Una semana antes III
Dedicado a DanielaCriadoNavarro
Mi madre y mi gemela llegaron directo del trabajo a verme, querían estar seguras de mi progreso, aunque estuvieron muy poco tiempo porque tenían que buscar mi maleta de maternidad que ya previamente tenía lista con todo y de paso a buscar a mi reina para que estuviera con ellos en el hospital.
Mi hermana presenció una de las tantas contracciones en las que por mucho que hacía ejercicios de respiración no me daba con el dolor, ya que eran tan rápidas y constante pero en el espacio le pedí a Ana que me trajera todo, ya que si ellos no iban a poder estar conmigo en el día que yo saliera yo tendría todo listo. Craso error y mi hermana me lo reclamó....jajaja, lo siento....jajaja.
Con todo se hicieron las ocho y media de la noche y mis familiares entraban y salían del cuarto a ver como seguia, mi cuñado, Jorge el esposo de mi madre, Paola, Ana, mi mamá y una prima que vino de Long Island Nayibe.
La verdad es que no pude con el dolor y sólo pedía que trajeran al anestesista a que me diera para el dolor, ¿cobarde? Si, ya no podía con él.
El doctor me hacía reír de eso sí me acuerdo "hay si aquí si gritan, pero en el momento no, ahí si no".
Y yo le respondía "En eso se equivoca doctor si gritamos pero de placer".
El personal presente se partían de la risa, y yo con el dolor hasta que se sentó frente a mi el doctor Colombiano y me revisó y otra vez con su traza humorística me dice.
— Te has salvado, a penas tienes ocho centímetros, uno más y no te pongo nada.
Bendita mi suerte, a los quince minutos llegó el anestesista con todo preparado y se me pidió que me sentará en la cama.
Lo hice y cuando el hombre estaba por introducirme la aguja que me muevo y me regaña en inglés.
— Lady avoid moving please, because his procedure can cause problems if it's mismanaged. Do not move.
— Por Dios, ¡tengo un contracción!
— Please ¡Don't move!
— Ok.
Lo intente porque agarré miedo, de que un mal movimiento mío pudiera convertirse en un daño en vez de alivio. Respire hondo y me quedé lo más quieta hasta que acabó el hombre, lo logró y me acosté nuevamente en la camilla.
Mis piernas empezaron a temblar debido a la epidural, y poco a poco fue bajando la intensidad del dolor, por ello mi gemela me decía que al ver el monitor el pico de la contracciones estaba alto y ella aseguraba que yo no lo hubiera podido aguantar.
Seguían entrando y saliendo del cuarto hasta que quedaron conmigo mi gemela y mi prima Nayibe.
Después de las nueve de la noche, la joven brasileña me hizo una pregunta que yo no supe responder y se debía a que mi primer parto me ayudaron a sacar a Dayi.
— Señora Barranco, el doctor quiere saber si tiene ganas de pujar.
Me analice y lo único que sentía era unas ganas de ir al baño en el plan número dos (no se si lo entienden)
— Pregúntele por favor que si las ganas de ir al baño es la sensación que busca.
Ella tan amablemente le fue a preguntar.
Ahora se preguntan porque si ya tuve una niña antes, no sabía lo que era las ganas de pujar.
Esta bien la respuesta es que, en mi primer parto yo estaba sola con una niña de doce años y al fin primeriza.
Cuando me preguntaron que si quería algo para el dolor yo dije que si y ellos me administraron una droga que me durmió completa y no supe ni que eran las contracciones, por ello me tuvieron que poner en esa ocasión oxígeno y en realidad yo no supe pujar porque me daba pena expulsar otra cosa que no fuera mi hija; por ello me llevaron a una sala especial donde me sacaron a Dayanna con forces, así que yo no sentía las contracciones ni mucho menos supe de la sensación de pujar.
Dayanna con unos ocho meses.
Yo supe en verdad lo que es parir con Christian, porque aquí si sentí el dolor de las contracciones y las ganas de pujar.
Retomando ese día la chica regreso con el doctor y su grupo para empezar de lleno el parto, porque ¿Qué creen?. Esa ganas de ir al baño en realidad era mi ganas de pujar.
En unos minutos me acomodaron bien en la camilla y me pusieron los pies en los estribos, acomodaron unas sábanas debajo de mi trasero y un balde en el piso.
Mi gemela estaba a la derecha y mi prima a la izquierda, ahora porque ellas dos, bueno ambas habían tenido cesárea y sería su primera vez en un parto real. Y porque mi madre vió en el momento en que la chica le dijo al doctor que ya era hora y decidió no entrar al cuarto.
Todo estaba listo, tenía los diez centímetros de dilatación y con la nueva contracción me pidieron pujar contando hasta diez, siguió el proceso y cada vez me aferraba a la mano de mi hermana que casi le disloco el pulgar de su mano.
Esta vez no tuve la vergüenza pasada, puje como debía y después de que todo acabó mi hermana me dijo que había expulsado lo innombrable, que lo habían tapado y tirado al balde, a mi no me importó con tal de parir como era debido.
Logré pujar lo más fuerte y al fin me pusieron a Christian en mi pecho, desde que salió pegó su llanto que nos llenó de felicidad, mientras le daba gracias a Dios por mi nuevo milagro. Y mis dos familiares se asombraron por lo que presenciaron y poco a poco les contaron al resto del grupo la maravilla que es ver el nacimiento de un bebe en un parto natural.
Cuando lo limpiaron y revisaron, me lo pusieron otras vez en mi pecho y yo tuve la razón al decirle al doctor que sentía más pesado a Christian, él llegó a pesar ocho libras con trece onzas. Después lo hice reír de nuevo con otras de mi salidas, al preguntarme, ¿Qué si quería que le hicieran la circuncisión?.
Yo le respondí que no sabía y el me dice que si yo no se la había visto al padre, a lo que le respondí: quien va a estar pendiente de eso..
Lo que se ganó la carcajada de todos, al final decidí que se la hicieran
Poco a poco entraron mi madre, a la que igual a mi le pusieron el brazalete con mi información y el de Christian y después entró Paola y su novio de entonces Tyler.
Tengo una anécdota con Tyler con respecto a ese día, el estaba estudiando y se le hizo tarde para llegar al hospital, por lo tanto con un arreglo y globos llegó gritando a donde los guardias de seguridad del primer piso.
—Maternity, Maternity. My son is going to be born.
¿Quién le va a negar el paso a un futuro padre?. Nadie verdad, bueno así mi cuñado Tyler logró pasar a donde estaba el resto esperando en la sala de espera.
Cuando estuvieron conmigo y el bebé a pocos minutos de nacido, se tomaron fotos y a mi con el bebé, fotos que lastimosamente se perdieron en uno de mis tantas mudanzas. Se me llevaron a Christian para hacerle su revisión y ponerle sus primeras vacunas.
Me hicieron reír con ese cuento y los tuve a todos menos a mi reina que por obvias razones no pudo pasar a verme, hasta las once y media porque ya debían descansar.
Tiempo después me llevaron al cuarto con el resto de las madres, cuando me trajeron a Christian y por la emoción de tenerle en brazos (más bien creo que por tanta intravenosa) no pude soltar a mi hijo y atravesar al baño, que tuve que pedirles a las enfermeras un cambio de sabanas.
Así terminó ese lunes, una semana antes de la fecha en donde nació la hermosa criatura que más adoramos Dayanna y yo... Christian.
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