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Agonía.

...

Y el mes pasó...

La boda del Hitman #1 junto a la joven conocida como Escorpión sería celebrada y la mansión Vongola lucía espectacular para dicha celebración.

¡Todo estaba en orden!

Las mesas puestas,
las sillas adornadas,
las flores, cristalería y manteles también.
El espacio donde seria la misa listo.
Invitados, todos en sus respectivos lugares.
Madrinas, ayudando a la novia.
Padrinos con el novio.

Todo parecía listo, todo parecía bien.

Sin embargo, dos figuras miraban desde cierta ventana del segundo piso todo, no había sonrisas en su rostro, ni siquiera alegría en sus ojos, simplemente había tristeza y cansancio.

Una de las figuras se alejo de la ventana tomo los tres sobres del escritorio de aquella oficina y partió a dejarlos rápidamente pues tenían el tiempo contado ya que el avión los estaba esperando.

—Nos vemos en el auto Tsu-kun, no olvides colocarte esto y llevarte la bolsa negra— comentó la joven de manera rápida señalando un lindo cubrebocas naranja y antes de esperar contestación alguna se retiro.

El castaño al oír la puerta cerrarse soltó un suspiro y aunque le dolía realizar aquella acción no pudo evitar hacerlo, una parte de él le decía que se quedara que impidiera aquella bizarra situación, que peleará pero la otra, la que estuvo casi toda su vida cuando fue herido o maltratado le decía que siguiera con el plan, que no estaría solo y que era lo mejor.

Además no importaba si era doncel, aquello no cambiaba nada, después de todo nadie sabía que lo era, bueno casi nadie...
Kyoko se había enterado ya que cuando supo que lo era la chica estaba en su oficina.

¿Qué abría pasado si Reborn
le hubiera dejado explicarle
que aquella vez que Kyoko
estaba sobre él...
fue por la emoción de saber
que era Doncel?

Negó ante aquel pensamiento...
Pues estaba seguro que no hubiera pasado nada, después de todo el Hitman amaba a Bianchi, ¿cierto?

Así que se alejo de la ventana antes de que lo vieran, se coloco el cubrebocas, tomo su maleta y la enorme bolsa negra que había en la oficina y salió rumbo a su auto...

El camino al aeropuerto fue rápido, no tardaron más que 15 minutos y aunque el trayecto fue en silencio se sintió bien; ahora se encontraban en el avión a unos segundos de despegar y comenzar su "nueva vida".

Kyoko sabiendo que les esperaban horas de vuelo y cansada luego de su maratónica tarea, decidió dormir así que se acomodo en uno de los hombros de Tsuna y cayó en brazos de morfeo.

.

.

En la mansión vongola en cambio una boda se estaba ya celebrando, y pese a ser un día especial los novios no mostraban la sonrisa que debían tener, cosa que extraño a muchos pero lo adjuntaron a los típicos nervios, así que no hicieron nada y siguieron la misa normal...

Tan metidos estaban en la celebración que nadie había notado la ausencia de ciertas personas, no hasta que pidieron la entrega de sortija.

Pues se suponía que el décimo vongola debía darlas y eso no estaba pasando, al contrario; era una castaña alta de ojos negros quien los estaba entregando junto a cierto pequeño león de llamas del cielo.

Todos los que sabían quién daría la sortija se quedaron callados ante aquello pues supusieron que el castaño había tenido trabajo o papeleo de último momento.

Más para cierto Hitman eso activo una alarma en su ser, la cual sepultó y volteo para continuar o eso es lo que pretendía ya que justo cuando el sacerdote estaba por continuar con los votos una persona entre los invitados se levantó de súbito y gritó a Bianchi que no podía casarse con el asesino ya que a quien ella amaba era a él, todos se sorprendieron ante aquello y se cubrieron con lo que pudieron encontrar pues creían el Hitman empezaría una pelea pero para sorpresa de todos este solo dio su característica sonrisa y fue hacia el hombre, hacia Shamal.

Ya estando frente al doctor le dio apenas y un apretón de mano y lo llevó hasta Bianchi, después de todo aquel día había sido preparado para una boda ¿cierto?

Tan feliz estaba por el desenlace de lo que estaba por hacer que sin mirar a la recién pareja camino rumbo a su habitación, quería cambiarse y después ir a por su castaño.

Lástima que todo lo que planeas no se fuera a realizar.

Una vez llego a su habitación, la alarma que había tratado de ahogar se sintió más fuerte, así que entró despacio a su habitación pero al no haya nada extraño en ella después de su inspección se extraño, aunque no bajo la guardia y justo cuando estaba por guardar su arma lo noto...

Un sobre color naranja
sobre su cama.

.

.

Después de unas horas Tsuna y Kyoko llegaron a Tokio, y mientras bajaban del avión el castaño llama al chófer para indicarle que no tardan en ir al auto; una vez llegan con él y colocan las pocas cosas que llevan en el maletero le indican que los lleve a la mansión a dejar todo y después partan al hospital, el chófer asiente y da inicio a su travesía...

Uno hora más tarde Kyoko se encuentra esperando en la habitación del castaño mientras el joven vongola se encuentra dentro del quirófano extrayendo la semilla que tanto mal le estaba causando.

Y mientras Tsuna estaba en operación, Reborn había destrozado parte de su habitación tras leer la carta que el castaño había dejado para él, pues en esta no sólo le había confirmado sus sentimientos sino que se había despedido también.

Volvio a mirar el papel arrugado tras calmarse y una pequeña lágrima surco su mejilla al recordar lo escrito.

"Hola Reborn,
Seguro ya abras notado que no me encuentro en tu boda pero siendo sincero no hubiera soportado verte en el altar esperando por una persona que no era yo, así que lo único que se me ocurrió hacer fue irme pues estoy enamorado de ti.

Y se que soy un cobarde por no decírtelo de frente pero para que ¿cierto? Tu amas a Bianchi y ella te ama. Así que el decirlo solo aumentaría más el dolor.

No me manden buscar ni me busques tú, disfruta tu boda y luna de miel, volveré en un tiempo solo necesito descansar de todo, te lo suplicó mi amado tutor...

Dejame sanar la herida de este corazón y prometo regresar como el líder que siempre han deseado sea.

Cuidate y felicidades Reborn.

Tsuna."

—Tsunayoshi, yo...— murmuró al viento

Al fin notaba lo que su decisión había ocasionado, si tan solo no de hubiera dejado cegar por los celos ahora mismo tendría a su castaño entre brazos, pero lo esperaría, conociendo al castaño no duraría mucho alejado de su familia, talvez apenas unas dos semanas...

Si, solo serían dos semanas y después tomaría al castaño para dejarle en claro que la única que el quería a su lado era a él.

Mas aquello no se iba a cumplir pues tardaste demasiado en
decir la verdad...

.

.

Un mes después cierto Castaño junto a una pelinaranja llegaban de nuevo a Italia y aunque el aire de seriedad que desprendía el chico hacia que todos voltearan a verlo este apenas y les miraba...

En la mansión todos se encontraban atareados, pues hacía apenas unos minutos se habían enterado que su cielo había regresado y pese a la emoción que había, ciertas personitas le sacarían la verdad al joven sobre su huida.

Sin embargo, nunca esperaron la respuesta que obtendrían y menos de la forma en la que se daría...

Kyoko al estar frente a la mansión Vongola tomo una enorme bocanada de aire y se repitió a sí misma que era momento de su mejor actuación, así que una vez la puerta de la mansión se abrió, entró como una dama de alta clase...

Como digna pareja de un mafioso.

Aquello extraño a los presentes, pues la chica era más alegre, ¿por que ahora parecía otra persona?

—¿Kyoko...?— llamó una voz fría, seca

—Estoy en la sala, cariño~— contesto Kyoko

Y entonces los ojos de todos se abrieron enormemente, pues una vez la pelinaranja contestó, cierto castaño entró y aunque sabían quién era temblaron ligeramente...

Ya que el joven que estaba frente a ellos pese a ser el cielo que querían y amaban, ya no transmitía calidez, ternura, inocencia, o amor, es más ya no transmitía nada; sus ojos ya no poseían su característico brillo, su cabello antes desordenado ahora parecía pulcro y alineado.

Era Tsunayoshi si,
pero no era su cielo.

—¿Y todo esto, que significa?— habló el castaño mirando a toda la gente presente

—De-décimo... Esta reunión mejor dicho todos los presentes están aquí para darle una bienvenida— contestó nervioso Hayato

—¿Una bienvenida?, Entonces he de suponer que el papeleo esta realizado y no hay reconstrucciones de algo, ¿cierto?— miró serio a su mano derecha esperando una respuesta

Todos se sorprendieron ante aquella actitud del castaño, esperaban sonrojo, vergüenzas, ¡no aquello!

¿Qué demonios estaba pasando?

—Tsu... Cariño, no esta mal que quieran darte la bienvenida después de todo hace un mes o más nos fuimos sin decir nada— comenta Kyoko quien esta sentada en el sillón que usualmente el jefe debe usar

—¿Cariño?— pregunta cierto Hitman al notar el curioso apelativo con el que Kyoko se dirigió a "su" castaño

—¿Hay algún problema con que mi esposa, me llame así, Arcobaleno?— responde automáticamente el castaño

Silencio.

Nadie puede creer lo que escucharon, ¿su jefe y amigo casado? ¿Pero como?

—Ahora si nos disculpan, iremos a nuestra habitación a descansar, el viaje fue largo— contestó en ese mismo tono automático y tomó a Kyoko de la mano mientras se dirigían a las habitaciones de arriba; Reborn los miro marcharse aun asimilando lo dicho por el joven Vongola.

¿De verdad ese ser de aura fría y presencia intimidante, era Tsunayoshi, el cielo vongola?

¡Parecía más un completo líder de mafia!

¡UN VERDADERO ASESINO!

Aunque, si lo pensaban detenidamente...

¿No era eso lo que
siempre habían querido?

°

°

°

××× Presente ×××

Se escucha una explosión en la mansión y Kyoko solloza más pues sabía que aquel ataque se estaba dando por donde Tsunayoshi se había ido...

Sabía lo que significaba aquello.
Sabía que era el momento.
Sabía que...
su amigo no volvería, no de nuevo.

¡Pero no quería aceptarlo!

Y antes de gritar a los guardianes y agentes por ayuda, Hayato junto a Chrome llegaron por ella a la oficina para llevarla a un lugar seguro, Kyoko no se movió en cambio se enderezó y como digna mujer de un líder de mafia le ordenó a los dos fueran ayudar al castaño, ambos se vieron ante aquella petición pues el mismo castaño había enviado a sus guardianes a evacuar el lugar.

—Kyoko-sama, disculpe pero primero necesitamos llevarla a...— comenzó Hayato

—¡No!, no me movere de aquí hasta que no sepa que Tsunayoshi esta bien— anuncio fríamente Kyoko

—Kyoko, boss nos encomendó resguardarla así como a toda la mansión— insistió Chrome, segunda guardián de la niebla

—¿Qué?... ¿Todos, incluso Reborn están evacuando a todos?, ¿Dejaron a Tsunayoshi sólo?— Gritó pálida Kyoko

Los jóvenes presentes asintieron extrañados a la pregunta de su -por ahora- jefa, y justo cuando estaban por preguntar una mayor explosión junto al sonido de un arma siendo disparada se escucho.

—No... No... ¡NO!— Gritó Kyoko —No, es verdad, ¡Tsu-kun!— salió corriendo lo más rápido que pudo tras gritar aquello

Chrome junto a Hayato la siguieron querían saber el porqué de aquel grito más cuando llegaron al lugar de la "batalla" quedaron con los ojos abiertos.

¿Qué rayos había pasado en el lugar?

Pues dónde se supone había cuartos, y un bello jardín solo quedaba polvo y un nuevo campo de tierra, pero no examinaron más de lo que veían pues el sollozo de Kyoko llegó a sus oídos, lo fueron siguiendo hasta que vieron a la chica arrodillada en el suelo parecía sostener a alguien...

—Tsu... Por favor... Contestame... Tsu... No me gusta esta broma... Por favor no juegues, ¿si?, levántate, regaña a tus guardianes porque no se callan, sigamos sacando canas verdes a tu tutor y al nono— decía llorando la pelinaranja

Los guardianes abrieron sus ojos como platos al escucharle decir eso y se quedaron congelados; de pronto comenzaron a llegar los demás guardianes del cielo castaño, Nono, algunos aliados y Reborn, quien al verlos en ese estado les dio un pequeño golpe para que volvieran en si, ya una vez notando que Chrome y Hayato "despertaron" el hitman iba a preguntar por Tsuna cuando mira como Chrome llora y Hayato aprieta sus puños mirando al frente, todos notan eso y miran al frente viendo extrañamente a cierta pelinaranja arrodillada y captan lo que sale de su lloroso rostro.

—Tsu perdóname... Si nunca te hubiera dicho sobre "aquello"... Si nunca te hubieras operado... ¡Perdóname!—

Después de decir aquello, la joven Kyoko suelta un gemido lastimero y se agacha para abrazar la cabeza del castaño, segundos después se separa besa su frente y para sorpresa de todos una sonrisa surca su rostro aún lleno de lágrimas, y entonces levanta su rostro mirando al cielo.

Ahora eres libre Tsu-kun...
Al fin lo eres, ¿cierto?

.

.

🤐🤐🤐🤐🤐


Se ha publicado el final de este two shot! XD deje mucho a la imaginación cierto?


Pero era parte de mi idea, que cada quien llenará como guste esos espacios, pueden hacer sus teorías y demás, las contestaré ^^

Igual pueden usarlos para historias o talvez en alguna historia yo los reutilice pero bueno por el momento la historia se queda así :3

Me gusto escribirla XD
Fue algo difícil saben?
Parte de la historia incluye mis sentimientos en cierto punto de mi vida actual, yo creo que si existiera el hanahaki escupiria crisantemos, así que lo que siente tsuna, esas vocecitas que le hablan bueno...

Es algo como lo que pase (aunque lo mío fueron amigos no voces XD)

Pero bueno mucho bla bla bla ¿no? les doy las gracias por leer mis locuras XD


Oh una nota final: esta historia se desarrolló debido a la frase que grita Kyoko al final XD

Así es chic@s toda esta historia surgió de esas palabras :V

Increíble no?

Weno ahora si...
los quiero chic@s!!!!

Ja ne 😘

Palabras en capitulo: 2207.

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