Sabor cereza
Janna
En las últimas tres semanas, las citas entre Logan y yo han ido en aumento; primero fuimos al cine, también a la feria y, por último, a una cafetería.
En nuestra última cita descubrí que tiene un hermano de 10 años, su nombre es Santiago y lo ama con locura. Al parecer, sus padres tienen un matrimonio feliz y estable, algo que también anhela tener en el futuro.
A pesar de ser un chico serio y popular, conmigo se comporta como un tonto, juguetón, algo pesado y torpe. Naturalmente, me hace reír con las tonterías que hace o dice de la nada.
Logan es el jugador estrella del equipo de béisbol de la escuela, aun así descubrí su enorme miedo a fallar, por esa razón todos los días entrena muy duro para alcanzar las expectativas de los demás y superarse así mismo. Es algo que honestamente admiro de él.
Descubrí que detrás de aquella fachada de “chico inalcanzable” se esconde un chico noble, bondadoso, de vez en cuando odioso, pero sobre todo, bueno.
Aunque su nobleza no impide romperle la cara a alguien, lo comprobé cuando, saliendo del cine, una pareja se encontraba discutiendo. El señor frente a nosotros no tardó ni dos segundos en golpear a lo que parecía ser su “esposa”. En un parpadeo, Logan tenía al hombre sometido en el suelo, insultándolo de mil maneras posibles, por aquel acto deplorable. Llamé a la policía de la plaza y sin dudarlo se encargaron de esa escoria humana. Jamás había visto a Logan tan molesto y al mismo tiempo preocupado por una mujer.
Nuestra relación mejora con el tiempo; por el contrario, mi relación con Devon cada vez va más en picada. Desde el día que dio su concierto en el “Festival Calavera”, no se inmutó en expresar su desagrado hacia mí. Supongo que haber conocido a los miembros de su banda, no le sentó nada bien, sobre todo cuando Kevin y yo intercambiamos saludos y una que otra broma, al igual que manifestar mi admiración por la banda.
Después de aquel día, Devon hace cosas infantiles como: inventar que soy lesbiana o una zorra, tirar al suelo mi mochila y mi cuaderno “por accidente”, al igual que lanzarme miradas con subtítulos que dicen “muérete”.
Por último, como cereza del pastel, aprovecha cada segundo en la escuela para estar pegado a Logan, a pesar de que él se molesta y le pide espacio para estar conmigo. Afortunadamente, mis amigos Marco y Eris me salvan de pasar situaciones más incómodas con Devon, cuando quiere a Logan solo para él.
Entre tantas salidas y visitas espontáneas a mi casa, le comenté a Logan acerca de la obsesión que Devon siente por él, de las cosas raras que hace, como; tomarle fotos a escondidas, el hecho de que siempre intenta alejarme de él y los celos que manifiesta cuando nos ve juntos.
Logan se lo tomó muy a la ligera, por su puesto casi lo ahorcó de la desesperación, pero solo se abstiene a decirme que con el tiempo nos llevaremos bien. Me preocupa que lo tome a la ligera cuando claramente es preocupante esta situación. Por supuesto, yo jamás pelearé por un hombre, ni siquiera me esfuerzo por recibir la atención de Logan, solo existo y ya, creo que eso hace que nuestra relación fluya de la mejor manera.
—Alumnos, la clase terminó, guarden todos los instrumentos de laboratorio en el estante azul — ordena la profesora de química, mientras hace entrega de las credenciales escolares al jefe de grupo.
En estos momentos mi clase de Química terminó. Honestamente, estaría perdida en esta clase si no fuera por mi amiga Eris quien siempre me explica las clases.
—Nos vemos, corazón, mi novio me está esperando allá afuera —dice Eris emocionada, se despide de mí con un gentil beso en la mejilla.
—¡Que te diviertas!
La miró marcharse al igual que el resto de la clase. En esta ocasión me tocó guardar bajo llave todos los instrumentos de laboratorio en el armario, gracias a la rifa donde claramente salió mi nombre.
—Janna, te encargo que las llaves se las dejes a Rubén —dice la profesora haciendo referencia al conserje de la escuela.
—Sí, profesora, no se preocupe, yo me encargo.
La profesora asiente y se despide, dejándome sola en la sala de laboratorio. En silencio, continuó acomodando los instrumentos en el armario, cuando de pronto la puerta se abre a mis espaldas. Rápidamente, giro mi torso para averiguar quién acaba de entrar. Mis ojos se encuentran con Logan y su resplandeciente sonrisa.
—Así que estás haciendo trabajo de caridad —dice Logan al acercarse hasta donde me encuentro.
—Digamos que no tengo tan buena suerte —digo al sostener la mirada en él —.¡Ouch! ¡Mierda!
Me acabo de cortar con un tubo de ensayo ligeramente roto; de mi dedo brota sangre que cae al piso.
—Ven aquí, guapa.
Logan toma mi cintura y me ayuda a sentarme sobre la mesa de laboratorio, deja a un lado el tubo de ensayo, junto con los demás instrumentos. Del mueble que está junto al escritorio, saca el botiquín de primeros auxilios.
—Déjame ver.
Toma un pedazo de algodón, unas banditas, así como una botella de alcohol. Rápidamente, remoja el pedazo de algodón y comienza a limpiar mi herida.
—zzz… ¡Ouch! —Observo los largos dedos de Logan, que tocan mi mano con delicadeza.
— La herida no es profunda, estarás bien —envuelve con una bandita mi dedo herido.
—Gracias… —digo apenada.
—Espera, Janna, creo que tu mejilla…
Su mirada se fija en mis labios, sus manos se apoyan en la mesa, acercándose lentamente a mi rostro. No puedo evitar sonrojarme, no con esos ojos tan penetrantes, capaces de ver a través de mis deseos más profundos. Sus labios color cereza lucen apetecibles, mi corazón acelera al escuchar su respiración algo inquieta.
—¿Janna, puedo besarte?
Aquella pregunta me deja helada, una sonrisa se forma en mis labios cuando me doy cuenta de que Logan lo desea tanto como yo.
Sin más, me acerco lentamente, intentando acostumbrarme al nulo espacio que hay entre nosotros. Logan presiona sus suaves labios contra los míos, tirando todos mis escudos, dejándome sin nada más que mi corazón al descubierto.
Sus manos acunan mis mejillas, puedo percibir su varonil olor que activan todos mis sentidos. Sus labios son como saborear una paleta sabor cereza, tan dulces, tan jugosos, tan adictivos para mí.
Los movimientos de Logan son lentos pero apasionados. Nuestras bocas se disfrutan, se reconocen. El tiempo no existe, solo nuestros deseos de desgastar nuestros labios.
De pronto, de manera abrupta, la puerta principal de la sala de laboratorio se abre. Inmediatamente, Logan y yo nos separamos, con la intención de ver a la persona que acaba de entrar.
Mis ojos se abren por completo al ver a Devon parado al lado de la puerta.
—Lo siento, no quise interrumpirlos.
Devon da la media vuelta y corre a toda prisa, saliendo del salón.
—¡Devon!
—Déjalo, yo hablaré con él —dice Logan despreocupado.
La puerta del laboratorio se azota, dejando atrás un aterrador silencio, que me deja un vacío en el estómago.
—Tengo un mal presentimiento…
Continuará... ✨
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro