Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 19

AELIA

Podía contemplarla desde el balcón de su habitación. En el horizonte, perfectamente distinguible contra el cielo nocturno, se encontraba la silueta de la prisión de Severia. Su estructura cilíndrica y el imponente muro que la rodeaba eran inconfundibles. Aelia jamás había visitado ese lugar, pero conocía muchas historias sobre él. Tampoco se imaginó, al momento de llegar a esa villa, que estaría tan cerca de ese sitio. Lo descubrió casi inéditamente después de que ella y Naomi ingresaran a su habitación. Incluso, Aelia llegó a pensar que la silueta la estaba esperando del otro lado de la ventana, como si se tratara de un espectro maligno.

Naomi ni siquiera se había percatado de que la completa atención de Aelia se hallaba cautiva en esa prisión; ella estaba ocupada acostada boca abajo y moviendo las piernas en el aire en su cama, observando detenidamente cada detalle del majestuoso cinturón de rubíes. Por su parte, Aelia había pasado casi una hora entera contemplando la silueta de la prisión de Severia, la misma prisión en la que se encontraba su hermana mayor.

Después de la Batalla del Primer Eclipse, la madre de Aelia cayó en una profunda depresión a causa de la pérdida de su esposo durante dicho enfrentamiento. La salud de su madre se deterioró progresivamente hasta que murió cuando Aelia tenía apenas cinco años de edad. Desde entonces, Aelia y sus hermanos mayores quedaron bajo el cuidado de su abuela. Sin embargo, seis años después del fallecimiento de su madre, la iniciativa Tariel trasladó a Aelia y su familia a la ciudad alariense de Zunn. La abuela de Aelia contaba con parientes en Zunn que acogieron a sus nietos.

Aunque los ingresos eran escasos, Aelia y sus hermanos vivían sin pasar hambre. No obstante, esto no implicaba que no desearan tener más cosas. Cormac, el hermano mayor de Aelia, era un mal ejemplo de este anhelo. Cuando Cormac alcanzó la madurez, se involucró con una banda de ladrones que asaltaba algunos locales de Zunn. En una ocasión, uno de los robos salió mal y el hermano de Aelia se vio forzado a huir de la ciudad. En la actualidad, Aelia desconoce el destino de su hermano y su paradero, pero es probable que su hermano siga escondiéndose de las autoridades.

Ser una inmigrante de Lestra ya atraía demasiada atención hacia Aelia, pero ser la hermana de un fugitivo localmente conocido lo hizo mucho peor. Durante más tiempo del que Aelia podía recordar, recibió malas miradas y comentarios despectivos acerca de ella y su familia cada vez que visitaba el mercado de Zunn o deambulaba por los barrios pobres de la ciudad.

Pero Aelia no iba a permitir que toda su vida estuviera condenada a rumores y malos tratos. En lugar de eso, ella enfocó todo el tiempo que pasó en la Academia para Solaris de Zunn en convertirse en una aspirante a guardiana de la nación del sol. Aelia estaba segura de que, una vez convertida en una guardiana, nadie jamás volvería a desprestigiarla ni a tratarla como si ella también fuera una ladrona.

No obstante, lo peor de todo fue que Daria, la otra hermana mayor de Aelia, sufrió una suerte peor que la de su hermano. La iniciativa Tariel no solo cambió la vida de los niños nacidos en Lestra, sino que también transformó las vidas de los habitantes de los reinos del Sol y la Luna. Como era de esperarse, no todos los alarienses e ilardianos recibieron estos cambios de buena manera; después de todo, iban a recibir en sus hogares a personas provenientes de un territorio que en algún momento fue un enemigo que aterrorizó a varias ciudades de Alariel.

Años después de que concluyera el conflicto entre los rebeldes de Lestra y los reinos del Sol y la Luna, surgieron varios grupos insurgentes que se oponían al alojamiento de los niños de Lestra en Alariel. Algunos de estos grupos solo causaban actos de vandalismo inofensivos como forma de protesta, pero el grupo que operaba en la ciudad de Zunn destacaba por ser extrema violencia.

Aunque los integrantes permanecían en el anonimato, se sabía que este grupo se hacia llamar los Espectros de Pegasos. Cualquiera que estuviera un poco familiarizado con la historia entre Alariel y Lestra podía reconocer que el nombre era una macabra referencia al oscuro acontecimiento en cual los rebeldes de Lestra habían descuartizado a cuatro pegasos cerca de la plaza de Zunn. Con la sangre de estos preciosos animales, que eran uno de los símbolos más representativos de la nación del sol, había escrito un mensaje.

MUERTE AL FALSO REY

Se reportaron varios casos en los cuales los Espectros de Pegasos incendiaron viviendas que albergaban a inmigrantes de Lestra o establecimientos que demostraban su apoyo hacia la iniciativa Tariel. Afortunadamente, ninguna persona perdió la vida durante los incendios.

Por supuesto, las autoridades oficiales de Alariel hicieron esfuerzos para detener a los Espectros, pero estos eran demasiado hábiles cubriendo sus huellas. Ante la falta de resultados por parte de la autoridad, en Zunn surgió un grupo de inmigrantes de Lestra que buscaba erradicar la amenaza, conocido como los Tejones Dorados. Al cumplir la mayoría de edad, Daria se involucró con los Tejones Dorados. Al principio, la labor de Daría consistía únicamente en informar al grupo sobre rumores que circulaban en el mercado de Zunn acerca de posibles ataques futuros de los Espectros de Pegasos. Sin embargo, con el tiempo, Daria fue escalando de posición hasta convertirse en uno de los miembros más importantes de la organización.

Aunque Aelia no estaba de acuerdo con que Daria se involucrara en asuntos tan riesgosos, tampoco podía hacer nada para detener a su hermana mayor. Después de todo, en ese entonces, Aelia no era más que una niña.

Meses después de que Cormac huyera de Zunn, la ciudad se vio conmocionada por la noticia de que algunos solaris iluminadores, afilados a los Espectros de Pegasos, habían utilizado sus poderes de luz para cegar a una pareja de niños de Lestra. La indignación por lo que les ocurrió a esos niños fue tan grande que se armó un revuelo en la plaza de Zunn. Los Tejones Dorados, convencidos de haber localizado la base secreta de los Espectros, aprovecharon el alboroto que los ciudadanos causaban para atacar la base y vengar a los niños.

Desafortunadamente, el plan resultó catastróficamente mal. El enfrentamiento entre los dos bandos culminó con un terrible incendio que arrasó las ruinas de un abandonado templo de Helios, el cual servía como base secreta de los Espectros de Pegasos. En aquella terrible tarde, varios miembros de ambos bandos sufrieron horribles muertes. Algunos alcanzaron a darse a la fuga antes de la llegada de las autoridades de Zunn, pero la hermana de Aelia no fue una de ellos. La guardia de Zunn apresó a Daria y a otros cuatro involucrados. No hubo necesidad de una exhaustiva investigación, ya que estaba bastante claro quienes eran los responsables de ese violento enfrentamiento. Tras un rápido juicio, enviaron a los detenidos a la prisión de Severia, el lugar con mayor seguridad en todo Fenrai.

La última vez que Aelia vio a su hermana fue una noche cuando los guardias metieron a Daria, junto con otros prisioneros, con excesiva fuerza en un carruaje especial para transportar solaris que impedía que los rayos del sol alcanzaran el interior. Aelia recordaba vívidamente el momento en que corrió con todas sus fuerzas hacia el carruaje en un intento por liberar a su hermana. Se necesitaron tres guardias para detener a Aelia, ya que esta empleó todos los conocimientos que había adquirido en la Academia para Solaris para abrirse paso. En el preciso instante en que Aelia quedó inmovilizada, el carruaje fue jalado por varios pegasos, y conforme se elevaba hacia el cielo, Aelia escuchó los gritos de su hermana provenientes del interior del carruaje, rogándole que no se preocupara por ella y que hiciera lo posible por mantenerse a salvo.

Al darse cuenta de que Aelia no era más que una joven chica queriendo ayudar a su hermana, los guardias la dejaron ir con una advertencia. Sin embargo, durante el silencioso y deprimente camino a pie hacia su humilde hogar, Aelia se juró a sí misma que encontraría una forma de sacar a su hermana de la prisión de Severia. Poco después de que Stella le hablara sobre la Bibliotecaria de Almas, se presentó la oportunidad para cumplir su promesa.

Así fue como terminó enredada con el Escuadrón Estrella, la Bibliotecaria de Almas y esta misión que cada vez se hacía más peligrosa. Aelia sentía una terrible impotencia al estar tan cerca de la prisión y aún no poder hacer nada por liberar a su hermana. Los horrores que Daria debía estar viviendo allí adentro atormentaban constantemente a Aelia en sus sueños. Pero no podía sucumbir a la desesperación; en su lugar, debía enfocarse en completar la misión y conseguir su deseo lo más pronto posible.

Se obligó a dejar de contemplar la silueta de la prisión y regresó al interior de la habitación. Naomi seguía en la misma posición, mostrando el mismo interés por la reliquia.

—¿Algo te está molestando, querida? —preguntó Naomi, enroscando un mechón de su cabello oscuro alrededor de uno de sus dedos.

—¿De qué hablas? —cuestionó Aelia, detectando un ligero tono de burla en la voz de su compañera.

—Has estado actuando rara desde que llegamos a esta villa —contestó Naomi, mientras pasaba una mano sobre la superficie adornada del cinturón.

—Son imaginaciones tuyas —respondió con brusquedad. A Aelia le molestaba que Naomi utilizara todo el tiempo esa actitud tan descarada y de una manera despreocupada.

—No lo son, querida —replicó Naomi, haciendo un exagerado ademán de negación con la mano—. Es tan obvio que puedo sentirlo.

En lugar de responder, Aelia levantó las cobijas de su cama y se acomodó en el colchón.

—Mejor duérmete ya. Dejaremos esta villa mañana temprano.

—Como quieras —respondió Naomi, depositando el cinturón de rubíes en el mueble que estaba en medio de ambas camas.

Mientras esperaban a que los orbes de luz blanca que flotaban en sus habitaciones se apagaran, Aelia contemplaba fijamente el techo. No tenía el valor de mirar hacia la ventana, ya que sabía que ahí encontraría la silueta de la prisión de Severia y permanecería horas enteras observándola.

—Te digo algo, Naomi —habló Aelia con voz monótona—. A veces pienso que la razón por la que la Bibliotecaria de Almas te escogió para este escuadrón es porque estás loca.

Naomi no respondió inmediatamente. Cuando Aelia comenzó a pensar que la había ofendido, su compañera habló con su característica forma de ser.

—Todos estamos locos, querida. De lo contrario, ninguno de nosotros hubiera aceptado ser parte de esta misión. 

🐴🐺🦅

Si te gustó este capítulo, me ayudaría mucho tu voto ✨

Díganme que cosas les han gustado de esta historia, sus sugerencias y que cosas les gustaría ver en los próximos capítulos. Tomaré en cuenta sus comentarios.

Por favor, trata de compartir esta historia con más personas. Mas lectores me alentarían a escribir más rápido 🙏🏻 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro