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Capítulo 14

Hoseok llevaba de la mano a la niña, seguía pensando en lo que la maestra de ella le había dicho, no creía aún sus palabras.

La pequeña iba cantando mientras miraba los edificios, pues aún iban a una estación de autobús para ir a casa.

—Quiero comer helado —habla la niña mientras ve pasar un camión de helado.

—No tenemos dinero para comprar uno, será la próxima.

La pequeña hizo puchero cuando escuchó lo que dijo el mayor, pero no dijo nada, seguía viendo los alrededores maravillada.

Soojin miró hacia atrás viendo cómo un auto iba detrás de ellos conduciendo lento, cuando reconoció a la persona que iba en el volante sonrió y lo saludó con la mano.

—¿A quién saludas? —pregunta antes de mirar a esa dirección y su rostro cambió —. ¿Qué haces aquí?

—¿No puedo estar en este lado de la ciudad?

—Aún no han terminado las clases, a eso me refería imbécil.

—¿Qué es imbécil? —pregunta su hermanita.

—Tú no lo repitas o un perrito muere —dijo tratando de persuadir.

—Uy, no, que feo que le enseñes esas cosas a tu hermana —habla con un tono burlón, el omega aprovechó que la niña estaba viendo a otro lado para mostrarle el dedo de en medio.

—Ve a la escuela, Yoongi. —tomó de la mano a la otra para seguir caminando e ignorar al pálido.

—Las clases finalizaron, hubo una reunión de maestros, algo sobre un viaje escolar, no sé.

—Qué bueno, ahora vete a casa. —trató de seguir ignorándolo.

—¿Te llevo a la tuya? —aceleró un poco para ir a la par de los dos hermanos.

—¡Sí! ¡Así si me puedes comprar helado! —habló emocionada.

—Soojin, no.

—Vamos, Hoseok, cómprale el helado y los llevo a casa, no te cuesta nada, solo tu orgullo, pero nada más.

—Adiós Yoongi… —dijo antes de seguir caminando, pero el Alfa se adelantó y condujo hasta el cruce de calle logrando detenerlo.

—No lo hagas por mí, hazlo por tu hermanita.

—Por favor Seoki… —dijo hablándole un poco la manga.

Hoseok suspiró antes de mirarlo, después miró a la pequeña y rodó los ojos antes de ir hacia el otro lado del auto para ingresar a él.

El omega se sentó en el asiento trasero junto a su hermana, no se le ocurrió ni de cerca ir en el asiento del copiloto.

—Ni creas que por esto no responderé a tu broma —advirtió de brazos cruzados.

—Sí, cómo sea… de todas formas me estoy preparando para cuando lo hagas —dice antes de empezar a conducir —. Por cierto, te queda linda mi chaqueta. —mira por el retrovisor y le guiña el ojo, Hoseok solo pudo hacer cara de asco, ya que no quería que la niña viera y oyera alguna grosería salir de él.

—Tienes suerte de que mi hermana venga con nosotros o…

—Qué pesado, ya entendí. —mira por el retrovisor al otro viendo cómo acomodaba a la pequeña —¿De qué querrán sus helados?

La niña se acerca a la oreja de su hermana para susurrarle lo que quería, mientras tanto el auto se estacionaba frente a una heladería.

—Quiere un sándwich de helado de galleta.

—De acuerdo, ¿Y tú?

—Yo estoy bien, gracias… —se limita a decir.

—¿Estás seguro? Hoy es un día muy caluroso y…

—Dije que estoy bien.

Sin seguir insistiendo decidió bajar del auto a comprar los helados, aunque Hoseok había dicho que no quería, de todas formas le compraría, le gustaba llevarle la contraria.

—Te traje una paleta de chocolate y no aceptaré un no como respuesta —dijo una vez dentro de su auto, al girar su torso sobre su asiento pudo notar la expresión seria del otro, haciendo que automáticamente le sonriera.

—Tú de verdad tienes un don para hacerme enojar —expresó antes de aceptar el helado —. No creas que por esto dejaré pasar tu broma patética de esta tarde.

—Me lo imaginaba —dice rendido y fingiendo frustración, solo le gustaba fastidiar al omega.

—¿Quieres empezar a conducir? Tengo tareas que terminar.

—Sí, sí, sí… en eso estaba. —Enciende el auto y empieza a retroceder para salir del estacionamiento hasta llegar a la calle.

El viaje a casa del rubio fue en silencio, ninguno se dirigió palabra alguna y lo único que se podía escuchar eran los pequeños sonidos que salían de la pequeña niña.

Cuando llegaron al domicilio de los hermanos Jung, la menor soltó un grito de emoción avisando su llegada.

—Gracias —musitó mientras salía del auto acompañado de su hermanita.

—Cuando quieras… —antes de terminar la frase pudo escuchar el portazo —Sí, que tengas una linda tarde —se dijo así mismo.

Yoongi estaba por irse cuando el toque en la ventana del copiloto fue tocada, desde su lugar la bajó para escuchar lo que el omega tenía por decir.

—Si yo fuera tú, dormiría con un ojo abierto.

Hoseok se limitó a sonreír porque le causaba gracia la expresión que había hecho el mayor, después se alejó e ingresó a su casa.

El Alfa observó cómo entraba, manteniendo sus manos sobre el volante, soltó una pequeña carcajada, hasta ese punto había reaccionado a la situación, cuando conoció al menor nunca pensó que terminarían así.

—Me está volviendo a gustar —admitió mientras conducía.

Regresando a su expresión mientras se daba cuenta de que debía olvidar ese sentimiento, solo eran amigos que se juegan bromas pesadas, no cambiará a otra cosa.

—Estoy jodido… —musitó.

Hoseok, por otro lado, se encontraba en ese momento en la entrada de su casa viendo a su madre esperándolos, había algo en su casa que no le generaba confianza ¿Estaba por anunciar que Mamá había vuelto?

—¿Tienen hambre?

El omega se sorprendió de escuchar a la mujer ¿Se comportaba extraño solo para avisar que ya había hecho la cena? Eso le hacía sentir miedo.








La familia de Hoseok comía en silencio, en ese momento ni la más pequeña emitía algún sonido, todos se limitaban a comer y no decir una sola palabra.

Después de algunos minutos la menor de las tres se retira a la habitación de su hermano para hacer la tarea, dándole el espacio adecuado para informar a la omega sobre lo que se ha hablado en la escuela.

—Hay algo que tengo que hablar contigo —dice el omega, pero se termina arrepintiendo, ya no sabía si debía decirle a su madre sobre lo que la maestra de su hermana dijo.

—¿Sí, hijo? —su voz se oía más comprensiva de lo usual —¿Tiene que ver con las notas de Soojin?

—Sí, bueno no… —cada vez se ponía más nervioso, no tenía idea de cómo reaccionaría su mamá —Ella va muy bien en las clases, bajó en matemáticas, pero sigue siendo de las mejores.

—Sé qué hay más, así que ve al grano.

—Por favor no reacciones mal ante lo que estoy por decir… —dijo con miedo, dejando sus cubiertos a un lado de su plato —. Soojin se ha comportado… Violenta en la escuela.

La mujer se apoyó en la mesa para levantarse, Hoseok ya podía imaginar a qué iba por lo que la detuvo. De inmediato sujetó el brazo de su madre.

—Lo que me faltaba. —se quejó volviéndose a sentar.

—Sé que le tienes resentimiento a mi hermana. —la mujer cambió su expresión cuando su hijo habló sobre «ese» tema —Aunque no lo entiendo, he querido mantenerme neutral en esa situación, quiero pedirte… no… a suplicarte que pares con eso… nunca he dicho nada porque tenía la idea de que tu instinto maternal te haga cambiar, pero ahora es grave.

—La niña se puso violenta, cómo tu madre ¿Qué se supone que haga? ¿Qué quieres tú que haga? ¿Ahora me dirás a mí como debe corregir a Soojin? Está claro que es criada y consentida por tu madre ¿Pero yo debo hacerme cargo?

—Mamá… escúchame —pidió con un nudo formándose en su garganta —. ¿Podrías intentar ser buena con Soojin? Al menos hasta que regrese mi madre…

Escuchando lo que decía su hijo, se negaba en su mente acceder a su petición porque sabía que su esposa no iba a regresar nunca.

Hoseok tenía suerte de ser el único hijo que quería, y Soojin de tenerlo cómo hermano, aunque no merecía en lo absoluto el trato que recibía de su mamá.

—Bien —dice cediendo —. Lo haré por ti, pero no esperes que tire y la adorne de flores.

La omega se levanta de su silla para dirigirse a su habitación, después vería sobre el tema de su hija en la escuela.

El rubio la observó irse dejando escapar un suspiro, se quedó unos segundos en silencio tratando de mantenerse calmado hasta que decidió levantar la mesa.

Mientras lavaba los trastes sucios, varias cosas pasaron por su mente, últimamente le estaban pasando situaciones que de niño nunca imaginaría que pasaría.

Cada vez su familia estaba más rota que antes y tenía miedo por lo que le esperaba en un futuro. Hoseok no podía tener aún más miedo en ese momento.

La voz de la pequeña interrumpió lo que estaba haciendo, reaccionó dejando los trastes sobre el fregadero, después de secarse las manos se dio la vuelta para mirarla.

—¿Pasó algo, linda? —Trata de mirarse amigable para no dejarle ver a la niña su preocupación.

—¿Me ayudas con la tarea?

El omega le sonríe antes de afirmar con la cabeza, después seca sus manos para poder acompañar a la pequeña para ayudarla.

Hoseok trataba de darle el amor que merecía y que no notara la ausencia de su mamá Omega, o la falta de su cariño, aunque claro, nada podría sustituirlo y él siempre será solo su hermano mayor.

Era difícil explicar la ansiedad que le provocaba, el constante pensamiento de perder a su hermanita, la simple idea lo llenaba de pánico. Él no deseaba nada más que su familia sea “feliz” y sin tantas complicaciones como las que tenía en ese momento.

Entre sus amigos no había nada que envidiarles, al menos algo material, lo único de lo que tenía celos era la unión que había en sus familias, el amor que los padres de ellos tenían hacia el otro.

Hoseok dejó sobre su cama a la pequeña, pues se quedó dormida en sus brazos después de haber hecho la tarea, pero aunque le gustaría tenerla así, más tiempo debía hacer sus deberes.

El omega se sentó sobre su silla frente a su escritorio para así sacar sus cuadernos, cuando lo hizo un libro se cayó por accidente y golpeó su pie.

Después de quejarse y ahorrarse decir groserías recogió el libro notando que era de cálculo, el mismo que había utilizado la última vez.

—Genial… me golpeo el pie por culpa del mismo libro… —murmuró frustrado.

Ya había olvidado que lo tenía y que debió entregarlo antes, pero como siempre se le olvidó.

A su cabeza llegó un pequeño recuerdo de ese día, volviendo a su posición inicial, colocó sus codos sobre la mesa, observando la portada y pensando en lo que pasó.

«—¿Cómo piensas bajar en esa condición?

—¿Caminando? —respondió sin entender, el mayor solo pudo reír un poco y lo cargó en sus brazos —. ¡Oye! ¿Qué haces?

—¿Ayudándote? —respondió con ironía mientras bajaba por las escaleras, Hoseok no dijo nada, solo miraba asustado de que el otro se cayera con todo y él.

En ese momento, la imagen mental de esa escena parecía ir en cámara lenta, no recordaba que había pasado tal cual como lo estaba recordando en ese momento.

Llegando abajo, Yoongi lo dejó en el suelo con cuidado de no lastimarlo, miró cómo se arreglaba su ropa y peinaba su cabello.

—Puedes quedarte con el libro, mándame fotos de los ejercicios… —Dijo entregando el libro, no lo dejo hablar porque se fue antes de poder formular alguna palabra. »

Hoseok reaccionó agitando su cabeza de un lado a otro, negando que había ocurrido así, aunque ni siquiera se cuestionó por qué lo hacía.

Dejó el libro a un lado de su escritorio para empezar a hacer sus tareas, pero había ocasiones donde miraba por algunas ocasiones haciéndolo sentir abrumado.

Después de unos minutos prefirió meterlo en su mochila y finalmente se pudo concentrar en lo que de verdad importaba.


































Espero les haya gustado el capítulo de hoy 🐢💗.

No olviden votar y comentar, si gustan pueden compartir la historia me ayudaría bastante, pero no es obligatorio.

Nos vemos en el próximo<33

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