El espantapájaros
Kim TaeHyung nunca se ha quejado de su vida.
Es más, la disfruta bastante a pesar de todo el cansancio que suele traerle el día a día, pero él cree firmemente que una ciudad llena de edificios y aire contaminado nunca se podría comparar a despertarse con un cielo despejado y la vista de un extenso campo verde, con aire fresco por supuesto.
Vivía en una pequeña casa de madera junto a sus padres y tres hermanos mayores y una hermana menor en plena adolescencia. A unos metros de la casa había un granero de rojo opaco el cual se encontraba en remodelación desde hace unos días por lo cual se mantenía cerrado, un poco más cerca tenían una gran cantidad de animales de granja que la familia cuidaba como sus más preciadas mascotas, tenían gallinas, cerdos, vacas, caballos y un burrito.
Cuidar de aquellos animales era un trabajo arduo pero no lo era comparado a cuando se trataban de los cultivos, ya que estos ocupaban hectáreas de terreno, se necesitaba más de una persona para mantenerlos.
Aunque ya todos ahí estaban acostumbrados al trabajo constante así que eran pocas las veces que se quejaban de hacer este tipo de tareas, la única manera de conseguir reclamos era cuando les tocaba ir a por maíz, en definitiva nadie de la familia o los mismos trabajadores disfrutaban estar en esa parte de los cultivos.
¿La razón? Pues desde generaciones anteriores existe un espantapájaros que nadie quita por ser una reliquia familiar pero, del cual nadie se atrevía acercarse, y es que el simple aspecto causaba escalofríos, por la cantidad de años la tela que lo formaba se había gastado y estaba rota y sucia, sobresaliendo de todas partes la paja añeja que estaba dentro de su cuerpo, rígido en posición de cruz por las maderas que lo sostenían, parecía que a través de sus ojos hechos por botones te observaban en conjunto de una sonrisa que estaba cosida a su rostro, y quizás lo más perturbante de su aspecto era el hecho de que de collar tenía una soga colgando de su cuello, amarrada de tal forma como lo haría alguien para colgarse.
Todos tenían más de una historia que contar cuando se encontraban cerca del espantapájaros, incluso al no poder explicar con certeza porqué ocurrían, se inventaban las razones pues nadie sabía explicarlo y sonaba de locos solo culpar al espantapájaros como tal pero, con el pasar de los años parecía ser la respuesta más sencilla.
La madre de la familia recordaba perfectamente cuando una vez de joven iba a recoger maíz, todo marchaba normal hasta que llegó donde estaba el dichoso espantapájaros, aún sentía recorrer por sus venas el miedo que le apoderó el cuerpo cuando notó que aquella figura le estaba mirando, jurando que no era su imaginación se puso de cierta manera que sólo quedará la espalda del espantapájaros frente a ella y sin embargo cuando regresó a levantar la vista aquel estaba de frente, con sus botones algo flojos de su rostro cosido fijos en ella, el pánico se apoderó de la muchacha cuando entre la maleza algo le sujetó la pierna y la arrastró entre los cultivos, en algún momento que no recuerda con exactitud logró soltarse y herida huyó de allí.
La madre nunca más quiso volver a esa parte, en cambio iban los trabajadores o el resto de su familia, aunque no permitía a su hija menor acercarse a la zona.
Un trabajador juraba que la vez que le tocó vio a la figura moverse, y que de alguna forma fue levantado en el aire y tirado toscamente al piso consiguiendo un brazo roto. Cabe aclarar que no siempre los sucesos eran así de violentos, a veces solo eran algunos sustos o escondía toda la verdura que recogía el trabajador de turno hasta que este llegaba al punto de entender que debía irse.
Aunque TaeHyung no creía mucho de esas historias, pues hasta el momento no había sufrido algo parecido, por lo tanto era al que más comúnmente enviaban a esa zona. Pero no significaba que la primera vez que fue no sentía el vello erizado de sólo imaginar que podría pasarle.
⊱•⸙͎.•⊰
Hace unos meses enviaron a TaeHyung por primera vez a la zona del espantapájaros, pues aunque a nadie le gustará era necesario recoger y verificar los cultivos.
TaeHyung llevaba un canasto de gran tamaño a mano y se sintió temblar cuando divisó la figura del tan famoso espantapájaros maldito, a pesar de su miedo se acercó a paso calmado y quizás era un idiota cuando lo primero que hizo fue mirar directo a la cara de la horrorosa figura.
—Hola señor espantapájaros —decidió sonreírle aún viendo a la figura inmóvil—, sé que no le gusta a la gente que se acerca aquí pero seré rápido para no molestarle —hizo una reverencia de noventa grados, pues él creyó que mostrarle un poco de respeto no estaba mal.
Luego de eso retrocedió unos pasos esperando que ocurriera algo pero como no fue el caso, suspiró tranquilo y se dispuso a hacer su tarea lo más rápido posible.
Sorprendentemente no tuvo ningún inconveniente más que a veces se le cambiaba el canasto de lugar, no cuestionaba y cumpliendo con su palabra terminó rápido, tomó el canasto ya lleno y mirando de vuelta al espantapájaros le saludó y se marchó de allí.
Claro que la familia se sorprendió cuando TaeHyung regresó con el canasto lleno y sin ninguna anomalía que contar.
Algunas semanas pasaron y TaeHyung no regresó a ese lugar pues tenía otras tareas, sin embargo los trabajadores seleccionados para ir llegaban tan asustados como siempre.
Cuando volvió el turno de TaeHyung, hizo lo mismo que la vez pasada, saludó, mostró respeto y fue a hacer su trabajo. Y estaba bien con que a veces notara el cambio de posición de su canasto pero, sí le erizo un poco la piel cuando él mismo lo vio moverse por sí sólo hasta llegar a otra parte.
Sus ojos inmediatamente vieron al espantapájaros que se veía igual que cuando llegó, sonrió un poquito y decidió hablar mientras se dirigía de nuevo a su canasto para traerlo de nuevo a sí.
—¿Sabes? A muchas personas les pareces aterrador por tu aspecto o por cosas que se rumorean de ti —dijo mirando esperando algo, nada pasó—, pero, creo que está bien, es decir, eres un espantapájaros y tu deber es... espantar... pájaros, además de proteger los cultivos y yo creo que haces un excelente trabajo, es decir mira —dijo un poco más emocionado de lo que debería mostrando el maíz en buen estado a la figura inerte, la cual tampoco dio señales de intentar moverse, aún así el castaño lo dejó a la vista por unos segundos y luego lo guardó—, están muy bien los cultivos así que muchas gracias por tu esfuerzo —terminó por decir con una gran sonrisa cuadrada adornando su cara.
Luego de recoger y verificar todo lo que faltaba se sacudió su ropa de trabajo la cual estaba cubierta de tierra, tomó su canasto y dirigió su vista de nueva cuenta a la figura.
—No te molesto más, ya me voy —hizo una reverencia y se marchó de allí, sin fijarse como la cabeza de aquel muñeco inerte se movía lentamente para seguirle con la mirada.
⊱•⸙͎.•⊰
Los días pasaban y todos creían que el maldito espantapájaros estaba cada vez peor, resultando con un trabajador gravemente herido como nunca antes se había presenciado.
La tercera vez que TaeHyung fue definitivamente no esperó encontrar todos los cultivos recogidos amontonados frente al espantapájaros, aunque no le asoció con algo que fue obra del ser hecho de paja y tela vieja, más bien creyó que eran los cultivos que el anterior trabajador no pudo recoger.
Así que se decidió a recogerlos todos antes de que se pudrieran.
—Hola de nuevo, espantapájaros —saludó mirando al aludido, pensó en lo que dijo y le miró de nuevo—. Creo que la palabra es muy larga ¿no crees? Mm, ¿estaría bien si te pongo un nombre? —miró expectante y aunque él no tenía ninguna experiencia paranormal con aquel, le gustaba hablarle esperando una respuesta que nunca llegaba—...supongo que es un sí, mmm, ¿Cuál sería un buen nombre? ¡Oh!, escuché este en la tele, ¿JeonGguk? Es un nombre bonito ¿no crees? —espero en el silencio y continuó—, te llamaré JeonGguk, serás conocido como JeonGguk el espantapájaros, es atrayente —concluyó para sí mismo, y continuó con su tarea luego de leve distracción.
Gracias a que los cultivos ya estaban previamente recogidos la estadía de TaeHyung fue más corta que otras veces, así que se marchó rápidamente de ahí, el ahora llamado JeonGguk se movió con la vara que lo sostenía en lo alto hasta ver cómo el muchacho se alejaba de allí, hasta que la lejanía le prohibió la vista de seguir viéndolo, en el espacio silencioso comenzó a escucharse tan fuerte como un tambor un latido.
Bum, bum, bum, bum...
Dentro del gastado y viejo cuerpo de paja y tela, yacía un corazón reposando, pues hace décadas un joven chico fue la víctima de un granjero loco, el cual asesinó cruelmente al joven pero dejando su corazón en un espantapájaros que él mismo creó con sus manos como si fuera un premio, el resto del cuerpo del chico fue descuartizado y esparcido en su amplio campo casi usado como si se tratase de fertilizante, pero el granjero no imaginó que el espíritu de aquel chico sin nombre se quedaría allí y que con su odio a los granjeros no permitía que alguno se acercara a su lugar de muerte.
Pero desde que Kim TaeHyung llegó, algo en él se apiadó un poco, este era extrañamente más amable que cualquiera que hubiera tocado ese campo, y el mismo espantapájaros determinó que a la única persona que quería cerca era aquel chico. Lo cual lo llevó a ponerse más violento cuando no era él quien llegaba, siendo que cada vez que llegaba uno de estos hombres barbudos que lo miraban con desagrado, el espantapájaros decidía deshacerse de ellos, a uno se aseguró de romperle todas sus extremidades y lo arrastró al espeso campo hasta que su cuerpo quedó fuera de allí, y así varios trabajadores fueron sufriendo destinos similares, algunos saliendo más vivos que otros o simplemente logrando salir pues ya habían dos personas desaparecidas.
⊱•⸙͎.•⊰
Con el tiempo ya ningún trabajador estaba dispuesto ir al sector de maíz, considerando los sucesos, el como varios salían heridos, o apenas vivos, las dos personas desaparecidas aún no daban señales de vida, esto amenazaba a la familia y solo tuvieron que aceptar el pedido de sus empleados, como era de esperarse sólo TaeHyung era el único que salía ileso de aquel lugar por lo cual se le entregó todo el trabajo del sector a él, sin embargo por precaución sólo lo dejaban ir ciertos días, esto de igual manera no era beneficioso para ellos así que la familia consideraba mover los cultivos de maíz a otro sector, ya que a este paso todo terminaría muriendo o pudriéndose, así que con este plan en mente, la frecuencia con la que TaeHyung iba a visitar al espantapájaros disminuía cada vez más.
Nadie más que el propio JeonGguk notaba esto, el tiempo que pasaba para poder ver a su granjero favorito era cada vez más largo, los cultivos que él se había encargado de recogerle de antemano se estaban pudriendo mientras eran comidos por gusanos, así que fue una oscura noche cuando la luna desaparecía y las estrellas titilaban asustadas de su soledad en el cielo que una gran ventisca sacudió el sector, moviendo al espantapájaros de un lado a otro, los hilos que lo sujetaban a la madera comenzaron a aflojarse, los clavos que lo tenían firme atravesaron su antiguo y deteriorado cuerpo hasta dejar de sostenerlo, al cabo de un minuto o dos, el cuerpo cayó con un golpe seco a la tierra, el viento se detuvo, los insectos se callaron, y toda la atención se enfocó en aquel muñeco de trapos viejos.
Fueron segundos largos y expectantes en los que parecía ser solo un montón de paja y ropa sucia tirada en el suelo, pero al momento como si fuera obra divina levantó su brazo para darse impulso, de forma lenta aquel cuerpo cobró vida, no poseía huesos ni articulaciones así que tan solo parecía como un muñeco que fue levantado por los cabellos, el peso de su cabeza le hizo doblarla para el lado sin la capacidad de mantenerla firme, y en esa oscura y fría noche, el espantapájaros dio sus primeros pasos, caminó lento casi arrastrando lo que debían de ser sus pies en la sucia tierra, caminando entre el maíz se ocultaba su escalofriante figura y si vieras desde afuera quizás notarías ver a la vegetación moverse en ese amplio campo en medio de la oscuridad de la noche pero, no sabrías el por qué de ello, JeonGguk caminó hasta que este terreno se acabó y no hubiera maíz que lo cubriera, a lo lejos divisó una casita de madera, continuó su camino asustando a los animales que aún seguían despiertos, provocando que estos se alejaran de él, al caminar por alrededor de la casa encontró una ventana abierta, ansioso por saber dónde estaba el granjero se acercó a esta, al mirar adentro vio el cuerpo durmiente de TaeHyung acostado en lo que parecía ser su cama, complacido decidió quedarse ahí, otra vez como si su cuerpo fuera inanimado, se quedó quieto tan solo observando, siendo la pesadilla que todo niño tiene al creer que hay un monstruo tras la ventana.
Así los días pasaban, cada vez que llegaba el amanecer el espantapájaros regresaba a su cruz de madera y permanecía allí todo el tiempo que el sol se mantuviera brillando en el vasto terreno pero, una vez se oscurecía y todos dormían, el proceso se repetía, cada noche sin falta el espantapájaros llamado JeonGguk se asomaba a la ventana abierta de la habitación de TaeHyung, tan sólo para verlo en todo el tiempo que durará la noche, a veces TaeHyung se despertaba en medio de la oscuridad de su cuarto, sintiéndose observado, prendía su lámpara para mirar alrededor no viendo nada y al creerse loco, la apagaba para volverse a dormir, sin captar aquella figura que entre la oscuridad le miraba desde su ventana.
El sentimiento aún le acompañaba las veces que debía ir a los campos de maíz, un poco más de lo normal sentía aquello que tanto había oído de sus familiares y trabajadores del lugar, era como comprender que eras observado pero por más que miraras a tu alrededor no verías a nadie, estabas solo. TaeHyung por supuesto no encontraba lógico que fuera JeonGguk, pues aceptaba que quizás había alguna clase de espíritu en esos campos pero el sentirse observado lo asociaba a algo más humano, entonces sólo intentó hacer su trabajo lo más rápido posible para marcharse de ahí, las noches eran parecidas, ahora incluso le costaba dormirse porque la sensación de sentirse vigilado le regresaba.
Fue una de estas noches que había logrado dormirse pero, el horario de sueño fue particularmente más corto que otros días, así que minutos antes de que saliera el sol él ya se hallaba con los ojos abiertos, se sentó viendo su habitación iluminada de un tenue azul que anunciaba la cercana llegada del amanecer, su vista inconscientemente se dirigió a su ventana la cual dejaba abierta por estar en temporadas de verano, y se paralizó en el momento que vio una figura moverse de allí, no alcanzó verle bien, no sabía quien acababa de pasar frente a su ventana y el recuerdo de ojos fijos en él le erizaron la piel al tan solo asociarlo, luego de estar quieto del miedo, tomó algo de valentía para salir de su cama y asomarse al ventanal para intentar comprobar que solo había sido algo inofensivo o mucho mejor, producto de su imaginación, sin embargo lo primero que captaron sus ojos fue como el maíz se movía como si alguien se estuviera haciendo paso entre ellos y para peor, aunque no estaba muy seguro ya que estaba muy lejos, veía la cruz de madera donde residía el espantapájaros, sin este.
⊱•⸙͎.•⊰
Tantos días observando en la segura y silenciosa oscuridad a TaeHyung, provocó tristeza en el espantapájaros, al igual que le provocaba ira notar que ya no aparecía por sus campos, todo alrededor de JeonGguk comenzaba a pudrirse, la falta de riego y cuidado estaba provocando que las hojas verdes de los tallos se oscurecieran, el paisaje se estaba volviendo árido, de tonalidades cafés, un paisaje tan muerto como lo estaba él mismo, y fue ahí cuando le pasó aquella idea por la cabeza.
JeonGguk estaba muerto, tan solo era un muñeco hecho de trapos viejos, en su interior había paja añeja con tan solo un corazón latente, y si ya tenía el corazón ¿qué le impedía tener el resto del cuerpo faltante? Nada.
Él podría estar todo el tiempo que quisiera junto a TaeHyung si él tuviera un cuerpo humano.
Era una fantástica idea.
Fue así que abandonó su amada rutina de observar al amor de su vida en la noche y en cambio, comenzó a buscar un cuerpo, o varios.
Lo primero que hizo fue darse su propia estabilidad, y se dirigió a donde escondió a aquellos hombres desaparecidos, los cuales sus cadáveres ya se estaban pudriendo, con una piedra pudo desprender el esqueleto de la carne muerta, algunos estaban rotos pero con eso le bastaba, abrió su propio cuerpo y puso cada hueso encima de su añeja paja, para luego volver a coser su tela con la misma, la primera noche había pasado y nuestro espantapájaros un esqueleto había ganado.
Cuando el sol había regresado, TaeHyung que tomó la costumbre de observar por su ventana el paisaje del campo muerto de maíz, notó como ahora el espantapájaros ya no estaba en la cruz, un poco aterrorizado quiso ignorar el tema y siguió con sus tareas diarias.
La siguiente noche JeonGguk decidió que se haría unas piernas, se aventuró a recorrer campos ajenos a una hora un poco más temprana de lo usual, con su nuevo esqueleto se veía más alto y tenía más estabilidad, la idea le estaba emocionando y ya no había nada que lo haría parar, a lo lejos notó un trabajador caminando entre los cultivos, con su misma piedra afilada se acercó a cortarle la garganta, un chorro de sangre no le permitió al pobre gritar o pedir ayuda, sin importarle el camino rojo que dejaría tras sí, JeonGguk lo tomó de un brazo y lo arrastró hasta el lugar donde se había escondido durante el día, el granero.
La puerta estaba abierta pues rompió el candado y al entrar se veía el cuerpo abierto y podrido de uno de los trabajadores desaparecidos y ahora sumaríamos uno nuevo, el espantapájaros estaba dispuesto a usar de nuevo su fiel piedrita pero al mirar el uniforme del hombre muerto vio una hoz colgando de su cinturón de trabajo, dejó caer su piedra y usó la nueva arma adquirida para cortarle las piernas, sin embargo la corto en distintos trozos desiguales, creando varios trozos de carne delgada esparcidos en el lugar, puesto que a JeonGguk no le interesaba los músculos y otros órganos, sólo arrancaba la piel necesaria, con esto sólo agarró un poco de paja nueva que encontró en el granero para moldear la forma de su pierna y uso los trozos de piel recién arrancados para dar el resultado final, puesto que sus cortes fueron irregulares, tuvo que coser todo los trozos con hilos de paja, quedando uniones gruesas, al llegar el amanecer nuestro querido espantapájaros ya poseía piernas que le sostenían el cuerpo, tan sólo quedaba buscar algún otro cuerpo que le gustase para seguir armando su nueva figura humana.
Y así fue como lentamente la familia notaba que cada vez menos de sus fieles empleados aparecían en el trabajo, hasta que llegó el día en el que los únicos que habitaban aquella zona era la familia Kim, lo cual desencadenó varias peleas entre los mismos.
—¡Este lugar está maldito! ¿¡Qué no te das cuenta!? —gritó la madre con lágrimas en los ojos de desesperación, ya habían pasado unos diez minutos desde que comenzó a hablar con su marido del tema que acaloraba a la familia.
—¡No está maldito! ¡Solamente eres tú y tus estúpidos delirios familiares! —gritó con enfado el padre, harto de que su esposa le esté echando la culpa a un espíritu del campo por la pérdida de sus trabajadores.
Mientras los dos adultos seguían peleando los cinco hijos de la pareja escuchaban desde otra habitación, callados sin saber que decir al respecto, hasta que el mayor de los hermanos habló.
—Esto es ridículo, papá y mamá pelean y pelean porque los trabajadores dejaron de venir pero ninguno a querido averiguar por qué, sólo están allí hablando de un supuesto fantasma.
—Pero el fantasma es real, oppa —habló la más pequeña—. Todos lo sabemos.
—Sí pero, el fantasma es sólo de un sector Jinnie, sector el cual ya está prohibido el paso, es más que obvio que no tiene nada que ver —interpuso el segundo mayor, todos asintieron pues era verdad, por mucho que todos sabían que existía algo paranormal en el lugar, sólo ocurría en una parte en específico, era imposible que aquello tuviera la culpa de la falta de trabajadores.
Finalmente los gritos cesaron y escucharon un portazo, TaeHyung curioso salió de la habitación donde él y sus hermanos y hermana estaban, viendo como su padre estaba sentado en el sofá y su madre segundos después salía de su cuarto para lanzarle sábanas a su pareja y luego devolverse al mismo para finalmente cerrar con llave su cuarto, era obvio que a su padre le tocaría dormir en el sofá, aunque si él quisiera podría volver a entrar porque todos sabían que las llaves de todo estaban en una caja guardada en el almacén de comida, un lugar no muy esperado para guardar las llaves y por eso era perfecto para que posibles ladrones no las encontraran, no con facilidad al menos.
Minutos después sus hermanos comenzaron a salir e irse a sus respectivas habitaciones para dormir, el mayor de sus hermanos sin embargo se dirigió a la salida de la casa a lo cual TaeHyung no dudó en preguntarle a dónde iba.
—Iré a la casa del señor Yang —uno de los tantos empleados que dejaron de venir a la granja—, para aclarar de una vez por todas porque dejan de venir, si tengo suerte igual lograré que vuelva, tomaré el coche y volveré muy tarde me imagino... así que te veo luego, hermanito.
—Okay, adiós, hyung, que te vaya bien —con una sonrisa compartida por ambos hermanos se despidieron y el hermano de TaeHyung salió de la casa.
En la oscuridad total de la noche, el espantapájaros veía como alguien salía del hogar donde su hermoso granjero vivía, así que un poco tieso aún buscando tener mejor control de la movilidad de su nuevo cuerpo hecho a mano, salió de aquel granero.
El mayor de los hermanos estaba entrando al camino de tierra para autos para dirigirse a la casa del señor Yang, debido a la poca iluminación de la zona prendió la luz de los faroles del auto, paró de golpe cuando un ser horroroso apareció frente al mismo, parecía ser un humano con la cara tapada por un saco viejo, que contenía botones flojos por ojos y una sonrisa cosida, estaba allí quieto y sin moverse impidiendo el paso, el mayor de los hermanos pudo notar el leve movimiento de respiración en el pecho ajeno, así que un poco incrédulo con lo que veía salió del vehículo, creyendo que quizás sería una broma pesada de sus hermanos, al estar cerca aquello seguía sin moverse mirando directamente el auto que lo iluminaba.
El mayor de los hermanos tocó su hombro intentando llamar su atención, JeonGguk aún tenía aquella hoz en sus manos, empapada de sangre y fue muy tarde antes de que el mayor de los hermanos se diera cuenta porque este ex espantapájaros estiró su brazo y ágilmente le cortó la garganta al contrario el cual no tuvo otra opción que caer al piso mientras su sangre se escapaba por su cuello abierto.
JeonGguk estaba casi completo, su cuerpo ya estaba todo armado y hecho, durante estos días y noches se dedicó a cortar y arrancar la piel de todas las personas que encontraba en aquel campo, de coser todas las piezas con hilos de paja, hasta que obtuvo un cuerpo firme con el cual fue capaz de verse casi humano, lo único que le faltaba era el rostro, porque no le gustaban los rasgos de los trabajadores que había matado, él quería un rostro como el que tuvo alguna vez, y la piel de aquellos hombres eran demasiado arrugados en la cara y lleno de vellos faciales que no le gustaban, así que está vez el chico que acababa de encontrar le estaba ofreciendo un montón de rasgos que él felizmente iba a arrancar, así que se agacho y con su hoz, sin rostro lo dejó, sin embargo no todo le servía, necesitaba un poco más para crear el rostro que soñaba, mirando a lo lejos observó la casa donde se refugiaba su amor, de la cual salió el chico que ahora tenía el cráneo expuesto por su falta de rostro, decidió ir allá y allí terminar su obra maestra.
Habían pasado horas desde que TaeHyung se había ido a dormir pero tuvo esa sensación que solía tener mientras dormía que lo hizo despertarse a eso de las cuatro de las mañana, al levantarse observó la soledad de su habitación sin encontrar nada, pintada de los tonos azules que se filtraban por la ventana, creyéndose paranoico iba a regresar a dormir pero, escucho un fuerte sonido proveniente del exterior, como si alguien se hubiera caído al suelo, aquello fue suficientemente alarmante para que el castaño decidiera salir a revisar, se acercó sigiloso hasta la puerta sintiendo un temor del cual no sabía de dónde provenía, tomó el pomo y lo giró, la puerta se abrió con chirrido que rompió el silencio lentamente hasta que la imagen frente a los ojos de Kim TaeHyung se tiñó de un desordenado rojo.
En todo el pasillo que guiaba a las diferentes habitaciones de cada hermano, residían los cadáveres de los mismos, un lago de sangre se extendía por el piso, las puertas abiertas de cada habitación haciendo notar cómo fueron víctimas uno por uno.
Su padre estaba muerto aún acostado en el sofá, su madre con el mismo destino en su cama, mientras que sus dos hermanos y hermana se hallaban sin vida tirados en el pasillo con la garganta abierta y con partes del rostro arrancados, incluso el cuero cabelludo, a uno le faltaban los ojos y a otro le faltaba la lengua, todo lo que estaba frente a él tan sólo eran unos cadáveres que tuvieron una muerte injusta, sus rasgos arrancados, notándose sus cráneos expuestos, cubiertos del rojo de la carne que aún no se despegaba de ellos, simplemente había sido una perfecta masacre, nadie tuvo ni la más mínima oportunidad de luchar, acechados en la noche sus vidas tan sólo fueron tomadas para satisfacer un egoísta deseo.
Asustado TaeHyung retrocedió cerrando la puerta de su habitación con fuerza creyéndose seguro dentro, intentando procesar lo recién visto.
—Tae...Hyung... —escuchó detrás de él, rápidamente volteo la cabeza encontrando a un muchacho sentado en su cama el cual lo observaba fijamente.
Tenía el cabello oscuro y algo largo, mal cortado, su rostro era bonito pero estaba lleno de gruesas uniones para mantenerlo unido, sus labios no estaban puestos de manera correcta manteniendo la sonrisa algo chueca y más elevada, como una sonrisa cosida, sus ojos se mantenían observando al granjero, este soltó una risa y se levantó para dirigirse hasta él, TaeHyung lo miró en silencio y en shock, respirando agitado observando como el ajeno tenía marcas de sangre en el cuerpo y en la ropa que parecía haber robado de uno de sus hermanos, él ajeno se rio un poco le habló nuevamente.
—¿Por qué me miras así? ¿Acaso no recuerdas quién soy? —preguntó inocente sonriendo, ante el silencio del joven granjero se acercó y posó su mano en la mejilla ajena acariciándola con adoración—. Soy JeonGguk, mi amor. Aquél espantapájaros, TaeHyung ¿me recuerdas ahora? —le dijo con emoción brillándole en los ojos.
—¿...J-jeonGguk? P-pero c-cómo, tú no eres- tú n-no eres...
Ante eso el contrario agarró el brazo de TaeHyung y lo posó en su pecho.
—¡Soy yo! Sé que antes parecía imposible porque mi cuerpo era de paja ¡pero ahora! Ahora ya no es así, tengo este cuerpo para ti, ¡para que tú y yo podamos estar juntos! —habló feliz, acarició la mano contra su pecho y continuó—. ¿Lo sientes latir? Lo único que conservé de mi, fue mi corazón, el cual a latido desde que te vi, ¿puedes sentirlo? Late y late, ¡me siento como si fuera un humano de nuevo! —exclamó soltándole y girando en su lugar emocionado por su forma humana.
Finalmente JeonGguk mira de nuevo a TaeHyung y se acerca a besarle los labios, aferrándose a sus hombros para mantener el contacto, el joven granjero paralizado en su lugar sin saber que hacer o cómo digerir la situación, todo parecía tan irreal, así que sólo se dejaba besar, sintiendo el sabor de la sangre seca y fresca de los labios ajenos, del olor a muerto y a paja que desprendía, de todo aquello que provenía de aquel ex espantapájaros. JeonGguk se separó, aún contento y extasiado le dio otro pico en los labios.
—Estoy tan contento de poder estar contigo que podría bailar... ¡Oh! ¿Quieres bailar? —y sin esperar respuesta hizo que TaeHyung posara sus manos en su cintura y lo llevó a marcar un paso de baile como si fuera vals por el espacio de la habitación, JeonGguk apoya su cabeza en el hombro ajeno y cierra sus ojos disfrutando el momento.
Sin embargo TaeHyung, tenía su vista fija en algún punto de aquel cuarto, no entendiendo nada, así que luego de mantenerse en esa inesperada danza se atrevió a hablar.
—¿Por qué lo hiciste? —dijo casi en susurro.
—¿Hacer qué?
—Matar... mataste a todos... —le respondió diciendo lo obvio—. Mataste a mi familia...
Risas.
TaeHyung escuchó la vibrante risa de JeonGguk, este sacó su cabeza de la comodidad de su hombro y fijó la vista en el joven granjero regalándole su eterna sonrisa.
—¿Yo? ¿Crees que yo maté a todos? —preguntó mostrándose confuso—. Soy un muñeco hecho de paja y de trapos viejos ¿de verdad crees que yo hice todo esto? —dijo terminando de decir aquello sonriendo—. ¿O acaso no te acuerdas? —TaeHyung miraba incrédulo al contrario sin saber a lo que se refería—. ¡Mmh! Ya veo, ¿te hago memoria? Te hago memoria de cómo agarraste una piedra y noqueaste a aquellos trabajadores que luego nadie encontraba, o como luego los mataste a piedrazos y me sacaste de mi cruz de madera, nos escondiste en el granero que se mantenía cerrado, sabes que las llaves las guardan en el almacén de comida, así que sacaste la llave y abriste el granero para dejarlos allí pero, no querías creer que hiciste eso así que te hiciste creer que el candado se rompió, ¡oh! y luego mataste a todos esos otros buenos trabajadores para hacerme un cuerpo, porque sabías que yo necesitaba un cuerpo para estar contigo, era muy raro estar conmigo si lucía como un montón de sábanas viejas ¿no? Y luego tan sólo faltaba mi rostro... Si te acuerdas de eso, ¿verdad, mi amor? —JeonGguk acercó su mano a la mejilla de TaeHyung para limpiar la única lágrima que caía de su ojo, espero en el silencio de su danza y como no obtuvo respuesta, suspiró—. Seguiste a tu hermano y te pusiste el saco que yo antes tenía como rostro, tomaste la hoz y le cortaste la garganta antes de que se enterara de que el señor Yang está muerto y desmembrado en el granero, luego regresaste, le cortaste la garganta a tu padre mientras dormía, hiciste lo mismo con tus hermanos y hermana pero, a tu madre decidiste ahogarla con una almohada, sacaste a tus hermanos de sus cuartos para tenerlos cerca a los tres, me trajiste aquí, y comenzaste a formar mi cara arrancando trozos a aquellos rostros jóvenes, le arrancaste el cabello a tu hermana y me lo pusiste a mi... siempre te gusto la cabellera de tu hermana pero, era muy largo e intentaste hacerme un corte a tu gusto, todo está hecho a tu gusto, ¡esta hermosa cara fue obra tuya! ¡estoy hecho a tus deseos, mi amor! —exclamó posando sus manos en las mejillas de TaeHyung, sonriendo en grande.
—¡No...! ¡Eso no es cierto! —intentó negar el castaño.
JeonGguk se calmó, posó sus manos de regreso a los hombros de TaeHyung y observándole con su sonrisa cosida.
—¿No? Pero, mi amor, tan sólo mírate, estás cubierto de sangre.
Y si nos fijamos en TaeHyung, estaba empapado en el rojo de su familia, su pijama azul siendo opacado por la gran cantidad de color carmesí que ha provocado de otros, incluso su rostro poseía manchas del mismo tono. JeonGguk se acercó hasta su oído y le susurró:
—¿De verdad creías que yo hice todo esto? Soy tan sólo un espantapájaros.
Finalmente regresó a apoyar su cabeza en el hombro de TaeHyung, mientras este guiaba la danza que había empezado de lo feliz que se sentía de poder tener a JeonGguk tan humano como lo deseaba.
Si veíamos la realidad, veríamos en el camino de tierra el auto de la familia iluminando el cadáver del mayor de los hermanos, en el granero una pila de cadáveres pudriéndose escondidos, en la casa toda la familia Kim muerta y a tan sólo al otro lado de la puerta cerrada estaba TaeHyung cubierto de sangre bailando un vals con un cuerpo inerte creado por él.
Pero aún así, en esa oscura habitación, dentro de aquel espantapájaros podrías escuchar al son del lento baile el latir de su corazón.
Bum, bum, bum, bum...
F I N.
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