, sabía que no estaría su guardián para contarle como le fue ese día.... Nada sería como antes...

Lentamente se preparó para dormir, deseando tener insomnio para no dormir esa noche...

Se quedó despierto un rato... Sin darse cuenta la noche fue pasando...

Un leve soplido del viento hace que Yugi se asome a la ventana, en dónde veía la silueta de su joven guardián. Al momento de asomarse a la ventana, encuentra una carta.

"Querido Yugi:

No sé si lograrás leer esto, pues en el momento que cumplas 18, me olvidarás, si logras leerla es porque probablemente naciste un día como hoy hace 18 años a media noche"

Yugi recordó que su mamá le había dicho que había nacido a las 12:34 de la noche.

Y actualmente eran las 12:30 de la noche.

"Yugi, tú me olvidarás, y yo desapareceré, estoy feliz de haber sido yo tú guardián.

Gracias por esos momentos, gracias por dejarme ser tu amigo, de echo fuiste mi mejor y único amigo.

Yugi, permití que me vieras porque no quería estar solo, porque te veía más que como un amigo, más que a un hermano, eres mucho más especial que eso para mí, Yugi, sé un buen chico, sé que serás un adulto responsable y honesto.

Si pudiera volver a repetir estos tres años de mi existencia contigo lo haría...

-Con cariño, Yami."

Inevitablemente Yugi se arrodilló con la carta en la mano y empezó a llorar, una oleada de viento entró por la ventana haciendo que Yugi se sintiera más calmado, haciendo que Yugi sintiera paz y tranquilidad, sintió esa oleada de viento como cuando conoció a Yami y tocó suavemente su nariz por primera vez.

Algo hizo que subiera a vez la cornisa de la ventana, había algo que la cortina cubría, se levantó y en el momento de quitar la cortina, sólo sonrió al encontrarse con esa lámpara de luz verde que Yami siempre llevaba para alumbrar la oscuridad de la habitación de Yugi.

Definitivamente Yami, alumbraba las noches de Yugi...

12:34

Yugi se despierta de la nada en medio de la noche...

"Qué sueño tan extraño, probablemente comí demasiado, bueno será hora de volver a dormir, espero soñar con algo más coherente.

Aunque... ¿Qué era esa carta con la que soñé?

Fin.

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Holaaaaaa, siii he aquí otro One-Shot... Créanme que pasé mucho tiempo pensando en un final para esta historia...

Haber son las 3:37 de la mañana y yo aquí terminando  de escribir esta historia, creo que me viene más la inspiración a estas horas :v jaja

Bien, espero no haber confundido la historia en ciertas partes, espero que toda la historia esté comprendida.

Así que espero les guste este pequeño One-Shot que hice con mucho amor.

Jejeje

Feliz Año por cierto :3

¡Hasta luego!