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capitulo 1: una amistad de niñez, ¿porque me odian?

Cuando nadie más la quiso, pues siendo tan pequeña no muestra tener talento como lo hace su primo neji de la segundad rama, acercándose tristemente hacia su padre, el adulto con mirada severa la miro sin moverse.

Hiashi: porque no eres como neji, he.

Hinata: perdón otousan –mirando el piso-

Hiashi: fuera de aquí –ordeno gritándole al mismo tiempo que señalo hacia la puerta-

Hinata: como digas otousan.

Caminando desganadamente con la mirada al suelo, pequeñas lagrimas caen hacia el suelo, el padre no logro verlo pues le dio la espalda, avergonzado de que hija no tuviese la misma destreza que necesita la cabeza del clan de los hyugas, abriendo la puerta se paró al otro lado de la puerta, dejando que se cerrase solo.

Hinata: oh y ahora qué hago, no tengo ni un solo amigo.

Se va caminando del complejo hyuga, su pasos en la nieve son tapados por los copos de nieve que aún siguen cayendo desde hace 40 días, en el que se perdió y en vez de preocuparse su padre, solo dijo que débil fue, eso le puso más triste a la inocente niña, el frito tampoco ayuda, la soledad menos lo es, pues ya es tarde y nadie está caminando por las calles de konoha, excepto por uno.

Lee: jejeje, nadie me ve desde este árbol, tener una colita da ventaja –dijo sonriendo boca abajo, su cola está sujetándose de la rama del árbol- me pregunto porque me quieren siempre golpear.

Como nadie juega con él, juega solo, la lluvia es su única compañía pues donde sea que vaya ahí está, el silencio es algo que siempre escuchara pues nadie le llama, acostumbrado al frio de la soledad, su reflejo es lo único que tiene cuando pasa por un charco, girando en la rama del árbol usando su colita para dar giros riéndose un poco y haciendo ejercicio.

Hinata: diantres ¿¡porque no soy fuerte ni querida por mi otousan!? –Grito cerrando los ojos y sujetando una piedra, lanzándola con fuerza-

Sin levantar la mirada, solo escucho "echen baja" y un sonido estruendoso muy cerca de ella, pues de tanto caminar había llegado a ese mismo parque, al abrir los ojos solo ve algo dibujado en la nieve.

Hinata: ¿se encuentra alguien haya adentro? –pregunta agachándose-

Lee: si yoooo –menciono escalando la nieve hasta que salió quedando delante de la hyuga- hola.

Hinata: hola –también saludo al niño- ¿Cómo caíste haya adentro?...te encuentras bien –a pesar de estar triste se preocupó un poco-

Cuando lee iba a contestarle al mismo tiempo que menea su colita larga, la niña solo se quedó viéndolo, no asustada, solo curiosidad, pero cuando lo vio más detalladamente, recordó, es el mismo niño que se arriesgó por ella en aquel momento cuando nadie más recurrió ayudarle, sin pensarlo, se lanzó hacia él.

Hinata: arigato -sonriendo tiernamente cayó sobre el mientras lo abrazaba-

El niño peli negro abrió grande los ojos, no había sentido un abrazo así desde que su abuelita partió al cielo, antes de ella y después de la dulce ancianita, no había vuelto a sentir ese calor de un simple y amigable abrazo, sin tardar mucho con la mano temblorosa y la cola, un sonriente lee le corresponde el abrazo, la cola envuelta en la pierna de la niña peli azul.

Hinata: ¿esto cuál es tu nombre? El mío es hinata hyuga.

Lee me llamo rock lee.

Al separarse y levantarse, se rieron un poco, hasta que la niña vio una hoja escrita, un mensaje de su padre, "vete y si vales por ti misma volverás" al terminar de leerlo, solo bajo el rostro.

Hinata: no tengo a donde ir –con lágrimas en los ojos-

Lee se sube por el árbol en silencio a por lo que recolecto en su mochila, hinata al no verlo, pensó que también se fue de su lado pues llego a pensar que este niño es diferente, cosa que atino, el niño peli negro bajo del árbol con una mochila.

Lee hinata-chan te invito a mi casa –dijo agachándose mirándole la cara-

Hinata: ¿de verdad lee-kun? Me invitas a tu casa, pero que diría tus padres.

Lee: simplemente porque no tengo padres –bajando la mirada y su colita-

La tierna niña no supo que decir, sin querer puso triste al niño que le salvo el mismo que le está ofreciendo ayudarle en estos momentos, cuando esta por disculparse.

Lee: no importa, ven vamos. Primero debemos ir a por leña.

Hinata: hai.

Ambos yendo más hacia el interior del parque, varios pedazos de leñas caídos de los mismos árboles.

Viendo a la niña temblar, ve su chompa verde, acercándose.

Lee: hinata-chan ten –dijo quitándose su chompa para dársela- no puedo permitir que te resfríes.

Retrocedió de un paso hacia atrás, no querría que el propio lee se resfrié además de que le está ayudando, cuando esta por negárselo, el niño le coloca la chompa por encima de los hombros y la capucha verde.

Lee: mejor hinata-chan –sonriéndole con una gran sonrisa tranquilizadora-

Hinata: si mucho mejor, ¿Por qué lo haces?

Lee: eres la única compañía que he tenido, no puedo quedarme quieto y verte temblar, a mí no me afecta el frio.

La niña no supo que responder ni que preguntarle porque le dicen demonio oscuro, al ver la sonrisa también le sonríe hacia él, jugando con los dedos, sin saber que gracias a su compañía lograba sacarle una gran sonrisa, pues solo caminar detrás de los árboles, cansado de estar solo.

Lee: hinata-chan tu quédate quieta, yo los recogeré –siendo Cortez y amable-

Agachándose los recoge de poco a poco, hasta que por fin termino, la leña seca acomodada en sus brazos, caminando al lado de la niña, el dirige hacia donde está la solitaria casa una vez pertenecida a la abuelita, sus huellas van juntas.

Hinata: lee-kun ¿Por qué tienes una cola? –Pregunto sin dejar de caminar al lado del niño-

Rock lee: no lo sé, solo sé que la tengo.

Caminando más llegaron después de una hora, al llegar una casa modesta, al llegar lee uso su cola para abrir la puerta.

Lee: ven entra hinata-chan, no sé por cuanto tiempo tu padre te haya castigado, pero yo estaré a tu lado –sonriéndole otra vez con un pulgar en alto tras soltar las cosas en el suelo-

Lee recoge su mochila del suelo, abriendo el cierre, sacando frutas, bellotas, hiervas y nueces, al tenerla en su mano, casi se le cae sino fuese por hinata que también ayudo a sacar tantas cosas, entre los dos lo colocaron en la mesa.

Hinata: tantas cosas, ¿si estas solo quien cocina para ti? –Pregunta mirando las cosas que lee saco de la mochila-

Lee: yo mismo, ya está anocheciendo, tendré que prender la chimenea.

Coloca la leña de una en una en la chimenea tras terminar se dirige hacia el estante, abriéndola, sacando una olla, se dirige hacia la puerta.

Hinata: ¿A dónde vas lee-kun? Yo voy contigo.

Lee: voy afuera a por agua para llenar la olla. Y tu tranquila siéntate en la cama o la silla como prefieras, siéntete como en casa –dijo el peli negro saliendo de la casa, empuja la puerta con la punta de la cola-

Caminando sonriendo, era la primera compañía que tiene mirando el cielo, agradeciendo por primera vez al ser de arriba, sigue caminando hacia una laguna, al llegar ya es tarde pues está congelada, viendo por todas partes pensando algo rápido, no puede fallar y ahora con una amiga, la primera en su vida.

Lee: ya se, la romperé con esta roca –levantando una roca para golpear el borde-

Golpeando la laguna congelada, pedazos de hielo caen después de unos 5 minutos, sigue golpeando una y otra vez con la roca, sonriendo ve que lo logra, pues antes fallo y se quedó sin comer por unos días, al ver que se quiebra el hielo, pues no es fácil romperlo, al lograrlo, agarra la olla para llenarlo se inclinarse.

Lee: lo logre.

Hinata: lee-kun –llamo desde lejos-

Sin que esperase algo malo paso, toco su pie el hielo, resbalando hacia donde se encuentra lee agachado llenando la olla con la helada agua, cerrando los ojos, no quiere hacerlo, su cara choco en la retaguardia de aquel que llaman niño demonio oscuro, cae al suelo y lee adentro del agua helada.

Hinata: lee-kun...lo siento, yo muy tonta...

Una mano sale a flote con una olla llena al lado de la arrodillada hinata al ver esto abrió los ojos, saliendo un temblante lee, abrazándose a sí mismo como cuando duerme solo, ahora por tanto frio.

Lee: n-no...e-eres una tonta hinata-chan... solo fue un pequeño accidente –sonriendo temblando hasta los dientes y todo el cuerpo-

Levantando la mirada con lágrimas, sorprendida por lo que dijo, no le grito, ni regaño, ni le cacheteo, ambos se van de regreso a la casa, cuando quiso ponerse la chompa para que no se resfrié por el agua helada en toda la ropa, pero lee se negó, no puede verla a ella de esa manera, al llegar deja la olla, abre una cortina, entrando sujetando ropa limpia.

Hinata: -sentándose en la cama-

Lee ya cambiado con ropa seca, dejando la mojada en un lavadero.

Lee: listo mucho mejor, sí que el agua estaba helada.

Lee coloca las nueces, las golpea con un pequeño mazo, y las bellotas, las hiervas las coloca, pedazos de manzana que la pequeña hinata ayudo, dejando caer el cuchillo que iba a caer hacia su pie, si no fuese que la cola de lee se colocó ahí, el cuchillo como un dardo clavado en la cola.

Lee: auch, hinata-chan ten cuidado –se acerca hacia un pequeño botiquín- ven te curare.

Usando una pequeña silla, la niña se sentó, abriendo el pequeño botiquín, echando un poco de alcohol, vio como ella cerro los ojos pues le duele, agarrando un poco de gaza, la limpia el dedo, al ver que no tiene algo con amarrarla, abrió los ojos, arrancando un poco de la tela de su manga verde.

Lee: ten cuidado –dijo con una sonrisa, amarrándole el dedo con la tela- listo estas mejor.

Hinata: gracias y que hay de tu cola –señalo con el dedo vendado hacia abajo-

Sin decir algo más, sujeto el cuchillo sacándolo de la cola, lee brinco del dolor, llego al techo, volviendo a bajar, pues aguanto un gran dolor cuando el cuchillo se clavó en su cola, sangre sale de la cola, ahora ella sonriendo por los nervios, puede devolver el favor.

Hinata: yo te ayudare.

Lee: n-no ya me curare solo, ya lo hice antes –sonriendo con ojo cerrado-

Suspirando cerrando los ojos, sintió un gran ardor, ve como hinata-chan echo un poco de alcohol en su cola, volviendo a brincar de dolor, golpeándose otra vez la cabeza y la retaguardia al caer, viendo bien el botiquín de auxilio, no hay nada con que cubrir su cola para que sane.

Hinata: -se quitó la chompa, mordiendo la tela de su casa, amarrándoselo en la herida de la cola- y tú también ten cuidado lee-kun.

Ambos se ven mirando las heridas vuelven a verse, encontraron su primer amigo en un mal día, mostrando un pulgar en arriba, lee usando las ramas secas y unos cerrillos prende la leña, soplando poco para que se aviva el fuego, lográndolo, ve como las llamas van en aumento.

Colocando la olla ya con los ingredientes, encima de las llamas, se sienta a esperar a que esté listo el primer platillo que aprendió.

Hinata: gracias por dejarme quedarme lee-kun, sabes una cosa.

Lee: ¿Qué cosa? Y de nada.

Hinata: -coloca un asiento al lado de lee- eres el primero que se preocupó por mí, el primero que se arriesgó por mí.

Lee: no hay de que, se debe de ayudar a una niña en apuros, eso es lo correcto.

Hinata: mi color favorito son el turquesa y azul.

Lee: el mío el verde y anaranjado.

Tras ver como se cocinaba esa combinación, usando un cucharon lo sirve en dos platos, yendo hacia la gran mesa, la misma mesa en la que se ha sentado antes, esa mesa en la que suele comer en soledad, los coloca ahí mismo al lado de la azucarera, dos cucharas.

Lee: ven hinata-chan ya es tarde, hay que comer.

Hinata se sentó junto a su nuevo amigo pelo cola de caballo, se echó un poco de azúcar a su plato, lo remueve, oliéndolo, tomando un poco en la cuchara, lo sopla, tomándolo.

Hinata: esta rico –menciona sonriendo tras dejar la cuchara-

Lee: verdad que sí.

Soplando pues está muy caliente, ambos con una sonrisa en su rostro, encontraron a un amigo, uno que pasa por lo mismo, ni cariño tampoco aprecio, ahora se sentían bien al lado del otro, hasta que llegó la hora de dormir, pues solo hay una cama en toda la casa, pero para serlo más fácil, lee se echó en el suelo para que hinata se echase en la cama.

Lee: tú en la cama y yo en el suelo.

Hinata: tranquilo lee-kun ven no muerdo –sonriéndole señalando aun lado de la cama-

Lee un poco dudoso, solo hace caso, es la primera vez que volvería estar en la misma cama al lado de alguien, viendo el techo con unas lágrimas saliendo de su cara, la niña al verlo no dudo en abrazarle para consolarlo tal y como lo hizo lee.

Hinata: no llores lee-kun.

Lee: son lágrimas de alegría, la casa ya no se siente vacía –sonriéndole-

Narrador: el líder del clan hyuuga vino en busca de su hija después de unos días, lee al escucharlo apretó los dientes, tan pronto perdería aquella que había visto, aquella que hizo latir su corazón con una linda sonrisa, pero hacer lo correcto, le ayudo a llegar con ese gruñón, la razón es que hinata quería ir a casa.

Lee se quedó de nuevo solo en esa casa, sujetando la foto de su abuelita salió en la noche, mirando por todas partes, la gente siempre lo busca para darle una paliza de muerte, con cautela se sube a un árbol del bosque, quedándose haya arriba, ve como ese líder del clan hyuga el padre de hinata, se va con la chica peli azul de la mano.

Lee la despidió con su mano en silencio con unas lágrimas, secándose con su manga, decidido se echa a dormir ahí mismo, sin saber de qué se salvó de una muerte segura, la gente contra el pobre niño busco venganza, con antorchas en manos comenzaron a quemar la casa del pequeño peli negro, que tranquilamente roncaba seguro en la copa del árbol, toda la casa ardió en llamas hasta el siguiente día, ya amaneciendo.

Lee: que sueño –bostezando y estirando su cuerpo, se soba los ojos- como que huele a quemado.

Al abrir los ojos ve que pequeñas cantidades de humo negro salen de su casa, se baja del árbol, corre hacia su casa con la esperanza de que esto fuese solo una ilusión, no la realidad, lamentablemente fue una dura verdad, le habían quemado la casa, donde estuvo con su abuelita.

Derramando lagrimas se cae sobre sus rodillas cerrando el puño golpea el suelo, porque, ¿Por qué le odiaban? Era la pregunta que tanto se formulaba, lentamente saca esa foto donde esta con su abuelita, sonriendo se pone de pie, se va caminando hacia el bosque, debía buscar donde dormir durante la noche, para eso necesitaba un lugar que nadie conociese, se acerca a una gran cascada, algo le llamaba, pasando por un costado del agua, se adentra en una cueva.

Parece que aquí debería de dormir, aquí estaré seguro, debo seguir leyendo mi libro verde de la bestia de konoha –sacando un libro de su ropa, abriéndola-

Secándose las lágrimas, una sola lagrima mancho una parte de las muchas páginas, por suerte él se había dormido en ese árbol con sus pocas cosas, una foto de su abuelita, sus únicos tres libros, un libro de un tal maito gai bestia azul de konoha extrañamente lo encontró tirado en un tacho de basura, su segundo libro uno de chistes y por último la historia de konoha, sale corriendo de la cueva.

Si la gente decía que es un monstruo y perdedor, demostraría lo contrario, entrenaría para ser el más fuerte de todos los ninjas y quizás ser el próximo hokage de konoha, siguiendo lo que dice el libro de la juventud de la bestia azul de konoha, se pone hacer ejercicio, corriendo en el bosque, haciendo sentadillas, si entrenar es el camino que debe de recorrer para proteger su camino ninja, lo haría al pie de la letra, pasando unos días de entrenamiento, en la cueva en donde duerme tapándose con una vieja frazada que encontró en un tacho, para comer come las frutas de los árboles, ricos o sin madurar era bienvenido.

Vamos pequeño lee –se animó a si mismo mientras volvía hacer tranchas en el suelo, sudando mucho- quiero proteger a hinata chan, pese a todo llegare a ser un hokage en el futuro.

Al caer la noche improviso con unas ramas una pirámide donde pone su ropa sudada a secar, mientras él se echa en una dura cueva, solo tapándose con la manta, ve como el agua sigue cayendo cerca sin mojar esta cueva, cerrando los ojos al poco tiempo se dormiría. 

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